Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

lunes, 31 de marzo de 2008

Mis dias en Roma 1.

Hola a todos los que les debo noticias. (perdon por lo breve y la falta de acentos - que no encuentro aqui)

30 de marzo Domingo de la Misericordia
Ya habia asistido la noche anterior a la Vigilia, sin haberlo intentado. Parecia llamarme...pues el dia de llegada ( sabado 29) pensaba ir a Misa a "mi" iglesia Santa Maria in Traspontina, pero estaba cerrada...asi que enfile hacia Santo Spirito in Sassia donde estaban oficiando la Misa de la Vigilia. La iglesia llenisima. Tambien me entero del programa para el dia siguiente: abrian a las 5 de la maniana para un rezo continuo durante todo el dia hasta medianoche. No estuve alli a las 5 ;) pero a las 8 la iglesia ya estaba llena, misa a las 9.30 oficiada por el cardenal Bertone en representacion del Santo Padre, que estaba en Castelgandolfo. Hermosa homilia. Un mar de gente. Terminada la Misa en procesion hacia la Plaza San Pedro donde nos "encontrabamos" con el Santo Padre Benedicto XVI en conexion con Castelgandolfo. Luego regresamos a la Iglesia de Santo Spirito in Sasia para la Misa de las 13 y ya nos quedamos para la Coronilla de la Divina Misericordia a las 15.00. La iglesia colmada. A las 16.00 habian programado un encuentro para los italianos y a las 17.00 para los polacos, que no tengo idea como pudiern entrar - si es que lo lograron - por el poco recambio de gente que habia.
La Iglesia del Espiritu Santo (Chiesa del Santo Spirito in Sassia) a pasos de la Plaza San Pedro, es el Centro de la Divina Misericordia en Roma desde 1993 y a la cual Juan Pablo II dono una imagen de Jesus Misericordioso que bendijo el 23 de abril de 1995.
El domingo fue un dia de oracion casi total para nosotras hasta las 16.00 aprox. Luego paseamos un poco. Enfilamos hacia Piazza Spagna y a la Fontana di Trevi, donde no pude resistir a la tentacion de tirar una monedita para volver a Roma en octubre ???? para la beatificacion tan esperada de Juan Pablo II. Nada se sabe, todos la esperamos. Dios dira.
En Termini averiguamos algunos horarios para Foggia (San Giovanni Rotondo) y Loreto, pero creo que se nos va a hacer dificil. Parece que hubo cambios de horarios con respecto al anio pasado.
Hoy 31 de mazo
Me dormi. Estaba rendida. De todas maneras lo primero fue ir a saludar a Juan Pablo II, me quede "charlando" largo rato pidiendo intercesiones y agradeciendo. De repente alli ante la tumba se presento una familia con un hijo discapacitado que literalmente se "desarmo" ante la tumba, debieron acercarle una silla y aproveche para entregarles la unica estampa con reliquia de Juan Pablo II que tenia conmigo. Charle con la madre, que estaba desesperada y rece por ellos. Cuantos dolores y sufrimientos. Cuanto misterio...
Logramos conseguir entradas para visitar las excavaciones bajo la Basilica para maòana, asi que despues les cuento.
Por la tarde pasamos por Trastevere, bonito, unico, muy "Roma" con esas callecitas que invitan al paseo. Quizas si fuese mas pulcro no seria Roma...Visitamos la Iglesia barroca de Santa Maria, al cuidado de los carmelitas desde 1597.
Quizas maniana vayamos a Mentorella, es casi un suenio, adonde tan a menudo se escapaba Juan Pablo II y donde solia ir a cantar el Magnificat... pero lo veo dificil..
Bueno quizas hasta maniana....

domingo, 30 de marzo de 2008

Viaje Juan Pablo II Uruguay, Chile y Argentina 1987

El 31 de marzo de 1987 el Santo Padre Juan Pablo II iniciaba un viaje a Uruguay, Chile y Argentina que terminaria el 12 de abril de 1987 en Argentina, donde se realizo la II Jornada Mundial de la Juventud.
Prometo desarrrollarlo a mi regreso en Mayo.

Vacaciones-peregrinacion 2008 Roma

Solo puedo escribir un breve comentario por la poca disponibilidad que tengo que usar la computadora aqui donde estoy en Roma.
Quisiera recordarles que el 26 de marzo de 1985 Juan Pablo II firmo la Carta apostolica Dilecti Amici dirigida a los jovenes de todo el mundo con el generoso y profundo lema "Siempre prontos para dar razon de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere" Fue fue dada a conocer el 31 de Marzo de 1985, Domingo de Ramos dentro del marco del Encuentro Intrnacional de los Jovenes.
Tambien invito a leer el discurso del Santo Padre Juan Pablo II, que fuera precedido po un saludo de nuestro querido Cardenal Eduardo Pironio.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Este blog se va de vacaciones

Este blog se va de vacaciones-peregrinación.
Se va, pero no se va...seguiré recordando las fechas más importantes del Pontificado de Juan Pablo II y las iré desarrollando o completando a mi regreso.
Pero prometo ir incluyendo un breve diario de mis andanzas más relacionadas con Juan Pablo II y que comenzarán cuando llegue a Roma para asistir al Congreso de la Divina Misericordia del 2 al 6 de abril próximo.

martes, 25 de marzo de 2008

Evangelium Vitae


El 25 de marzo de 1995 el Santo Padre Juan Pablo II daba a conocer la Enciclica Evangelium Vitae sobre el Valor y el Caracter Inviolable de la Vida Humana.


El contenido y el objetivo de la encíclica se presenta en la Introducción, en palabras y realidades cada vez más actuales:
Dice Juan Pablo II: “Hoy este anuncio es particularmente urgente ante la impresionante multiplicación y agudización de las amenazas a la vida de las personas y de los pueblos, especialmente cuando ésta es débil e indefensa. A las tradicionales y dolorosas plagas del hambre, las enfermedades endémicas, la violencia y las guerras, se añaden otras, con nuevas facetas y dimensiones inquietantes…
Por desgracia, este alarmante panorama, en vez de disminuir, se va más bien agrandando. Con las nuevas perspectivas abiertas por el progreso científico y tecnológico surgen nuevas formas de agresión contra la dignidad del ser humano, a la vez que se va delineando y consolidando una nueva situación cultural, que confiere a los atentados contra la vida un aspecto inédito y —podría decirse— aún más inicuo ocasionando ulteriores y graves preocupaciones: amplios sectores de la opinión pública justifican algunos atentados contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual, y sobre este presupuesto pretenden no sólo la impunidad, sino incluso la autorización por parte del Estado, con el fin de practicarlos con absoluta libertad y además con la intervención gratuita de las estructuras sanitarias……
En la actualidad, todo esto provoca un cambio profundo en el modo de entender la vida y las relaciones entre los hombres. El hecho de que las legislaciones de muchos países, alejándose tal vez de los mismos principios fundamentales de sus Constituciones, hayan consentido no penar o incluso reconocer la plena legitimidad de estas prácticas contra la vida es, al mismo tiempo, un síntoma preocupante y causa no marginal de un grave deterioro moral. Opciones, antes consideradas unánimemente como delictivas y rechazadas por el común sentido moral, llegan a ser poco a poco socialmente respetables. La misma medicina, que por su vocación está ordenada a la defensa y cuidado de la vida humana, se presta cada vez más en algunos de sus sectores a realizar estos actos contra la persona, deformando así su rostro, contradiciéndose a sí misma y degradando la dignidad de quienes la ejercen. En este contexto cultural y legal, incluso los graves problemas demográficos, sociales y familiares, que pesan sobre numerosos pueblos del mundo y exigen una atención responsable y activa por parte de las comunidades nacionales y de las internacionales, se encuentran expuestos a soluciones falsas e ilusorias, en contraste con la verdad y el bien de las personas y de las naciones.
El resultado al que se llega es dramático: si es muy grave y preocupante el fenómeno de la eliminación de tantas vidas humanas incipientes o próximas a su ocaso, no menos grave e inquietante es el hecho de que a la conciencia misma, casi oscurecida por condicionamientos tan grandes, le cueste cada vez más percibir la distinción entre el bien y el mal en lo referente al valor fundamental mismo de la vida humana.
El Consistorio extraordinario de Cardenales, celebrado en Roma del 4 al 7 de abril de 1991, se dedicó al problema de las amenazas a la vida humana en nuestro tiempo. Después de un amplio y profundo debate sobre el tema y sobre los desafíos presentados a toda la familia humana y, en particular, a la comunidad cristiana, los Cardenales, con voto unánime, me pidieron ratificar, con la autoridad del Sucesor de Pedro, el valor de la vida humana y su carácter inviolable, con relación a las circunstancias actuales y a los atentados que hoy la amenazan…..
Hoy una gran multitud de seres humanos débiles e indefensos, como son, concretamente, los niños aún no nacidos, está siendo aplastada en su derecho fundamental a la vida. Si la Iglesia, al final del siglo pasado, no podía callar ante los abusos entonces existentes, menos aún puede callar hoy, cuando a las injusticias sociales del pasado, tristemente no superadas todavía, se añaden en tantas partes del mundo injusticias y opresiones incluso más graves, consideradas tal vez como elementos de progreso de cara a la organización de un nuevo orden mundial.
La presente Encíclica, fruto de la colaboración del Episcopado de todos los Países del mundo, quiere ser pues una confirmación precisa y firme del valor de la vida humana y de su carácter inviolable, y, al mismo tiempo, una acuciante llamada a todos y a cada uno, en nombre de Dios: ¡respeta, defiende, ama y sirve a la vida, a toda vida humana! ¡Sólo siguiendo este camino encontrarás justicia, desarrollo, libertad verdadera, paz y felicidad!
¡Que estas palabras lleguen a todos los hijos e hijas de la Iglesia! ¡Que lleguen a todas las personas de buena voluntad, interesadas por el bien de cada hombre y mujer y por el destino de toda la sociedad!
En comunión profunda con cada uno de los hermanos y hermanas en la fe, y animado por una amistad sincera hacia todos, quiero meditar de nuevo y anunciar el Evangelio de la vida, esplendor de la verdad que ilumina las conciencias, luz diáfana que sana la mirada oscurecida, fuente inagotable de constancia y valor para afrontar los desafíos siempre nuevos que encontramos en nuestro camino
”.


