Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 24 de diciembre de 2015

«Paz a los hombres que ama el Señor»



“¡Qué insondable es la profundidad del misterio de la Encarnación! Muy rica es, por ello, la liturgia de la Navidad del Señor: en las misas de medianoche, de la aurora y del día los diversos textos litúrgicos iluminan sucesivamente este gran acontecimiento que el Señor quiere dar a conocer a los que lo esperan y lo buscan (cf. Lc 2, 15).
En el misterio de la Navidad se manifiesta en plenitud la verdad de su designio de salvación sobre el hombre y sobre el mundo. No sólo el hombre es salvado, sino toda la creación, a la que se invita a cantar al Señor un cántico nuevo y a alegrarse con todas las naciones de la tierra (cf. Sal 96).
Precisamente este cántico de alabanza ha resonado con solemne grandeza sobre el pobre establo de Belén. Leemos en san Lucas que las milicias celestiales alababan a Dios diciendo: «Gloria Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres que ama el Señor» (Lc 2, 14).
En Dios está la plenitud de la gloria. En esta noche la gloria de Dios se convierte en patrimonio de toda la creación y, de un modo particular, del hombre. Sí, el Hijo eterno, Aquel que es la eterna complacencia del Padre se ha hecho hombre, y su nacimiento terreno, en la noche de Belén, testimonia de una vez para siempre que en él cada hombre está comprendido en el misterio de la predilección divina, que es la fuente de la paz definitiva.
«Paz a los hombres que ama el Señor ». Sí, paz para toda la humanidad. Esta es mi felicitación navideña. Queridos hermanos y hermanas, durante esta noche y a lo largo de toda la octava de Navidad imploremos del Señor esta gracia tan necesaria. Pidamos para que toda la humanidad sepa reconocer en el Hijo de María, nacido en Belén, al Redentor del mundo, que trae como don el amor y la paz.”



El nacimiento del Mesías

 “ ¡El nacimiento del Mesías! Es el acontecimiento central de la historia de la humanidad. Lo esperaba con oscuro presentimiento todo el género humano; lo esperaba con conciencia explícita el pueblo elegido.
Testigo privilegiado de esa espera, durante el tiempo litúrgico del Adviento y también en esta solemne vigilia, es el profeta Isaías, que, desde la lejanía de los siglos, fija la mirada inspirada en esta única, futura, noche de Belén. Él, que vivió muchos siglos antes, habla de este acontecimiento y de su misterio como si fuese testigo ocular: «Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado»; «Puer natus est nobis, Filius datus est nobis» (Is 9, 5).
Este es el acontecimiento histórico cargado de misterio: nace un tierno niño, plenamente humano, pero que es al mismo tiempo el Hijo unigénito del Padre. Es el Hijo no creado, sino engendrado eternamente. Hijo de la misma naturaleza que el Padre, «Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero ». Es la Palabra, «por medio de la cual fueron creadas todas las cosas».
Proclamaremos estas verdades dentro de poco en el Credo y añadiremos: «Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo y, por obra del Espíritu Santo, se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre». Profesando con toda la Iglesia nuestra fe, también en esta noche reconoceremos la gracia sorprendente que nos concede la misericordia del Señor.
Israel, el pueblo de Dios de la antigua Alianza, fue elegido para traer al mundo, como «renuevo de la estirpe de David », al Mesías, al Salvador y Redentor de toda la humanidad. Junto con un miembro insigne de ese pueblo, el profeta Isaías, dirijámonos, pues, hacia Belén con la mirada de la espera mesiánica. A la luz divina podemos entrever cómo se está cumpliendo la antigua Alianza y cómo, con el nacimiento de Cristo, se revela una Alianza nueva y eterna.”

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Adviento tiempo de invitación

(imagen de Wikipedia Sandro Botticelli Nativita)

“Todo el Adviento es un período de espera y preparación a la venida del Salvador. La última semana de Adviento podría llamarse el tiempo de la invitación. En estos días que preceden inmediatamente a Navidad, la Iglesia invita. Invita a través de toda su liturgia en la que ocupan puesto particular a lo largo de estos días, las llamadas "Antífonas mayores", unidas al canto del Magníficat durante las Vísperas. Son preciosas y, al mismo tiempo sencillas y profundas de contenido. La Antífona de hoy, última de este ciclo (en efecto mañana es la Vigilia), se dirige con estas palabras a Aquel que debe venir:
"O Emmanuel, rex et Legifer noster, exspectatio gentium et salvator earum: veni ad salvandum nos, Domine Deus noster".
"¡Oh Emmanuel, / nuestro Rey, Salvador de las naciones, / esperanza de los pueblos, / ven a libertarnos, Señor; no tardes ya! / Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!".
¡Emmanuel! Es la última invocación; la última palabra de estas Antífonas invitantes. Parece testimoniar que la invitación ha sido correspondida porque "Emmanuel" habla de que Dios está con nosotros. De modo que la última de estas grandes Antífonas de Adviento expresa la certeza de la venida del Señor. Habla ya de su presencia en medio de nosotros.

Si caemos en cuenta de las circunstancias del nacimiento de Dios, si recordamos que "no había sitio para ellos en el mesón" (Lc 2, 7), comprenderemos todavía mejor la invitación de la liturgia de Adviento y la expresaremos con paz interior muy profunda. Y con amor muy grande a Aquel que está a punto de llegar.”

sábado, 19 de diciembre de 2015

El profeta Isaias el “quinto” evangelista (2 de 2)

(imagen de Wikimedia)

