Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 26 de noviembre de 2021

Primer Domingo de adviento: El Adviento es tiempo de elección, la elección de un camino

 


“La Iglesia se prepara para la Navidad de un modo totalmente particular. Nos recuerda el mismo acontecimiento que ha presentado recientemente al final del año litúrgico. Esto es, nos recuerda el día de la venida última de Cristo. Viviremos de manera justa la Navidad, es decir, la primera venida del Salvador, cuando seamos conscientes de su última venida "con poder majestad grandes" (Lc 21, 27), como declara el Evangelio de hoy. En este pasaje hay una frase sobre la que quiero llamar vuestra atención: "Los hombres exhalarán sus almas por el terror y el ansia de lo que viene sobre la tierra" (Lc 21, 26).

 Llamo la atención porque también en nuestra época el miedo "de lo que deberá suceder sobre la tierra" se comunica a los hombres.

 El tiempo del fin del mundo nadie lo conoce, "sino sólo el Padre" (Mc 13, 32); y por esto de ese miedo que se transmite a los hombres de nuestro tiempo, no deduzcamos consecuencia alguna por cuanto se refiere al futuro del mundo. En cambio, está bien detenerse en esta frase del Evangelio de hoy. Para vivir bien el recuerdo del nacimiento de Cristo, es necesario tener muy clara en la mente la verdad sobre la venida última de Cristo; sobre ese adviento último. Y cuando el Señor Jesús dice: "Estad atentos... de repente vendrá aquel día sobre vosotros como un lazo" (Lc 21, 34), entonces justamente nos damos cuenta de que El habla aquí no sólo del último día de todo el mundo humano, sino también del último día de cada hombre. Ese día que cierra el tiempo de nuestra vida sobre la tierra y abre ante nosotros la dimensión de la eternidad, es también el Adviento. En ese día vendrá el Señor a nosotros, como redentor y juez.

Así, pues, como vemos, es múltiple el significado del Adviento, que, como tiempo litúrgico, comienza con este domingo. Pero parece que sobre todo el primero de los cuatro domingos de este período quiere hablarnos con la verdad del "pasar", a que están sometidos el mundo y el hombre en el mundo. Nuestra vida en el mundo es un pasar, que inevitablemente conduce al término. Sin embargo, la Iglesia quiere decirnos —y lo hace con toda perseverancia—que este pasar y ese término son al mismo tiempo adviento: no sólo pasamos, sino que al mismo tiempo nos preparamos. Nos preparamos al encuentro con El.

La verdad fundamental sobre el Adviento es, al mismo tiempo, seria y gozosa. Es seria: vuelve a sonar en ella el mismo "velad" que hemos escuchado en la liturgia de los últimos domingos del año litúrgico. Y es, al mismo tiempo, gozosa: efectivamente, el hombre no vive "en el vacío" (la finalidad de la vida del hombre no es "el vacío"). La vida del hombre no es sólo un acercarse al término, que junto con la muerte del cuerpo significaría el aniquilamiento de todo el ser humano. El Adviento lleva en sí la certeza de la indestructibilidad de este ser. Si repite: "Velad y orad..." (Lc 21, 36), lo hace para que podamos estar preparados a "comparecer ante el Hijo del hombre" (Lc 21, 36).

De este modo el Adviento es también el primero y fundamental tiempo de elección; aceptándolo, participando en él, elegimos el sentido principal de toda la vida. Todo lo que sucede entre el día del nacimiento y el de la muerte de cada uno de nosotros, constituye, por decirlo así, una gran prueba: el examen de nuestra humanidad. Y por eso la ardiente llamada de San Pablo en la segunda lectura de hoy: la llamada a potenciar el amor, a hacer firmes e irreprensibles nuestros corazones en la santidad; la invitación a toda nuestra manera de comportarnos (en lenguaje de hoy se podría decir "a todo el estilo de vida"), a la observancia de los mandamientos de Cristo. El Apóstol enseña: si debemos agradar a Dios, no podemos permanecer en el estancamiento, debemos ir adelante, esto es, "para adelantar cada vez más" (1 Tes 4, 1). Y efectivamente es así. En el Evangelio hay una invitación al progreso. Hoy todo el mundo está lleno de invitaciones al progreso. Nadie quiere ser un "no-progresista". Sin embargo, se trata de saber de qué modo se debe y se puede "ser progresista", y en qué consiste el verdadero progreso. No podemos pasar tranquilamente por alto estas preguntas. El Adviento comporta el significado más profundo del progreso. El Adviento nos recuerda cada año que la vida humana no puede ser un estancamiento. Debe ser un progreso. El Adviento nos indica en qué consiste este progreso.

Y por esto esperamos el momento del nuevo Nacimiento de Cristo en la liturgia. Porque El es quien (como dice el Salmo de hoy) "enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes" (Sal 24 [25]” 8-9).

 

(Juan Pablo II Homilía IDomingo de Adviento 2 de diciembre de 1979)

martes, 23 de noviembre de 2021

El nombramiento de Ratzinger como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe

 


En primer lugar el nombramiento de Ratzinger como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe demostraba que le Papa se tomaba my en serio la teología, así como a los teólogos. Las contribuciones de Ratzinger a la teología y su conocimiento enciclopédico de la tradición teológica occidental, le habían granjeado fama de excelente teólogo en todos los sectores, tanto favorables a él cómo críticos. Designando prefecto de la CDF a un hombre de su talla intelectual, y no a un veterano de la curia, el Papa mostraba su empeño por patrocinar una verdadera renovación de la teología siguiendo las ideas del Concilio. El nombramiento de Ratzinger también era señal que el Papa quería que la CDF mantuviera una relación de índole absolutamente contemporánea con la comunidad teológica internacional. Juan Pablo II  no designo prefecto a un medievalista, ni a un experto en patrística. Nombro a un teólogo que había mantenido una vinculación tan profunda como critica con la filosofía contemporánea y la teología ecuménica. 