Redemptoris Mater



El 25 de marzo de 1987, cercanos al fin del segundo Milenio después de Cristo y al comienzo del tercero…
decia el Santo Padre Juan Pablo II en su introducción a la Encíclica Redemptoris Mater, sobre la Bienaventurada Virgen Maria en la Vida de la Iglesia peregrina:

“deseamos dirigirnos de modo particular a la que, en la « noche » de la espera de Adviento, comenzó a resplandecer como una verdadera « estrella de la mañana » (Stella matutina). En efecto, igual que esta estrella junto con la « aurora » precede la salida del sol, así María desde su concepción inmaculada ha precedido la venida del Salvador, la salida del « sol de justicia » en la historia del género humano”



Su amor a Maria venía de más lejos, desde sus muy tempranos años como dijera en Don y Misterio “La veneración a la Madre de Dios en su forma tradicional me viene de la familia y de la parroquia de Wadowice. Recuerdo, en la iglesia parroquial, una capilla lateral dedicada a la Madre del Perpetuo Socorro a la cual por la mañana, antes del comienzo de las clases, acudían los estudiantes del instituto. También, al acabar las clases, en las horas de la tarde, iban muchos estudiantes para rezar a la Virgen….En Debniki, en el período en el que iba tomando fuerza mi vocación sacerdotal, gracias también al mencionado influjo de Jan Tyranowski, mi manera de entender el culto a la Madre de Dios experimentó un cierto cambio. Estaba ya convencido de que Maria nos lleva a Cristo, pero en aquel período empecé a entender que también Cristo nos lleva a su Madre. Hubo un momento en el cual me cuestioné de alguna manera mi culto a María, considerando que éste, si se hace excesivo, acaba por comprometer la supremacía del culto debido a Cristo. Me ayudó entonces el libro de San Luis María Grignion de Montfort titulado "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen''. En él encontré la respuesta a mis dudas….Comprendí entonces por qué la Iglesia reza el Ángelus tres veces al día. Entendí lo cruciales que son las palabras de esta oración: "El Ángel del Señor anunció a María. Y Ella concibió por obra del Espíritu Santo... He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra... Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros..." ¡Son palabras verdaderamente decisivas! Expresan el núcleo central del acontecimiento más grande que ha tenido lugar en la historia de la humanidad. Esto explica el origen del Totus Tuus. La expresión deriva de San Luis María Grignion de Montfort. Es la abreviatura de la forma más completa de la consagración a la Madre de Dios, que dice: Totus tuus ego sum et omnia mea Tua sunt. Accipio Te in mea omnia. Praebe mihi cor Tuum, Maria”


En Maria Mediadora leemos : La doctrina de la Mediación de María, es desarrollada muy ampliamente por el Santo Padre Juan Pablo II en su Carta Encíclica "Redemptoris Mater". Oportunamente el Concilio Vaticano II mencionó también el título «Mediadora» y habló de hecho de la Mediación de María (LG 60 y 62), pero este tema nunca se había expuesto hasta ahora en documentos magisteriales de forma tan amplia. La Encíclica no va de hecho más allá del Concilio, cuya terminología hace suya. Pero ahonda los planteamientos de éste y les da con ello nuevo peso para la teología y la piedad.


Mons. Jose Maria Arancedo, Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, Argentina comentaba en su homilía el 8 de marzo para la celebración del Dia Internacinal de la Mujer:
“Para la mujer dirigir su mirada a la Virgen, Nuestra Madre, no es sólo un acto de religiosidad, sino también descubrir en ella el secreto para vivir dignamente su femineidad, como el camino para llevar a cabo su verdadera promoción. A la luz de María, nos recordaba Juan Pablo II, la Iglesia lee en el rostro de la mujer los reflejos de una belleza, que es espejo de los más altos sentimientos de que es capaz el corazón humano, así: la oblación total del amor, la fuerza que sabe resistir a los más grandes dolores, la fidelidad sin límites, la laboriosidad infatigable y la capacidad de conjugar la intuición penetrante con la palabra de apoyo y de estímulo (cfr. Redemptoris Mater, 46)”


Oracion de Juan Pablo II a la Santisima Trinidad por la vida consagrada


Trinidad Santísima, beata y beatificante, haz dichosos a tus hijos e hijas que has llamado a confesar la grandeza de tu amor, de tu bondad misericordiosa y de tu belleza.

Padre Santo, santifica a los hijos e hijas que se han consagrado a ti para la gloria de tu nombre. Acompáñales con tu poder, para que puedan dar testimonio de que Tú eres el Origen de todo, la única fuente del amor y la libertad. Te damos gracias por el don de la vida consagrada, que te busca en la fe y, en su misión universal, invita a todos a caminar hacia ti.

Jesús Salvador, Verbo Encarnado, así como has dado tu forma de vivir a quienes has llamado, continúa atrayendo hacia ti personas que, para la humanidad de nuestro tiempo, sean depositarias de misericordia, anuncio de tu retorno, y signo viviente de los bienes de la resurrección futura. ¡Ninguna tribulación los separe de ti y de tu amor!

Espíritu Santo, Amor derramado en los corazones, que concedes gracia e inspiración a las mentes, Fuente perenne de vida, que llevas la misión de Cristo a su cumplimiento con numerosos carismas, te rogamos por todas las personas consagradas. Colma su corazón con la íntima certeza de haber sido escogidas para amar, alabar y servir. Haz que gusten de tu amistad, llénalas de tu alegría y de tu consuelo, ayúdalas a superar los momentos de dificultad y a levantarse con confianza tras las caídas, haz que sean espejo de la belleza divina. Dales el arrojo para hacer frente a los retos de nuestro tiempo y la gracia de llevar a los hombres la benevolencia y la humanidad de nuestro Salvador Jesucristo (cf. Tt 3, 4).

Exhortacion apostólica Vita consacrata


El 25 de marzo de 1996 el Santo Padre Juan Pablo II daba a conocer la Exhortación Apostólica post-sinodal sobre la vida consagrada y su mision en la Iglesia y en el mundo Vita consacrata, dirigida al episcopado, al clero, a las ordenes y congregaciones religiosas, a las sociedades de vida apostólica, a los institutos seculares y a todos los fieles.

Al respecto explicaba “El papel de la vida consagrada en la Iglesia es tan importante que decidí convocar un Sínodo para profundizar en su significado y perspectivas, en vista del ya inminente nuevo milenio. Quise que en la Asamblea sinodal estuvieran también presentes, junto a los Padres, numerosos consagrados y consagradas, para que no faltase su aportación a la reflexión común……. El Sínodo ha podido comprobar la difusión universal de la vida consagrada, presente en las Iglesias de todas las partes de la tierra…………. De este modo, si en algunas regiones de la tierra los Institutos de vida consagrada parece que atraviesan un momento de dificultad, en otras prosperan con sorprendente vigor…. Es justo, por tanto, esperar que las distintas formas de vida contemplativa experimenten una creciente difusión en las Iglesias jóvenes…… nuevas formas de vida consagrada, como queriendo corresponder, según un providencial designio, a las nuevas necesidades que la Iglesia encuentra hoy al realizar su misión en el mundo. Pienso en primer lugar en los Institutos seculares, cuyos miembros quieren vivir la consagración a Dios en el mundo mediante la profesión de los consejos evangélicos en el contexto de las estructuras temporales, para ser así levadura de sabiduría y testigos de gracia dentro de la vida cultural, económica y política.

Nos decia entre otros que “Merecen especial mención, además, las Sociedades de vida apostólica o de vida común, masculinas y femeninas, las cuales buscan, con un estilo propio, un específico fin apostólico o misionero…….. La perenne juventud de la Iglesia continúa manifestándose también hoy: en los últimos decenios, después del Concilio Ecuménico Vaticano II, han surgido nuevas o renovadas formas de vida consagrada.
La Exhortación incluye también un agradecimiento y una súplica presentada en forma de oración, que incluyo por separado.

Juan Pablo II Oracion por la familia Jubileo 1984


Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra; Padre, que eres Amor y Vida, haz que cada familia humana sobre la tierra se convierta, por medio de tu Hijo Jesucristo, "nacido de mujer", y mediante el Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y del amor para las generaciones que siempre se renuevan.

Haz que tu gracia guíe los pensamientos y las obras de los esposos hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.

Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.

Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente. te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia.

Por Cristo nuestro Señor, que es el camino, la verdad y la vida. por los siglos de los siglos.
Amén.

Jubileo de las Familias 1984


En la homilía de la Santa Misa celebrada en la Plaza San Pedro con ocasión del Jubileo de las Familias el 25 de marzo de 1984 el Santo Padre invitaba a los esposos y a todos los presentes a la “Fuente de agua viva, que es Jesucristo, el Redentor del mundo; Jesucristo, Esposo divino de la Iglesia, Esposa suya en la tierra”.
A los esposos en especial les habló de “La alianza del amor esponsal, de ese "gran Misterio" en Cristo y en la Iglesia”. Invitaba a todos a a meditar, a la luz del misterio de la Redención, sobre la dignidad y la grandeza de la vocación de esposos y padres; a renovar, en este Misterio divino, la gracia del sacramento del matrimonio y a “abrir de para en par sus corazones para que se inclinen hacia la fuente de agua viva, que salta hasta la vida eterna!”
A los esposos les recordaba las enseñanzas de la Iglesia en especial de las de esta época contenidas en Casti connubii, la Gaudiurn et spes, la Humanae vitae y la Familiaris consortio y les invitaba a orar juntos “por la victoria de este amor en cada uno de vosotros, en cada matrimonio, en cada Familia. . De esta victoria depende el futuro de toda la familia humana”- decía y reiteraba que la “La Iglesia la pide sin cesar, rezando como hemos hecho durante el Sínodo de los Obispos del año 1980 relativo a la misión de la familia cristiana en el mundo actual”.
La celebración culminaba con una Oración por la Familia que se incluye en entrada por separado.