“Otra colección del libro de Isaías (Deutero-Isaías) contiene vaticinios dirigidos a los exiliados de Babilonia y les anuncia el retorno por obra del poder de Dios, que es el único Señor de la historia y el Creador a quien están sometidos todos los seres animados e inanimados. Se le llama "liber consolationis", libro de la consolación, claramente vinculado al libro del Emmanuel. Si allí dominaba la figura del Emmanuel, aquí destaca la figura misteriosa del "Siervo de Yavé".
En los cuatro poemas siguientes se describe gradualmente el rostro misterioso de este operador de salvación suscitado por Dios, que restablecerá la alianza y hará justicia con métodos pacíficos. Nos es familiar su descripción: "Mirad a mi siervo, a mi elegido... Sobre él he puesto mi espíritu para que traiga el derecho a las naciones... No gritará, no levantará la voz... no vacilará ni se quebrará hasta implantar el derecho en la tierra" (Is 42, 1-4).
En el segundo poema (Is 49, 1-6) la misión del siervo aparece ya proyectada más allá de las fronteras de su gente; anuncia la salvación para todos los pueblos "hasta el confín de la tierra". En el tercer canto (Is 50, 4-9) le acomete una marea creciente de hostilidad mientras él cumple dócilmente la misión recibida de Dios. En el cuarto canto (Is 52, 13-53, 12) la cuestión se resuelve en victoria aparente de la oposición y de las fuerzas hostiles al siervo, desenlace que desconcierta y desilusiona a los contemporáneos, y éstos lo juzgan "castigado, herido por Dios y humillado" (Is 53, 4).
Preparado por su paciencia y humildad, ofreció realmente la vida por los otros, se entregó en sacrificio de expiación por las culpas de los hombres, hermanos suyos, haciendo así realidad el designio de Dios de salvar al mundo. "Fue traspasado por nuestros pecados... en sus llagas hemos sido curados... Yavé cargó sobre él la, iniquidad de todos nosotros" (Is 53, 5-6). Por esto dice el Señor: "El Justo, mi Siervo, justificará a muchos, y cargará con las iniquidades de ellos" (Is 53, 11).”
Según la fe de la Iglesia, la figura radiante del Emmanuel y la del Siervo de Yavé doliente y victorioso a la vez, son dos imágenes complementarias de la misma persona y llegan a cumplimiento en Jesús, cuya faz había sido delineada proféticamente antes de que apareciera en la historia….estos días  nos estamos preparando con fervor particular a acoger a su Persona en nuestra vida. No debemos tener miedo de abrirle las puertas de par en par.
Vino en la debilidad de nuestra carne "para rescatarnos de toda impiedad y prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras" (Tit 2, 14). "Siendo rico —sigue diciéndonos San Pablo—, por vosotros se hizo pobre, para que vosotros os hagáis ricos con su pobreza. (2 Cor 8, 9).”


El profeta Isaias el “quinto” evangelista (1 de 2)

(imagen de Wikimedia)

“A un conjunto de vaticinios y profecías de Isaías se le llama comúnmente "libro del Emmanuel" (caps. 6-12), porque destaca en él la figura de un niño maravilloso, cuyo nombre "Emmanuel" está lleno de misterio pues significa "Dios-con-nosotros". Este Niño es anunciado como signo por el Profeta Isaías al rey Acaz en un momento de gran peligro para la casa reinante y para el pueblo, cuando el rey y la nación están a punto de ser avasallados por los enemigos.
El rey se siente desanimado y no piensa dirigirse a Dios; tiene planes humanos que desea llevar a efecto. "No la pido (la señal), no quiero tentar al Señor". Entonces Dios anuncia a Acaz el castigo, pero al mismo tiempo reafirma su fidelidad a las promesas sobre la descendencia de David: "El Señor, por su cuenta, os dará una señal. Mirad, la Virgen está encinta y da a luz un hijo y le pone por nombre Emmanuel" (Is 7, 12-14).
Es un signo de salvación y prenda de liberación para los creyentes; pues se lee en el libro de Isaías: "El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierras de sombra y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo" (Is 9, 1-2).
"Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva al hombro el principado y es su nombre Maravilla de Consejero, Dios potente, Padre perpetuo, Príncipe de la paz" (Is 9, 5-6).
Y la profecía prosigue como en un crescendo. Brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su raíz. Sobre él posará el Espíritu del Señor, espíritu de ciencia y discernimiento, espíritu de consejo y valor, espíritu de piedad y temor del Señor" (Is 11, 1-2). Se trata del Espíritu del Mesías que manará de Él como de fuente inagotable sobre cuantos creen en Él (cf. Jn 7, 38). Gracias a este Espíritu, el conocimiento del Señor henchirá toda la tierra "como las aguas colman el mar" (Is 11, 9). Por esto puede captar el Profeta: "Sacaré aguas con gozo de las fuentes de la salvación" (Is, 12, 3; cf. Jn 4, 13-14).”



sábado, 12 de diciembre de 2015

Santa Maria de Guadalupe






“Hoy celebramos que Dios ha venido en medio de nosotros por medio de nuestra madre, Santa María de Guadalupe, y ha querido transformar esta tierra muerta del Tepeyac, en el vergel de la vida de Dios, tierra bendita y sagrada.

Hoy celebramos que Santa María de Guadalupe ha venido para manifestar su voluntad, su deseo, el de construir su “casita sagrada” para ofrecer aquí a su Amor-Persona, Jesucristo, centro y fundamento de este lugar, hogar del Dios Omnipotente.

Hoy celebramos que Ella realizara, en aquel frío invierno de 1531, una verdadera y profunda inculturación del Evangelio que continúa moviendo los corazones más allá de espacios y tiempos.

Hoy celebramos que Dios se ha apiadado de nosotros y ha manifestado su amor misericordioso por medio de la mirada compasiva de su propia Madre y, así, el Dueño del cielo y de la tierra ha venido a nuestro encuentro para darnos la gracia de la salvación.

Hoy celebramos que por medio de Santa María de Guadalupe, nuestro Señor, el vencedor del pecado y de la muerte, ha venido a quedarse a vivir en medio de nosotros, en nuestro corazón.

Hoy estamos celebrando que Santa María de Guadalupe es la Estrella de la primera y de la nueva Evangelización, discípula y misionera del amor de Dios, gracias a su valiente y humilde “sí” al Señor, el Reino de Dios sigue tocando los corazones; y fue san Juan Diego, el elegido por Ella, quien recibió su consuelo y su protección, su gozo y su alegría. El humilde macehual fue elegido como su mensajero digno y amado, lleno de toda su confianza, para pedir al obispo la construcción de este hogar, de esta “casita sagrada”, “hogar del Dios omnipotente” en donde ahora nos encontramos todos, disponiendo nuestros corazones para construir juntos la Civilización del Amor de Dios, centrada en la Eucaristía

(de la homilía pronunciada por el Cardenal NorbertoRivera Carrera, Arzobispo Primado de México)

La Insigne y Nacional Basílica de Santa Maria de Guadalupe – el Santuario del Tepeyac – donde la sagrada imagen de la Virgen María de Guadalupe es el corazón, ya desde el siglo XVI ha sido meta continua de peregrinos, procedentes no sólo de la Nación Mexicana sino también de todo el Continente Americano.La Basílica de Santa María de Guadalupe fue reconocida como Santuario Nacional por la Conferencia del Episcopado Mexicano, el 17 de noviembre de 1983.
Invito visitar su página oficial.