El cardenal Ratzinger fue el primer ocupante del cargo en muchos siglos que no tomo a Tomas de Aquino por maestro filosófico y teológico. El Papa respetaba el tomismo y a los tomistas, pero ropio con la tradición nombrando prefecto de la CDF a un no tomista, clara señal de que creía en la existencia de una pluralidad legítima de métodos teológicos, y en que esa pluralidad debía tenerse en cuenta en la formulación de las enseñanzas autorizadas. La asociación de ambos personas era interesante. El Papa era filósofo, el prefecto, teólogo. Juan Pablo II era polaco, y Ratzinger alemán. Karol Wojtyla se había contado entre los arquitectos intelectuales de la Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo moderno. Una década después del Concilio, Ratzinger no había escatimado críticas punzantes a los interpretaciones que recibía el documento.  A lo largo de su pontificado, Juan Pablo II haría frecuentes comentarios sobre el siglo XXI como posible «primavera» del Evangelio, después del invierno del siglo XX. Durante el mismo periodo, el cardenal Ratzinger profundizaría en una visión alternativa: una Iglesia del futuro menor y más pura, una Iglesia que, sin volver a las catacumbas, hubiera perdido su antiguo estatus de fuerza dominante en la cultura occidental. El cardenal Ratzinger parecía creer que Occidente y su proyecto humanístico habían iniciado un declive cultural irreversible. El Papa consideraba factible una revitalización del humanismo […] EN Wojtyla, carismático y pastoral, Ratzinger reconocía una «pasión por el hombre» y la capacidad de desvelar «la dimensión espiritual de la historia», dos rasgos que convertían a la proclamación del Evangelio por la Iglesia en poderosa alternativa a los falsos humanismos de su tiempo.

En el doctor Ratzinger, mas tímido, Wojtyla reconocía a un intelectual contemporáneo que lo superaba en el dominio de la teología.  Juntos formaban un tándem intelectual formidable.  Celebraban en un encuentro semanal cada viernes por la tarde, en el que Ratzinger, a solas con el Papa, repasaba la labor de la congregación que presidia. Los martes, antes y durante el almuerzo, solían reunirse para llevar a cabo análisis intelectuales más profundos, casi siempre en compañía de otras personas. Esos debates de sobremesa podían estar relacionados con una encíclica o una carta apostólica nuevas, con una cuestión más amplia (la bioética, la situación ecuménica o las diversas teologías de la liberación) o con los temas de los discursos correspondientes a las audiencias generales de las semanas posteriores. En esas conversaciones, tan características de su pontificado, Juan Pablo II, de quien dice Ratzinger decía que «se alegra de tener un trabajo sostenido» dentro de una agenda de trabajo inevitablemente fragmetada, fue depurando las posteriores catequesis de la teología del cuerpo. Y su catequesis de seis años sobre el Credo.

George Weigel, Testigo de esperanza, Plaza & Janes, 1999

viernes, 19 de noviembre de 2021

Cristo Rey - Mi reino no es de este mundo


(...)

Cuando el ángel Gabriel anuncia a la Virgen María que había sido escogida para ser la Madre del Salvador, le habla de la realeza de su Hijo: “...le dará el Señor Dios el trono de David, su padre, y reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su reino no tendrá fin” (Lc 1, 32-33).

(…)

Los días siguientes a la entrada de Jesús en Jerusalén se verá cómo se han de entender las palabras del Ángel en la Anunciación. “Le dará el Señor Dios el trono de David, su padre... reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su reino no tendrá fin”. Jesús mismo explicará en qué consiste su propia realeza, y por lo tanto la verdad mesiánica, y cómo hay que comprenderla.

El momento decisivo de esta clarificación se da en el diálogo de Jesús con Pilato, que trae el Evangelio de Juan. Puesto que Jesús ha sido acusado ante el gobernador romano de “considerarse rey” de los judíos, Pilato le hace una pregunta sobre esta acusación que interesa especialmente a la autoridad romana porque, si Jesús realmente pretendiera ser “rey de los judíos” y fuese reconocido como tal por sus seguidores, podría constituir una amenaza para el imperio.

Pilato, pues, pregunta a Jesús: “¿Eres tú el rey de los judíos? Responde Jesús: ¿Por tu cuenta dices eso o te lo han dicho otros de mí?”; y después explica: “Mi reino no es de este mundo; si de este mundo fuera mi reino, mis ministros habrían luchado para que no fuese entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí”. Ante la insistencia de Pilato: “Luego, ¿tú eres rey?”, Jesús declara: “Tú dices que soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad; todo el que es de la verdad oye mi voz” (cf. Jn 18, 33-37). Estas palabras inequívocas de Jesús contienen la afirmación clara de que el carácter o munus real, unido a la misión del Cristo-Mesías enviado por Dios, no se puede entender en sentido político como si se tratara de un poder terreno, ni tampoco en relación al “pueblo elegido”, Israel.

La continuación del proceso de Jesús confirma la existencia del conflicto entre la concepción que Cristo tiene de Sí mismo como “Mesías-Rey” y la terrestre o política, común entre el pueblo. Jesús es condenado a muerte bajo la acusación de que “se ha considerado rey”. La inscripción colocada en la cruz: “Jesús Nazareno, Rey de los judíos”, probará que para la autoridad romana éste es su delito. Precisamente los judíos que, paradójicamente, aspiraban al restablecimiento del “reino de David”, en sentido terreno, al ver a Jesús azotado y coronado de espinas, tal como se lo presentó Pilato con las palabras: “¡Ahí tenéis a vuestro rey!”, habían gritado: “¡Crucifícale!... Nosotros no tenemos más rey que al Cesar” (Jn 19, 15).