Exhortacion apostólica Redemptionis Donum


El 25 de marzo de 1984 Juan Pablo II firmo la Exhortacion apostólica Redemptionis Donum, (publicada el 29 de marzo de 1984) dirigida “de modo particular a todos vosotros, Religiosos y Religiosas, enteramente consagrados a la contemplación o entregados a las diversas obras de apostolado” y quería ser la“expresión del amor que la Iglesia siente por los Religiosos y las Religiosas….un bien especial de la Iglesia”.

El dia que se recordaba la inauguración del Jubileo de la Redención, celebrada el año anterior, se dirigía a las congregaciones para “invitaros a avivar vuestra consagración religiosa según el modelo de la consagración de la misma Madre de Dios”.

La exhortación se compone de varios capitulos relacionados con la vocación, la consagración, consejos evangélicos, castidad pobreza, obediencia, y el amor a la Iglesia.

“¡Qué pobre fue en la noche de Belén y qué pobre en el Calvario! ¡Cuán obediente se mostró durante la Anunciación; y después -al pie de la Cruz- cuán obediente se mostró hasta el punto de aceptar la muerte del Hijo, que se ha hecho obediente hasta la muerte! ¡Cuán entregada estuvo durante su vida terrena a la causa del reino de los cielos por purísimo amor!”

Año Santo de la Redención


El año Santo de la Redención marcaba un hito en la historia de la humanidad, el aniversario de los 1950 años de la muerte redentora de Jesucristo. El 25 de marzo, dia que celebramos “el momento que la Virgen pronunció su «sí» al anuncio del ángel” en el año 1983 el Santo Padre Juan Pablo II inauguraba el Año Santo de la Redención.
Entrar por la puerta Santa era un símbolo, dijo en la Homilía al inaugurar el Año Santo, y no solo significaba entrar “en las dimensiones de la Iglesia, sino tambien en la dimensión de la gracia y la salvación del Misterio de la Redención”, entrando por esa Puerta Santa en sus pensamientos y deseos el Santo Padre Juan Pablo II entraba también en todas "las catedrales, iglesias y capillas de las tierras mas lejanas, en especial de aquellas de la misión y en todas las comunidades cristianas" dondequiera se encontrasen, teniendo presente de manera especial a todas aquellas de las “catacumbas del mundo contemporáneo”.
“En el ministerio petrino está también el ministerio de la unidad. La tarea de Pedro, - habia dicho en Cruzando el umbral de la esperanza - es la de “buscar constantemente las vias que sirvan al mantenimiento de la unidad. No debe crear obstáculos, sino buscar soluciones, hacer siempre la verdad en la caridad”
Fiel a ese sentir ecuménico y a su deseo de acercamiento a la iglesia luterana y a las iglesias del este se produjeron en el año importantes encuentros con personalidades de las Iglesias cristianas, ortodoxas y católicas del este. Aun queda mucho por hacer en la Iglesia y todos nosotros estamos llamados a orar por ello.

lunes, 24 de marzo de 2008

Oración de Juan Pablo II por los jóvenes - Monte de las Bienaventuranzas


Oh, Señor Jesucristo,
en este lugar que conociste y amaste tanto,
escucha a estos corazones jóvenes y generosos.
Sigue enseñando a estos jóvenes
la verdad de los mandamientos
y de las bienaventuranzas.
Haz que sean testigos gozosos de tu verdad
y apóstoles convencidos de tu reino.
Permanece siempre junto a ellos,
especialmente cuando seguirte a ti y tu Evangelio
sea difícil y exigente.
Tú serás su fuerza,
tú serás su victoria.
Oh, Señor Jesús,
tú has hecho de estos jóvenes tus amigos:
manténlos siempre junto a ti.
Amén.

Juan Pablo II peregrinación jubilar por Tierra Santa - con los jóvenes


Ya era el cuarto día de la peregrinación jubilar por Tierra Santa (20 al 26 marzo 2000) y Juan Pablo II habia vivido extensas y emocionantes jornadas en esta, su segunda visita a los Santos Lugares. Ya había pasado por Belén, donde había nacido Jesús, y también por aquel lugar donde “los recuerdos, la mente, el corazón y el alma sienten una gran necesidad de silencio. Silencio para recordar….. Silencio porque no hay palabras suficientemente fuertes para deplorar la terrible tragedia de la Shoah” ... recordaba la ocupación de Polonia durante la guerra…a sus amigos y vecinos judíos….

Ahora le tocaba estar con los jóvenes en la reunión más concurrida de la historia del Estado de Israel. Y después de hablarles desde el Monte de las Bienaventuranzas este sucesor nro 263 de Pedro estaria orando en la casa de Pedro.

Bienaventurados los pobres de espíritu, los mansos, los misericordiosos, los que lloráis, los que tenéis hambre y sed de justicia, los limpios de corazón, los que trabajáis por la paz y los perseguidos". ¡Bienaventurados!”

En sus palabras a los jóvenes les dijo “hemos sido elegidos para marchar, y no somos nosotros quienes establecemos la meta de este camino”…. “Estos dos montes, el Sinaí y el de las Bienaventuranzas, nos ofrecen el mapa de nuestra vida cristiana y una síntesis de nuestras responsabilidades ante Dios y ante nuestro prójimo….. La Ley y las bienaventuranzas señalan juntas la senda del seguimiento de Cristo y el camino real hacia la madurez y la libertad

La homilía estaba dirigida principalmente a los jóvenes presentes en el Monte de las Bienaventuranzas pero no olvidaba todos aquellos que “a lo largo de los siglos se han reunido en torno a Jesús para aprender las palabras de vida eterna, como vosotros estáis reunidos hoy aquí!” - les decía - y saludaba también a los miembros de todas las demás comunidades. Ese gran encuentro era como “un ensayo general de la Jornada mundial de la juventud ”que se celebraría en Roma en el mes de agosto”

Les exhortaba que Jesús presenta un mensaje muy diferente a aquellas voces contradictorias que escuchaban dentro de ellos y en torno a ellos. Los invitaba a confiar en Jesús recordándoles que ello significa “elegir creer en lo que os dice!” y “encarnar” las bienaventuranzas como Jesús lo habia hecho. “Escuchar la voz de Jesus en este monte – les decía - puede significar dejar “vuestras barcas y vuestras redes, y esto nunca es fácil…y “ahora, en el alba del tercer milenio, os toca a vosotros ... Toca a vosotros ir al mundo a predicar el mensaje de los diez mandamientos y de las bienaventuranzas…

¡Ahora os corresponde a vosotros ser apóstoles valientes de este reino”

domingo, 23 de marzo de 2008

Urbi et Orbi Pascua 2008

(perdon por la foto - es de mi viaje del año pasado - porque hoy llovía a cántaros)
"Resurrexi, et adhuc tecum sum. Alleluia!
He resucitado, estoy siempre contigo. ¡Aleluya! … Jesús, crucificado y resucitado, nos repite hoy este anuncio gozoso: es el anuncio pascual. Acojámoslo con íntimo asombro y gratitud.
“Resurrexi et adhuc tecum sum”. “He resucitado y aún y siempre estoy contigo”.. que nadie cierre el corazón a la omnipotencia de este amor redentor. Jesucristo ha muerto y resucitado por todos:
¡Él es nuestra esperanza! Esperanza verdadera para cada ser humano".

MUY FELICES PASCUAS A TODOS!

sábado, 22 de marzo de 2008

Vigilia Pascual - Karol Wojtyla


Existe una Noche en la cual, velando cerca de tu
sepulcro, más que nunca somos Iglesia;
es la noche en que desesperación y esperanza luchan en
nosotros;
lucha que sobrepasa siempre a las de la historia
impregnándolas de un sentido más profundo
(¿pierden así su propio sentido?, ¿o solamente entonces
Lo adquieren?)

En esta Noche el rito de la tierra revierte a su principio;
mil años equivalen a esta única Noche: la Noche
en que velamos cerca de tu sepulcro.

Karol Wojtyla 1966
Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1993

Meditaciones de Semana Santa 2008


Ayer participe de la celebración de la Pasión en mi parroquia, más tarde vi por TV parte del Via Crucis desde el Coliseo, y a la noche (nuevamente) la película La Pasión. Fuerte, muy fuerte aunque se vea por segunda vez! Todo ello me invita a meditar, inspirada a su vez en las meditaciones y oraciones del Cardenal Joseph Zen Ze-Kiun, S.D.B. Obispo de Hong Kong, preparadas a pedido del Santo Padre Benedicto XVI para el Via Crucis en el Coliseo 2008.

Es una vivencia fuerte, aunque surja de la pantalla, encontrarnos con el “protagonista de esta Via dolorosa que es Nuestro Señor Jesucristo” así tan cara a cara y ver “tras Él mucha gente del pasado y del presente… nuestros hermanos lejanos…quienes han vivido en su cuerpo la Pasión de Jesús…en su carne de nuevo arrestado, calumniado, torturado, escarnecido, arrastrado, aplastado bajo el peso de la cruz y clavado en aquel madero como un criminal”.

Fuertes también las realidades que nos hacen meditar que los “Coliseos se han ido multiplicando a lo largo de los siglos”, que los nuevos Pilatos se siguen desentendiendo y los nuevos Barrabás se nos ríen en la cara.

Fuerte recordar “la multitud de inocentes que han sido condenados a sufrimientos atroces a lo largo de los siglos”, “las torturas tremendas que siguen surgiendo de la crueldad del corazón humano”, trayéndonos a la mente el “ «Monte de las cruces»”…cada una de aquellas cruces con una historia que contar, historia de dolor y de gozo, de humillación y de triunfo, de muerte y de resurrección”, la multitud de verdugos modernos que han azotado y siguen azotando con látigos sofisticados, que han torturado y enmudecido generaciones enteras, las persecuciones de norte a sur y de este a oeste (no necesariamente en ese orden) tantos genocidios de ayer y de hoy. Y aquí al «Monte de las cruces» agrego el montículo de rosarios descubierto no hace mucho en mi patria de origen y las tantisimas fosas comunes donde tantos fueron enterrados vivos o semi vivos.