Hoy, el mismo día que México celebra su fiesta tan querida la Conferencia del Episcopado Mexicano ha dado a conocer un comunicado de prensa confirmando la visita del Papa Francisco en febrero del próximo año.

 

sábado, 5 de diciembre de 2015

Jubileo de la Misericordia Misa y apertura de la Puerta Santa




En el sitio web de la Santa Sede se podrá seguir la ceremonia (9.30 hora de Roma) que se realizara en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen Maria el próximo 8 de diciembre en la Plaza San Pedro.

En esta misma pagina web se encuentran los enlaces a la Bula de Convocación y otros. 

El Papa Francisco explica los motivos y expectativas del Jubileo de la Misericordia

Ciudad del Vaticano, 2 de diciembre de 2015 (Vis).-La revista italiana ''Credere'' publica hoy una entrevista con el Papa Francisco poco antes del inicio del Jubileo de la Misericordia, en la que explica los motivos y las expectativas de esa convocatoria, así como su experiencia personal de la misericordia divina. Siguen amplios extractos de la entrevista.
''El tema de la misericordia – dice Francisco - se acentúa fuertemente en la Iglesia a partir de Pablo VI. Juan Pablo II lo subrayó con la Dives in Misericordia, la canonización de Santa Faustina Kowalska y la institución de la fiesta de la Divina Misericordia en la Octava de Pascua. En esta línea,he sentido que hay como un deseo del Señor de mostrar a los hombres su misericordia. Por tanto, no se me ocurrió a mí, he seguido una tradición renovada recientemente, aunque siempre existida.... Es obvio que el mundo de hoy necesita la misericordia, necesita la compasión, es decir, ''padecer con'' . Estamos acostumbrados a las malas noticias, a las noticias crueles y a las mayores atrocidadades que ofenden el nombre y la vida de Dios. Al mundo le hace falta descubrir que Dios es Padre, que hay misericordia, que la crueldad no es el camino, que la condena no es el camino, porque la misma Iglesia a veces sigue una línea dura, cae en la tentación de seguir una línea dura, en la tentación de subrayar sólo las normas morales, pero mucha gente se queda fuera. Me vino a la mente la imagen de la Iglesia como un hospital de campaña después de la batalla: ¡cuánta gente herida y destruida! ... Creo que este es el tiempo de la misericordia. Todos somos pecadores, todos llevamos pesos dentro. Sentí que Jesús quiere abrir la puerta de su corazón, que el Padre quiere mostrar sus entrañas de misericordia, y por esto nos envía al Espíritu.... Es el año del perdón, el año de la reconciliación. Por un lado vemos el comercio de armas... el asesinato de inocentes en las formas más crueles posibles, la explotación de las personas... de los niños.. Está en curso un sacrilegio contra la humanidad, porque el hombre es sagrado, es la imagen del Dios viviente. Y el Padre dice: "Deteneosy venid a mí."
A la segunda pregunta sobre la importancia que ha tenido en la vida de Francisco- que ha afirmado varias veces que como todos los creyentes se siente pecador - la misericordia de Dios, el Papa contesta: ''Yo soy un pecador... estoy seguro de ello. Yo soy un pecador a quien el Señor ha mirado con misericordia. Como dije a los presos en Bolivia, soy un hombre perdonado. Dios me miró con compasión y me perdonó. Incluso ahora cometo errores y pecados, y me confieso cada quince o veinte días. Y si me confieso es porque necesito sentir que la misericordia de Dios todavía está en mí''.
Francisco recuerda que tuvo esa sensación de forma especial el 21 de septiembre de 1953, cuando sintió la necesidad de entrar en una iglesia y confesarse con un sacerdote que no conocía y a partir de entonces su vida fue diferente; decidió hacerse sacerdote y aquel confesor, enfermo de leucemia, lo acompañó durante un año. ''Murió al año siguiente -dice el Papa- Después del funeral lloré amargamente, me sentí totalmente perdido, como con miedo de que Dios me hubiera abandonado. Ese fue el momento en que me topé con la misericordia de Dios y está muy vinculado con mi lema episcopal. El 21 de septiembre es San Mateo, y el Venerable Beda, hablando de la conversión de Mateo dice que Jesús miró Matteo " atqve eligendo miserabs "... La traducción literal sería "misericordiando y eligiendo", casi como un trabajo de artesanía. "Lo misericordió: sería la traducción literal del texto''.
''¿El Jubileo de la misericordia puede ser una oportunidad para redescubrir la "maternidad" de Dios? ¿Hay un aspecto más "femenino" de la Iglesia que debe valorarse?'' es la tercera pregunta.
''Sí -responde el Santo Padre- Dios mismo dice en el Libro Isaías que si incluso una madre puede olvidarse de su hijo, ''Yo, en cambio nunca me olvidaré de ti." Aquí se ve la dimensión materna de Dios No todo el mundo entiende cuando se habla de la "maternidad de Dios", no es un lenguaje popular - en el buen sentido de la palabra – parece una palabra para elegidos, así que prefiero usar la ternura, propia de una madre, la ternura de Dios, la ternura nace de las entrañas paternas. Dios es padre y madre''.
A la pregunta de si el descubrimiento de un Dios misericordioso, por tanto más ''emotivo'' que se enternece y se conmueve por el ser humano puede repercutir en un cambio de actitud hacia los demás, Francisco dice: ''Descubrirlo nos llevará a tener una actitud más tolerante, más paciente, más tierna...En 1994, durante el Sínodo, en una reunión del grupo, dije que había que establecer la revolución de la ternura... y hoy sigo diciendo que la revolución es la de la ternura, porque de ella se deriva la justicia y todo lo demás....Si te pones en el lugar de la otra persona, en lugar de pensar en tus propios bolsillos... las cosas cambian. La revolución de la ternura es lo que tenemos que cultivar como fruto de este año de la misericordia: la ternura de Dios para cada uno de nosotros. Cada uno de nosotros tiene que decir: "Yo soy un desventurado, pero Dios me ama; entonces también tengo que amar a los demás de la misma manera ".
El periodista recuerda el famoso "discurso de la luna" de san Juan XXIII, cuando, una noche saludó a los fieles, diciendo: "Llevad una caricia a vuestros hijos'', que se ha convertido en un icono de la Iglesia de la ternura y pregunta si la misericordia ayudará a las comunidades cristianas a convertirse y renovarse.
''Cuando veo a los enfermos, a los ancianos, me sale una caricia espontánea -observa el Pontífice- Es el primer gesto que hacen la mamá y el papá con el bebé recién nacido, el gesto del "te quiero "… ''quiero que te vaya bien ".
Por último ¿el Papa tendrá algún gesto especial durante el Jubileo para testimoniar la misericordia de Dios? :''Habrá muchos gestos pero un viernes de cada mes, haré un gesto diferente'', concluye Francisco.