En este marco podemos comprender mejor el significado de la inscripción puesta en la cruz de Cristo, refiriéndonos por lo demás a la definición que Jesús había dado a Sí mismo durante el interrogatorio ante el procurador romano. Sólo en ese sentido el Cristo-Mesías es “el Rey”; sólo en ese sentido Él actualiza la tradición del “Rey mesiánico”, presente en el Antiguo Testamento e inscrita en la historia del pueblo de la Antigua Alianza.

Finalmente, en el Calvario un último episodio ilumina la condición mesiánico-real de Jesús. Uno de los dos malhechores crucificados junto con Jesús manifiesta esta verdad de forma penetrante, cuando dice: “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino” (Lc 23, 42). En este diálogo encontramos casi una confirmación última de las palabras que el Ángel había dirigido a María en la Anunciación: Jesús “reinará... y su reino no tendrá fin” (Lc 1, 33).


(Juan Pablo II de la Audiencia General del 11 de febrero de 1987)


Quien es profeta?

 


Profeta es aquel que habla en nombre de Dios, que transmite en el lenguaje humano Su verdad, al menos en unos ciertos límites. Así pues, el profetismo enlaza con la Revelación y con la fe. «Multifarie multisque modus loquens Deus olim in Profetis, novissime locutus est nobis in Filio» [«muchas veces y de muchos modos hablo Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo»] Cristo es la plenitud de la Revelacion, la «última palabra» del Verbo. EN ÉL y en sus apóstoles queda esta «concluida». Al mismo tiempo, Cristo comparte su «profetismo» (munus profeticum [misión profética]  con aquellos que aceptan su palabra. 

Uno de los atributos fundamentales del Pueblo de Dios es la participación in mumere profetico [en la misión profética] de Cristo. Así pues, el profetismo es característica de la fe confesada, y más aún de la fe anunciada por medio de la predicación, pero también por medio de los actos que dan testimonio de la fe.  El Concilio Vaticano II ha desvelado la enorme escala y el alcance de esta participación. Para los obispos tiene particular significado la predicación del Evangelio, que por su parte estarea de sacerdotes, religiosos y laicos. En la estructura profética de la Iglesia hay que coordinar, por tanto, la fe, la ciencia, el conocimiento (teología)  y la conciencia.   Porque existe de un modo particular un profetismo de la conciencia,  y este es válido para todos, también para aquellos que no creen pero «buscan la verdad con sincero corazón». Y es que toda la estructura profética del Pueblo de Dios se apoya no solo en la Palabra de Dios sino también en esa tendencia a la Verdad, tan esencial para el hombre. El uno por medio del otro forman el munus profeticum en su dimensión real. El problema fundamental sigue siendo como comprende la realidad del hombre como comprende el hombre la Palabra de Dios en la realidad para dar testimonoi de la Palabra.

 

(Karol Wojtyla / Juan Pablo II  Estoy en tus manos Cuadernos Personales 1962-2003, Planeta 2014.

( Ejercicios espirituales Zakopane y convento de las hermanas ursulinas grises de Jaszczarowska, 21 al 25 de septiembre de 1976. Tema: Sacerdos, Propheta, Rex  [sacerdote, profeta,rey])

jueves, 18 de noviembre de 2021

Juan Pablo II en Eslovenia por 2da vez - beatificación obispo Slomšek – Recuerdos imborrables

 



 El 19 de septiembre de 1999 todos los caminos de Eslovenia y países vecinos llevaban a la explanada de Betnava en Maribor, donde el Santo Padre Juan Pablo II, beatificaría al “primer hijo de la nación eslovena en ser elevado a la gloria de los altares”. La visita fue muy breve: tan sólo un día, pero toda Eslovenia era una fiesta.

Habían pasado tres años de su primera visita en 1996. “La santidad es la única fuerza que vence al mundo” nos había dicho entonces. Ahora venía a presentarnos un modelo de santidad esloveno, el obispo Anton Martin Slomšek, “un sarmiento que dio frutos abundantes de santidad cristiana, de singular riqueza cultural y de notable amor a la patria”. “En el nuevo beato – decía Juan Pablo II en su homilía - resplandecen, ante todo, los valores de la santidad cristiana. Siguiendo las huellas de Cristo, se hizo buen samaritano del pueblo esloveno … fiel y dócil a la Iglesia,  profundamente abierto al ecumenismo,  y en Europa central fue uno de los primeros en trabajar por la unidad de los cristianos”.


Habíamos salido muy temprano de Ljubljana (alrededor de las 5 am) hacia la plaza donde nos esperaba el bus. Todavía era de noche oscura con lluvia. Aunque veníamos equipadas íbamos pensando cómo nos ubicaríamos allí (porque todos teníamos lugares predestinados) en medio del predio, la lluvia y el barro del parque. Las parroquias organizaban logística y la distribución de  agregados (una banqueta de cartón plegable, agua y  banderines). Todo el viaje en lluvia casi hasta  Maribor si bien llegando había  amainado la lluvia.  Allí  organizados,   encolumnados en un carril (el otro quedaba para los automóviles de invitados),  entre cantos y rezos,  íbamos moviéndonos lentamente,  como ondulantes ríos,  hacia nuestros respectivos lugares .