Por otro lado nos reconforta el “malhechor arrepentido y las palabras «Te lo aseguro, hoy estarás conmigo en el paraíso»; el “ejército inmenso de cireneos que, aunque sin tener todavía la fe, han aliviado generosamente tus sufrimientos en tus hermanos” “las madres que, corriendo el riesgo de ser arrestadas o perseguidas, han perseverado en la oración en familia, cultivando en el corazón la esperanza de tiempos mejores” todas las Verónicas a nuestro alrededor, la generosidad de Jesus pensando en su madre «Mujer, ahí tienes a tu hijo» y al discípulo «Ahí tienes a tu madre» y con la “entrega al Padre de su último aliento” donándonos “un modo nuevo” para que seamos “capaces también nosotros de ofrecer cada aliento a su Dador

“Muerte verdadera, silencio auténtico, la Palabra de Vida callará durante tres días”

viernes, 21 de marzo de 2008

Viernes Santo 2008


"Ve, Francisco, repara mi casa, que, como ves, está totalmente en ruinas" (2 Cel I, 6, 10: FF 593…”

El Santo Padre Benedicto XVI al dirigirse a los jovenes en Asis con ocasión del VIII centenerario de la conversión de San Francisco les habló de esa “conversación” de San Francisco con Jesus Crucificado y su significado en la vida de toda la Iglesia:
“El Crucifijo de San Damián le había pedido que reparara la casa de Cristo, es decir, la Iglesia. Entre Cristo y la Iglesia existe una relación íntima e indisoluble. Ciertamente, en la misión de Francisco, ser llamado a repararla implicaba algo propio y original…Es la imagen de Cristo crucificado y resucitado, vida de la Iglesia, que, si estamos atentos, nos habla también a nosotros, como habló hace dos mil años a sus Apóstoles y hace ochocientos años a san Francisco. La Iglesia vive continuamente de este encuentro….
También a cada uno de nosotros nos dice: "Ve y repara mi casa". Todos estamos llamados a reparar, en cada generación, la casa de Cristo, la Iglesia. Y sólo actuando así, la Iglesia vive y se embellece. Como sabemos, hay muchas maneras de reparar, de edificar, de construir la casa de Dios, la Iglesia. Se edifica con las diferentes vocaciones, desde la laical y familiar hasta la vida de especial consagración y la vocación sacerdotal… ….
"Abrid las puertas a Cristo". Abridlas como hizo san Francisco, sin miedo, sin cálculos, sin medida”…

Y en la homilía de la concelebración eucarística durante esa misma visita
“… "Ve, Francisco, y repara mi casa" (2 Cel I, 6, 10: FF 593), su camino no fue más que el esfuerzo diario de configurarse con Cristo. Se enamoró de Cristo. Las llagas del Crucificado hirieron su corazón, antes de marcar su cuerpo en la Verna. Por eso pudo decir con san Pablo: "Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí" (Ga 2, 20). Esta es su conversión a Cristo, hasta el deseo de "transformarse" en él, llegando a ser su imagen acabada, que explica su manera típica de vivir, en virtud de la cual se nos presenta tan actual, incluso respecto de los grandes temas de nuestro tiempo, como la búsqueda de la paz, la salvaguardia de la naturaleza y la promoción del diálogo entre todos los hombres”…


Invito visitar la página franciscana conteniendo el Via Crucis en el Coliseo presidido por Juan Pablo II el viernes Santo de 2003 sobre meditaciones compuestas por el cardenal Karol Wojtyla. arzobispo de Cracovia.

Y naturalmente la pagina de la Santa Sede con las celebraciones de la Cuaresma 2008

jueves, 20 de marzo de 2008

Juan Pablo II Carta a los sacerdotes


Con ocasión del Jueves Santo del Año Jubilar de 2000 el Santo Padre Juan Pablo II, escribía su acostumbrada carta a los sacerdotes tal como lo hacia todos los años (exceptuado 1981) en “« nuestro » día por excelencia” pero esta vez lo hacia durante su peregrinación apostólica a la Tierra Santa y directamente desde el Cenáculo de Jerusalén, donde habia celebrado una Santa Misa en privado, con los Ordinarios de Tierra Santa y con los Cardenales y Obispos del séquito papal, en la Capilla del Cenáculo de Jerusalén.

En esta carta, entre otros, daba “gloria al Señor que, en el Año Jubilar de la Encarnación de su Hijo, me ha concedido seguir las huellas terrenas de Cristo, pasando por los caminos que él recorrió, desde su nacimiento en Belén hasta la muerte en el Gólgota. Ayer estuve en Belén, en la gruta de la Natividad. Los próximos días pasaré por diversos lugares de la vida y del ministerio del Salvador, desde la casa de la Anunciación, al Monte de las Bienaventuranzas y al Huerto de los Olivos. El domingo estaré en el Gólgota y en el Santo Sepulcro.

Hoy, esta visita al Cenáculo me ofrece la oportunidad de contemplar el Misterio de la Redención en su conjunto. Fue aquí donde Él nos dio el don inconmensurable de la Eucaristía. Aquí nació también nuestro sacerdocio” decía.

Y seguimos leyendo “desde el Cenáculo, recordando lo que ocurrió aquella noche cargada de misterio. A los ojos del espíritu se me presenta Jesús, se me presentan los apóstoles sentados a la mesa con Él. Contemplo en especial a Pedro: me parece verlo mientras observa admirado, junto con los otros discípulos, los gestos del Señor, escucha conmovido sus palabras, se abre, aun con el peso de su fragilidad, al misterio que ahí se anuncia y que poco después se cumplirá. Son los instantes en los que se fragua la gran batalla entre el amor que se da sin reservas y el mysterium iniquitatis que se cierra en su hostilidad. La traición de Judas aparece casi como emblema del pecado de la humanidad. « Era de noche », señala el evangelista Juan (13, 30): la hora de las tinieblas, hora de separación y de infinita tristeza. Pero en las palabras dramáticas de Cristo, destellan ya las luces de la aurora: « pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar » (Jn 16, 22).

Les invitaba a “seguir meditando, de un modo siempre nuevo, en el misterio de aquella noche. Tenemos que volver frecuentemente con el espíritu a este Cenáculo, donde especialmente nosotros, sacerdotes, podemos sentirnos, en un cierto sentido, « de casa ». De nosotros se podría decir, respecto al Cenáculo, lo que el salmista dice de los pueblos respecto a Jerusalén: « El Señor escribirá en el registro de los pueblos: éste ha nacido allí » (Sal 87 [86], 6).
Desde este lugar santo me surge espontáneamente pensar en vosotros en las diversas partes del mundo, con vuestro rostro concreto, más jóvenes o más avanzados en años, en vuestros diferentes estados de ánimo: para tantos, gracias a Dios, de alegría y entusiasmo; y para otros, de dolor, cansancio y quizá de desconcierto. En todos quiero venerar la imagen de Cristo que habéis recibido con la consagración, el « carácter » que marca indeleblemente a cada uno de vosotros. Éste es signo del amor de predilección, dirigido a todo sacerdote y con el cual puede siempre contar, para continuar adelante con alegría o volver a empezar con renovado entusiasmo, con la perspectiva de una fidelidad cada vez mayor”...

…”Desde este lugar en que Cristo pronunció las palabras sagradas de la institución eucarística os invito, queridos sacerdotes, a redescubrir el « don » y el « misterio » que hemos recibido. Para entenderlo desde su raíz, hemos de reflexionar sobre el sacerdocio de Cristo”...

….” Haced esto en memoria mía ». Volviendo a escuchar estas palabras, aquí, entre las paredes del Cenáculo, viene espontáneo imaginarse los sentimientos de Cristo. Eran las horas dramáticas que precedían a la Pasión…”
A los dos mil años del nacimiento de Cristo, en este Año Jubilar, tenemos que recordar y meditar, de modo especial, la verdad de lo que podemos llamar su « nacimiento eucarístico ». El Cenáculo es precisamente el lugar de este « nacimiento ». Aquí comenzó para el mundo una nueva presencia de Cristo, una presencia que se da ininterrumpidamente donde se celebra la Eucaristía y un sacerdote presta a Cristo su voz, repitiendo las palabras santas de la i
nstitución.

Y les enviaba “desde el Cenáculo el abrazo eucarístico. Que la imagen de Cristo, rodeado por los suyos en la Última Cena, nos lleve, a cada uno de nosotros, a un dinamismo de fraternidad y comunión”.

Misa Crismal del Primer Jueves Santo de Juan Pablo II 1979


- de la homilia del Juan Pablo II en su Primer Misa Crismal como Pastor de la Iglesia Católica -(Jueves Santo 1979) celebrada el Jueves Santo de 1979 -
…. “Celebramos hoy la liturgia del crisma, mediante el cual la Iglesia quiere renovar, en los umbrales de estos días santos, el signo de la fuerza del Espíritu que ha recibido de su Redentor y Esposo.