Fuente: Vat News

sábado, 28 de noviembre de 2015

¡Salve, Madre de México!


“Desde que el indio Juan Diego hablara de la dulce Señora del Tepeyac, Tú, Madre de Guadalupe, entras de modo determinante en la vida cristiana del pueblo de México. No menor ha sido tu presencia en otras partes, donde tus hijos te invocan con tiernos nombres…”
“Este pueblo, que afectuosamente te llama “ la Morenita ”. Este pueblo –e indirectamente todo este inmenso continente - vive su unidad espiritual gracias al hecho de que Tú eres la Madre. Una Madre que, con su amor, crea, conserva, acrecienta espacios de cercanía entre sus hijos.

¡Salve, Madre de México!
¡Madre de América Latina!

Permite pues que yo, Juan Pablo II, Obispo de Roma y Papa, junto con mis hermanos en el Episcopado que representan a la Iglesia de México y de toda la América Latina, en este solemne momento, confiemos y ofrezcamos a Ti, sierva del Señor, todo el patrimonio del Evangelio, de la Cruz, de la Resurrección, de los que todos nosotros somos testigos, apóstoles, maestros y obispos.
¡Oh Madre! Ayúdanos a ser fieles dispensadores de los grandes misterios de Dios. Ayúdanos a enseñar la verdad que tu Hijo ha anunciado y a extender el amor, que es el principal mandamiento y el primer fruto del Espíritu Santo. Ayúdanos a confirmar a nuestros hermanos en la fe, ayúdanos a despertar la esperanza en la vida eterna. Ayúdanos a guardar los grandes tesoros encerrados en las almas del Pueblo de Dios que nos ha sido encomendado.
Te ofrecemos todo este Pueblo de Dios. Te ofrecemos la Iglesia de México y de todo el Continente. Te la ofrecemos como propiedad Tuya. Tú que has entrado tan adentro en los corazones de los fieles a través de la señal de Tu presencia, que es Tu imagen en el Santuario de Guadalupe, vive como en Tu casa en estos corazones, también en el futuro. Sé uno de casa en nuestras familias, en nuestras parroquias, misiones, diócesis y en todos los pueblos”

(Homilía del Papa Juan Pablo II en el Santuario de la Virgen de Guadalupe, Santuario del pueblo de México y de toda América Latina, con ocasión de la Inauguración de la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano - Sábado 27 de enero de 1979)


Juan Pablo II a los sacerdotes y religiosos de México

“Sois sacerdotes y religiosos; no sois dirigentes sociales, líderes políticos o funcionarios de un poder temporal. Por eso os repito: “No nos hagamos la ilusión de servir al Evangelio si tratamos de 'diluir' nuestro carisma a través de un interés exagerado hacia el amplio campo de los problemas temporales” (Discurso al clero de Roma, 9 de noviembre de 1978) .No olvidéis que el liderazgo temporal puede fácilmente ser fuente de división, mientras el sacerdote debe ser signo y factor de unidad, de fraternidad. Las funciones seculares son el campo propio de acción de los laicos que han de perfeccionar las cosas temporales con el espíritu cristiano (cf. Apostolicam actuositatem, 4)”
(del Encuentro del Santo Padre Juan Pablo II con los sacerdotes diocesanos y religiosos en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe 27 de enero de 1979)


jueves, 26 de noviembre de 2015

“Mi reino no es de este mundo”


Mi reino no es de este mundo" (Jn 18, 33-36).

Pocos días después de haber asumido  el pontificado Juan Pablo II celebraba en Roma la fiesta de Cristo Rey. Era un 26 de noviembre de aquel primer año 1978.
En aquellas palabras de Juan el Papa nos hacia reflexionar acera de lo dicho por Pilatos y la respuesta de Jesús, nos presentaba las palabras dl Evangelio relacionándolas con el mundo de hoy y recordándonos el significado de aquellos momentos que parecieran tan lejanos y, sin embargo, tanto se relacionan a nuestra vida de hoy.