De repente sucedió algo.  Se detiene un auto,  sorprendidas escuchamos “vamos rápido suban!!”  Era un amigo (parte del gobierno en ese momento) de mi cuñado con su esposa. “Vamos suban, venimos sin  hijos”. Una de las hijas se había quedado en casa, la otra cantaba en el coro y ya estaba en el lugar,  y el hijo dedicado desde temprano como auxiliar de la  organización de los invitados. Había sucedido un pequeño milagro (que ya comente en otro post) : ya no nos harían falta las banquetas plegables y nos esperaba la tercer fila de los invitados, (en sillas por supuesto) un regalo del cielo. Hasta el dia de hoy me cuesta comprenderlo. En primer fila el presidente y su esposa, en la segunda su ministro con la esposa y detrás de ellos los asientos destinados a sus hijos que ocupamos nosotras.   Detrás nuestro el Ministro de Finanzas y una fila más atrás quien es hoy el Primer Ministro de Eslovenia!




Todo tan  cerca!! El altar, el coro, los invitados importantes y la gran pantalla donde pudimos ver la  llegada del Santo Padre; al tiempo que se abría la escotilla del avión se partían las nubes y aparecía el sol. El  maravilloso y tradicional repique de campanas, era acompañado, allí en el prado, por las voces de 2500 integrantes de coros de toda Eslovenia, que bajo la batuta del profesor Joze Trost de Ljubljana, entonaban el majestuoso “Jubilate Deo”; luego seguirían “Tu eres Pedro, la Piedra” “Este es el día que hizo el Señor” y “Maria, madre amada” dando comienzo a la solemne ceremonia con la participación de unos 200.000 fieles, entre ellos 800 sacerdotes, 55 arzobispos y obispos, 3 cardenales, 800 religiosas, 2100 monaguillos, 2000 scouts, 1500 inválidos, 800 catecúmenos, 320 auxiliares, 1600 invitados especiales.



Había llegado el tan esperado momento y el obispo de Maribor Franc Kramberger solicitaba al Santo Padre, en nombre de todo el pueblo esloveno, que proclamase beato al obispo Slomsek. Pronto se correría el velo y veríamos el  gran cuadro completo.

“Seguid las huellas de este compatriota vuestro, íntegro y generoso, que anhelaba conocer la voluntad de Dios y cumplirla a toda costa. Su firmeza interior y su optimismo evangélico estaban arraigados en una sólida fe en la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre el mal.” nos decía el Santo Padre en su homilía. “Sed constructores de paz también dentro de Europa. El proceso de unificación, en el que el continente está comprometido, no puede basarse sólo en intereses económicos; también debe encontrar inspiración en los valores cristianos, en los que se arraigan sus raíces más antiguas y auténticas. Una Europa atenta al hombre y al pleno respeto de sus derechos es la meta a la que hay que dirigir los esfuerzos. Ojalá que la vieja Europa transmita a las nuevas generaciones la antorcha de la civilización humana y cristiana, que iluminó los pasos de sus antepasados durante el milenio que está a punto de concluir”

Durante la Eucaristía no puedo olvidar el momento de la comunión. Estuve por escapar y tratar de recibirla del mismo Juan Pablo II pero me detuvieron allí mismo en mi fila diciendo que no me dejarían pasar. Que hubiera ocurrido si lo intentaba? Nunca lo sabre!

En el Ángelus el Santo Padre recordaba los tres santuarios marianos más celebres de Eslovenia : Monte Santo, Brezje y Ptujska Gora y por la tarde, en el encuentro con los sacerdotes, religiosos y laicos en la catedral de Maribor, donde descansan los restos mortales del venerado obispo y nuevo beato Antón Martin Slomsek, el Santo Padre recordaba otras “personas que en este pueblo esloveno se han distinguido por sus virtudes… por ejemplo, los obispos Friderik Baraga, Janez Gnidovec y Anton Vovk; en el padre Vendelin Vosnjak; y en el joven Lojze Grozde”.

Después de rezar en la capilla de la Catedral ante los restos del nuevo beato el Santo Padre dirigió un mensaje a los 340 delegados del Sínodo de obispos, concluyendo este viaje apostólico tan breve, pero tan intenso ese mismo día.



El Obispo de Maribor Franc Kramberger lo despedía con un sincero y sencillo saludo esloveno “Santo Padre, a Dios gracias por todo lo que hemos vivido hoy junto a Usted y con Usted”


Juan Pablo II Eslovenia nunca lo olvidará!


Y nosotras tampoco. Había sido un día  pleno, magnifico, majestuoso, único,  que quedara grabado para siempre. Un verdadero cántico del Salmo 118:24- “Este es el dia que hizo el Señor, alegrémonos y regocijémonos en  él”.


Invito ver mis entradas anteriores
Primer visita de Juan Pablo II a Eslovenia
Visita del primer ministro de Eslovenia al santo Padre Benedicto XVI


martes, 16 de noviembre de 2021

Juan Pablo II, el Santuario de Oropa y Pier Giorgio Frassati

 


La cita para la plegaria del “Ángelus” del Papa Juan Pablo II el 16 dejulio de 1989  – época de vacaciones en el hemisferio norte – era el Santuario mariano deOropa, “un lugar querido a la piedad no sólo de Piamonte sino también de las regiones cercanas del Valle de Aosta y de Suiza. Cruzando las montañas, los peregrinos han venido aquí durante siglos a venerar a la Virgen y a buscar en este santuario un lugar de paz y de meditación; más aún, siempre han considerado este lugar como la casa de la Virgen, dado que ha surgido precisamente como iglesia y morada de María: "ecclesia et domus Sanctae Mariae".”