Esta fuerza del Espíritu: gracia y santidad, que hay en El, es participada, al precio de la pasión y muerte, por los hombres mediante los sacramentos de la fe. Así se construye continuamente el Pueblo de Dios, como enseña el Concilio Vaticano II: "...los fieles, en virtud de su sacerdocio real, concurren a la • ofrenda de la Eucaristía y lo ejercen en la recepción de los sacramentos, en la oración y acción de gracias, mediante el testimonio de una vida santa, con la abnegación y la caridad operante" (
Lumen gentium, 10).
Con este óleo sagrado, óleo de los catecúmenos, serán ungidos los catecúmenos durante el bautismo, para poder ser ungidos después con el santo crisma. Recibirán esta unción por segunda vez en el sacramento de la confirmación. La recibirán también —si fueren llamados a esto—. Durante la ordenación, los diáconos, presbíteros, obispos. En el sacramento de los enfermos, todos los enfermos recibirán la unción con el óleo de los enfermos (cf. Sant 5, 14)”….
... “Celebramos hoy, Jueves Santo, la liturgia de esta fuerza, que alcanzó su plenitud en las debilidades del Viernes Santo, en los tormentos de su pasión y agonía, porque, mediante todo esto, Cristo nos ha merecido la gracia: "Con vosotros sean la gracia y la paz... de Jesucristo, el testigo veraz, el primogénito de los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra" (Ap 1, 4. 5)”
… “Como está previsto, hacen hoy lo mismo los obispos en sus catedrales en todo el mundo juntamente con los sacerdotes renuevan las promesas hechas el día de la ordenación. Unámonos a ellos más ardientemente aún mediante la fraternidad en la fe y en la vocación, que hemos sacado del cenáculo como herencia transmitida por los Apóstoles”...

miércoles, 19 de marzo de 2008

Viajes apostólicos de Juan Pablo II

Cada viaje del Papa es una autentica peregrinación al santuario viviente del Pueblo de Dios”. Asi ha explicado el mismo Juan Pablo II el significado de las visitas realizadas a países e iglesias locales de todo el mundo. Bajo esta óptica, el Papa viaja apoyado, como Pedro, por las oraciones de toda la Iglesia, para anunciar el Evangelio, para “confirmar a los hermanos” en la fe, para consolar a la Iglesia, para encontrar al hombre. O bien, según otra bella expresión del Papa, Roma no está más en Roma, y precisamente porque es el corazón de una Iglesia peregrina, se ha transformado también ella en peregrina por los caminos del mundo” decía, entre otros, la Oficina de Prensa de la Santa Sede en la pagina referida a los viajes apostólicos del Santo Padre.

En esas oraciones de toda la Iglesia se apoyaba el Santo Padre cuando el último dia de los ejercicios espirituales del año jubilar pedia a todos “que sigáis acompañándome con vuestra oración, sobre todo durante mi peregrinación a Tierra Santa que, Dios mediante, tendré la alegría de realizar la semana próxima” y en el
Angelus del dia siguiente 19 de marzo del 2000 reiteraba su pedido “ Os pido, asimismo, que oréis por mi peregrinación jubilar a Tierra Santa, que empezará mañana. Invoco, de modo especial, la protección de María santísima y de san José sobre este viaje apostólico tan rico de significado”

El 20 de marzo de 2000 partía hacia aquel:
lugar interior (que) irradia todos los lugares de esta tierra a la que vine en peregrinación….
Siglos ha elegiste este lugar. En el te das a mi, en el me aceptas
O
en todos los lugares del encuentro,
Es este el lugar definitivo y único.
El mundo nunca podra apartarse de el
…”
(de “Poesias” de Karol Wojtyla, Biblioteca de Autores Cristianos, 1993

martes, 18 de marzo de 2008

Juan Pablo II Ejercicios espirituales Año 2000

El 18 de marzo 2000 concluian los “días de intensa y prolongada escucha del Espíritu, que ha hablado a nuestro corazón en el silencio y en la meditación atenta de la palabra de Dios” decía Juan Pablo II en sus palabras al final de los ejercicios, agregando que habian sido “dias de fuerte experiencia comunitaria, durante los cuales, como los Apóstoles en el cenáculo, "hemos perseverado en la oración, en compañía de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos" (cf. Hch, 1, 14)”

Los ejercicios espirituales para la Curia Romana habian sido predicados por monseñor François Xavier Nguyên Van Thuân, presidente del Consejo pontificio Justicia y paz, según expresara el Santo Padre “con sencillez y gran unción espiritual, nos ha guiado en la profundización de nuestra vocación de testigos de la esperanza evangélica al comienzo del tercer milenio…habiendo sido él mismo testigo de la cruz durante los largos años de cárcel en Vietnam”.

Los temas centraron sobre la esperanza, una “esperanza que nunca ha desfallecido en él, ni siquiera el 16 de agosto de 1975, cuando fue arrestado y transportado en la noche a 450 kilómetros de Saigón, en la más absoluta de las soledades. Su única compañía, el rosario. En esos momentos --explica Van Thuân-- cuando todo parecía perdido, se abandonó en manos de la Providencia”

Era la preparación del Santo Padre para iniciar al dia siguiente su Peregrinación religiosa jubilar para conmemorar el bimilenario del nacimiento de Jesucristo.

Biografía de Mons. Van Thuân
Ejercicios espirituales de Juan Pablo II 2000.

sábado, 15 de marzo de 2008

Eugenio Bossilkov -Beatificación 15 de marzo de 1998


Primer mártir del comunismo del Este europeo, el Obispo búlgaro Eugenio Bossilkov, fue torturado y fusilado tras un breve "proceso-farsa” tan comunes en los paises donde gobernaba el comunismo, tras negarse a aceptar una ley ad-hoc para separar la comunidad católica búlgara del Vaticano.


El obispo Bossilkov nació en el pueblo de Belene cerca de la orilla búlgara del río Danubio en el 1900, ingresó muy joven al seminario de los pasionistas y fue ordenado sacerdote el 20 de Julio de 1926. Durante la guerra, Bossilkov salvó la vida de miles de judíos, convirtiéndose en un nexo importante entre el mundo católico y los cristianos ortodoxos. El 26 de Julio de 1947 Eugenio Bessilkov fue nombrado Obispo, consagrado el 7 de Octubre. En 1948 viajó a Roma. Cuando le aconsejaron que no volviese a Bulgaria respondió “Yo soy pastor de mi grey. No puedo abandonarla”. El régimen intentó convencerlo que si se separaban de Roma sería puesto a la cabeza de la Iglesia Catolica Nacional, Al no aceptar fue apresado, procesado y acusado de espía del Vaticano y fusilado el 11 de noviembre de 1952 junto a tres religiosos asuncionistas búlgaros. Recién se supo de su ejecución después de la caída de los regimenes comunistas de los paises satélites de la ex Union Soviética. Se dice que fueron enterrados en una fosa común, pero sus cuerpos nunca fueron encontrados.

El caso del obispo Bossilkov es emblemático de lo que acontecía en los paises donde reinaba el comunismo. Las persecuciones, los procesos, las presiones, el terror y las amenazas, los fusilamientos y las torturas eran parte de la vida diaria. Tanta tragedia, tanto odio es difícil de explicar y transmitir y aquellos que lo vivieron poco han hablado. Después de algunos años y asumido el fuerte simbolismo de la caida del Muro y el dominó que fué arrastrando uno a uno los diversos gobiernos comunistas, lentamente, quizas demasiado calladamente, se fueron levantando voces poco a poco, abriendo fosas, descubriendo verdades de la tragedia de tantos pueblos crucificados. Queda aún tanto por descubrir...
Asi expresó esa realidad el Santo Padre Juan Pablo II en su homilía durante la solemne beatificación del Obispo Bossilkov el 15 de marzo de 1998:

“Siguiendo fielmente el carisma del fundador de su congregación, san Pablo de la Cruz, el Obispo Bossilkov cultivó intensamente la espiritualidad de la Pasión. Además, se dedicó sin reservas al servicio pastoral de la comunidad cristiana que se le había confiado, afrontando con valentía la prueba suprema del martirio. Monseñor Bossilkov se ha convertido así en una gloria resplandeciente de la Iglesia en su patria. Testigo intrépido de la cruz de Cristo, fue una de las numerosas víctimas que el comunismo ateo sacrificó, tanto en Bulgaria como en otros países, según su programa de aniquilación de la Iglesia. En esos tiempos de dura persecución, muchos dirigieron su mirada hacia él, y el ejemplo de su valentía les dio fuerza para permanecer fieles al Evangelio hasta el fin. En este día de fiesta para la nación búlgara, me alegra rendir homenaje a cuantos, como monseñor Bossilkov, pagaron con la vida su adhesión sin reservas a la fe recibida en el bautismo….. Cuando la hostilidad del régimen comunista contra la Iglesia se hizo más fuerte y amenazadora, el beato Bossilkov quiso permanecer junto a su gente, aunque sabía que eso significaba arriesgar su vida. No tuvo miedo de afrontar la tormenta de la persecución. Cuando intuyó que se acercaba el momento de la prueba suprema, escribió al superior de su provincia religiosa: «Tengo la valentía de vivir; espero tenerla también para soportar lo peor, permaneciendo fiel a Cristo, al Papa y a la Iglesia» (Carta XIV)…...

¡Qué gran motivo de aliento para cuantos padecen aún hoy injusticias y oprobios a causa de su fe!

viernes, 14 de marzo de 2008

Chiara Lubich y Juan Pablo II


En un clima sereno, de oración y de intensa conmoción, Chiara Lubich ha concluido a 88 años su viaje terreno hoy, 14 de marzo de 2008, a las 2, en su residencia de Rocca di Papa, Roma”

Chiara nació en Trento, Italia el 22 de enero de 1920, el mismo año que Karol Wojtyla. Su nombre de bautismo era Silvia, pero adoptó el nombre de Chiara fascinada desde joven por Santa Clara de Asís. Fue en Loreto donde descubrió cual seria su verdadera vocación dentro de la Iglesia y creó el Movimiento de los Focolares. En 1964 fue recibida por el Santo Padre Pablo VI y fueron frecuentes sus visitas a Juan Pablo II, quien en 1984 visitó el Centro Internacional de Rocca de Papa.
Chiara participó en varios Sínodos de Obispos y fué nominada Consultora del Consejo Pontificio para los Laicos en 1985.