 “Dijo Pilato: "¿Eres tú el rey de los judíos? Respondió Jesús: ¿Por tu cuenta dices eso o te lo han dicho otros de mí? Pilato contesto: ¿Soy yo judío por ventura? Tu nación y los pontífices te han entregado a mí; ¿qué has hecho? Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo" (Jn 18, 33-36).
Estas palabras nos recuerdan sucesos pasados, que tuvieron lugar en la periferia lejana del gran Imperio romano. Pero que no carecen de significado. Sin duda resuenan también en ellas problemas de hoy, actuales. Al menos bajo ciertos aspectos. se podrían quizá encontrar en este diálogo los mismos debates que se dan hoy.
Cristo responde a la pregunta del juez y demuestra que es infundada la acusación contra Él. Él no propende al poder temporal.
Poco después será flagelado y coronado de espinas. Se burlarán de Él y le insultarán diciendo: "¡Salve, Rey de los judíos!" (Jn 19, 3). Jesús calla, como si con su silencio quisiera manifestar hasta el fondo lo que ya había respondido antes a Pilato.
2. Pero ésta no era aun la respuesta completa. Pilato se apercibía de ello. Y por esto le preguntó por segunda vez: "¿Luego tú eres rey?" (Jn 18, 37).
Pregunta extraña; extraña sobre todo después de lo que Cristo había declarado con tanta firmeza. Pero Pilato se daba cuenta de que la negación del acusado no lo agotaba todo: en el fondo de esta negación se escondía una afirmación. ¿Cuál? Y he aquí qué Cristo ayuda a Pilato-juez a encontrarla:
"Tú dices que soy rey. Yo para esto nací y para esto vine al mundo, para dar testimonio de la verdad: todo el que es de la verdad oye mi voz" (Jn 18, 37).
Debemos reflexionar bien todos sobre la negación y la afirmación de Cristo.
La afirmación de Jesús no pertenece al proceso que tuvo lugar hace tiempo en los territorios lejanos del Imperio romano, sino que está siempre en el centro de nuestra vida. Es actual. Deben reflexionar sobre ello tanto los que dan las leyes, como los que gobiernan los Estados y los que juzgan.
Sobre esta afirmación deben reflexionar todos los cristianos, todos los hombres, ya que el hombre es siempre un ciudadano y, en consecuencia, pertenece a una determinada comunidad política, económica, nacional, internacional….”

(leer completo en el sitio de la Santa Sede) 



sábado, 7 de noviembre de 2015

Mediación materna de María, un don del Padre a la humanidad



María Mediadora
1. Entre los títulos atribuidos a María en el culto de la Iglesia, el capítulo VIII de la Lumen gentium recuerda el de «Mediadora». Aunque algunos padres conciliares no compartían plenamente esa elección (cf. Acta Synodalia III, 8, 163-164), este apelativo fue incluido en la constitución dogmática sobre la Iglesia, confirmando el valor de la verdad que expresa. Ahora bien, se tuvo cuidado de no vincularlo a ninguna teología de la mediación, sino sólo de enumerarlo entre los demás títulos que se le reconocían a María.
Por lo demás, el texto conciliar ya refiere el contenido del título de «Mediadora » cuando afirma que María «continúa procurándonos con su múltiple intercesión los dones de la salvación eterna » (Lumen gentium, 62).
Como recuerdo en la encíclica Redemptoris Mater, «la mediación de María está íntimamente unida a su maternidad y posee un carácter específicamente materno que la distingue del de las demás criaturas» (n. 38).
Desde este punto de vista, es única en su género y singularmente eficaz.
2. El mismo Concilio quiso responder a las dificultades manifestadas por algunos padres conciliares sobre el término «Mediadora», afirmando que María «es nuestra madre en el orden de la gracia» (Lumen gentium, 61). Recordemos que la mediación de María es cualificada fundamentalmente por su maternidad divina. Además, el reconocimiento de su función de mediadora está implícito en la expresión «Madre nuestra», que propone la doctrina de la mediación mariana, poniendo el énfasis en la maternidad. Por último, el título «Madre en el orden de la gracia» aclara que la Virgen coopera con Cristo en el renacimiento espiritual de la humanidad.
3. La mediación materna de María no hace sombra a la única y perfecta mediación de Cristo. En efecto, el Concilio, después de haberse referido a María «mediadora», precisa a renglón seguido: «Lo cual sin embargo, se entiende de tal manera que no quite ni añada nada a la dignidad y a la eficacia de Cristo, único Mediador» (ib., 62). Y cita, a este respecto, el conocido texto de la primera carta a Timoteo: «Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos» (1 Tm 2, 5-6).
El Concilio afirma, además, que «la misión maternal de María para con los hombres de ninguna manera disminuye o hace sombra a la única mediación de Cristo, sino que manifiesta su eficacia» (Lumen gentium, 60).
Así pues, lejos de ser un obstáculo al ejercicio de la única mediación de Cristo, María pone de relieve su fecundidad y su eficacia. «En efecto, todo el influjo de la santísima Virgen en la salvación de los hombres no tiene su origen en ninguna necesidad objetiva, sino en que Dios lo quiso así. Brota de la sobreabundancia de los méritos de Cristo, se apoya en su mediación, depende totalmente de ella y de ella saca toda su eficacia » (ib.).
(Juan Pablo II Audiencia General 1 de octubre de 1997 – texto completo en la pagina oficial de la SantaSede)

viernes, 16 de octubre de 2015

Juan Pablo II octubre 1978 “Debitor factus sum....me he convertido en deudor”


“El 13 de octubre de 1978 mi querido amigo, el obispo Andrzej Deskur, sufrió inesperadamente un ictus que le causó una parálisis parcial. A pesar del tratamiento en el Policlínico Gemelli y más tarde en Suiza, la parálisis no retrocedió.

El 14 de octubre visité a Andrzej en el hospital, yendo hacia el cónclave que debía elegir un sucesor tras la muerte de Juan Pablo I.

No me es difícil relacionar el hecho de que el 16 de octubre fui elegido para ser ese sucesor con el acontecimiento que precedió tres días a esa elección. El sacrificio de Andrzej, mi hermano en el episcopado, me parece como una preparación para este hecho. Todo quedó inscrito pro medio de ese sufrimiento suyo en el misterio de la Cruz y de la Redención realizado por Cristo.

Encuentro una cierta analogía en un acontecimiento de hace once años, cuando estaba en Roma durante el consistorio en el que fui llamado al colegio cardenalicio y mi amigo Marian Jaworski perdió un brazo en una catástrofe ferroviaria cerca de Nidzica.

Andrzej, que llevaba trabajando desde los años cincuenta en la Comisión de Medios de Comunicación (últimamente como presidente de esta), me introdujo en muchas cuestiones de importancia en la Santa Sede. Su última palabra en esta iniciación mía ha sido su cruz.”

Debitor factus sum…..(me he convertido en deudor)…..