 Y continuaba Juan Pablo II en sus palabras “A sus devotos, y sobre todo a los jóvenes ―como Pier Giorgio Frassati, que solía venir aquí arriba para recogerse en oración― la Virgen se propone como asilo y refugio, como Madre celeste que abre su casa para permitir que cada uno viva la experiencia tonificante de un encuentro más profundo con Dios.

Muy queridos jóvenes que me escucháis: Descubrid también vosotros, como Pier Giorgio, el sendero del santuario, para emprender el camino espiritual que, bajo la guía de María, os lleve cada vez más cerca de Cristo. De esa forma podréis convertiros en sus testigos con la convicción y la incisividad que caracterizaron la acción apostólica de Pier Giorgio. Daréis testimonio de Cristo, como él, especialmente en el mundo universitario, en el que hay chicos y chicas que tal vez no han resuelto aún el problema del significado de su vida. Podréis, con vuestra palabra y con vuestro ejemplo, señalar en Cristo a Aquel que posee la solución verdaderamente satisfactoria de los interrogantes decisivos de la existencia.

No dudéis, queridos jóvenes, en venir aquí arriba a buscar luz y fuerza para vuestro camino de fe, a buscar una esperanza más firme para un compromiso cristiano valiente y coherente en el mundo contemporáneo. Pier Giorgio Frassati se ofrece a vosotros como figura eminente de laico de la Acción Católica perfectamente consciente del compromiso bautismal de contribuir, en plena sintonía con los Pastores de la Iglesia, a la animación cristiana del ambiente social.”

“Es cierto – decía Juan Pablo II en su homilía  con ocasión de la beatificación de Pier Giorgio Frassati que, para una mirada superficial, el estilo de Pier Giorgio Frassati, un joven moderno lleno de vida, no presenta gran cosa de extraordinario. Pero, precisamente esto constituye la originalidad de su virtud que invita a reflexionar y lleva a imitar.

En él la fe y los sucesos cotidianos se funden armónicamente hasta el punto que la adhesión al Evangelio se traduce en atención amorosa a los pobres y a los necesitados, creciendo continuamente hasta los últimos días de la enfermedad que lo llevará a la muerte. El gusto por la belleza y el arte, la pasión por el deporte y por la montaña, la atención a los problemas de la sociedad no le impiden la relación constante con el Absoluto.

¡Totalmente inmerso en el misterio de Dios y totalmente dedicado al constante servicio al prójimo: así podemos resumir su vida terrena!"

 -o-

El Santuario de Oropa se encuentra en un lugar privilegiado a 1200 mts de altura a solo 20 minutos del centro de Biella y está  rodeado de una reserva natural  que invita a la reflexión y al descanso.  Según la tradición el santuario data del siglo IV y se debe a la iniciativa de San Eusebio, primer obispo de Vercelli.   Los primeros documentos escritos que hablan de Oropa, son de inicios del siglo XIII y allí se habla de la existencia de las primitivas iglesias de Santa Maria y de San Bartolomé, de carácter eremítico, que constituían un punto de referencia fundamental para los viajeros que desde el este se dirigían al Valle de Aosta.   

El Santuario está  situado en el Sagrado Monte de Oropa con sus 12 capillas,  construidas entre 1620 y 1720, cuando ya existía el antiguo Santuario,  que guardan estatuas de terracota policromada de Maria, y fue  declarado patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco.

 


 (foto de Sacro Monte di Oropa)

 Aunque Juan Pablo II no lo mencionara en el Ángelus seguramente en aquella visita imaginaria al Santuario de Oropa tendría en mente a su querido Santuario de Kalwaria Zebrzydowska,  -  un lugar santo para los polacos -   ubicado – al igual que este -  sobre un monte, si bien no tan alto, pero  de similares características en medio de la naturaleza y rodeado de capillas y senderos. 


 Y al hablar de Pier Giorgio Frassatti habrá recordado su época de juventud y peregrinaciones al querido Santuario, tan cercano a su natal Wadowice.   Kalwaria fue para el,   tal como el mismo lo expresara en varias oportunidades,   un refugio de oración, un encuentro con su Madre en todo momento de su vida desde pequeño a su época de juventud y más tarde como seminarista, sacerdote y obispo.

 

 

jueves, 11 de noviembre de 2021

Karol Wojtyla/Juan Pablo II : Reflexiones sobre el pecado original

 


Meditatio II. De peccato originali [sobre el pecado original] Intento de enfocar el misterio en su totalidad:

  

a)      El pecado original consiste en el «evadirse» del hombre, de modo semejante a como antes hiciera el ángel, de esa plenitud de la donación que encierra en si la obra de la Creación. No es  posible entender el pecado original sin referencia a esta plenitud de la donación, esto es, al Amor. Consiste en el rechazo a participar en el Amor, en los bienes de la creación como provenientes del Amor, y sobre todo en el bien del propio Amor. En este sentido es la pérdida de la Gracia.

b)      Como hecho interno (actus humanus [acto humano]) la pecaminosidad del pecado original se explica por sus motivos. Los motivos tienen na inspiración externa. Se trata de la tentación: una promesa que no se cumple. El mal espíritu dice: «sereis como dioses, conocedores del bien y el mal». Este conocimiento significa salir de la situación de «bien puro» (o sea, de la donación original), pero el solo conocimiento no da al hombre (igual que no se lo dio a Satán) el poder de decidir acerca del bien y del mal,

c)      Como hecho interno (actus humanus), el pecado original es la desobediencia, lo que resaltó unívocamente san Pablo. No solo se trata de una oposición de la voluntad humana a la divina, sino que es a la e  un rechazo por parte del hombre de la «equidad divina», del mundo de los valores querido por el Creador,

d)     En este contexto el pecado original constituye una pérdida del mayor don de la participación en la naturaleza y en la vida del mismo Dios,

e)      Arrastrado a la vida del propio «mundo», el hombre comienza a estar sujeto a la triple concupiscencia,

f)       El pecado original es el momento a partir del cual la «economía» divina de la Creación cede a la economía de la Redención. La recuperación de las dimensiones y del significado del don hecho al hombre y al mundo discurrirá por un camino diferente, más difícil: por el camino dela cruz.