Cito la palabras de Chiara Lubich a la muerte de Juan Pablo II, según informa la Agencia FIDES: “¡Verdaderamente nos ha dejado un gran Papa, un gran santo! Cómo desearía que volvieran los tiempos en que la santidad era proclamada por aclamación popular. ¡Los jóvenes estarían en primera fila! Su santidad; también yo puedo dar testimonio en persona. A menudo, después de una audiencia con él, me quedaba la impresión de que el cielo se abría. Me encontraba como directamente en contacto con Dios, en una densísima unión con Él, sin intermediarios. Y es que el Papa es mediador, pero cuando te ha unido con Dios, desaparece. Me ha parecido comprender más profundamente cuál es el carisma propio del Papa. La llave para abrir el cielo no les sirve solo para perdonar nuestros pecados, sino también para abrirnos al Cielo abriéndonos a la unión con Dios”. (P.L.R.) (Agencia Fides, 3/4/2005, líneas: 13, palabras: 148).

En la Encíclica Redemptoris Missio, sobre la permanente Validez del Mandato Misionero, Juan Pablo II expresaba que “Los sectores de presencia y de acción misionera de los laicos son muy amplios. « El campo propio ... es el mundo vasto y complejo de la política, de lo social, de la economía ... » a nivel local, nacional e internacional. Dentro de la Iglesia se presentan diversos tipos de servicios, funciones, ministerios y formas de animación de la vida cristiana. Recuerdo, como novedad surgida recientemente en no pocas Iglesias, el gran desarrollo de los « Movimientos eclesiales », dotados de dinamismo misionero. Cuando se integran con humildad en la vida de las Iglesias locales y son acogidos cordialmente por Obispos y sacerdotes en las estructuras diocesanas y parroquiales, los Movimientos representan un verdadero don de Dios para la nueva evangelización y para la actividad misionera propiamente dicha. Por tanto, recomiendo difundirlos y valerse de ellos para dar nuevo vigor, sobre todo entre los jóvenes, a la vida cristiana y a la evangelización, con una visión pluralista de los modos de asociarse y de expresarse”


El Movimiento de los Focolares abierto al ecumenismo y al dialogo interreligioso es uno de esos movimientos. Cuando hace muchos años atrás visité Rocca di Papa invitada por una amiga, me ví inundada y casi molesta por la algarabía de tanta gente joven y bulliciosa, pero entonces no habia comprendido aun que lo que expresaban era gozo, esa gran alegría de sentirse amados por Dios, y que lo que buscaban era compartir esa enorme y rica carga espiritual.
Acompaño a todos mis amigos focolares en este dia triste y a la vez gozoso en que Chiara ha partido para festejar la Pascua verdadera. Ahora ella, que ha creído en el Amor, sabra interceder ante el Señor para que nunca se apague en su comunidad la llama que ella encendiera para que "que todos sean uno, Padre, como tú y yo" como habia leído en el refugio antiáereo en Trento, aquel lejano dia de 1944 .

jueves, 13 de marzo de 2008

Testamento Juan Pablo II - 4


El 12 de marzo de 2000 comenzaban los Ejercicios Espirituales de la Curia Romana, que finalizarían el 18 de marzo. Durante esos ejercicios espirituales Juan Pablo II escribió “para el testamento” el siguiente texto, que es la última parte del texto publicado:

1. Cuando el día 16 de febrero de 1978 el cónclave de los cardenales eligió a Juan Pablo II, el primado de Polonia, Cardenal Stefan Wyszynski, me dijo: "La tarea del nuevo Papa será introducir a la Iglesia en el Tercer Milenio". No sé si repito exactamente la frase, pero al menos ese era el sentido de lo que sentí entonces. Lo dijo el hombre que ha pasado a la historia como Primado del Milenio. Un gran primado. He sido testigo de su misión, de su entrega total. De sus luchas: de su victoria. "La victoria, cuando llegue, será una victoria a través de María". Estas palabras de su predecesor, el Cardenal August Hlond, las solía repetir el Primado del Milenio.
De este modo, me he preparado para la tarea que el día 16 de octubre de 1978 se presentó ante mí. En el momento en que escribo estas palabras, el Año Jubilar del 2000 ya es una realidad. La noche del 24 de diciembre de 1999 se abrió la Puerta Santa del Gran Jubileo en la Basílica de San Pedro, después la de San Juan de Letrán, la de Santa María la Mayor, en año nuevo y el día 19 de enero la puerta de la Basílica de San Pablo de Extramuros. Este último acto, dado su carácter ecuménico, ha quedado grabado en mi memoria de modo particular.

2. A medida que pasa el Año Jubilar del 2000, un día tras otro, se cierra tras nosotros el siglo XX y se abre el siglo XXI. Según los designios de la Providencia se me ha concedido vivir en el difícil siglo que se está acabando, que empieza a pertenecer al pasado y ahora, en el año en que alcanzo los 80 años de vida ('octogesima adveniens'), es necesario preguntarse si no es tiempo de repetir con el bíblico Simeón: 'Nunc dimittis'.
El día 13 de mayo de 1981, el día del atentado al Papa durante la audiencia general en la Plaza San Pedro, la Divina Providencia me salvó milagrosamente de la muerte. Aquel que es único Señor de la vida y de la muerte, Él mismo me ha prolongado esta vida, en un cierto modo me la ha vuelto a dar. Desde aquel momento pertenece aún más a Él. Espero que Él me ayudará a reconocer hasta cuando debo continuar este servicio, al que me llamó el día 16 de octubre de 1978. Le pido que me llame cuando quiera. "Pues si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, morimos para el Señor" (cf. Rm 14, 8). Espero que hasta que pueda realizar el servicio petrino en la Iglesia, la Misericordia de Dios me obtenga las fuerzas necesarias para ello.

3. Como todos los años, durante los ejercicios espirituales he leído mi testamento del 6.III.1979. Sigo manteniendo las disposiciones contenidas en él. Lo que entonces y durante los sucesivos ejercicios espirituales he añadido es un reflejo de la difícil y tensa situación general, que ha marcado los años ochenta. Desde el otoño de 1989 esta situación ha cambiado. El último decenio del siglo pasado ha estado libre de las tensiones anteriores; esto no significa que no hayan surgido nuevos problemas y dificultades. De modo particular, sea alabada la Divina Providencia por ello, el periodo de la llamada "guerra fría" terminó sin el violento conflicto nuclear que pesaba sobre el mundo en el periodo precedente.

4. Al encontrarme en el umbral del tercer milenio "in medio Ecclesiae", deseo expresar una vez más gratitud al Espíritu Santo por el gran don del Concilio Vaticano II, –del que junto a la Iglesia entera y todo el episcopado– me siento deudor. Estoy convencido de que las nuevas generaciones podrán servirse todavía durante mucho tiempo de las riquezas proporcionadas por este Concilio del siglo XX. Como obispo que ha participado en el evento conciliar desde el primer hasta el último día, deseo confiar este gran patrimonio a todos aquellos que son y serán llamados a ponerlo en práctica en el futuro. Por mi parte, doy gracias al Pastor Eterno que me ha permitido servir a esta grandísima causa en el curso de todos los años de mi pontificado.
"In medio Ecclesiae"... desde los primeros años de servicio episcopal –precisamente gracias al Concilio– he podido experimentar la comunión fraterna del episcopado. Como sacerdote de la arquidiócesis de Cracovia ya conocía la comunión fraterna en el presbiterado- el Concilio abrió una nueva dimensión de esta experiencia".5. ¡Cuántas personas tendría que nombrar aquí! Probablemente el Señor Dios habrá llamado a Sí a la mayoría de ellos. En lo que respecta a los que todavía se encuentran en esta parte, que las palabras de este testamento les recuerden, a todos y en todas partes, allí en donde se encuentren.
En el curso de más de veinte años en que presto el servicio Petrino "in medio Ecclesiae" he experimentado la bondadosa y muy fecunda colaboración de tantos cardenales, arzobispos y obispos, de tantos sacerdotes y personas consagradas –hermanos y hermanas–, en fin, de tantísimas personas laicas, en la Curia, en el Vicariato de la diócesis de Roma, y también fuera de estos ambientes.
¡Cómo no abrazar con grata memoria a todos los episcopados del mundo, con los cuales me he encontrado a lo largo de las visitas "ad limina Apostolorum"! ¡Cómo no recordar también a tantos hermanos cristianos no católicos! !Y al rabino de Roma y a tantos numerosos representantes de las religiones no cristianas! !Y cuántos representantes del mundo de la cultura, de la ciencia, de la política, de los medios de comunicación social!

6. A medida que se avecina el límite de mi vida terrena vuelvo con la memoria al principio, a mis padres, al hermano y la hermana –que no conocí porque murió antes de que yo naciese–, a la parroquia de Wadowice donde fui bautizado, a esa ciudad que amo, a mis coetáneos, compañeras y compañeros de la escuela primaria, del bachillerato, de la universidad, hasta los tiempos de la ocupación, cuando trabajé como obrero y después en la parroquia de Niegowic, en la cracoviana de San Floriano, en la pastoral de los universitarios, en aquel ambiente .... en todos los ambientes ... en Cracovia y en Roma ... en las personas que de forma especial el Señor me ha confiado.
Quiero decir a todos sólo una cosa: "Que Dios os recompense".
"In manus Tuas, Domine, commendo spiritum meum"
A.D.17.III.2000
Invito visitar:

miércoles, 12 de marzo de 2008

Jornada del Perdón – 12 de marzo de 2000


"En nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios!

“Con la mirada puesta en el misterio de la encarnación del Hijo de Dios, la Iglesia se preparaba para cruzar el umbral del tercer milenio” y alentaba “a la comunidad cristiana a extender su mirada de fe hacia nuevos horizontes en el anuncio del Reino de Dios”.

De todas las ceremonias que nos regaló la Iglesia guiada por el Santo Padre Juan Pablo II durante ese Gran Jubileo del Año 2000 que habia iniciado la noche de Navidad de 1999, con la apertura de la puerta santa de la Basílica de San Pedro, una de las que tuvo mayor repercusión, dentro y fuera de la Iglesia, fue la Jornada del Perdón, celebrada el 12 de marzo de 2000.

Se nos invitaba a un “un profundo examen de conciencia” a “perdonar y a pedir perdón”.