(Karol Wojtyla/Juan Pablo II ESTOY EN TUS MANOS, Planeta 2014, 643 pag)

martes, 13 de octubre de 2015

“¡Miren el sol!” 13 de octubre una fecha llena de contenido y significado


El 13 de octubre es una fecha mariana muy especial, muy significativa para las apariciones de la Virgen María: Últimas Apariciones de Fátima y Akita el Mismo Día del Año (13 de octubre)
En 1917 se produce la última aparición de Fátima donde los presentes pueden ver la danza del sol.
Y en 1973 se produce la última aparición en Akita, Japón, en que María habla de la hermana Agnes de los castigos sobre la humanidad y la infiltración del maligno en la Iglesia.
El 13 de octubre es una fecha clave en la aparición de la Virgen, que en Cova da Iría, Portugal, se les había aparecido a 3 niños pastorcitos, analfabetos, en mayo de 1917 por primera vez.
El 13 de octubre de 1917 se les aparece la Virgen por última vez y los 70.000 concurrentes ven la “danza del sol”.
El 13 de octubre de 1921 se permite por primera vez celebrar la Santa Misa en el lugar. Y el 13 de octubre de 1930 el obispo de Leira declara dignas de fe las apariciones y autoriza el culto de Nuestra Señora de Fátima.
– Quiero que vengáis aquí el día 13 de octubre y que continuéis rezando el rosario todos los días para alcanzar el fin de la guerra. El último día vendrá también San José con el Niño Jesús para dar la paz al mundo y Nuestro Señor para bendecir al pueblo.
Lucía le transmite los pedidos de curación de algunos enfermos, que Ella recibe satisfactoriamente. Y prosigue la conversación:
– ¡Haga un milagro para que toda la gente crea que Ud. se nos aparece!.
– Sí, en octubre haré un milagro para que todos crean.
Y la Virgen añadió:
– Dios está contento con vuestros sacrificios, pero no quiere que durmáis con la cuerda; llevadla sólo durante el día.
Durante la noche del 12 al 13 de octubre había llovido toda la noche, empapando el suelo y a los miles de peregrinos que viajaban a Fátima de todas partes. A pie, por carro y carrozas venían, entrando a la zona de Cova por el camino de Fátima – Leiria, que hoy en día todavía pasa frente a la gran plaza de la Basílica. De ahí bajaban hacia el lugar de las apariciones.
Hoy en día en el sitio está la capillita moderna de vidrio, encerrando la primera que se construyó y la estatua de Nuestra Señora del Rosario de Fátima donde estaba el encino.
En cuanto a los niños, lograron llegar a Cova entre las adulaciones y el escepticismo que los había perseguido desde mayo. Cuando llegaron encontraron críticos que los cuestionaban su veracidad y la puntualidad de la Señora, quien había prometido llegar al medio día. Ya habían pasado las doce según la hora oficial del país. Sin embargo cuando el sol había llegado a su apogeo la Señora se apareció como había dicho.
– ¿Qué quieres de mi?
– Quiero que se construya una capilla aquí en mi honor. Quiero que continúen diciendo el Rosario todos los días. La guerra pronto terminará, y los soldados regresarán a sus hogares.
– Si, Si
– ¿Me dirás tu nombre?
– Yo soy la Señora del Rosario
– Tengo muchas peticiones de muchas personas. ¿Se las concederás?
– Algunas serán concedidas, y otras las debo negar. Las personas deben rehacer sus vidas y pedir perdón por sus pecados. ¡No deben de ofender más a nuestro Señor, ya es ofendido demasiado!
– ¿Y eso es todo lo que tienes que pedir?
– No hay nada más
Mientras la Señora del Rosario se eleva hacia el este ella tornó las palmas de sus manos hacia el cielo oscuro. Aunque la lluvia había cedido, nubes oscuras continuaban a oscurecer el sol, que de repente se escapa entre ellos y se ve como un suave disco de plata.
“¡Miren el sol!”
En este momento dos distintas apariciones pudieron ser vistas, el fenómeno del sol presenciado por los 70,000 espectadores y aquella que fue vista sólo por los niños. Lucía describe esta aparición en su diario.

(continuar leyendo en Evangelio del dia)

domingo, 11 de octubre de 2015

San Juan XXIII


Hoy celebramos la memoria litúrgica de San Juan XXIII, recordando con especial cariño y profunda gratitud la ceremonia de canonización,junto a mi querido Juan Pablo II. El mismo momento en la historia, mismo lugar, mismo día, gente de todos los rincones del mundo en la bella Roma, una inundación de polacos, patria de Karol Wojtyla, obviamente también de italianos, de su terruño de Sotto il Monte, de sus amigos y conocidos. Preciosa experiencia personal que nunca olvidaré, hace año y medio……

Como preparación a la canonización de Juan XXIII el 25 de abril de 2014 Papa Francisco envió una carta a los coterráneos de Angelo Giuseppe Roncalli:

Queridos amigos bergamascos:
Acercándose el día de la canonización del beato Juan XXIII, sentí el deseo de enviar este saludo a vuestro obispo Francesco, a los sacerdotes, religiosos y religiosas, a los fieles laicos de la diócesis de Bérgamo, pero también a todos aquellos que no pertenecen a la Iglesia y a toda la comunidad civil bergamasca.
Sé cuánto queréis al Papa Juan XXIII, y cuánto él quería a su tierra. Desde el día de su elección al pontificado, el nombre de Bérgamo y de Sotto il Monte se hicieron familiares en todo el mundo, y aún hoy, a más de cincuenta años de distancia, estos son asociados a su rostro sonriente y a su ternura de padre.
Os invito a dar gracias al Señor por el gran don que fue su santidad para la Iglesia universal, y os aliento a custodiar la memoria del terreno en el cual ella germinó: un terreno hecho de profunda fe vivida en lo cotidiano, de familias pobres pero unidas por el amor del Señor, de comunidades capaces de compartir en la sencillez.
Cierto, a partir de entonces el mundo ha cambiado, y son nuevos también los desafíos para la misión de la comunidad cristiana. Sin embargo, esa heredad puede inspirar aún hoy una Iglesia llamada a vivir la dulce y consoladora alegría de evangelizar, a ser compañera de camino de cada hombre, «fuente del poblado» de la que todos pueden sacar el agua fresca del Evangelio. La renovación querida por el Concilio ecuménico Vaticano II abrió el camino, y es un gozo especial que la canonización del Papa Roncalli se realice junto a la del beato Juan Pablo II, que llevó adelante tal renovación durante su largo pontificado.
Estoy seguro que también la sociedad civil podrá encontrar siempre inspiración en la vida del Papa bergamasco y en el ambiente que lo generó, buscando modalidades nuevas y acordes a los tiempos para edificar una convivencia basada en los valores perennes de la fraternidad y la solidaridad.
Queridos hermanos y hermanas, confío mi mensaje al «Eco di Bergamo», donde el joven sacerdote don Angelo Roncalli fue un apreciado colaborador. Cuando más tarde el ministerio le llevó lejos, él recibía siempre las páginas del «Eco», voz y referencia de su tierra. Os pido que recéis por mí, mientras os aseguro mi recuerdo y oración por todos vosotros, especialmente por los que sufren y los enfermos —recordando el hospital de la ciudad que han querido dedicar al Papa Juan XXIII— y por el seminario diocesano, tan querido por él. En la inminencia de las fiestas pascuales os envío a todos la bendición apostólica. (fuente: Osservatore Romano)