 

 Karol Wojtyla/Juan Pablo II(2014):  “Estoy en tus manos – Cuadernos personales 1962-2003” Planeta,  Ejercicios espirituales, Kalwaria Zebrzydowska 5,6,7,8 y 9 de julio de 1977.

 

martes, 9 de noviembre de 2021

El Muro de Berlin y el primer viaje de Juan Pablo II a Polonia

 

(Catedral de Gniezno)

Se cumplen hoy 32 años de la caída/derribamiento del Muro de Berlin, bajo una montaña de sueños sin cumplir, esperanzas fallidas y emociones enterradas. El mal había durado ya demasiado, aquel  Mysterium iniquitatis que Karol Wojtyla/Juan Pablo II había sentido  en carne propia y sobre el cual tanto reflexiono. Un misterio, un milagro que, como comenta el Cardenal Dziwisz,  tuvo su comienzo en  Gniezno el 3 de junio de 1979 con la visitade Juan Pablo II a Polonia 

En esta entrevista el Cardenal Stanislaw Dziwisz, su fiel secretario comenta como aquel viaje fue una inspiración para la liberación de toda la región de Europa Central  y Oriental.

 Entrevista de Marcin Przeciszewski y Tomasz Królak de la agencia católica polaca  Kai. (12 de junio de 2009)

 La caída del Muro de Berlin no comenzó en Berlin, decía el cardinal Dziwisz, fiel secretario de Karol Wojtyla/Juan Pablo II ; ocurrió en realidad en 1979 en Polonia durante el primer viaje de Juan Pablo II a su patria. Sugiere el cardenal que aquellos días entre el 2 y el 10 de junio de 1979 comenzaron a cambiar el rostro de Europa del Este.

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Pregunta: Cuando comenzó a pensar Juan Pablo II en una visita a su patria?

 

Cardenal Dziwisz: Ya siendo cardenal Karol Wojtyla estaba preparando las celebraciones para el 900 aniversario de la muerte de San Estanislao, aniversario que  consideraba de gran importancia.  Les había hecho llegar invitaciones a todos los cardenales  que habían participado en el conclave de agosto de 1978 y había invitado también al Papa Juan Pablo I a Cracovia. En consecuencia,  a partir del primer momento de su elección a la Sede de Pedro era natural que intentase todo lo posible para venir a Cracovia a celebrar el aniversario. Lo consideraba un deber moral, aunque era consciente que no sería fácil lograrlo. 

 

Pregunta: Pensaba quizás que las autoridades comunistas no aceptarían de buena gana su visita?

 

Cardenal Dwiwisz: cuando las autoridades polacas se enteraron de este  pedido, reaccionaron negativamente. Mientras tanto Juan Pablo II había recibido una invitación para visitar México, que había aceptado con sumo agrado. Consideraba que América Latina era muy importante con respecto a la teología de la liberación -   un intento de ver la doctrina social de la Iglesia a través de la lente de la ideología marxista.  Y se dijo: Si puedo ir a México, la nación que tiene la constitución más anticlerical del mundo, las autoridades polacas no podrán negarle la visita, si bien recordaba que las autoridades comunistas se la habían negado a Pablo VI. No obstante intuyó que no podrían frenarlo.   

 

 Pregunta: cuando comenzaron las negociaciones?

 

Cardenal Dziwisz: Bien pronto. Las negociaciones fueron entabladas por el secretario de la Conferencia Episcopal Polaca, el Obispo Bronislaw Dabrowski. Finalmente las autoridades abrieron las puertas bajo una condición: la visita del Papa no deberá coincidir con el aniversario de San Estanislao en Mayo.  Está bien respondió el Santo Padre: Entonces vendré al mes siguiente, en Junio.

 

Pregunta: Con respecto al itinerario, hubo dificultades?

 

Cardenal Dziwisz: Se estableció que el Papa no podría ir más allá del Vistula, a las regiones de Polonia del este. Y la región de Silesia también fue excluida.  Básicamente las autoridades querían que el viaje fuera lo más breve posible y los movimientos muy limitados.

 

Pregunta: Finalmente las dificultades fueron subsanadas.  En algún momento Juan Pablo II considero las posibles consecuencias de este viaje?  Se daba cuenta que era crucial por el desarrollo de los acontecimientos en Polonia?

 

Cardenal Dziwisz: Nadie podía predecirlo.  El estaba convencido que la nación polaca arraigada profundamente en la fe, merecía la visita del Papa.  Hoy podemos decir, sin duda alguna, que su primer viaje a Polonia fue el más importante de todos los viajes porque fue la chispa de un proceso de increíbles cambios a nivel global. Todo comenzó aquellos días.

 

Pregunta: Como se preparo el Papa para este viaje?

 

Cardenal Dziwisz: El escribió solo todos los textos de los discursos y las homilías. El rol de la sección polaca de la Secretaria de Estado fue solo completar las citas.  No utilizaba notas; su memoria era suficiente. Era muy organizado y escribía todo de una manera muy rápida. Un discurso no le llevaba más de  hora y media de preparación.  Para a un discurso breve le alanzaba una hora. Y leía mucho. Podía hacer varias cosas al mismo tiempo.

