Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

sábado, 17 de junio de 2017

San Alberto (Adam) Chmielowski fundador de las Albertinas


Hoy la Iglesia de Polonia celebra la fiesta litúrgica de San Alberto Adam Chmielowksi (1845-1916), insurrecto, artista pintor, padre de los pobres y fundador de las Congregaciones de Hermanos y Hermanas de los pobres: los Albertinos y las Albertinas.  


"La Congregación de las Hermanas Albertinas fue fundada por el santo hermano Alberto en Cracovia con fin de ayudar a los más pobres y a los más abandonados. Su primera colaboradora fue Anna Lubańska - la hna. Francisca - origenal de Podlasie. Las primeras siete hermanas tomaron el habito el 15 de enero de 1891 en la capilla de los obispos de Cracovia en la presencia del santo hermano Alberto y del cardenal Albin Dunajewski.

Al principio las hermanas se alojaron en Cracovia en un albergue en la calle Skawińska y se hicieron cargo del cuidado de mujeres sin hogar. En consideración al numeroso desarrollo de la Congregación,  las hermanas abrían otros albergues en el territorio de Polonia. El más antiguo de los albergues que se conservan hasta hoy esta en la calle Krakowska 47, donde el santo hermano Alberto en el ańo 1908, trasladó el albergue principal para las mujeres.

El santo Hermano Alberto al principio dirigía la Congregación directamente. El 7 de abril de 1902 nombró oficialmente a la primera superiora general la hermana Bernardina - María Jabłońska quien por 38 ańos dirigió la comunidad hasta su muerte en el ańo 1940. Durante su servicio cuidó fielmente el carisma del Fundador. Después de la muerte de San Alberto escribió las Constituciones, lo que garantizó la estabilidad legal de la Congregación. En el momento de su muerte la Congregación tenía 56 comunidades y el número de las hermanas era alrededor de 500.   Actualmente la Congregación tiene actividades en 69 comunicades, 63 en Polonia y 16 en el extranjero: Inglaterra, Argentina, Bolivia, Rusia (Siberia) Eslovaquia, Estados Unidos, Ucrania, Vaticano e Italia."


sábado, 3 de junio de 2017

El corazón misericordioso de Jesús


“El mes de junio se caracteriza, de modo particular, por la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Celebrar el Corazón de Cristo significa dirigirse hacia el centro íntimo de la persona del Salvador, el centro que la Biblia identifica precisamente con su corazón, sede del amor que ha redimido el mundo.

Si ya el corazón humano representa un misterio insondable que sólo Dios conoce, ¡cuánto más sublime es el Corazón de Jesús, en el que late la vida misma del Verbo! En él, como sugieren las hermosas letanías del Sagrado Corazón, haciéndose eco de las Escrituras, se encuentran todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia, y toda la plenitud de la divinidad.

Para salvar al hombre, víctima de su misma desobediencia, Dios quiso darle un "corazón nuevo", fiel a su voluntad de amor (cf. Jr 31, 33; Ez 36, 26; Sal 50, 12). Este corazón es el Corazón de Cristo, la obra maestra del Espíritu Santo, que comenzó a latir en el seno virginal de María y fue traspasado por la lanza en la cruz, convirtiéndose de este modo, y para todos, en manantial inagotable de vida eterna. Ese Corazón es ahora prenda de esperanza para todo hombre.

¡Cuán necesario es para la humanidad contemporánea el mensaje que brota de la contemplación del Corazón de Cristo! En efecto, ¿de dónde, si no es de esa fuente, podrá sacar las reservas de mansedumbre y de perdón necesarias para resolver los duros conflictos que la ensangrientan?

Al Corazón misericordioso de Jesús quisiera encomendarle hoy de modo especial a cuantos viven en Tierra Santa: judíos, cristianos y musulmanes. Ese Corazón que, colmado de afrentas, no albergó jamás sentimientos de odio y venganza, sino que pidió el perdón para sus asesinos, nos señala el único camino para salir de la espiral de la violencia: el de la pacificación de los ánimos, de la comprensión recíproca y de la reconciliación.

 Junto con el Corazón misericordioso de Cristo veneramos el Corazón inmaculado de María santísima, mediadora de gracia y de salvación.

A ella nos dirigimos con confianza ahora para implorar misericordia y paz para la Iglesia y para el mundo entero.”