 Biografia muy completa en el sitio de Franciscanos.org


viernes, 9 de octubre de 2015

DIOS Y EL HOMBRE EN LA POESIA DE KAROL WOJTYLA – Jan Machniak (6)


Capítulo I, 4b cont. La oración del poeta

La Colección Sonety – zarysy / Sonetos – Bosquejos que forma parte del volumen Renessansowy psalterz / Salterios del Renacimiento / comienza con tres cartas dirigidas a un amigo;  los poemas aparecen en la primavera de 1939. Su autor escribe desde una perspectiva distante. Se dirige a su amigo y saluda a su tierra patria que continua estando tan cerca suyo: “saluda los encuentros del solsticio de parte mía….saluda la Madochora y sus rústicos pinos / es tan hermoso allí donde estás hoy, en las montañas!”   Después se presenta como “poeta de los Piast (legendario primer monarca de Polonia) con una misión especial a cumplir;  misión que consiste en construir puentes. Sobre todo, debe construir un puente de “esfuerzos ascendentes” que significan la unión del hombre con Dios, y luego debe construir un puente de unión de un hombre con otros hombres.

El punto de partida de esta canción-oración es la experiencia de sufrimiento común a toda la naturaleza y a todas las creaturas. Toda la naturaleza se esfuerza en unirse a Dios, y es por eso que debemos escuchar su canción “acaso no suspira con nosotros en el anhelo de la tierra, de las montañas y los álamos/ de torres góticas que brotan de cimientos dolorosos (RP,IV,p.31). Del corazón de la tierra, de las montañas, de árboles y plantas, brota una profunda oración de la naturaleza que adora a Dios, el Creador. En la oración, se encuentra la primerísima y natural experiencia de Dios que es el Señor del universo y expresa su bondad ofreciendo a las criaturas el sol que abriga la tierra.
En el amplio contexto de la naturaleza dirigida a Dios-el-Creador, emerge la experiencia de los Piast que habían abierto su corazón a Dios: “En camino hacia amanecer, no pasare por el arco iris de la melodía, tan amplio como el corazón de los Piast cuando abrió su hogar / tan libre como un vitral, que oraría durante toda la noche / tan silencioso….. – Escuche estos amanecer muchas veces” (RP,V,p.32). Un profundo suspiro en el corazón de los Piast fue la primera oración íntimamente ligada a la canción de la naturaleza cantada en honor a Dios, antes aun que sus descendientes fueran purificados en las aguas del bautismo.
Según el autor de los Sonety/Sonetos/ fue la “polonesa”, canción nacida en el comienzo mismo de la historia de la nación, de la experiencia primigenia del Creador, que constituyo la primera oración de los Piast. La canción expresa los anhelos más profundos del alma que llevan de la “polonesa” – la canción de la naturaleza, al himno que  se une con el misterio de Dios. “Deja que el alma fluya de la polonesa al himno / de la polonesa como símbolo de la encarnación del  Renacimiento / golpea mi alma con el himno / golpéala con cientos de sacrificios de humo / con el estigma de los retiros góticos! El Omnipotente Eli!” (RP VI, p.32-33) Durante el tiempo de las catedrales góticas, el canto de la naturaleza de los Piast, que llegaba a sacrificios primitivos, llegó a entrelazarse con la oración a Dios revelada en la Historia de la Salvación. Esta oración primera aun sigue presente en las oraciones que se cantan en la iglesia, en la música del órgano y en el humo del incienso. También está presente en los salmos que se cantan en la iglesia y se dirigen hacia la cruz.

El autor de Sonety/Sonetos también percibe la oración de la naturaleza en algunas costumbres eslavas, en danzas y en canciones folclóricas,   en profundos anhelos y esfuerzos “”Veo esta canción cordial, rítmica y pia / veo los mares de los ojos: las olas chispeantes a la luz de la luna / siguen las huellas en procesión, caminan por campos rústicos / con sacrificios de corazones y ojos – ofrendas ardientes” (RP, VII, p33). Esta sencilla experiencia lleva al autor de los salmos al misterio de la Resurrección. Su “Alma eslava” está abierta a Dios por naturaleza, a través de la experiencia de la belleza y el anhelo de una felicidad eterna en el paraíso, así como también a través del anhelo por la paz a la cual el autor refiere como el “Sacramento eslavo”  que guarda la custodia.

Oración,  unida naturalmente con el anhelo por la libertad, inscripto en el alma eslava “Hay libertad en ti y travesura en los abetos – luchadores del bosque / hay techos artesonados de nubes/  verdes laderas de arboles / y por sobre ello esta libertad eterna, hay pías blancuras  de picos nevados / y está el noble ensueño en la armonía de tonalidades de esbeltos arcos. El  alma soñadora del eslavo naturalmente se esfuerza por alcanzar a Dios a quien percibe como belleza celestial. Su característica distintiva es su amor por la canción que se expresa en “la melancolía de oración cordial” que se puede escuchar ante cualquier gruta, particularmente en el mes de mayo. El alma inmersa en la oración encuentra su expresión perfecta en la arquitectura de arcos de las capillas del palacio real de Wawel, sus arcos parecen apuntar al cielo como una melodía.  