 

Pregunta: El tema principal de la peregrinación era derramar el Espíritu Santo.  Lo cito en varios de sus  discursos.  Fue esta una decisión en consulta con sus colaboradores?

 

Cardenal Dziwisz: Juan Pablo II era un visionario, como lo son muchos artistas.  Sabía que tenía que decir y que era lo que la nación esperaba que dijera.  El sabía presentar estos temas a la luz de la fe y las enseñanzas de la Iglesia. Más aun, era tiempo  de Pentecostés.

 

Pregunta: Pero el Papa se daba cuenta que el discurso brindado en Gniezno – donde afirmo que la misión del Papa eslavo era lograr que Europa redescubriera la unidad entre Oeste y Este – ponía en duda la Ostpolitik (política del este) vaticana y de hecho reconocía su existencia?

 

Cardenal Dziwisz: Juan Pablo II siempre rechazo la doctrina del ”compromiso histórico” según el cual el Oeste y también   la Iglesia deberían considerar el Marxismo como un elemento decisivo en el desarrollo de la historia.  El estaba convencido que el futuro no le pertenecía al marxismo ni a la lucha de clases. En este sentido cambio las políticas vaticanas radicalmente. Este cambio de perspectiva  llevo a la reflexión en muchos entornos y a cuestionarse si el Marxismo realmente era tan fuerte.  Con la misma determinación  Juan Pablo II se opuso a los intentos de incluir el análisis marxista en la doctrina social de la Iglesia y en el contexto de la teología de la liberación. Para él el  desarrollo de la humanidad pasaba por la posibilidad de elegir y  los derechos humanos.  Estaba a favor de los derechos de la persona y la intocable dignidad del hombre. El discurso de Giezno marco el comienzo de la caída de la cortina de hierro que dividía entonces a Europa. .  La caída del Muro comenzó allí, no en Berlin.

 

Pregunta: No había preocupación ni siquiera en el Vaticano ante el hecho que Juan Pablo II estaba   yendo demasiado lejos?

 

Cardenal Dziwisz: Una declaración de tal fuerza a favor de estos derechos alarmó sin dudas a algunos, entre ellos, también a hombres de la Iglesia.

 

Pregunta: Le molesta a usted que hoy se hable del Muro de Berlin y no de Gniezno o del Movimiento de Solidaridad?

 

Cardinal Dziwisz: Los hechos históricos deben conocerse. La caída del Muro fue la consecuencia del proceso comenzado en 1979 en Polonia y vuelvo a repetir: el desmantelamiento de la cortina de hierro comenzó el 3 de junio de 1979 en Gniezno.

 

Pregunta:  Durante su primer viaje el Papa se asomo a la ventana de la residencia episcopal en Cracovia y hablo con los jóvenes – un dialogo que se repetiría en cada uno de sus viajes a Polonia. Esto figuraba en la agenda?

 

Cardenal Dziwisz: No, fue una iniciativa totalmente espontanea. Miles de personas esperando allí bajo la ventana llamando al Papa. Debía hacerse ver de alguna manera.  El Santo Padre tomo esta decisión por propia iniciativa, contra las recomendaciones de algunos de su entorno que lo desalentaban por razones de seguridad.

 

Pregunta: En su opinión cual es el significado más profundo de su primera peregrinación  a Polonia?

 

Cardenal Dziwisz: Despues de esta visita, Polonia ya no fue la misma. La gente caminaba mas erguida, habían perdido el miedo.

 

Pregunta: El Movimiento Solidaridad fue una consecuencia natural de esta liberación?

 

Cardenal Dziwisz: Juan Pablo II libero la energía interior de la gente. En este sentido estableció la base espiritual para el nacimiento de Solidarnosc al año siguiente.

 

Pregunta: A su regreso al Vaticano Juan Pablo II hizo comentarios de su viaje?

 

Cardenal Dziwisz: No dijo nada porque había perdido su voz. A su regreso estaba muy cansado; durmió  14 horas.

 

Pregunta: Hablemos de la ley marcial, dictada por el General Jaruzelski en Diciembre de 1981. Cual fue la reacción del Papa?

 

Cardenal Dziwisz: Juan PabloII no solia demostrar sus preocupaciones. Pero si levanto la voz en la Basilica de San Padro, en presencia de la delegación polaca presidida por el Presidente Jablonski en octubre de 1982, con ocasión de la canonización del padre Kolbe.  “La nación no se merece lo que ustedes le han hecho”. .

 

Pregunta: Pero Juan Pablo II había considerado la posibilidad de una invasión soviética de Polonia?

 

Cardenal Dziwisz: Nadie lo tomaba seriamente, teniendo en cuenta que los soviéticos estaban ocupados con Afganistán. Sabíamos que la Unión Soviética no se lo podía permitir.  Teníamos información precisa directamente de la Casa Blanca, la habíamos recibido de Zbigniew Brzezinski y del Presidente Reagan mismo, quien había llamado personalmente al Papa.

 

Pregunta: Como era la relación entre Juan Pablo II y el General Jaruzelski?  El seguía diciendo que la ley marcial era un mal menor comparado con la invasión soviética.

 

Cardenal Dziwisz: EL Papa nunca acepto esa interpretación. Respetaba la inteligencia y la cultura de Jaruzelski, pero no estaba de acuerdo con el. EL general miraba exclusivamente al Este. Opuestamente a Edward Gierek, quien, al despedirse del Papa al final de su viaje dijo, “Aqui en Varsovia soplan vientos del Este y del Oeste. Santo Padre usted mira al Oeste.