El estudio del tema La Iglesia y las culpas del pasado había sido propuesto a la Comisión Teológica Internacional de parte de su presidente, el cardenal Joseph Ratzinger, con vistas a la celebración del Jubileo del año 2000. Se trataba de “la purificación de la memoria…. proceso orientado a liberar la conciencia personal y común de todas las formas de resentimiento o de violencia que la herencia de culpas del pasado puede habernos dejado, mediante una valoración renovada, histórica y teológica, de los acontecimientos implicados, que conduzca, si resultara justo, a un reconocimiento correspondiente de la culpa y contribuya a un camino real de reconciliación” “ purificación de la memoria requiere «un acto de coraje y de humildad en el reconocimiento de las deficiencias realizadas por cuantos han llevado y llevan el nombre de cristianos» y se basa sobre la convicción de que «por aquel vínculo que, en el Cuerpo místico, nos une los unos a los otros, todos nosotros llevamos el peso de los errores y de las culpas de quienes nos han precedido, aun no teniendo responsabilidad personal y sin pretender sustituir aquí al juicio de Dios». Juan Pablo II añade: «Como sucesor de Pedro pido que en este año de misericordia la Iglesia, fuerte por la santidad que recibe de su Señor, se ponga de rodillas ante Dios e implore el perdón por los pecados pasados y presentes de sus hijos» 1. Al reafirmar después que «los cristianos están invitados a asumir, ante Dios y ante los hombres ofendidos por sus comportamientos, las deficiencias por ellos cometidas», el Papa concluye: «Lo hacemos sin pedir nada a cambio, fuertes sólo por el amor de Dios, que ha sido derramado en nuestros corazones (Rom 5,5)» (Comisión Teológica Internacional – “Memoria y Reconciliación – La Iglesia y las culpas del pasado).

He extraído el siguiente resumen del comentario de Jesús Colina

“No era la primera vez que Juan Pablo II pedía perdón por los pecados de los hijos de la Iglesia (lo ha hecho unas cien veces en estos 21 años de pontificado). Sin embargo, ese Domingo 12 de marzo, primer Domingo de Cuaresma del año 2000, fue la primera vez que un obispo de Roma presidía una celebración solemne dedicada al reconocimiento, ante Dios y los hombres, de las faltas pasadas y presentes de los hijos de la Iglesia.

El Santo Padre presidio en la Basílica de San Pedro una Misa. Concelebraron treinta cardenales. Quienes abarrotaban la Basílica vaticana (miembros de la Curia romana, representantes del Cuerpo diplomático, peregrinos...) eran conscientes de que asistían a un momento histórico. La cúpula de Miguel Ángel se hizo eco de la confesión de siete cardenales arzobispos, colaboradores cercanos del Papa, quienes junto a él elevaron a Dios siete súplicas de perdón:

El cardenal africano Bernardin Gantin, Decano del Colegio cardenalicio, comenzó pidiendo la purificación de la memoria de los cristianos para que este Jubileo se convierta en un auténtico motivo de conversión.
El cardenal Joseph Ratzinger confesó las culpas de hombres de Iglesia, quienes, en nombre de la fe y de la moral, han recurrido a veces a métodos no evangélicos en su justo deber de defender la verdad
El cardenal vasco-francés Roger Etchegaray confesó los pecados que han dividido a los cristianos.
El cardenal Edward Cassidy reconoció los atropellos cometidos contra el pueblo de la Alianza, Israel.
El arzobispo japonés Stephen Fumio Hamao hizo una confesión pública de las culpas cometidas con comportamientos contra el amor, la paz, los derechos de los pueblos, el respeto de las culturas y de las religiones.
El cardenal nigeriano Francis Arinze invitó a pedir perdón por los pecados que han herido la dignidad de la mujer y del género humano.
El arzobispo vietnamita François Xavier Nguyên Van Thuân, por los pecados que afectan a los derechos fundamentales de la persona.

Invito visitar:
Jornada del Perdón (12 de marzo de 2000)

martes, 11 de marzo de 2008

Redemptor hominis


Redemptor Hominis” El misterio de la redención en Jesucristo y la dignidad del hombre , fue la primera encíclica de Juan Pablo II, escrita por el Santo Padre cinco meses después de su elección al pontificado.

En esta encíclica, decía el Servicio Informativo Vaticano, el Papa “trazaba las líneas maestras de su pontificado: el esfuerzo por acercar a todos los hombres a Cristo, el ecumenismo, la necesidad de potenciar la dimensión moral del progreso y la defensa de los derechos humanos.. tareas que debe afrontar la Iglesia para entrar en el nuevo milenio y que tienen su fundamento en una verdad expresada al inicio de la carta: “El Redentor del hombre, Jesucristo, es el centro del cosmos y de la historia.”

La encíclica se divide en cuatro capítulos “Herencia, “El Misterio de la redención”, “El hombre redimido y su situación en el mundo contemporáneo” y “La misión de la Iglesia y la suerte del hombre”. Fue firmada en Roma el 4 de marzo de 1979.

El domingo 11 de marzo de 1979 Juan Pablo II anunció en la plaza San Pedro que el jueves siguiente 15 de marzo de 1979 sería publicada su primera encíclica. En la meditación del Angelus decía anticipando la publicación de la encíclica:

Hacia Cristo Señor, que es el "Redentor del hombre", Redemptor hominis, deseo que se dirija la mirada de la Iglesia y del mundo en mi primera Encíclica, que lleva fecha del 4 de marzo del corriente año, primer domingo de Cuaresma, y que se hará pública el próximo jueves. He tratado de expresar en ella lo que ha animado y anima continuamente mis pensamientos y mi corazón desde el comienzo del pontificado que, por inescrutable designio de la Providencia, tuve que asumir el 16 de octubre del año pasado. La Encíclica contiene los pensamientos que entonces, al comienzo de este nuevo camino, apremiaban con fuerza especial a mi alma, y que sin duda, ya anteriormente venían madurando en mi, durante los años de mi servicio sacerdotal y después del episcopal. Creo que, si Cristo me ha llamado así, con tales pensamientos..., con tales sentimientos, es porque ha querido que estas llamadas de la mente y del corazón, estas expresiones de fe, esperanza y caridad, encontrasen resonancia en mi nuevo ministerio universal, desde su comienzo. Por lo tanto, como veo y siento la relación entre el misterio de la redención en Cristo Jesús y la dignidad del hombre, así querría unir mucho la misión de la Iglesia con el servicio al hombre, en este su impenetrable misterio. Veo en esto la tarea central de mi nuevo servicio eclesial.
Si hoy os lo confío, es porque querría pedir con vosotros a la Madre de la Iglesia y Trono de la Sabiduría que acoja este mi primer trabajo para bien de la Iglesia y del hombre de nuestro tiempo, para que juntos podamos mirar a Cristo en esta hora particular de la historia, levantando a Él la mirada de nuestra fe y de nuestra esperanza”

Beatificación 233 mártires españoles


El domingo 11 de marzo de 2001 fueron beatificados 233 mártires españoles en una ceremonia realizada en la Plaza San Pedro y presidida por el Santo Padre Juan Pablo II.

“Hombres y mujeres de todas las edades y condiciones: sacerdotes diocesanos, religiosos, religiosas, padres y madres de familia, jóvenes laicos. Fueron asesinados por ser cristianos, por su fe en Cristo, por ser miembros activos de la Iglesia”…. “Al inicio del tercer milenio, la Iglesia que camina en España está llamada a vivir una nueva primavera de cristianismo, pues ha sido bañada y fecundada con la sangre de tantos mártires. Sanguis martyrum, semen christianorum! ¡La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos! (Tertuliano, Apol., 50,13: CCL 1,171)”.
“Eran sacerdotes, religiosos y seglares, que se encontraban en Valencia….. martirizados única y exclusivamente por motivos religiosos, murieron amando y perdonando a sus verdugos y diciendo "¡Viva Cristo Rey"!.... que “entregaron sus vidas por Dios durante la persecución religiosa de 1936”.
“ En esta persecución religiosa republicana la Archidiócesis de Valencia pagó uno de los mayores tributos de sangre (361 sacerdotes, 373 hombres y jóvenes de Acción Católica, 93 Mujeres de Acción Católica y varios centenares de religiosos de diversos institutos masculinos y femeninos fueron martirizados)”
“Deseo confiar a la intercesión de los nuevos beatos una intención que lleváis profundamente arraigada en vuestros corazones: el fin del terrorismo en España".

"¡Que su recuerdo bendito aleje para siempre del suelo español cualquier forma de violencia, odio y resentimiento! Que todos, y especialmente los jóvenes, puedan experimentar la bendición de la paz en libertad: ¡Paz siempre, paz con todos y para todos!"
de la
Invito visitar:

lunes, 10 de marzo de 2008

Juan Pablo II habla de su viaje a America Central 1983


El Santo Padre Juan Pablo II estaba de regreso de un viaje difícil, delicado y doloroso. Habia podido ver en su viaje apostólico entre el 2 y el 10 de marzo de 1983 con sus propios ojos algo de las realidades de América Central, de las luces y sombras en la Iglesia y fuera de ella.
En el Angelus del 13 de marzo de 1983 se refería a ese viaje:

Hoy puedo hablar por primera vez después de mi regreso de América Central.
Quiero dar gracias a la Divina Providencia por este singular servicio pastoral. Durante los días pasados he podido visitar los siguientes países: Costa Rica, Nicaragua, Panamá, El Salvador, Guatemala, Honduras, Belice y Haití. He tenido la alegría de participar en el Congreso Eucarístico de Haití. He podido encontrarme con los Episcopados de América Central y con el Consejo Episcopal de América Latina… Muchas son las tensiones y los sufrimientos que gravitan sobre la vida de estas sociedades. Los sucesos de los últimos años han causado muchas víctimas. He tratado de dar testimonio de ello.
He intentado, sobre todo, manifestar el amor que los pobres y los que se sienten probados por cualquier sufrimiento encuentran en el corazón de la Iglesia. Este amor grita justicia y paz para las sociedades de América Central. Este amor tiene su fuente en Cristo: en Cristo, en el cual Dios ha reconciliado al mundo consigo..:”.