El castillo de Wawel cuya forma, con sus numerosas ermitas y capillas recuerda al autor del Rensansowy psalterz / Salterio renacentista /  la acrópolis griega, está coronada por cruces que embelesa el alma eslava dirigiéndola al cielo : “después de centurias de cruces bizantinas sobre la Acrópolis /  La encarnación de Cristo en las formas dóricas y jónicas / Alma mía nacida de la libertad, forja el poder mesiánico / y transfórmalo en salmos de Amor – en un salterio renacentista” (RP,XI, p.35-36) El alma cristiana del poeta eslavo se alimenta de “la delicia del roble”, siguiendo las huellas de Cristo y sus Evangelios.  En el alma del poeta, la experiencia evangélica se une íntimamente con la naturaleza eslava, creando una nueva cualidad.


La experiencia descripta por el poeta tiene lugar la noche de Kupala (San Juan Bautista) a la que se refiere como la “noche de Kupala”, que es el tiempo en que los eslavos prenden fogatas y adoran a sus dioses. En esa noche, la experiencia primera se une con la experiencia del misterio del Espíritu simbolizado por la Paloma: “Después arrodíllate entre las orquídeas – y tranquilízate, mi amigo / en el fuego del solsticio – por el radiante brillo de lenguas / el órgano de los bosques – oyes?  Sobre y arriba el brillo de la luz / sobre el cenáculo del mundo ha descendido – la Paloma (RP, XIII, p.37) La fogata del solsticio se convierte en lenguas ardientes que emiten la luz del Espíritu Santo y nos posibilita llegar a Dios, mientras la experiencia primera se convierte en lo que conocemos como la experiencia del   descenso del Espíritu Santo sobre el “cenáculo del mundo”.

lunes, 5 de octubre de 2015

Santa Faustina y la Divina Misericordia

Confitemini Domino quoniam bonus, quoniam in saeculum misericordia eius"
 "Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia" (Sal 118, 1)

Hoy (aniversario de su muerte)  celebramos la memoria litúrgica de santa Faustina Kowalska, canonizada por el Papa Juan PabloII el 30 de abril de 2000, año jubilar.

Esta memoria la estamos celebrando con aires de privilegio; poco ya falta para el inicio del Año Santo de la Divina Misericordia, convocado por el Papa Francisco mediante la  Bula "Misericordiae vultus" de convocación del jubileo extraordinario de la Misericordia, dada a conocer el 11 de abril del presente año, Vigilia del 2do domingo de Pascua o de la Divina Misericordia. La apertura del año santo el 8 de diciembre fiesta de la Inmaculada Concepción de Maria lleva además un gran significado pues la Puerta Santa se abrirá en el quincuagésimo aniversario de la conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II. El Año jubilar se concluirá en la solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo, el 20 de noviembre de 2016.
Gracia, misericordia y paz anunciaba la dedicatoria de la Bula “a cuantos lean esta carta”. Quizás le hemos prestado poca atención a esta dedicatoria tan especial.
En el primer párrafo de la Bula el Papa Francisco nos introduce de manera directa y clara al misterio y significado de la misericordia.
Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, « rico en misericordia » (Ef 2,4), después de haber revelado su nombre a Moisés como « Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad » (Ex34,6) no ha cesado de dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina. En la « plenitud del tiempo » (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cfr Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona[1] revela la misericordia de Dios.”
Y más adelante explica:
Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado.




“No podemos olvidar – recuerda -  la gran enseñanza que san Juan Pablo II ofreció en su segunda encíclica Dives in misericordia, que en su momento llegó sin ser esperada y tomó a muchos por sorpresa en razón del tema que afrontaba. Dos pasajes en particular quiero recordar. Ante todo, el santo Papa hacía notar el olvido del tema de la misericordia en la cultura presente: « La mentalidad contemporánea, quizás en mayor medida que la del hombre del pasado, parece oponerse al Dios de la misericordia y tiende además a orillar de la vida y arrancar del corazón humano la idea misma de la misericordia. La palabra y el concepto de misericordia parecen producir una cierta desazón en el hombre, quien, gracias a los adelantos tan enormes de la ciencia y de la técnica, como nunca fueron conocidos antes en la historia, se ha hecho dueño y ha dominado la tierra mucho más que en el pasado (cfr Gn 1,28). Tal dominio sobre la tierra, entendido tal vez unilateral y superficialmente, parece no dejar espacio a la misericordia … Debido a esto, en la situación actual de la Iglesia y del mundo, muchos hombres y muchos ambientes guiados por un vivo sentido de fe se dirigen, yo diría casi espontáneamente, a la misericordia de Dios ».[9] Además, san Juan Pablo II motivaba con estas palabras la urgencia de anunciar y testimoniar la misericordia en el mundo contemporáneo: « Ella está dictada por el amor al hombre, a todo lo que es humano y que, según la intuición de gran parte de los contemporáneos, está amenazado por un peligro inmenso. El misterio de Cristo ... me obliga al mismo tiempo a proclamar la misericordia como amor compasivo de Dios, revelado en el mismo misterio de Cristo. Ello me obliga también a recurrir a tal misericordia y a implorarla en esta difícil, crítica fase de la historia de la Iglesia y del mundo ».[10] Esta enseñanza es hoy más que nunca actual y merece ser retomada en este Año Santo. Acojamos nuevamente sus palabras: « La Iglesia vive una vida auténtica, cuando profesa y proclama la misericordia – el atributo más estupendo del Creador y del Redentor – y cuando acerca a los hombres a las fuentes de la misericordia del Salvador, de las que es depositaria y dispensadora ».[11] Nuestra plegaria se extienda también a tantos Santos y Beatos que hicieron de la misericordia su misión de vida. En particular el pensamiento se dirige a la grande apóstol de la misericordia, santa Faustina Kowalska. Ella que fue llamada a entrar en las profundidades de la divina misericordia, interceda por nosotros y nos obtenga vivir y caminar siempre en el perdón de Dios y en la inquebrantable confianza en su amor.

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