 

(el resto de la entrevista era con relación a la canonización – recuérdese que la entrevista es de 2011 y la canonización fue en 2014

 

Pregunta: hablemos del presente. Cuando se espera la canonización de Juan Pablo II?

 

Cardenal Dziwisz: Depende directamente de Benedicto XVI. Me parece que todo esta yendo bien. El proceso del milagro ya está en estudio. Y el reconocimiento de las virtudes heroicas de Karol Wojtyla será decisivo. Esperemos que el diablo no meta la cola.

 

Pregunta: Alguna vez ha sentido la presencia del diablo?

 

Cardenal Dziwisz: Si, la he sentido. De la manera más fuerte cuando el diablo fue expulsado de una joven mujer. Estuve presente, sé lo que significa. Es terrible sentir la presencia de una fuerza tan fuerte y tan incontrolable. He visto como la maltrataba físicamente, he escuchado la voz con la que le aullaba. Ocurrió  después de una Audiencia General  de Juan Pablo II. El Papa recito el exorcismo, pero no pasaba nada. Luego dijo que al día siguiente celebraría Misa por las intenciones de la joven. Y después de la Misa, ella de repente se sintió otra persona; todo había pasado. Al principio no lo podía creer; creía que era una enfermedad psíquica. Pero Satán existe.

 Pregunta: Y como puede verse su presencia en el mundo?

Cardenal Dziwisz: Satan existe, por más que la ideología prevalente opine que se trata de cuentos. Hoy el diablo trabaja de tal manera que la gente crea que no existe. Se trata de una perfidia aun mayor.

 

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sábado, 6 de noviembre de 2021

Juan Pablo II y su mandato misionero

 


Juan Pablo II, un Papa de recuerdos casi infinitos. Siempre vivo, siempre nuevo y actual, jamás banal, menos aun repetitivo. Un pontífice que, a tantos años de su partida, sigue siendo capaz de sorprender, interrogar, asombrar, continúa ”viviendo” en el corazón y en el alma de millones y millones de creyentes y no creyentes como si no se hubiera ido nunca. En todo el mundo. En todos los países, en ciudades grandes y pequeñas donde, como misionero infatigable, Karol Wojtyla continúa idealmente presente para testimoniar el Evangelio de Cristo y guiar a la Iglesia católica después de haber sido su cabeza y pastor indiscutible durante casi 27 años – de 1978 a 2005 – record que lo  ha colocado en el tercer lugar en la clasificación especial de pontificados mas longevos precedido solo por Pio XI (31 años y 7 meses) y San Pedro (37 años). Numeros y clasificaciones que, no obstante su aridez matemática, poseen la fuerza de revelar en breve síntesis aquello que, puesto en manos de la historia y el entusiasmo del pueblo, fue el pontificado que ha llevado a la Iglesia católica del segundo al tercer milenio, atravesando desafíos epocales, muros derribados, caídas, encumbramientos, esperanzas, decepciones. 

 Un desafío que, por un misterioso diseño de la Providencia, quizás solo podía ser afrontado y llevado a cabo por una figura como el, Karol Wojtyla, testimonio de una Iglesia, la polaca, sujeta a pagar precios altísimos ante dos sistemas sociopolíticos que en el curso del siglo XX han puesto a dura prueba la libertad del hombre y de la Iglesia misma: el comunismo y el nazismo. El testigo que accedió a la Sede de Pedro sobre la estela de una larga y original experiencia de vida conformada por una vocación pastoral puesta a l servicio de las comunidades parroquiales y diocesanas por el servidas, pero también de amor por la poesía, por el teatro, la afición al deporte, de cercanía a los jóvenes, ancianos y niños, al estudio, a la enseñanza, al respeto por la naturaleza y todo lo creado.

Experiencias y predisposiciones pastorales que siempre impulsaron a Karol Wojtyla a ir hacia  el «otro», a la búsqueda del hombre, de la mujer, del que sufre, del pobre, del marginado. Pero no solo eso. En su ininterrumpido peregrinar por los caminos del mundo nunca dejo de dialogar también con los poderosos o con los así llamados alejados, siempre atento a construir puentes y grandes estructuras de diálogo y debate, poniendo siempre en el centro de cada encuentro al hombre, la defensa de la libertad en todas sus expresiones, a partir de la libertad de profesar la fe religiosa, como también la defensa de la dignidad humana, el respeto por la mujer y los niños.

Pero siempre a la luz del Evangelio, con ímpetu, con determinación y una coherencia que – indudablemente – han hecho de Juan Pablo II el Papa misionero por excelencia, habiendo sido, entre otros, el Pontífice que ha realizado el mayor número de viajes pastorales en Italia y en el exterior. Entre sus objetivos, en sus 27 años de pontificado, se distinguen otros dos record difícilmente igualables, habiendo realizado 102 viajes internaciones y 144 nacionales, agregados a …. ejemplos de santidad entre los testimonios de la Iglesia de ayer y de hoy… 1337 beatificaciones, 482 canonizaciones, y 14 encíclicas, entre las cuales no debemos olvidar Redemptoris missio,  publicada el 7 de diciembre de 1990, en la que el Papa Wojtyla nos habla de la perenne validez del  «mandato misionero».

 Opciones de vida y testimonios que, partiendo del originario mandato consignado por Jesus a sus apóstoles invitándoles a anunciar la Palabra “hasta los confines del mundo”, después de 2000 años conservan intacta toda su frescura. Y el Papa Wojtyla continua recordándonoslo.

 Orazio La Rocca, vaticanista del periódico La Repubblica

 

(publicado en la revista Totus Tuus, Nr 6 Nov/Dic 2009)