Agradecía a todos los que habian colaborado en la organización del viaje apostólico tanto en Roma como en los paises visitados y sobre todo agradecía a toda la Iglesia que lo habia acompañado con la oración…..y agregaba “Que nuestra oración común ayude a los pueblos de América Central a realizar la justicia por los caminos de la paz…”.

sábado, 8 de marzo de 2008

Juan Pablo II y Honduras - 25 años


Dentro del marco de su viaje apostólico a America Central, el 8 de marzo de 1983 Juan Pablo II llegaba al aeropuerto de Toncontín-Tegucigalpa en Honduras, besaba la tierra del país más pobre de Centroamérica y agradecia la afectuosa acogida. Quería “testimoniar también alli, que Jesús es el Señor, el que ha resucitado de la muerte para dar la vida a todos los hombres”.

La población mas humilde de Centroamérica se habia echado a las calles para darle una calurosa bienvenida.” "Aquí, el Papa", dijeron, "recibirá el homenaje más impresionante y más hondo de todo el viaje". Y Tegucigalpa se transformó en una gran fiesta en un pais, donde la iglesia católica advirtió aún recientemente, que la corrupción debilita la confianza en las instituciones y provoca desigualdad, donde el 80% de la población vive bajo la linea de la pobreza. Una realidad muy cruel, que no habrá sido mejor entonces y que seguramente Juan Pablo II habrá tenido muy en cuenta, por eso sus mensajes fueron estrictamente religiosos, con excepción del mensaje que dirigió a los obreros de San Pedro Sula (a 180 kms al norte de Tegucigalpa, y que es considerada el principal polo de desarrollo en Honduras).

Desde el Santuario de Nuestra Señora de Suyapa en Tegucigalpa les habló de nuestra madre común Maria y recordó los diferentes nombres con que se la invoca en los países que visitaba durante este viaje: En Panamá con el nombre de la Asunción: en Costa Rica, Nuestra Señora de los Angeles; En Nicaragua, la Purísima; en El Salvador como Reina de la Paz; en Guatemala se venera su Asunción gloriosa; Belice ha sido consagrada a la Madre de Guadalupe y Haití venera a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. “María, madre de los discípulos de Cristo, de todos los hombres….en Ella se realiza plenamente el Evangelio….en Ella tenemos el modelo de un amor sin fronteras…..Ella tambien es la “Mujer nueva”, mujer, esposa, madre…. En en el Santuario concluyó su homilía con una corta oración :

Señora de América, Virgen pobre y sencilla, Madre amable y bondadosa, tú que eres motivo de esperanza y consuelo, ven con nosotros a caminar, para que juntos alcancemos la libertad verdadera en el Espíritu que te cubrió con su sombra; En Cristo que nació de tus entrañas maternas; en el Padre que te amó y te eligió como primicia de la nueva humanidad. Amén

En su mensaje a todos los obreros de América Central, Belice y Haití en San Pedro Sula, compartió con ellos algunas reflexiones sobre su trabajo y dignidad, a la luz de la enseñanza de la Iglesia. Les habló del respeto y la dignidad que todo trabajador merece y debe garantizársele, de las condiciones injustas, y de los sistemas que deberían desarrollarse para mejorarlas, ante todo mediante un justo salario. También hablo de analfabetismo y del desempleo, que es una lacra de nuestro mundo. Pero les exhortó que no deberían detenerse sólo en el bienestar material, sino abrirse a Dios, a acoger y seguir su enseñanza y los ejemplo de Cristo.

En su encuentro con los delegados de la Palabra les invito a meditar juntos sobre la función del predicador de la Palabra y del catequista, recordando siempre que hay un “sembrador” que “siembra la Palabra”. Ese primer “sembrador” es Jesus. Todo predicador ha de recordar siempre que la Palabra que predicamos no es nuestra. No nos predicamos a “nosotros mismos”, sino “a Jesucristo” y éste “crucificado”…..sea pues la Biblia, la Palabra de Dios, vuestra lectura continua.."

Habia concluido una intensa y “emocionada jornada eclesial” y se llevaba un “gratísimo recuerdo de Honduras, por la cordialidad de sus gentes y por su religiosidad, que he apreciado de tantas formas”
Deseo a este noble país un continuo progreso económico, social, cultural, moral y espiritual; para que toda la población pueda vivir en una atmósfera de libertad, de confianza, de justicia y de paz.
¡Dios esté con vosotros y os bendiga, como yo os bendigo de corazón!”

Partia hacia Guatemala, donde pasaria la noche, para salir al dia siguiente hacia Belice y Haití, la última etapa de una “triunfante y contradictoria gira centroamericana

Karol Wojtyla Arzobispo de Cracovia


Karol Wojtyla fue nombrado Arzobispo de Cracovia el 13 de enero de 1964, el nombramiento se hizo público poco tiempo después, pero su ingreso solemne en la catedral del Wawel tuvo lugar el 8 de marzo de 1964, el domingo Laetare (cuarto domingo de Cuaresma)

En “¡Levantaos! ¡Vamos!” Juan Pablo II recuerda “que en el umbral de la catedral me dieron las bienvenida el profesor Franciszek Bielak y monseñor Bohdan Niemczewski, prepósito mitrado del Capítulo. Me introdujeron en la catedral donde tenia que ocupar el trono episcopal, vacío desde la muerte del cardenal Sapieha y del arzobispo Baziak. No recuerdo los detalles del discurso que pronuncié entonces, pero fueron palabras llenas de emoción al referirme a la catedral del Wawel a su patrimonio cultural, al que estaba ligado “desde siempre”… “ desde niño la catedral del Wawel ha sido un lugar especial para mi…” “la catedral del Wawel encierra toda la historia de Polonia…”
El P. Figlewicz, a quien conocia desde sus años en Wadowice, le habia inculcado el gran amor que sentía por el templo del Wawel, que un día llegaría a ser su catedral episcopal. Allí celebro su “Primera Santa Misa” en al cripta de San Leonardo, y “el P. Figlewicz estaba a mi lado y me hacia de asistente” (“Don y Misterio”)



No me acuerdo de cuando fui por primera vez, pero desde que comencé a frecuentarla me senti especialmente atraído y apegado . Pienso también en el signo profundo y emocionante del palio: lo recibí en el mismo año 1964. …en el palio podemos ver la imagen de una oveja que el Buen Pastor pone sobre sus hombros y la lleva consigo para salvarla y alimentarla…..Desde el 8 de marzo de 1964, participé ya como arzobispo metropolitano en el Concilio hasta su clausura el 8 de diciembre de 1965. La experiencia del Concilio, los encuentros en la fe con los obispos de la Iglesia universal y, al mismo tiempo, la nueva responsabilidad ante la Iglesia de Cracovia que se me había confiado, me permitieron comprender mas a fondo el papel del obispo en la Iglesia…” (“¡Levantaos! ¡Vamos!”)

Confiesa George Weigel en la biografia de Juan Pablo II “Testigo de esperanza” que Karol Wojtyla no fue lo que se dice un brillante administrador del arzobispado de Cracovia. Hubo quienes le objetaban que quizás estaba demasiado interesado en mantener un dialogo con aquellos que sólo ponian palos en su camino….pero cita también las palabras del sacerdote Jozef Tischner, que “Wojtyla fue una gran figura, de aquellas que no solo transforman sus ideas en instituciones sino que además gozan de admiración y prestigio entre sus colegas, sus subordinados y su gente… ….presencia fuerte en Krakow…. se imponía metas bien definidas y las cumplía…”

Comenta también Weigel que todo indica que seguramente hubiese querido permanecer al servicio de su amada Cracovia de por vida….pero justamente porque había hecho tan bien su trabajo no seria Arzobispo de Cracovia para siempre….

viernes, 7 de marzo de 2008

Juan Pablo II y Guatemala - 25 años - 3


Como en el plan global del viaje apostolico a América Central la permanencia en algunos paises fue muy breve Juan Pablo II hablaria específicamente para los educadores laicos desde Nicaragua, a los campesinos desde Panamá, a los sacerdotes desde El Salvador, a los religiosos desde Guatemala, al mundo universitario tambien desde Guatemala y a los obreros desde Honduras.

Desde Guatemala agradeció a los religiosos su “presencia eclesial en esas tierras al servicio de Iglesias particulares”. Les invitó a ser “especialistas del Evangelio de Jesús, a ser “fieles a la perenne juventud del Evangelio que Cristo ha encomendado a la acción vitalizadora del Espíritu Santo y de sus carismas (cf. Lumen genitum, 4)” recordando “siempre que en el proyecto de Cristo no se puede concebir la vida religiosa al margen de los obispos, o como indiferente a la jerarquía; porque no se pueden ver los carisma sino al servicio de la comunión y de la unidad del Cuerpo de Cristo (cf. 1 Cor. 12, 4-11). Por eso, no sólo debe quedar siempre excluido cualquier tipo de apostolado o magisterio paralelo al de los obispos…” Les pidió “una atención particular hacia la juventud”…”vivir la unidad”…. “A ser capaces de acoger a los jóvenes y guiarlos…”,

También desde Guatemala se dirigió al mundo universitario de toda el area geográfica visitada y les invitó “a estar unidos a la vida de la Iglesia” y junto a la Iglesia “tratemos de defender juntos al hombre en si mismo, cuya dignidad y honor están seriamente amenazados” Les exhortó “emplear todos los medios legítimos a vuestro alcance: enseñanza, investigación, información, diálogo con el público, para llevar a cabo vuestra misión humanística, convirtiendo en artífices de esa civilización del amor, la única capaz de evitar que el hombre sea un enemigo para el hombre”la universidad debe convertirse en el testimonio de la verdad y de la justicia, y reflejar la conciencia moral de una nación

Al dia siguiente partía hacia Honduras. Volvería a Guatemala el 9 de marzo para despedirse de los guatemaltecos y partir hacia Belice y Haiti, donde ese mismo 9 de marzo concluiría su viaje apostólico a Centroamérica.
Invito visitar: