Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

lunes, 31 de mayo de 2010

“La teología del cuerpo” – crecer en la comunión con Dios – Jean Laffitte


“Quisiera ofreceros ahora un primer criterio esencial de la teología del cuerpo según Juan Pablo II, pues le permite evitar desde el inicio todo riesgo de ideología: se trata de su concepto de experiencia. En vez de ser reducida a la observación de fenómenos científicamente observables, la experiencia del amor no descuida ninguna de las dimensiones de la existencia humana. Todos los elementos de la percepción humana y de los dinamismos volitivos del hombre están presentes, así como su capacidad para entrar en relación con Dios. La comunión de personas, según las Catequesis, no se contenta con la aportación del personalismo de Martin Buber o de Max Scheler, sino que le da su auténtico alcance trascendente, después de haber identificado la fuente en Dios: ser en comunión significa estar unidos a Dios, fuente y fin de toda comunión humana auténtica. La experiencia es una vivencia (Erlebnis), lo que significa desde esta perspectiva que Dios no es ajeno a la experiencia: el hombre y la mujer experimentan la presencia y la acción de Dios y Dios les da la capacidad para vivir una comunión de personas que se convierte en mediación de lo absoluto y camino hacia él. En este sentido, la comunión de personas es una vocación y permite a quien ama santificarse verdaderamente. En otras palabras, crecer en la comunión con Dios. Quiero subrayar que el planteamiento de las Catequesis no es moralista o voluntarista, sino que se trata de una actitud auténticamente mística, en el sentido de que se concentra en el misterio imposible de aferrar de la unión entre Dios y el hombre, en el que se integra la relación nupcial hombre-mujer.”


(de la Lectio magistralis "La teología del cuerpo" pronunciada por monseñor Jean Laffitte, Secretario del Consejo Pontificio para la Familia, en la Facultad de Bioética del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma. La Lectio puede leerse completa en La teología del cuerpo : profundizando en el legado de Juan Pablo II de los Misioneros Los Misioneros del Sagrado Corazón de Perú.



La ponencia también se puede leer en el sitio de la Universidad de Navarra. Buscarla en Mayo 2010 documentos recomendados Laffitte Jean


Invito ademas visitar mis posts Teologia del cuerpo

domingo, 30 de mayo de 2010

Ordenación Episcopal de Mons. Vicente Bokalic Iglic

Ayer fue un día de fiesta para la Iglesia universal, particularmente para la argentina y para la familia vicentina, para la parroquia Santuario de la Medalla Milagrosa, para la familia del nuevo obispo, para los eslovenos y para toda la comunidad. Hemos vivido momentos emocionantes y de bendición con la ordenación episcopal de Mons. Vicente Bokalic Iglic, CM, nombrado por el Santo Padre Benedicto XVI obispo titular de Summa y auxiliar de Buenos Aires el 15 de marzo pasado.
Monseñor Bokalic, hijo de inmigrantes eslovenos, fue superior provincial de los Padres Vicentinos en la Argentina, y hasta su designación se desempeñaba como vicario parroquial del Santuario de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa de Buenos Aires (Parque Chacabuco). De sus propias palabras de agradecimiento pudimos interpretar en parte su trayectoria y de alguna manera apreciar su tesón y entrega al trabajo misionero y la gran cantidad de amigos que supo conquistar para la obra este sacerdote santo que fiel al mandato del fundador de la orden vicentina ha elegido como lema “Me envió a evangelizar a los pobres” (Lc, 4,18) De ello también habla la parte superior de su escudo episcopal con las pisadas del enviado a llevar la Buena Noticia. Tampoco olvida sus orígenes: un jarrón (Bokal en esloveno) en la parte inferior del escudo, en clara referencia a su familia en cuyo seno descubrió a Jesucristo.


El consagrante principal de la ceremonia fue el Arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina cardenal Jorge Mario Bergoglio y como obispo consagrante Mons. Andres Stanovnik OFM, arzobispo de Corrientes, él también hijo de inmigrantes eslovenos..
Presentes una increíble cantidad de sacerdotes, numerosos obispos y el precioso templo colmado de fieles.
Seguir las acciones litúrgicas de la consagración del nuevo obispo fue como ir acompañándolo paso a paso en su nueva responsabilidad, ir leyendo otro capítulo de su historia con la invocación al Espíritu Santo, la petición y lectura del mandato apostólico, la alocución al pueblo, la exhortación al obispo electo, la profesión de fe y promesas episcopales, las letanías de los santos, la emocionante imposición de las manos por parte de todos los obispos presentes, la imposición del libro de los Evangelios para que “los anuncie hasta los extremos confines de la tierra”, la unción de la cabeza (en la unción sacerdotal se ungen las manos, en la episcopal la cabeza, la entrega del anillo (que significa que “el obispo contrae segundas nupcias con la Iglesia”, que Juan Pablo II nos recordaba “debe ser sólido «eslabón» en la cadena de la sucesión que lo une a los Apóstoles”, la imposición de la mitra “como si fuera una exhortación a esforzarse para que en él «brille el resplandor de la santidad», la entrega del báculo pastoral, “signo de la autoridad que compete al obispo para cumplir su deber de atender a la grey”.
Toda la ceremonia predispone a una celebración eucarística cargada de un clima de solemnidad particular conjugada con el cariño y aprecio de tantos sacerdotes, amigos y fieles presentes hacia el nuevo obispo quien imagino estaría vivenciando esos momentos “tan cargados de significado, de pensamientos, de impacto personal en la conciencia, que resulta imposible expresarlos adecuadamente o siquiera añadir algo mas”, teniendo ante si a Cristo y a toda la Iglesia.

Antes de terminar la ceremonia el coro entona el Himno a la Milagrosa al tiempo que el nuevo Obispo consagra su ministerio a la Virgen María.
Terminada la ceremonia de ordenación del nuevo obispo, quien como Juan Pablo II hizo suyas palabras de San Agustín:
"Con ustedes soy cristiano, para ustedes soy obispo"
nos vamos alejando de aquel recinto sagrado, los corazones invadidos con la fuerza del Espìritu y las melodías del coro resonando en nuestros oídos.
Recordando las palabras de Juan Pablo II
“El obispo es signo de la presencia de Cristo en el mundo” le pedimos a Jesucristo, Señor de la historia que siga acompañando y guiando al nuevo Obispo, bendiciendolo en sus nuevas y responsables tareas pastorales.

Citas de ¡Levantaos! ¡Vamos! de Juan Pablo II.

viernes, 28 de mayo de 2010

Juan Pablo II y Luján - el testamento del “borrico de la Virgen de Luján” Mons. Juan Antonio Presas (3 de 3)




“Alabado sea Jesucrito!
Sea ésta carta mi testamento y mi última voluntad.
Creo y adoro a la Santa Trinidad. El Señor Dios me ha colmado de bienes en todo el curso de mi larga existencia; tampoco faltaron cruces, pero con la gracia de Cristo Jesús todo sigue adelante.
Que la Santísima Virgen María, Madre de Dios y mía, a quien amo con todo el corazón y de quien ha escrito mucho en sus títulos del Buen Viaje y Luján, me dé su mano para entrar en el Reino.
Que el Glorioso Patriarca San José, mi Ángel Custodio y los Santos protectores míos no me olviden.
Amo a la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana y en Ella fui bautizado y recibí mi sacerdocio; mil gracias.
Gracias doy a mis padres, hermanos, familiares, sacerdotes, amigos de aquí y del Reino de España, que tanto me han atendido y querido. Doy gracias a mi maestro, el Reverendo señor cura párroco Edmundo Vanini. También a la gran maestra, señorita Virginia Gamba. Particularmente doy gracias al Padre Ismael Calcagno. Quiero nombrar en justicia a dos sobrinas: Carmen e Isabel, porque en este tiempo me han sostenido. Como quiero mucho a la Escuela Parroquial de Morón, fundada por mi en 1952, expreso mi admiración por la terminación tan regia de la obra que ha efectuado mi sucesor, Monseñor Raúl Trotz, actual Párroco de Morón, y le doy muchas gracias. Ya que acabo de nombrar cosas hermosas no dejo de hacer lo propio con el Señor Obispo, Monseñor Justo Oscar Laguna, porque en todas las fiestas de la Virgen María ha querido adornar a nuestra Patrona, la Virgen del Buen Viaje. Dios bendiga a la Ciudad de La Plata, mi querida ciudad natal y bautismal, a la querida y estimada población de Morón, su centro parroquial, donde estuve tanto años, y a la Ciudad de Luján, ciudad de mis amores. Pido a todos que sepan perdonar mis defectos.
Mis bienes son pocos: libros, ropas y papeles. Ruego que mis papeles personales los rompan. La ropa vaya a la Casa de la Caridad de la Diócesis de Morón. Libros, cuadros y estampas de Luján vayan a la Basílica y especialmente los derechos que me pertenecen como autor de varias obras mariano lujanenses, las que podrán ser reeditadas, glosadas, compiladas o de cualquier modo modificadas para su mejor comercialización. Al Obispado de Morón todas los derechos que me pertenecen como autor de mis obras referidas a la Virgen del Buen Viaje y a la Historia de Morón y el resto de mis publicaciones las que también podrán ser reeditadas, glosadas, compiladas o de cualquier modo modificadas para su mejor comercialización.
Un borrico que hallarán en mi mesa de estudio y que es mi retrato de tantos años lo mandan como exvoto a la Virgen de Luján.
Mis cuentas están en orden, no adeudo ni me deben cosa alguna de importancia.
Mi cadáver sea sepultado donde les sea más fácil a mis albaceas.
Mis albaceas son: la Señorita María Ceferina Terragni y el Presbítero José Antonio María Sciurano.
Finalmente, pido a todos recen por mí a la Virgen Inmaculada un Ave María, y que Ella me alcance un buen viaje al Reino de Cristo Jesús.
En el corazón maternal de María dejo todo. Magnificat! Ven Señor Jesús!

Juan Antonio Presas"El borrico de la Virgen de Luján"
Ituzaingó, 3 de diciembre de 2004

jueves, 27 de mayo de 2010

Juan Pablo II y Luján - escribe el “borrico de la Virgen de Luján” Mons. Juan Antonio Presas (2 de 3)


“Su segunda visita al País se cumplió en el mes de abril de 1987 y quiso que la imagen auténtica de Nuestra Señora de Luján estuviese presente en la Capital, para formular una solemne consagración del País. Se celebraba en Buenos Aires la Jornada Mundial de la Juventud.
El Papa junto a la Santa Imagen leyó la siguiente oración: “Ante tu imagen de la Pura y Limpia Concepción, Virgen de Luján, Patrona de la Argentina, me postro en este día aquí, en Buenos Aires, con todos los hijos de esta Patria querida, cuyas miradas y cuyos corazones convergen hacia ti. Te encomiendo y te consagro, Virgen de Luján, la Patria Argentina, pacificada y reconciliada, las esperanzas y los anhelos de este pueblo, la Iglesia con sus pastores y fieles, las familias para que crezcan en santidad, los jóvenes para que encuentren la plenitud de su vocación. Te encomiendo a todos los que sufren, a los pobres, a los enfermos, a los marginados. Virgen de Luján, Madre de la vida, haz que la Argentina entera sea fiel al Evangelio, y abra de par en par su corazón a Cristo, el Redentor del hombre”.

Las palabras y las dos visitas de Juan Pablo II han infundido nueva llama en el pueblo argentino, reforzado y aumentado en las almas el cariño y el amor a la Santa Virgen de Luján. Un hecho muy importante debemos anotar aquí. Cuando nuestra Nacion y la República de Chile por cuestiones de límites en las islas y el mar austral se hallaban a punto de declararse la guerra, pidió nuestro País con la aceptación del gobierno chileno, la mediación papal: y fue el Cardenal Antonio Samoré el encargado de representar al Papa en el estudio de las negociaciones del Beagle. EL Cardenal Samoré al comenzar sus gestiones visitó el Santuario de Luján y luego en Chile el de Maipú, donde tiene su trono la Patrona de Chile. Juan Pablo II se expresaba en 12 de diciembre de 1980 en estos términos: “Como no va a ofrecernos su protección Aquella a quien vuestro pueblo ha dado el Título de Emperatriz de América? ¿Cómo no va a escuchar María Santísima las oraciones de sus hijos argentinos y chilenos, que con tanto cariño y con tanta confianza a Ella acuden en Lujan y Maipú? Felizmente la Virgen puso su mano y se consolidó la paz.
Otro hecho del Santo Padre que nos habla de su estima a Luján tuvo lugar en junio de 1987, al celebrarse la apertura del Año Mariano Universal. Quiso Su Santidad abrirlo con el rezo del Santo Rosario, transmitido por Mundovisión en 16 Santuarios Marianos del mundo católico. Uno de ellos fue Luján. Nuestro Santuario tuvo la dicha en esa ocasión de que su nombre y el de su Santa Imagen recorriesen el mundo entero. El final del acto, con el canto de la Salve y el adiós al Papa, con el agitar de banderitas y pañuelos, fue realmente emocionante.

El domingo 11 de agoto de 1991, el Papa desde su Palacio Apostólico de Castelgandolfo anuncia a los peregrinos que en el próximo V Centenario de la evangelización de América deseaba hacer, con ocasión del rezo dominical del Ángelus, un recorrido por los distintos santuarios marianos del mundo iberoamericano. Y el 1 de septiembre y desde le mismo lugar, decía: “Continuando en nuestro recorrido espiritual por los distintos santuarios marianos de Iberoamèrica, hoy me postro a los pies de Nuestra Señora de Luján, en Argentina, y le imploro que proteja siempre a los hijos de aquella amada Nación y de todo América Latina”.
Y el domingo 22 de marzo de 1992 volvía el Papa a peregrinar espiritualmente al “Santuario Nacional de Nuestra Señora de Luján” y le pedía a la Virgen Santísima “descubrir nuestra misión cristiana” y agregaba que “su Santuario encerraba un mensaje de fe y esperanza para toda América Latina”.
Como final del capitulo traigamos esta anécdota. El jueves 11 de mayo de 1989 en Roma, un sacerdote argentino tuvo la dicha de concelebrar con el Santo Padre en su Capilla privada y al saludarlo luego personalmente le dijo: “Santo Padre. Soy argentino. No olvide a Luján”. Un instante de emotiva espera y enseguida el Papa, levantando la mano, como para afirmar su palabra, respondió: “Encomiéndeme a la Virgen de Lujan”. Sabemos que dicho peregrino procura cumplir tal pedido.”
Juan Antonio Presas

miércoles, 26 de mayo de 2010

Juan Pablo II y Luján - escribe el “borrico de la Virgen de Luján” Mons. Juan Antonio Presas (1 de 3)

Mucho antes que nuestra patria soñara con ser libre ya nuestra Madre y Patrona la Virgen de Lujan había decidido quedarse con nosotros.

Mons. Antonio Presas llegó a Morón en 1942 y allí ejerció el ministerio durante 47 años. Fue nombrado Párroco de la Inmaculada Concepción del Buen Viaje el 7 de noviembre de 1951, pero tomó posesión canónica en la festividad de Nuestra Señora de Luján del año siguiente. Escribiò extensamente sobre el pueblo y la Iglesia de Morón, dedicó gran parte de su tiempo a los temas marianos y fue un estudioso de referencia en temas lujanenses.

En uno de sus libros “Historial del Luján-Mariano” escribe sobre el Papa Juan Pablo II y Luján. Transcribo sus palabras:
“Muchísimas veces el Papa Juan Pablo II ha recordado y mencionado a Nuestra Señora de Luján. La primera vez que tenemos noticia fue en Mèxico el 27 de enero de 1979, en el Santuario de Guadalupe.
Después, son numerosas las referencias a Nuestra Señora de Luján, sobre todo en las visitas de nuestros Obispos a Roma; y conocemos ya las citas a nuestras peregrinaciones juveniles. Pero, imposible callar aquí un párrafo pronunciado en Zaragoza, que en su brevedad canta elocuentemente nuestra historia mariana hispanoamericana. “Decir España – afirma el Papa es decir María. Es decir: el Pilar, Covadonga, Aranzazu, Montserrat, Valvanera… Y decir Ibero América, es decir también María. Es decir: Guadalupe, Altagracia, Lujàn, la Aparecida, Copacabana, el Carmen…”

Realmente Luján es el gran Santuario de Maria en la Argentina, la casa de nuestra Madre del Cielo. Por eso, cuando el Santo Padre busca en 1982 un lugar centro para transmitir su palabra al país, palabras de paz y bien, elije Lujan, como punto base de acogida.
Los motivos que indujeron al Papa a venir a la Argentina tan inesperadamente son bien conocidos. En guerra la Argentina con Inglaterra por las Islas Malvinas la visita del Santo Padre a la Gran Bretaña, país oficialmente no católico, era mal interpretada por algunos. El santo Padre quiso corregir tal error y con su presencia mostrarnos su gran amistad. Llegó a nuestra tierra como mensajero de la paz.
En un gesto de cariño Juan Pablo II ofrendó a nuestra Señora la Rosa de Oro, y ante un público inmenso que en aquel día de invierno, 11 de junio de 1982, había aguantado mil incomodidades por el frío y el agua, entre otras ideas que omitimos, dijo particularmente sobre Nuestra Señora y su Santuario:
“Ante la hermosa Basílica “de la Pura y Limpia Concepción” de Luján nos consagramos para orar junto al altar del Señor. A la Madre de Cristo y de cada uno de nosotros. Ella que, desde los años 1630, acompaña aquí a cuantos se le acercan para implorar su protección, queremos suplicar hoy aliento, esperanza, fraternidad. Ante esta bendita Imagen de María, a la que mostraron su devoción mis predecesores Urbano VIII, Clemente XI, León XIII, Pío XI, Pío XII, viene también a postrarse en comunión de amor filial con vosotros, el Sucesor de San Pedro en la cátedra de Roma. En este instante el Obispo de Roma quiere estar entre vosotros como peregrino, a los pies de la Madre de Dios, en Luján, Santuario de la Nación Argentina Desde este lugar, en que mi predecesor Pío XII creyó llegar “al fondo del alma del gran pueblo argentino”, seguid trabajando en la fe y en el amor”.

martes, 25 de mayo de 2010

Feliz dia de la Patria en el Bicentenario!

La Patria es un don que hemos recibido, la Nación una tarea que nos convoca y compromete nuestro esfuerzo. Asumir esta misión con espíritu fraterno y solidario es el mejor modo de celebrar el Bicentenario de nuestra Patria.”
(de la Declaración de la 155ª Reunión de la Comisión Permamente de la Conferencia Episcopal Argentina - Miércoles 10 de marzo de 2010)

Feliz día de la Patria a todos!


lunes, 24 de mayo de 2010

Maria Auxiliadora y los jóvenes


Mi parroquia hoy esta de fiesta. Cumplida la novena preparatoria hoy celebramos el día central de los preparativos :
la fiesta de nuestra patrona Maria Auxiliadora que concluye con la procesión, la celebración de la Eucaristía y un encuentro en los salones de la paroquia.
La parroquia antiguamente a cargo de sacerdotes salesianos ahora depende de la Diócesis de San Justo pero conserva el carisma y su cariño por su amable Patrona y su fiel servidor Don Bosco, gran educador de los jóvenes.

“¿qué significa ser un gran educador?” preguntaba el Venerable Juan Pablo II en su encuentro con la juventud de Turín en la Plaza de Maria Auxiliadora el 13 de abril de 1980:
Significa, ante todo, ser un hombre que "comprende" a los jóvenes. Y, en efecto, sabemos que Don Bosco tenía una especial intuición del alma juvenil; siempre se hallaba dispuesto y atento para escuchar y comprender a los numerosos jóvenes que acudían a él en el centro juvenil de Valdocco y en el santuario de María Auxiliadora. Pero hay que añadir enseguida que el motivo de esta peculiar profundidad en "comprender" a los jóvenes fue que los "amaba" no menos profundamente. Comprender y amar: he aquí la insuperable fórmula pedagógica de Don Bosco, el cual —creo yo—, si hoy estuviera en medio de vosotros, sabría, con su madura experiencia de educador y con su buen sentido de auténtico piamontés, descubrir y distinguir eficazmente en vosotros el eco, no extinguido, de la palabra que Cristo dirige a quien quiere ser su discípulo: "Ven, sígueme" (Mt 19, 21; Lc 18, 22). ¡Sígueme con fidelidad y constancia; sígueme, desde este momento; sígueme, a través de los diversos y posibles caminos de tu vida! Yo creo que toda la obra de San Juan Bosco se resume y define en este su logrado y magistral "encaminamiento" de los jóvenes a Cristo.
El segundo nombre es el de Pier Giorgio Frassati, que es figura más cercana a nuestro tiempo (murió, en efecto, el año 1925) y nos muestra al vivo lo que realmente significa, para un joven laico, dar una respuesta concreta al "Ven y sígueme". Basta echar una ojeada, aunque sea rápida, sobre su vida, que se consumó en el arco de apenas 24 años, para entender cuál fue la respuesta que Pier Giorgio supo dar a Jesucristo: fue la de un joven "moderno", abierto a los problemas de la cultura, del deporte (un gran alpinista), a las cuestiones sociales, a los auténticos valores de la vida; y al mismo tiempo, la de un hombre profundamente creyente, compenetrado con el mensaje evangélico, solidísimo en su carácter, coherente, apasionado en el servicio a los hermanos y consumado en un ardor de caridad que lo llevaba a acercarse, en orden de, preferencia absoluta, a los pobres y a los enfermos.
2. ¿Por qué, al dirigirme a vosotros, he querido tomar el ejemplo de estas dos figuras? Porque valen para demostrar, desde dos distintos puntos de vista, en cierto sentido, lo que es esencial para la visión cristiana del hombre moderno. Uno y otro —Don Bosco como verdadero educador cristiano y Pier Giorgio como verdadero joven cristiano— nos indican que lo que más cuenta en tal visión es la persona y su vocación, tal y como fue establecida por Dios. Bien sabéis que es ya muy frecuente por mi parte esta referencia a la persona, porque se trata realmente de un dato fundamental, del que no se podrá jamás prescindir; y al decir persona no pretendo hablar de un humanismo autónomo y circunscrito a la realidad de este mundo. El hombre —conviene recordarlo— tiene en sí mismo un inmenso valor, pero no lo tiene por sí mismo, ya que lo ha recibido de Dios, que lo creó "a su imagen y semejanza" (Gén 1, 26-27). ¡Y no hay una definición del hombre adecuada, fuera de ésta! Este valor es como un "talento" y, según la enseñanza de la conocida parábola (Mt 25, 14-30), debe ser administrado bien: es decir, este valor de ser hombre, una persona, debe ser administrado bien, esto es, utilizado de modo que fructifique abundantemente. He ahí, jóvenes, la visión cristiana del hombre, la cual, partiendo de Dios Creador y Padre, hace descubrir la persona en lo que es y en lo que debe ser.”

sábado, 22 de mayo de 2010

Pentecostés 2010

« Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo he dicho ». Jn 14, 26.

“Entre todas las solemnidades Pentecostés destaca por su importancia, pues en ella se realiza lo que Jesús mismo anunció como finalidad de toda su misión en la tierra. En efecto, mientras subía a Jerusalén, declaró a los discípulos: "He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido!" (Lc 12, 49). Estas palabras se cumplieron de la forma más evidente cincuenta días después de la resurrección, en Pentecostés, antigua fiesta judía que en la Iglesia ha llegado a ser la fiesta por excelencia del Espíritu Santo: "Se les aparecieron unas lenguas como de fuego (...) y quedaron todos llenos del Espíritu Santo" (Hch 2, 3-4). Cristo trajo a la tierra el fuego verdadero, el Espíritu Santo. No se lo arrebató a los dioses, como hizo Prometeo, según el mito griego, sino que se hizo mediador del "don de Dios" obteniéndolo para nosotros con el mayor acto de amor de la historia: su muerte en la cruz.
Dios quiere seguir dando este "fuego" a toda generación humana y, naturalmente, es libre de hacerlo como quiera y cuando quiera. Él es espíritu, y el espíritu "sopla donde quiere" (cf. Jn 3, 8). Sin embargo, hay un "camino normal" que Dios mismo ha elegido para "arrojar el fuego sobre la tierra": este camino es Jesús, su Hijo unigénito encarnado, muerto y resucitado. A su vez, Jesucristo constituyó la Iglesia como su Cuerpo místico, para que prolongue su misión en la historia. "Recibid el Espíritu Santo", dijo el Señor a los Apóstoles la tarde de la Resurrección, acompañando estas palabras con un gesto expresivo: "sopló" sobre ellos (cf. Jn 20, 22). Así manifestó que les transmitía su Espíritu, el Espíritu del Padre y del Hijo.
La Escritura nos dice una vez más cómo debe ser la comunidad, cómo debemos ser nosotros, para recibir el don del Espíritu Santo. En el relato que describe el acontecimiento de Pentecostés, el autor sagrado recuerda que los discípulos "estaban todos reunidos en un mismo lugar". Este "lugar" es el Cenáculo, la "sala grande en el piso superior" (cf. Mc 14, 15) donde Jesús había celebrado con sus discípulos la última Cena, donde se les había aparecido después de su resurrección; esa sala se había convertido, por decirlo así, en la "sede" de la Iglesia naciente (cf. Hch 1, 13). Sin embargo, los Hechos de los Apóstoles, más que insistir en el lugar físico, quieren poner de relieve la actitud interior de los discípulos: "Todos ellos perseveraban en la oración con un mismo espíritu" (Hch 1, 14). Por consiguiente, la concordia de los discípulos es la condición para que venga el Espíritu Santo; y la concordia presupone la oración.”
(de la homilía del santo Padre Benedicto XVI en la Solemnidad de Pentecostés Domingo 31 de mayo de 2009)

viernes, 21 de mayo de 2010

Necesitamos políticos auténticamente cristianos


Cito textualmente del Boletín Informativo de la Oficina de Prensa de la Santa Sede
CIUDAD DEL VATICANO, 21 MAY 2010 (VIS).-El Santo Padre recibió hoy a los participantes en la XXIV asamblea plenaria del Pontificio Consejo para los Laicos, que están afrontando el tema: "Testigos de Cristo en la comunidad política".

El Papa afirmó que si bien la Iglesia no tiene como misión "la formación técnica de los políticos", sin embargo, "da su juicio moral, incluso sobre materias referentes al orden político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas".

"Corresponde a los fieles laicos -dijo- mostrar concretamente en la vida personal y familiar, en la vida social, cultural y política, que la fe permite leer en modo nuevo y profundo la realidad y transformarla".

Benedicto XVI subrayó que "los fieles laicos deben participar activamente en la vida política, de manera siempre coherente con las enseñanzas de la Iglesia, compartiendo razones bien fundadas y grandes ideales en el proceso democrático y en la búsqueda de un consenso amplio con todos los que se preocupan de la defensa de la vida y de la libertad, la custodia de la verdad y del bien de la familia, la solidaridad con los necesitados y la búsqueda necesaria del bien común".

"Se necesitan -continuó- políticos auténticamente cristianos, pero sobre todo fieles laicos que sean testigos de Cristo y del Evangelio en la comunidad civil y política. Esta exigencia debe estar claramente presente en los programas educativos de las comunidades eclesiales y requiere nuevas formas de acompañamiento y apoyo por parte de los pastores. La pertenencia de los cristianos a las asociaciones de fieles, a los movimientos eclesiales y nuevas comunidades, puede ser una buena escuela para estos discípulos y testigos, sostenidos por la riqueza carismática, comunitaria, educativa y misionera de estas realidades".

El Papa señaló que "la difusión de un relativismo cultural confuso y de un individualismo utilitarista y hedonista debilita la democracia y favorece el dominio de los poderes fuertes. Es necesario recuperar y reforzar una sabiduría política auténtica; ser exigentes en lo que concierne a la propia competencia; servirse críticamente de las investigaciones de las ciencias humanas; afrontar la realidad en todos sus aspectos, superando reduccionismos ideológicos o pretensiones utópicas; mostrarse abiertos a todo diálogo y colaboración verdaderos, teniendo en cuenta que la política también es un complejo arte de equilibrio entre ideales e intereses, pero sin olvidar que la contribución de los cristianos es decisiva únicamente si la inteligencia de la fe se convierte en inteligencia de la realidad, clave de juicio y de transformación. Es necesaria una verdadera "revolución del amor".
AC/VIS 20100521 (420)

jueves, 20 de mayo de 2010

Polonia cuna de los Movimientos “Luz y Vida" y "Oasis" creados por el sacerdote Franciszek Blachnicki (1 de 2)


En su libro Testigo de Esperanza George Weigel comenta la increíble facilidad de contacto de Karol Wojtyla como arzobispo de Cracovia, con algunas personalidades carismáticas no siempre aceptadas por todos los cuadros de las estructuras eclesiales.

Una de esas personalidades fue el sacerdote Franciszek Blachnicki (1921-1987), figura central en el movimiento “Luz y Vida” desarrollado de su otro movimiento “Oasis”, organización de campamentos de verano para familias y gente joven. Wojtyla conoció a Blachnicki en la Universidad Católica de Lublin a mediados de los '50 cuando Blachniki estaba empeñado en introducir renovaciones litúrgicas en la capellanía universitaria.

Como Arzobispo de Cracovia, Wojtyla tendió sobre el su manto protector en abierto desafío hacia los intentos del régimen de separar a los jóvenes de sus familias.
Comenta Weigel que Wojtyla admiraba su trabajo, compartía su análisis acerca de la situación de Polonia y su estrategia pastoral de resistencia educando a los jóvenes para que se decidieran a vivir “un compromiso cristiano integral”, postura que Wojtyla mas tarde declaro “había salvado la juventud polaca”.

Las autoridades seguían de cerca los campamentos de verano “Oasis” de Blachniki acosándolos constantemente sorprendiéndolos en pleno campamento argumentando que los permisos no eran validos o habían expirado, además de castigar con fuertes multas a los dueños de los campos prestados o alquilados. Para contrarrestar la situación, - una autoridad por otra - Wojtyla visitaba los campamentos con frecuencia, celebraba Misa y daba charlas, sugiriendo sutilmente a las autoridades del régimen que no molestasen a la gente de Blachniki argumentando que podrían causar algun incidente desagradable si invadían el campo en momentos que el Arzobispo se encontraba presente. Tácticas de supervivencia diríamos, imprescindibles en esos momentos en Polonia y en otros países bajo el comunismo, que eran sabiamente analizadas y tenazmente defendidas para no dejarse vencer.

Los campamentos “Oasis” y el Movimiento “Luz y Vida” fueron dos agrupaciones informales de jóvenes que Wojtyla y sus colegas adoptaron y desarrollaron ante la prohibición del régimen de cualquier “organización católica”.

Juan Pablo II en su libro ¡Levantaos1 ¡Vamos! nos cuenta sus propios recuerdos:
“Los comunistas habían suprimido todas las asociaciones católicas para la juventud. Hacia falta, pues, encontrar el modo de superar aquella pérdida. Y aquí entro en escena don Franciszek Blachnicki, hoy siervo de Dios. Él fue el iniciador del llamado “Movimiento de los Oasis”. Me relacione mucho con aquel movimiento, al que procure ayudar de diversos modos, defendiendo los “oasis” contra las autoridades comunistas. Los sostuve materialmente y también tome parte en sus reuniones. En las vacaciones me trasladaba a menudo a los “oasis”, - campos de verano para los jóvenes - .. Predicaba, hablaba con ellos, me unía a sus cantos junto al fuego, participaba en sus excursiones de montaña. Con cierta frecuencia celebraba la Santa Misa para ellos al aire libre. Todo eso constituía la realización de un programa pastoral bastante intenso.

Allí mismo Juan Pablo II recuerda con nostalgia:
“Durante la peregrinación de 2002 a mi Cracovia, los miembros de los oasis cantaron:
Tú has venido a la orilla,
No has buscado ni a sabios ni a ricos
Tan solo quieres que yo te siga
Señor, me has mirado a los ojos,
Sonriendo has dicho mi nombre,
En la arena he dejado mi barca,
Junto a ti surcaré otro mar.

Les dije que en cierto sentido, aquel canto de los “Oasis” me había llevado fuera de la patria, a Roma. Su mensaje profundo me había sostenido también cuando me encontré ante la decisión tomada en el Conclave. Después, a lo largo de todo mi pontificado no me he separado de ese canto. Por otra parte, me lo recordaban continuamente, tanto en Polonia como en otros países del mundo. Escuchar eso me hacia pensar siempre en mis encuentros como obispo con los jóvenes. Valoro muy positivamente esta experiencia. La he traído conmigo a Roma. También aquí he procurado sacar fruto multiplicando las ocasiones de reunirme con los jóvenes. Las Jornadas Mundiales de la Juventud, en cierto sentido, han nacido de esta experiencia”.

miércoles, 19 de mayo de 2010

“Un viaje inolvidable” rescatado del cyber espacio


Después de mi aquel primer viaje-peregrinación en abril de 2005 a Roma, Polonia y después a Eslovenia, había escrito unas memorias que finalmente decidí publicar en una pagina web publicada en Geocities con el nombre “ Un viaje inolvidable: Roma/Polonia por la senda de Juan Pablo II” , agregando Eslovenia, mi patria de origen, pagina que cayo en el olvido después del cierre de Geocities gratuito.
Fueron mis primeras impresiones fuertes, mis reacciones espontáneas, momentos inolvidables a los que luego fui agregando algunas experiencias también únicas de mi viaje siguiente en el 2006. No hubo tiempo para agregar mas, mudar la pagina o mejorarla y me sorprendió el cierre.
Otra compañía supongo que aprovechando la oportunidad de este increíble cyber mundo cuyo alcance soy incapaz de comprender pero que considero fascinante “rescatò” del olvido según dicen ellos unos 2 millones de páginas, entre ellas la mía respetando la clasificación con la publicidad incluida.
Lo fantástico de todo esto es que acabo de descubrirlo. Fue ayer para el cumpleaños de Juan Pablo II. Quedan invitados a visitar este comienzo de una nueva etapa en mi vida. La pagina tiene defectos que deberían solucionarse y algunas fotos que no se ven, pero por ahora no tenemos posibilidad de acceder al Server para subsanarlo. El texto esta todo y cuenta mis vivencias de aquel abril de 2005.

Gracias!

martes, 18 de mayo de 2010

Hoy cumpliría 90 años


Pero el 2 de abril de 2005 fue llamado por el Padre...



El viaje final del papa peregrino



Misión cumplida, siervo bueno y fiel


Bienvenido a casa, Karol









18 de mayo de 1920

Wadowice una pequeña ciudad casi aldea con una vida cultural intensa, donde todos las fiestas nacionales y religiosas, al igual que aniversarios y jubileos se festejaban como un acontecimiento, tuvo el privilegio de ver nacer el 18 de mayo de 1920 a Karol Jozef Wojtyla.
Wadowice con sus cafés y lugares de encuentro y reuniones. En la parroquia local el joven vicario Figlewicz, un artista Mieczislaw Kotlarczyk es profesor de polaco, tanto uno como otro marcarían la vida de Karol Jozef Wojtyla, continuando su amistad en Cracovia.

Habia nacido junto con el milagro polaco, la cercana Cracovia recibía como vencedor al mariscal Jozef Pilsudski, que regresaba de la campaña militar en Ucrania. Después de un siglo de esclavitud, Polonia acababa de reconquistar su libertad…

Hijo de Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska, un niño como todos los demás, debió enfrentar el dolor de perder a su madre de pequeño, después a su hermano y a su padre y ser testigo de las injusticias de la persecución en su pueblo natal, un niño que más tarde se convertiría en estudiante aplicado, amigo fiel, apasionado actor y estudioso de la lengua - hasta descubrir su verdadera vacación el sacerdocio - filosofo, escritor, poeta…

"Quien quiera comprender a un poeta, debería ir a su pueblo". Del mismo modo, para comprender la vida y el ministerio de Juan Pablo II, era necesario venir a su ciudad natal. Él mismo confesó que aquí, en Wadowice, "comenzó todo: comenzó la vida, comenzó la escuela, los estudios, comenzó el teatro... y el sacerdocio" (Wadowice, 16 de junio de 1999) decía el Santo Padre Benedicto en su encuentro con la población de Wadowice el 27 de mayo de 2006 en el marco de su viaje a Polonia.

Recomiendo leer esa preciosa homilía de Juan Pablo II al visitar su pueblo natal Wadowice el 16 de junio de 1999, donde vuelca sus entrañables afectos y sus conmovedores recuerdos.

Invito visitar el Blog de José donde podrán leer el texto completo del resultado del sondeo sobre palabras, gestos y momentos más significativos del pontificado de Juan Pablo II. El sondeo fue realizado por el Instituto de Estadística de la Iglesia católica bajo la direcciòn del padre Witold Zdaniewicz, por encargo del semanario Niedziela.

lunes, 17 de mayo de 2010

Testigo de la verdad


Tenemos el nro 2 marzo/abril del boletín de la Postulación de la Causa de Beatificación y Canonización del Siervo de Dios Juan Pablo II, boletín que acompaña la Causa y profundiza en el Magisterio y Pontificado del Siervo de Dios.
Los artículos centrales de este número se inspiran en la Encíclica Veritatis Splendor.

Wojciech Giertych OP : El camino de renovación de “Veritatis splendor”(Editorial)
Miroslav Mróz : El don del Espíritu hace nacer a una vida nueva (Presentación)
Francesco Indelicato: Ruini: el lenguaje del cristianismo es el amor y el testimonio (entrevista)
Angelo Zema: Verdad y comunicación: no ofuscar el bien
Francesco Lalli: La voz de los jóvenes: libertad rima con responsabilidad
Juan Pablo II: una vida a la enseña de la caridad (recuerdos del Santo Padre Benedicto XVI)
La ética individualista niega la idea misma de la naturaleza humana (n. 32 del texto de la encíclica Veritatis Splendor)
Benedicto XVI: La presencia de Dios es lámpara que disipa las tinieblas (del Mensaje para la XXI Jornada Mundial de la Juventud 9 de abril de 2006)
Paolo Tammi: La conciencia es el lugar donde resuena la voz de Dios (Profundización)
Francesco Indelicato: Albanese: la fuerza del martirio genera vida y es sigo de paz (entrevista)
Anita S. Bourdin: El resplandor de la Verdad en el rostro de los 7 monjes de Atlas
Graziella Melina: El Angelicum recuerda a Wojtyla, estudiante de Teología
Filippo Morlacchi: La auténtica libertad es obediencia a la verdad (Meditación)
y
George Weigel: El nombramiento de Ratzinger como Prefecto de Congregación

Y los apartados usuales de Palabra a los lectores, Carta al Postulador, Intenciones de oración

domingo, 16 de mayo de 2010

La Ascensión de Jesús

“La Ascensión de Jesús es un acontecimiento que dejó una huella tan indeleble en la memoria de los primeros discípulos, que encontramos testimonio de ella en los evangelios y en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Cuarenta días después de su resurrección, Jesús llevó a sus discípulos al monte de los Olivos, "hacia Betania", y, "mientras los bendecía, se separó de ellos y fue elevado al cielo" (Lc 24, 50-51). Naturalmente, ellos se quedaron mirando hacia las alturas, pero inmediatamente dos ángeles les preguntaron: "¿Qué hacéis ahí mirando al cielo? El mismo Jesús (...) volverá como lo habéis visto marcharse" (Hch 1, 11).
2. "En la tierra como en el cielo": estas palabras, que repetimos todos los días en la oración del Padre nuestro, expresan muy bien la nueva condición de los discípulos, transformados por la experiencia del misterio pascual de Cristo. Son, al mismo tiempo, ciudadanos de la tierra y del cielo.
En efecto, Cristo creó en sí mismo el puente entre el cielo y la tierra: él es el Mediador entre Dios y el hombre, entre el reino de los cielos y la historia del mundo. Los creyentes, unidos a él en su mismo Espíritu, forman una comunidad nueva, la Iglesia, cuya naturaleza es al mismo tiempo visible y espiritual, peregrina en el mundo y partícipe de la gloria celestial (cf. Lumen gentium, 8 y 48-51).3.
María santísima fue asociada a este misterio más que cualquier otra criatura. Como nueva Eva, de la que nació el nuevo Adán, señala el camino de nuestro compromiso en la tierra; al mismo tiempo, habiendo sido elevada al cielo en cuerpo y alma, nos invita a tender hacia nuestra verdadera patria, donde nos espera la plenitud de la vida en el amor de Dios uno y trino.
La Iglesia, mientras rema mar adentro en el océano del nuevo milenio, no pierde de vista la estrella polar, que orienta su navegación. Esta estrella es Cristo, Señor de los siglos. Junto a él está su Madre, nuestra Madre, que no cesa de acompañar a sus hijos durante su peregrinación terrena. A ella dirigimos nuestra mirada con sincera esperanza.”

sábado, 15 de mayo de 2010

Benedicto XVI : “Sigamos caminando en la esperanza”.


(11-14 DE MAYO DE 2010)

El Santo Padre Benedicto XVI concluyó su viaje apostólico a Portugal, dejando tras si y en nuestros corazones una estela de esperanza. En Fátima, ha rezado por el mundo entero, “pidiendo que el porvenir nos depare una mayor fraternidad y solidaridad, un mayor respeto recíproco y una renovada confianza y familiaridad con Dios, nuestro Padre que está en los cielos”.
y rezó en silencio delante de la tumba de los pastores, los testigos de las apariciones marianas entre el 13 de mayo y 13 de octubre de 1917. Junto a él “ un océano de hombres y mujeres alzaron sus oraciones a la Virgen de Fátima, con ocasión del aniversario de la primera aparición de la Virgen a los tres pastores, el 13 de mayo de 1917.
Este Papa cuyo “verdadero programa de gobierno es no hacer mi voluntad, no seguir mis propias ideas, sino de ponerme, junto con toda la Iglesia, a la escucha de la palabra y de la voluntad del Señor y dejarme conducir por Él, de tal modo que sea él mismo quien conduzca a la Iglesia en esta hora de nuestra historia,” nos acaba de ofrecer un nuevo testimonio de coraje, sabiduría, fuerza espiritual y total entrega al Padre.

Al presidir la misa en la explanada del Santuario, el Papa nuevamente reafirmó su ser peregrino, su querer entrar en la escuela de la Madre Celestial, que introdujo "a los pequeños videntes al íntimo conocimiento del Amor Trinitario", llevándolos "a saborear a Dios mismo como lo más bello de la existencia humana".

He tratado de seguir en la medida de lo posible la trayectoria de este décimo quinto viaje internacional de Benedicto XVI, la emocionante procesión del “mar de luz para honrar a la Madre de Dios, y Madre nuestra, a la que los pastorcillos vieron volver de la tierra al cielo como una estela de luz” a lo cual agregaba el Santo Padre que “sin embargo, ni ella ni nosotros tenemos luz propia: la recibimos de Jesús. Su presencia en nosotros renueva el misterio y el recuerdo de la zarza ardiente, que en otro tiempo atrajo a Moisés en el monte Sinaí, y que no deja de seducir a los que se dan cuenta de una luz especial en nosotros, que arde sin consumirnos (cf. Ex 3, 2-5).”
Rezar el Santo Rosario unidos espiritualmente vivenciando y casi palpando ese santo lugar es un privilegio que nos ofrece la tecnología.
Escuchar y leer las palabras de este Papa sabio quien con profunda humildad encara el pasado y el presente de la Iglesia fortalece nuestro sentido de pertenencia.
“hemos de confesar también que la fe católica, cristiana, era con frecuencia demasiado individualista, dejaba las cosas concretas, económicas, al mundo, y pensaba sólo en la salvación individual, en los actos religiosos, sin ver que éstos implican una responsabilidad global, una responsabilidad respecto al mundo. Por tanto, también aquí hemos de entablar un diálogo concreto. En mi encíclica Caritas in veritate —y toda la tradición de la Doctrina social de la Iglesia va en este sentido— he tratado de ampliar el aspecto ético y de la fe más allá del individuo, a la responsabilidad respecto al mundo, a una racionalidad «performada» de la ética”

Ante el planteo de un Portugal “profundamente católico en el pasado y que ha llevado la fe por el mundo, pero hoy en vías de profunda secularización, tanto en la vida cotidiana como en el ámbito jurídico y cultural” el Santo Padre responde “la presencia del secularismo no es algo totalmente nuevo” y admite que se “ha radicalizado y se manifiesta con todos los signos del espíritu europeo de hoy”

El Papa Benedicto que ha analizado exhaustivamente el tercer secreto de Fátima es conciente que “El Señor nos ha dicho que la Iglesia tendría que sufrir siempre, de diversos modos, hasta el fin del mundo y que el mensaje, la respuesta de Fátima, no tiene que ver sustancialmente con devociones particulares, sino con la respuesta fundamental, es decir, la conversión permanente, la penitencia, la oración, y las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.” Además advierte que “hoy vemos de modo realmente tremendo: que la mayor persecución de la Iglesia no procede de los enemigos externos, sino que nace del pecado en la Iglesia y que la Iglesia, por tanto, tiene una profunda necesidad de volver a aprender la penitencia, de aceptar la purificación, de aprender, de una parte, el perdón, pero también la necesidad de la justicia. El perdón no sustituye la justicia. En una palabra, debemos volver a aprender estas cosas esenciales: la conversión, la oración, la penitencia y las virtudes teologales. De este modo, respondemos, somos realistas al esperar que el mal ataca siempre, ataca desde el interior y el exterior, pero también que las fuerzas del bien están presentes y que, al final, el Señor es más fuerte que el mal, y la Virgen para nosotros es la garantía visible y materna de la bondad de Dios, que es siempre la última palabra de la historia.”

viernes, 14 de mayo de 2010

Benedicto XVI "Llamados a servir"


Apuntes de la homilía del Santo Padre Benedicto XVI de hoy Viernes 14 de mayo de 2010 en Oporto- Santa Misa en Avenida de los Aliados

“Y apareció a sus amigos mostrándoles la necesidad de la cruz para llegar a la resurrección.”
“Hace falta, por tanto, que uno se asocie a nosotros como testigo de la resurrección de Jesús”, decía Pedro. Y su Sucesor actual repite a cada uno de vosotros: Hermanos y hermanas míos, hace falta que os asociéis a mí como testigos de la resurrección de Jesús. En efecto, si vosotros no sois sus testigos en vuestros ambientes, ¿quién lo hará por vosotros? El cristiano es, en la Iglesia y con la Iglesia, un misionero de Cristo enviado al mundo. Ésta es la misión apremiante de toda comunidad eclesial: recibir de Dios a Cristo resucitado y ofrecerlo al mundo, para que todas las situaciones de desfallecimiento y muerte se transformen, por el Espíritu, en ocasiones de crecimiento y vida.”
“Ante los grandes problemas del desarrollo de los pueblos, que nos impulsan casi al desasosiego y al abatimiento, viene en nuestro auxilio la palabra de Jesucristo, que nos hace saber: ‘Sin mí no podéis hacer nada’ (Jn 15, 5). Y nos anima: ‘Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final del mundo’ (Mt 28, 20)” (Enc. Caritas in veritate, 78).”
Aunque esta certeza nos conforte y nos dé paz, no nos exime de salir al encuentro de los demás. Debemos vencer la tentación de limitarnos a lo que ya tenemos, o creemos tener, como propio y seguro: sería una muerte anunciada, por lo que se refiere a la presencia de la Iglesia en el mundo, que por otra parte, no puede dejar de ser misionera por el dinamismo difusivo del Espíritu.”

“Sí, estamos llamados a servir a la humanidad de nuestro tiempo, confiando únicamente en Jesús, dejándonos iluminar por su Palabra: “No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure” (Jn 15, 16). ¡Cuánto tiempo perdido, cuánto trabajo postergado, por inadvertencia en este punto!”

Benedicto XVI Encuentro con los obispos de Portugal “Recuperar el fervor de los orígenes”

ENCUENTRO CON LOS OBISPOS DE PORTUGAL
del discurso del Santo Padre Benedicto XVI
“En este Año Sacerdotal, que está llegando a su conclusión, descubrid de nuevo, queridos hermanos, la paternidad episcopal sobre todo respecto a vuestro clero. Se ha relegado a un segundo plano durante demasiado tiempo la responsabilidad de la autoridad como servicio para el crecimiento de los demás y, antes que nadie, de los sacerdotes. Ellos están llamados a servir en su ministerio pastoral integrados en una acción pastoral de comunión o de conjunto, como nos recuerda el Decreto conciliar Presbyterorum Ordinis: «Ningún presbítero, por tanto, puede realizar bien su misión de manera aislada e individualista, sino únicamente juntando sus fuerzas con otros presbíteros bajo la dirección de los que presiden la Iglesia» (n. 7). Esto no quiere decir volver al pasado, ni un simple retorno a los orígenes, sino recuperar el fervor de los orígenes, la alegría del comienzo de la experiencia cristiana, haciéndose acompañar por Cristo como los «discípulos de Emaús» el día de Pascua, dejando que su palabra nos encienda el corazón, que el «pan partido» abra nuestros ojos a la contemplación de su rostro. Sólo de este modo el fuego de su amor será suficientemente ardiente para impulsar a todo fiel cristiano a convertirse en dispensador de luz y de vida en la Iglesia y entre los hombres.”

Benedicto XVI con los obispos de Portugal “de la santidad nace toda auténtica renovación de la Iglesia”


ENCUENTRO CON LOS OBISPOS DE PORTUGAL
del discurso del Santo Padre Benedicto XVI
“En efecto, cuando en opinión de muchos la fe católica ha dejado de ser patrimonio común de la sociedad, y se la ve a menudo como una semilla acechada y ofuscada por «divinidades» y por los señores de este mundo, será muy difícil que la fe llegue a los corazones mediante simples disquisiciones o moralismos, y menos aún a través de genéricas referencias a los valores cristianos. El llamamiento valiente a los principios en su integridad es esencial e indispensable; no obstante, el mero enunciado del mensaje no llega al fondo del corazón de la persona, no toca su libertad, no cambia la vida. Lo que fascina es sobre todo el encuentro con personas creyentes que, por su fe, atraen hacia la gracia de Cristo, dando testimonio de Él. Me vienen a la mente aquellas palabras del Papa Juan Pablo II: «La Iglesia tiene necesidad sobre todo de grandes corrientes, movimientos y testimonios de santidad entre los “fieles de Cristo”, porque de la santidad nace toda auténtica renovación de la Iglesia, todo enriquecimiento de la inteligencia de la fe y del seguimiento cristiano, una reactualización vital y fecunda del cristianismo en el encuentro con las necesidades de los hombres y una renovada forma de presencia en el corazón de la existencia humana y de la cultura de las naciones» (Discurso en el vigésimo aniversario de la promulgación del Decreto conciliar «Apostolicam actuositatem», 18 noviembre 1985). Alguno podría decir: «La Iglesia tiene necesidad de grandes corrientes, movimientos y testimonios de santidad..., pero no los hay».
A este respecto, os confieso la agradable sorpresa que he tenido al encontrarme con los movimientos y las nuevas comunidades eclesiales. Al observarlos, he tenido la alegría y la gracia de ver cómo, en un momento de fatiga de la Iglesia, en un momento en que se hablaba de «invierno de la Iglesia», el Espíritu Santo creaba una nueva primavera, despertando en jóvenes y adultos la alegría de ser cristianos, de vivir en la Iglesia, que es el Cuerpo vivo de Cristo. Gracias a los carismas, la radicalidad del Evangelio, el contenido objetivo de la fe, la corriente viva de su tradición se comunican de manera persuasiva y son acogidos como experiencia personal, como adhesión libre a todo lo que encierra el misterio de Cristo.”

Nosotros te cantamos y aclamamos, María





Visita a la Capilla de las apariciones
ORACIÓN A LA VIRGEN
Capilla de las Apariciones - Fátima
Miércoles 12 de mayo de 2010
Santo Padre Benedicto XVI


Santo Padre:
Señora Nuestra y Madre de todos los hombres y mujeres, aquí estoy como un hijo que viene a visitar a su Madre y lo hace en compañía de una multitud de hermanos y hermanas. Como Sucesor de Pedro, al que se le confió la misión de presidir el servicio de la caridad en la Iglesia de Cristo y de confirmar a todos en la fe y en la esperanza, quiero presentar a tu Corazón Inmaculado las alegrías y las esperanzas, así como los problemas y los sufrimientosde cada uno de estos hijos e hijas tuyos,que se encuentran en Cova de Iria o que nos acompañan desde la distancia.
Madre amabilísima, tú conoces a cada uno por su nombre, con su rostro y con su historia, y quieres a todos con amor materno, que fluye del mismo corazón de Dios Amor. Te confío a todos y los consagro a ti, María Santísima,Madre de Dios y Madre nuestra.
Cantores y asamblea:
Nosotros te cantamos y aclamamos, María (v.1)
Santo Padre:
El Venerable Papa Juan Pablo II, que te visitó tres veces, aquí en Fátima, y te agradeció aquella “mano invisible”que lo libró de la muerte, en el atentado del trece de mayo, en la Plaza de San Pedro, hace casi treinta años, quiso ofrecer al Santuario de Fátima la bala que lo hirió gravemente y que fue colocada en tu corona de Reina de la Paz. Nos consuela profundamente saber que estás coronada no sólo con la plata y el oro de nuestras alegrías y esperanzas, sino también con la “bala”de nuestras preocupaciones y sufrimientos.
Te agradezco, Madre querida, las oraciones y sacrificios que los Pastorcillos de Fátima realizaron por el Papa, animados por los sentimientos que tú les habías infundido en las apariciones. Agradezco igualmente a todos aquellos que, cada día, rezan por el Sucesor de Pedro y sus intenciones,para que el Papa sea fuerte en la fe, audaz en la esperanza y ferviente en el amor.
Cantores y asamblea:
Nosotros te cantamos y aclamamos, María (v.2)
Santo Padre:
Madre querida por todos nosotros, te entrego aquí en tu Santuario de Fátima, la Rosa de Oro que he traído desde Roma, como regalo de gratitud del Papa, por las maravillas que el Omnipotente ha realizado por tu mediación en los corazones de tantos peregrinos que vienen a esta tu casa materna.
Estoy seguro de que los Pastorcillos de Fátima, los Beatos Francisco y Jacinta y la Sierva de Dios Lucía de Jesús, nos acompañan en este momento de súplica y júbilo.
Cantores y asamblea:
Nosotros te cantamos y aclamamos, María (v.5)

miércoles, 12 de mayo de 2010

Visita apostólica a Portugal del Santo Padre Benedicto XVI.


Transmisión en directo desde Fátima.
(página oficial del Santuario de Fátima)

Karol Wojtyla: Escritos ordenados cronológicamente (4)


Recuerdo la nota de la autora que en negrilla figuran sòlo los ensayos y artìculos de caràcter filosòfico o con un claro contenido filosòfico.

Del libro de la Dra. Graciela M. Palau
LA AUTOREALIZACION según el personalismo integral de Karol Wojtyla (Educa – Cátedra Juan Pablo II, 2007)

(4a parte de Apéndice II )

OTROS ENSAYOS DE ÉTICA PERSONALISTA

El papel dirigente o auxiliar de la razón en la ética en Tomás de Aquino, Hume y Kant”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 221-246.
„O kierowniczej lub sluzebnej roli rozumu w etyce na tle pogladów Tomasza z Akwinu, Hume’a i Knata”, en Roczniki Filozoficzne, vol. VI-2, 1958, pp. 13-31.

1959
Amor y responsabilidad. Estudio de moral sexual
.
„Milosc a Odpowiezialnosc”, en Ateneum Kaplanskie, a. 51, vol. 59, n. 2, 1959: 163 ss.,
Milosc i odpowiedzialnosc. Studium etyczne, Lublin, KUL, , 1960. Esta primera edición en polaco fue publicada por la editorial de la KUL. En 1962 apareció la segunda edición polaca en la editorial Znak de Cracovia.
Amour et responsabilité. Etude de moralle sexuelle. París, Societé d’Editions Internationales, 1965. Preface de Henri de Lubac La edición francesa se publica después del Concilio, donde cultivó Wojtyla amistad con quien prologa esta obra.
La edición inglesa se publicó el mismo año que la francesa.
La edición italiana, tres años más tarde: Amore e responsabilitá. Roma, Marietti, 1968. Proemio di card. G. Colombo. .
La edición castellana se traduce de la francesa: Amor y responsabilidad. Estudio de moral sexual, Madrid, Razón y Fe, 1969. Prefacio de Henri de Lubac. Traducción del francés por Juan Antonio Segarra.

El fundamento metafísico y fenomenológico de la norma moral en Tomás de Aquino y Max Scheler”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 247-280.
“O metafizycznej i fenomenologicznej podstawie normy moralnej. W oparciu o koncepcje sw Tomasza z Akwinu oraz Maksa Schelera”, en Roczniki Teologiczne-kanoniczne, vol. VI, 1/2, 1959, pp. 99-124.

La naturaleza humana como fundamento de la formación ética”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 281-288.
“Natura ludzka jako podstawa formacji etycznej”, en Znak, a. XI, n. 6, junio 1959, pp. 693-697.
Es una síntesis, realizada por el mismo autor, de una conferencia pronunciada en la Segunda Semana Filosófica de la Universidad Católica de Lublin.

“¿Qué debería ser la teología moral?”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 289-302.
Versión original: en Atheneum Kaplanskie, vol. 58, 1/3, 1959, pp. 97-104.

martes, 11 de mayo de 2010

Benedicto XVI – peregrino de Nuestra Señora de Fátima

Vengo como peregrino de Nuestra Señora de Fátima, investido por el Altísimo con la misión de confirmar a mis hermanos que peregrinan en su camino hacia el cielo.”



Esta mañana pisaba tierra portuguesa el Santo Padre Benedicto XVI, en su primer viaje apostólico (11-14 de mayo) a Portugal “que inicia bajo el signo de la esperanza” en el 10 aniversario de la beatificación de Jacinta y Francisco, por el Venerable Juan Pablo II.

El Papa Benedicto XVI llega a Portugal sembrando esperanza en momentos difíciles para la Iglesia. No obstante, el Papa nos alienta y estimula “La resurrección de Cristo nos asegura que ningún poder adverso podrá jamás destruir la Iglesia. Así, pues, nuestra fe tiene fundamento, pero hace falta que esta fe se haga vida en cada uno de nosotros. Por tanto, se ha de hacer un gran esfuerzo capilar para que todo cristiano se convierta en un testigo capaz de dar cuenta siempre y a todos de la esperanza que lo anima (cf. 1 P 3,15). Sólo Cristo puede satisfacer plenamente los anhelos más profundos del corazón humano y dar respuesta a sus interrogantes que más le inquietan sobre el sufrimiento, la injusticia y el mal, sobre la muerte y la vida del más allá”

Palabras y momentos que me traen a la memoria aquellas emotivas palabras del cardenal Stanislaw Dziwisz en el epilogo de Memoria e Identidad cuando reflexionaba que quizás había necesidad de aquella sangre en la Plaza San Pedro el 13 de mayo de 1981….cuando la iglesia toda se unió en oración por la salud del Papa.

Los constantes ataques a la Iglesia y a la persona del Papa que presenciamos a diario en todos los rincones del mundo no serán un toque de atención para nosotros los cristianos que flaquea nuestra oración y que debemos redoblar nuestros esfuerzos y fortalecer nuestra fe como nos exhorta el Santo Padre Benedicto XVI?

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domingo, 9 de mayo de 2010

Joaquin Navarro Valls habla de la santidad de Juan Pablo II


El 6 de mayo pasado con ocasión de la investidura de un nuevo doctorado Honoris Causa, que esta vez le fuera otorgado por la Universidad Internacional de Cataluña, el Dr. Joaquin Navarro Valls quien «fue más que un portavoz, fue amigo del Papa» (Dr. Salvador Aragonés - encargado de leer el «laudatio») , hizo algunas reflexiones sobre la persona de Juan Pablo II, tal como él lo veía, en sus recuerdos personales. Después de breves palabras de introducción habló – inevitablemente - de su santidad:

“La evocación de las virtudes de Juan Pablo II suscita la pregunta fundamental sobre qué es lo que ha sido, en él, la santidad Es una pregunta legitima porque no existe santidad en general. No existe una santidad sin la singularidad de cada santo y sin las virtudes normales y visibles atribuibles a alguien. En un santo, el carácter individual se mezcla con el lento trabajo de perfeccionamiento que se cumple en él o en ella durante toda la vida hasta conformarse en una obra maestra y ejemplar que no nos es a nosotros del todo clara y descifrable”
Una respuesta específica a la pregunta sobre la santidad de Juan Pablo II diría que no se aleja mucho de la idea que la gente se ha formado de él. Karol Wojtyla era en el ámbito privado exactamente como se veía en público: un hombre de extraordinario buen humor, enamorado, un cristiano que miraba siempre más allá de si mismo. Por eso no es difícil argumentar en su favor, aunque sea imposible hacerlo convenientemente.
Su peculiaridad personal aparecía principalmente en su relación directa con la trascendencia. Por eso, su espiritualidad era atrayente y simpática, casi naturalmente apostólica y constantemente convincente. Tanto si sufría como si reía – y de las dos cosas era igualmente maestro y discípulo excelente – el no mantenía principalmente una relación especulativa con una divinidad distante y trascendente. En su jornada, estar con Dios era su gran pasión, la más intensa prioridad y, al mismo tiempo la cosa más natural del mundo. Como afirmaba S. Juan de la Cruz – no por casualidad autor muy amado por él – la relación entre Dios y el alma es la de dos amantes.
En la convivencia con él se hacía evidente que Dios no es un código de leyes en quien soportar una creencia sino una Persona a quien creer, en quien esperar y con quien vivir una vida de amor intenso, fiel reciproco, durante toda la existencia personal. A Dios se puede confiar la propia existencia. A un código moral, ni siquiera una jornada.
Este extraordinario itinerario concreto, congenial a su modo de ser muy directo e inmediato, era la verdadera esencia de su religiosidad cristiana, de su santidad de vida en donde la piedra angular de todo el edificio magnifico era la vida ordinaria completamente injertada en Dios e intensamente marcada por la presencia de Dios. Operativa y orante vivida bajo el mismo prisma visual.
[…]
Creo haber entendido realmente cual debe ser la relación verdaderamente cristiana con Cristo cuando he visto el modo con que se dirigía al Crucifijo con la secreta singularidad de un mirarse recíproco en el que se daba y se recibía. Dios no era para él el autor separado de un alma extraña e indiferente sino una Persona que había creado su propia persona: la de Karol Wojtyla. Una Persona con la que poder hablar personalmente y a la que se podía decir, incluso si era necesario: “A veces, no te entiendo”. Una persona. Sin embargo, de la que no podía – ni quería – separarse porque a ella estaba ligado por una relación más intima que aquella que cada uno tiene consigo.

Una vez, creyendo estar solo en su capilla, lo he visto cantar mientras fijaba su mirada en el sagrario. No entonaba, ciertamente, un tema litúrgico sino que modulaba en su lengua polaca canciones populares. Era inevitable que me viniera a la mente de nuevo San Agustín cuando afirmaba “cantar es rezar dos veces”.
No quisiera en absoluto decir que hubiera ingenuidad ni, menos aún ritualidad superficial en el dirigirse a Dios con una tal espontaneidad. En todo caso, había algo concreto en su devoción que incluía el afecto y hasta la ternura. Me parecía – al menos era esto lo que venía a mi mente – que en él se hacía evidente, simultáneamente, la riqueza intelectual de un teólogo y la inocencia espontánea de un chiquillo. Estas dos dimensiones no eran etapas diversas y sucesivas de un itinerario sino la única melodía compuesta de sonidos disímiles pero armoniosamente fundidos en una sola actitud y en una sola experiencia de amor.
Un lado peculiar de su actitud espiritual me ha constantemente sorprendido. Juan Pablo II no era aun asceta moralista y ni siquiera un exhibicionista de heroísmos accesorios e inútiles. Su modo de hacer no era el arduo itinerario apático de un estoico. Sus mortificaciones – que sabía, discreta y frecuentemente buscar – eran sólo el modo estimulante y eficaz de unirse a la Pasión de Cristo, de participar junto a él en las alegrías y dolores que cualquiera desea compartir con la persona que seriamente ama en su intimidad más profunda.
Su actitud parecía enseñar que es mejor sufrir unido a Dios que alegrarse solo. Muy a menudo para Juan Pablo II se trataba solamente de aprovechar las ocasiones que las circunstancias diarias brindaban para ofrecer a Dios algún pequeño – o grande – sacrificio. Rechazar en el avión el lecho preparado para él en los largos viajes intercontinentales y dormir – o tratar de hacerlo – en el asiento, igual al de quienes le acompañábamos; disminuir el alimento de un almuerzo con aparente discreción. O renunciar a beber sin decir nada y sin dar justificación, uniendo pudor y renuncia en una delicada discreción personal que evita extrañas preguntas impertinentes.
La finalidad de estas voluntarias arideces sensibles era garantizar a su alma la libertad, la flexibilidad para una perfecta unión con Cristo: la total disponibilidad a escuchar la llamada interior de Dios siguiendo su voluntad con total eficacia.
Cuando se entraba en su Capilla o en su habitación no era infrecuente encontrarlo rezando extendido en el suelo. Bastaba verlo para comprender que aquello no era una aniquilación e si mismo delante de la infinita majestad del Creador sino el crear una sutil analogía con la que la grandeza de la criatura se unía complemente con Dios mientras la miseria tan bien presente en la criatura encontraba un camino menos inadecuado para unirse al Creador. Si Él se me acerca siempre a mí – parecía decir su vida – es para que yo pueda dirigirme a Él del mismo modo y con la misma confianza.

Y terminaba diciendo Navarro Valls en sus reflexiones “Así vi yo que para Juan Pablo II el amor a Dios tenia este rostro nítido, extremamente habitual y extremamente inusual al mismo tiempo. Un rostro penetrante y profundamente cristiano, habitualmente saturado de santidad”.

Ver texto completo

sábado, 8 de mayo de 2010

Juan Pablo II : Consagración de Argentina a la Virgen de Luján


ORACIÓN DE JUAN PABLO II
En la Avenida 9 de Julio - Buenos Aires (Argentina)
Domingo 12 de abril de 1987
Dentro del marco de la II Jornada Mundial de la Juventud

1.¡Dios te salve, María, llena de gracia, Madre del Redentor!
Ante tu imagen de la Pura y Limpia Concepción, Virgen de Luján, Patrona de Argentina, me postro en este día aquí, en Buenos Aires, con todos los hijos de esta patria querida, cuyas miradas y cuyos corazones convergen hacia Ti; con todos los jóvenes de Latinoamérica que agradecen tus desvelos maternales, prodigados sin cesar en la evangelización del continente en su pasado, presente y futuro; con todos los jóvenes del mundo, congregados espiritualmente aquí, por un compromiso de fe y de amor; para ser testigos de Cristo tu Hijo en el tercer milenio de la historia cristiana, iluminados por tu ejemplo, joven Virgen de Nazaret, que abriste las puertas de la historia al Redentor del hombre, con tu fe en la Palabra, con tu cooperación maternal.
2. ¡Dichosa tú porque has creído!
En el día del triunfo de Jesús, que hace su entrada en Jerusalén manso y humilde, aclamado como Rey por los sencillos, te aclamamos también a Ti, que sobresales entre los humildes y pobres del Señor; son éstos los que confían contigo en sus promesas, y esperan de E1 la salvación. Te invocamos como Virgen fiel y Madre amorosa, Virgen del Calvario y de la Pascua, modelo de la fe y de la caridad de la Iglesia, unida siempre, como Tú, en la cruz y en la gloria, a su Señor.
3. ¡Madre de Cristo y Madre de la Iglesia!
Te acogemos en nuestro corazón, como herencia preciosa que Jesús nos confió desde la cruz. Y en cuanto discípulos de tu Hijo, nos confiamos sin reservas a tu solicitud porque eres la Madre del Redentor y Madre de los redimidos.
Te encomiendo y te consagro, Virgen de Luján, la patria argentina, pacificada y reconciliada, las esperanzas y anhelos de este pueblo, la Iglesia con sus Pastores y sus fieles, las familias para que crezcan en santidad,los jóvenes para que encuentren la plenitud de su vocación, humana y cristiana, en una sociedad que cultive sin desfallecimientolos valores del espíritu. Te encomiendo a todos los que sufren, a los pobres, a los enfermos, a los marginados; a los que la violencia separó para siempre de nuestra compañía, pero permanecen presentes ante el Señor de la historia y son hijos tuyos, Virgen de Luján, Madre de la Vida. Haz que Argentina entera sea fiel al Evangelio, y abra de par en par su corazón a Cristo, el Redentor del hombre, la Esperanza de la humanidad.
4. ¡Dios te salve, Virgen de la Esperanza!
Te encomiendo a todos los jóvenes del mundo, esperanza de la Iglesia y de sus Pastores; evangelizadores del tercer milenio, testigos de la fe y del amor de Cristo en nuestra sociedad y entre la juventud. Haz que, con la ayuda de la gracia, sean capaces de responder, como Tú, a las promesas de Cristo, con una entrega generosa y una colaboración fiel. Haz que, como Tú, sepan interpretar los anhelos de la humanidad; para que sean presencia saladora en nuestro mundo Aquel que, por tu amor de Madre, es para siempre el Emmanuel, el Dios con nosotros, y por la victoria de su cruz y de su resurrección está ya para siempre con nosotros, hasta el final de los tiempos.
Amén.

viernes, 7 de mayo de 2010

Del tríptico de Monte del Gozo


En aquel inolvidable encuentro de Juan Pablo II con los jóvenes de todo el mundo en Santiago de Compostela para la IV Jornada Mundial de la Juventud 1989, el Papa invito a meditar sobre el Camino, la Verdad y la Vida. Jornadas que tuvieron como punto central del tríptico a Jesucristo en cuanto es nuestro Camino, Verdad y Vida (cf. Jn 14,6).

Se acercan las JMJ en España. Transitando un nuevo camino de privilegio… Se aprestan los preparativos, se llama a voluntarios…. Faltan 464 dias. La Cruz y el icono han salido de la sede anfitriona de la próxima JMJ, Madrid, para comenzar su periplo por el resto de las provincias españolas que ya la esperan. La primera etapa comienza en una de las provincias más alejadas de Madrid…..las Islas Canarias, en el Atlántico, frente a las costas africanas.
Este verano los jóvenes tienen una cita en Santiago de Compostela. Coincidiendo con la celebración a lo largo de 2010 del Año Santo Compostelano, la archidiócesis ha organizado la Peregrinación y Encuentro de Jóvenes (PEJ), que se celebrará entre el 5 y 8 de agosto de este año. Y algunos meses mas tarde el Santo Padre Benedicto XVI Padre visitará Santiago para consagrar el nuevo altar de la catedral, en una breve visita a España.
Ante un nuevo desafío y pasados ya los 20 años de aquel encuentro de 1989 volvemos atrás en el recuerdo para reflexionar junto a Juan Pablo II sobre la primera parte del Mensaje para aquellas Jornadas de 1989: El significado de la palabra «camino».
En una nueva etapa del mismo camino.
"1.2. Vamos a reflexionar sobre el significado de la palabra «camino», para que esta conversión del corazón y el encuentro con el Señor, que estamos viviendo, den sentido a nuestra vida.
La palabra «camino» está muy relacionada con la idea de «búsqueda», Este aspecto ha sido resaltado en la representación que estamos viendo.
¿Qué buscáis, peregrinos?, ha preguntado la Encrucijada de los caminos. Esta encrucijada representa la pregunta que el hombre se hace sobre el sentido de la vida, sobre la meta que quiere alcanzar, sobre la razón de su comportamiento.
Hemos visto representadas, de forma muy expresiva, algunas de las cosas que frecuentemente muchos hombres se ponen como meta de su vida y de su acción: el dinero, el éxito, el egoísmo, el bienestar. Pero los jóvenes peregrinos del escenario han visto que a la larga esto no satisface al hombre. Estas cosas no pueden llenar el corazón humano.
1.3. ¿Qué buscáis, peregrinos? Esta pregunta nos la tenemos que hacer todos aquí. Sobre todo vosotros, queridos jóvenes, que tenéis ahora la vida por delante. Os invito a decidir de forma definitiva la dirección de vuestro camino.
Con las mismas palabras de Cristo os pregunto: «¿Qué buscáis?» (Jn 1, 38). ¿Buscáis a Dios?La tradición espiritual del cristianismo no sólo subraya la importancia de nuestra búsqueda de Dios. Resalta algo todavía más importante: es Dios quien nos busca. El nos sale al encuentro.
Nuestro camino de Compostela significa querer dar una respuesta a nuestras necesidades, a nuestros interrogantes, a nuestra «búsqueda» y también salir al encuentro de Dios que nos busca con un amor tan grande que difícilmente logramos entender.
1.4. Este encuentro con Dios se realiza en Jesucristo. En El, que ha dado la vida por nosotros, en su humanidad, experimentamos el amor que Dios nos tiene. «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3, 16).
Y al igual que Jesús llamó a Santiago y a los otros Apóstoles también nos llama a cada uno de nosotros. Cada uno de nosotros, aquí, en Santiago, tiene que entender y creer: «Dios me llama, Dios me envía». Desde la eternidad Dios ha pensado en nosotros y nos ha amado como personas únicas e irrepetibles. El nos llama y su llamada se realiza a través de la persona de Jesucristo que nos dice, como ha dicho a los Apóstoles: «Ven y sígueme». ¡El es el Camino que nos conduce al Padre!Pero hay que reconocer que nosotros no tenemos ni la fuerza; ni la constancia, ni la pureza de corazón suficiente para seguir a Dios con toda nuestra vida y con todo nuestro corazón. Pidámosle a María, Ella que ha sido la primera en seguir el camino de su Hijo, que interceda por nosotros.
Jesús desea acompañarnos, como acompañó a los discípulos en el camino de Emaús. El nos indica la dirección del camino a seguir. El nos da la fuerza. Al volver a casa, al igual que los discípulos del relato evangélico, podremos decir que nuestro corazón ardía cuando nos hablaba en el camino y que le hemos reconocido al partir el pan (cf. Lc 24, 22.25). Será el momento de presentarnos a nuestros hermanos, sobre todo a los demás jóvenes, como testigos. ¡Sí! ¡Testigos del amor de Dios y de su esperanza de salvación!"

jueves, 6 de mayo de 2010

Karol Wojtyla: Escritos ordenados cronológicamente (3)

Del libro de la Dra. Graciela M. Palau
LA AUTOREALIZACION segùn el personalismo integral de Karol Wojtyla (Educa – Cátedra Juan Pablo II, 2007)
(3ra parte de Apéndice II )

Recuerdo la nota de la autora que en negrilla figuran sòlo los ensayos y artìculos de caràcter flosòfico o con un claro contenido filosòfico.

ARTÍCULOS FILOSÓFICOS DE ÉTICA PERSONALISTA

Los siguientes artículos fueron publicados en Tygodnik Powszechny (1957). Wojtyla los escribió a pedido de Turowicz. Son una serie de 20 partes titulada “El ABC de la ética.” Presentan cuestiones filosóficas y teológicas a una audiencia no especializada aunque sirven también a especialistas[i]. Traducidos al italiano en una obra titulada Educazione all’amore, Logos, Roma, 1978. Publicados en castellano en Mi visión del hombre. Hacemos constar la versión original en polaco.

La moral y la ética”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 2-28.
“Moralnosc a etyka”, en Tygodnik Powszechny, n. 9 (1957), p. 3.

El problema de la ética científica”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 29-34.
“Problem etyki naukowej”, en Tygodnik Powszechny, n. 10 (1957), p. 3.
Polémica contra la ética científica que se refiere indirectamente al marxismo[ii].

El origen de las normas morales”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 35-39.
“O pochodzeniu norm moralnych”, en Tygodnik Powszechny, n. 11 (1957), p. 3.

El realismo en la ética”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 40-43.
“Realizm w etyce”, en Tygodnik Powszechny, n. 12 (1957), p. 7.

Naturaleza y perfección”, en Mi visión del hombre, o.c. , pp. 44-48.
“Natura i doskonalosc”, en Tygodnik Powszechny, n. 13 (1957), p. 11.

El significado del deber”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 49-54.
“Znaczenie powinnosc”i, en Tygodnik Powszechny, n. 16 (1957), p. 11.

“La ley natural” , en Mi visión del hombre, o.c., 1997, pp.55-59.
“Prowo natury”, en Tygodnik Powszechny, n. 28 (1957), p. 7.

Humanismo y fin del hombre”, en Mi visión del hombre, o.c., 1997, pp. 60-64.
“Humanizm a cel czlowieka”, en Tygodnik Powszechny, n. 31 (1957), p. 7.

El problema de la verdad y de la misericordia”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 65-67.
“Problem prawdy i milosierdzia”, en Tygodnik Powszechny, n. 33 (1957), p. 11.

El problema del desinterés”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 68-71.
Problem bezinteresownosci, en Tygodnik Powszechny, n. 34 (1957), p. 7.

La verdadera interpretación de la doctrina sobre la felicidad”, en Mi visión del hombre, o.c., 1997, pp. 72-74.
“Wlasciwa interpretacja nauki o szczesziu”, en Tygodnik Powszechny, n.36 (1957), p. 11.

La postura frente al placer”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 75-77.
“Stosunek do przyjemnosci”, en Tygodnik Powszechny, n. 38 (1957), p. 7.

Los valores”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 78-81.
“Wartosci”, en Tygodnik Powszechny, n. 39 (1957), p. 11.

“¿Qué es la ascética?”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 82-84.
“Co to jest asceza?”, en Tygodnik Powszechny, n. 40 (1957), p. 7.

Idea y humildad”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 85-88.
“Pomyst i pokora” en Tygodnik Powszechny , n. 41, p. 7.

La visión de Dios”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 89-92.
“Widzenie Boga”, en Tygodnik Powszechny, (1957) n. 43, p. 7.

1958
La piedra angular de la ética social”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 93-97.
Versión original: en Tygodnik Powszechny, n. 1 (1958), p. 7.

Justicia y amor”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 98-102.
Versión original: en Tygodnik Powszechny, n. 2 (1958), p. 7.

“El problema de la lucha”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 103-107.
Versión original: en Tygodnik Powszechny, n. 3 (1958), p. 7.

Una ética independiente a la luz de la idea de justicia”, en Mi visión del hombre, o.c., pp. 108-116.
Versión original: en Tygodnik Powszechny, n. 6 (1958), p. 7.

“Perfiles de un cireneo”, en Tygodnik Powszechny: Ciclo de poemas. (23 de marzo).
ANDRZEJ JAWIEN, “Profile Cyrenejczyka” en Tygodnik Powszechny, a. 12, n. 13, 1958.
Se refiere al encuentro con lo sagrado. Enseña que todo hombre debe aprender a querer su destino para descubrirse a sí mismo.[iii] Describe al hombre emotivo, intelectual, voluntarista.[iv]

“La propedéutica del Sacramento del matrimonio”, en El don del amor, o.c., pp. 101-127.
“Propedeutyka Sakramentu Mazenstwa”, en Rola kobiety w Kosciele, Lublin, 1958, pp. 87-92.


[i] Cfr. TE, p. 164. Según Buttiglione “se trata de una exposición, muy viva, en el lenguaje existencial, de las posiciones fundamentales de la ética católica [...] en algunos casos, preludian las soluciones que se propondrán en las obras principales”, PKW, p. 101, nota 38.
[ii] Cfr. PKW, p. 336.
[iii] Cfr. PKW, p. 281.
[iv] Wojtyla, Karol. Poesías, o.c., pp. 53-64 consta como perteneciente al año 1957.