Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 10 de febrero de 2023

El Mensaje de Lourdes

 


“Se llama "Mensaje de Lourdes" a los gestos y palabras que intercambiaron la Virgen y Bernardita, en la Gruta de Massabielle, durante las 18 Apariciones, del 11 de febrero al 16 de julio de 1858. Para captar y comprender el "Mensaje de Lourdes", conviene conocer el contexto de las Apariciones.” leemos en el sitio oficial del Santuario de Lourdes:

“El hecho de que María se apareciera en una gruta sucia y obscura, en un cubil de cerdos, en ese lugar llamado Massabielle, la peña vieja, es para decirnos que Dios viene a encontrarse con nosotros allí donde estamos, en medio de nuestras miserias, de nuestras causas perdidas. 

La Gruta no es solamente el lugar geográfico de los acontecimientos; es también un lugar donde Dios hace signos para manifestarnos su amor. Es un lugar donde Dios quiere transmitirnos un mensaje, que no es otro que el del Evangelio. El centro del Mensaje de Lourdes es que Dios viene para decirnos que nos ama. Dios nos ama tal como somos, con nuestros éxitos y también con nuestras debilidades, nuestras heridas y nuestros fracasos.”

En la tercera Aparición, el 18 de febrero, la Virgen habla por primera vez. A Bernardita que le tiende una hoja de papel y un lápiz para que escriba su nombre, la "Señora" replica: "lo que tengo que decirle, no es necesario escribirlo". Es una frase extraordinaria. Significa que Maria quiere entablar con Bernardita una relación del orden del amor, que se sitúa en el corazón. El corazón, en la Biblia, significa el centro de la personalidad, de lo que hay de más profundo en la persona. Bernardita abre su corazón a este mensaje de amor.

La segunda frase de la Virgen fue: ¿"Quiere usted hacerme el favor de venir aquí durante quince días?" Bernardita queda desconcertada Fue la primera vez que alguien me trató de usted, dirá luego. Y explicará esta expresión añadiendo: "Me miraba como una persona mira a otra persona". El hombre, creado a la imagen y a la semejanza de Dios, es una persona. Bernardita, sintiéndose así respetada y amada, experimenta el hecho de ser ella misma una persona. Todos somos dignos a los ojos de Dios; porque Dios ama a cada uno”



Mensaje sencillo, lleno de amor que nos invita a ser conscientes que Dios nos ama, comprender el amor de Maria, a confiarles nuestras alegrías y tristezas, logros y fracasos, abrir nuestro corazón a los demás, anunciar sin cansancio el Evangelio….

 

 

jueves, 9 de febrero de 2023

La libertad : medida de la dignidad y de la grandeza del hombre:

 “...La libertad es la medida de la dignidad y de la grandeza del hombre. Vivir la libertad que los individuos y los pueblos buscan es un gran desafío para el crecimiento espiritual del hombre y para la vitalidad moral de las naciones. La cuestión fundamental, que hoy todos debemos afrontar, es la del uso responsable de la libertad, tanto en su dimensión personal, como social. Es necesario, por tanto, que nuestra reflexión se centre sobre la cuestión de la estructura moral de la libertad, que es la arquitectura interior de la cultura de la libertad.



La libertad no es simplemente ausencia de tiranía o de opresión, ni es licencia para hacer todo lo que se quiera. La libertad posee una "lógica" interna que la cualifica y la ennoblece: está ordenada a la verdad y se realiza en la búsqueda y en el cumplimiento de la verdad. Separada de la verdad de la persona humana, la libertad decae en la vida individual en libertinaje y en la vida política, en la arbitrariedad de los más fuertes y en la arrogancia del poder. Por eso, lejos de ser una limitación o amenaza a la libertad, la referencia a la verdad sobre el hombre, - verdad que puede ser conocida universalmente gracias a la ley moral inscrita en el corazón de cada uno - es, en realidad, la garantía del futuro de la libertad.


Bajo esta perspectiva se entiende que el utilitarismo, doctrina que define la moralidad no en base a lo que es bueno sino en base a lo que aporta una ventaja, sea una amenaza a la libertad de los individuos y de las naciones, e impida la construcción de una verdadera cultura de la libertad...”

 

Del discurso de Juan Pablo II a la Quincuagésima Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el 5 de octubre de 1995

miércoles, 8 de febrero de 2023

Josefina Bakhita una santa con una “fortaleza misteriosa”

 


Hoy celebramos la memoria litúrgica de santaJosefina Bakhitabeatificada y canonizada por Juan Pablo II. 

Traduzco aquí un trozo de su pequeña biografía-diario (una de las partes más tristes) donde ella cuenta como fue raptada:

 “Tenía cerca de nueve años, cuando una mañana, después del desayuno, salimos con una amiga de doce o trece años a pasear por nuestros campos, un poco alejados de la casa. Charlando de nuestros juegos, íbamos recogiendo algunas hierbas.

De repente vemos aparecer dos hombres extraños armados. Al acercársenos uno de ellos le dice a mi amiga: «deja que esta pequeña vaya allá donde comienza el bosque a buscarme un bulto; enseguida volverá y tu sigue tu camino, ella te alcanzará pronto».

Es evidente que su plan era alejarme de mi amiga, porque si hubiese estado presente en la captura, habría gritado para alertar. Yo no sospechaba nada. Enseguida obedecí, como siempre hacia con mi mama. Apenas entrada al bosque para buscar el bulto que no encontraba, veo a ambos hombres detrás mio…. Uno me toma bruscamente con una mano, con la otra extrae de su cintura un gran cuchillo, apunta a mi y con voz autoritaria me dice: «si gritas estas muerta. Vamos adelante!» mientras el otro me empujaba apuntándome con su fusil a mi espalda.

Yo estaba petrificada de miedo. Abro bien los ojos y comienzo a temblar de pies a cabeza, trato de gritar pero un nudo en la garganta me lo impide: no logro hablar, ni  llorar.

Empujada hacia el bosque con violencia con fines desconocidos, a través de los campos, siempre a paso rápido, me obligaron a caminar hasta la noche. Estaba muerta de cansancio y mis piernas y pies sangrando por las espinas y  rocas que encontrábamos en el camino.

Yo no hacia mas que sollozar pero aquellos corazones duros no sentían lastima alguna.

Finalmente pasando por un campo de melones, abundantes en aquellos lugares, hicieron una breve parada para recobrar fuerzas, mientras tanto recogían algunas frutas y me dieron un pedazo para que lo comiese. Pero yo no podía tragarlo aunque desde la mañana no había comido nada. No pensaba en otra cosa que en mi familia. Llamaba a mi mama y a mi papa con una angustia terrible. Pero nadie allí me oía. Más adelante, me intimaban a guardar silencio amenazándome y cansada como estaba me obligaban a seguir caminando durante toda la noche. Al alba llegamos a su pueblo. Yo no podía mas. Uno de ellos me agarro de la mano, me arrastro a su casa y me empujo a un pequeño habitáculo lleno de herramientas y cosas viejas, pero no había ni sillas, ni cama, ni mesa. Solo el piso.  Me dio un pedazo de pan y me dijo. «Quédate aquí» y saliendo cerró la puerta con llave. Allí estuve mas de un mes. Un pequeño agujero en el techo era mi ventana. De vez en cuando abrían para darme algo de comer. Lo que he sufrido en ese lugar no tiene palabras. Recuerdo todavía mis horas de angustia cuando, cansada de llorar, caía ya sin fuerzas al suelo en medio de un ligero sopor, mientras mi fantasía me llevaba a mis seres queridos lejos, lejos….

Allí veía a mis amados padres, hermanos y hermanas abrazándose con ternura y recordando como me habían raptado,  pensando cuanto habría sufrido. Otras veces me parecía jugar con mis amigas en nuestros campos, me sentía feliz; pero pronto me enfrentaba a la cruda realidad y en esa  horrible soledad, me invadía una terrible desesperación(*). Me parecía que me despedazaban el corazón.”

 

(*) es el único  momento en su vida en el cual Bakhita habla de desesperación.  Todos los testimonios de quienes la conocieron expresaron que la Santa aseguraba que nunca se había desesperado ni siquiera en los momentos más difíciles, y decía: “Sentía dentro de mí una fuerza misteriosa que me sostenía”

 

jueves, 2 de febrero de 2023

Tres pensamientos de Benedicto XVI para la fiesta de la Presentación del Señor: la luz, la profecía y la sabiduria

 


(…)

Quiero proponer tres breves pensamientos para la reflexión en esta fiesta.

El primero: el icono evangélico de la Presentación de Jesús en el templo contiene el símbolo fundamental de la luz; la luz que, partiendo de Cristo, se irradia sobre María y José, sobre Simeón y Ana y, a través de ellos, sobre todos. Los Padres de la Iglesia relacionaron esta irradiación con el camino espiritual. La vida consagrada expresa ese camino, de modo especial, como «filocalia», amor por la belleza divina, reflejo de la bondad de Dios (cf. ib., 19). En el rostro de Cristo resplandece la luz de esa belleza. «La Iglesia contempla el rostro transfigurado de Cristo, para confirmarse en la fe y no correr el riesgo del extravío ante su rostro desfigurado en la cruz... Ella es la Esposa ante el Esposo, partícipe de su misterio y envuelta por su luz. Esta luz llega a todos sus hijos… Una experiencia singular de la luz que emana del Verbo encarnado es, ciertamente, la que tienen los llamados a la vida consagrada. En efecto, la profesión de los consejos evangélicos los presenta como signo y profecía para la comunidad de los hermanos y para el mundo» (ib., 15).

En segundo lugar, el icono evangélico manifiesta la profecía, don del Espíritu Santo. Simeón y Ana, contemplan al Niño Jesús, vislumbran su destino de muerte y de resurrección para la salvación de todas las naciones y anuncian este misterio como salvación universal. La vida consagrada está llamada a ese testimonio profético, vinculado a su actitud tanto contemplativa como activa. En efecto, a los consagrados y las consagradas se les ha concedido manifestar la primacía de Dios, la pasión por el Evangelio practicado como forma de vida y anunciado a los pobres y a los últimos de la tierra. «En virtud de esta primacía no se puede anteponer nada al amor personal por Cristo y por los pobres en los que él vive... La verdadera profecía nace de Dios, de la amistad con él, de la escucha atenta de su Palabra en las diversas circunstancias de la historia» (ib., 84). De este modo la vida consagrada, en su vivencia diaria por los caminos de la humanidad, manifiesta el Evangelio y el Reino ya presente y operante.

En tercer lugar, el icono evangélico de la Presentación de Jesús en el templo manifiesta la sabiduría de Simeón y Ana, la sabiduría de una vida dedicada totalmente a la búsqueda del rostro de Dios, de sus signos, de su voluntad; una vida dedicada a la escucha y al anuncio de su Palabra. «”Faciem tuam, Domine, requiram”: tu rostro buscaré, Señor (Sal 26, 8… La vida consagrada es en el mundo y en la Iglesia signo visible de esta búsqueda del rostro del Señor y de los caminos que llevan hasta él (cf. Jn 14, 8)… La persona consagrada testimonia, pues, el compromiso gozoso a la vez que laborioso, de la búsqueda asidua y sabia de la voluntad divina» (cf. Congregación para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica, Instrucción El servicio de la autoridad y la obediencia. Faciem tuam Domine requiram [2008], I).

(de la Homilía del PapaBenedicto XVI en la celebración de las Visperas de la Fiesta de la Presentacióndel Señor – 2 de febrero de 2011)

La luz esta con nosotros - Festividad de la Presentación del Señor en el Templo

 

«Lumen ad revelationem gentium: Luz para iluminación de las gentes».

La liturgia de la fiesta de hoy nos recuerda en primer lugar las palabras del Profeta Malaquías: «He aquí que entrará en su templo el Señor a quien buscáis..., he aquí que viene»….

Y he aquí que entra. Llevado por las manos de María y José….. 

Aunque todo parezca indicar que nadie lo espera en este momento, que nadie lo divisa, en realidad no es así. El anciano Simeón va al encuentro de María y José, toma al Niño en sus brazos y pronuncia las palabras que son eco vivo de la profecía de Isaías: «Ahora, Señor, puedes ya dejar ir a tu siervo en paz, según tu palabra: porque han visto mis ojos tu salud, la que has preparado ante la faz de los pueblos: luz para iluminación de las gentes y gloria de tu pueblo Israel» (Lc 29-32; cf. Is 2, 2-5; 25, 7).

Estas palabras son la síntesis de toda la espera, la síntesis de la Antigua Alianza. El hombre que las dice no habla por sí mismo. Es Profeta: habla desde lo profundo de la revelación y de la fe de Israel. Anuncia el final del Antiguo Testamento y el comienzo del Nuevo.

La luz.

Hoy la Iglesia bendice las candelas que dan luz. Estas candelas son al mismo tiempo símbolo de otra luz, de la luz que es precisamente Cristo. Comenzó a serlo desde el instante de su nacimiento. Se reveló como luz a los ojos de Simeón a los 40 días de su nacimiento. Como luz permaneció después 30 años en la vida oculta de Nazaret. Luego comenzó a enseñar, y el período de su enseñanza fue breve. Dijo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no anda en tinieblas, sino que tendrá luz de vida» (Jn 8, 12). Cuando fue crucificado «se extendieron las tinieblas sobre la tierra» (Mt 27, 45 y par.), pero al tercer día estas tinieblas cedieron su lugar a la luz de la resurrección.

¡La luz está con nosotros!

(de la Homilia de Juan Pablo el 2 de febrero de 1979 –Festividad de la Presentacion del Señor en el Templo)

Monseñor Slawomir Oder nombrado Obispo de Gliwice, Polonia


El 28 de enero pasado y tras la renuncia del Obispo anterior Jan Kopec, al  cumplir 75 años,  el Papa Francisco ha nombrado nuevo Obispo de la Diócesis de Gliwice) a Mons. Slawomir Oder, perteneciente al clero de la diocesis de Torun, donde hasta ahora (desde su regreso a Polonia) fue responsable de la formación del clero y  juez del Tribunal Diocesano.

Mons Oder  nació el 7 de agosto de 1960 en Chełmża en la entonces diócesis de Pelplin. Después de obtener una maestría en economía en la Universwidad de Gdansk, estudió filosofía en el Seminario Mayor de Pelplin y teología en el Seminario Romano Pontificio y la Universidad Pontificia Lateranense, donde obtuvo un doctorado en Utroque Iure (ambos derechos civil y canonico).  Fue ordenado sacerdote el 14 de mayo de 1989 en la diócesis de Pelplin, y en 1992 incardinado en la diócesis de Torun, creada por Juan Pablo II.  Fue vicedirector de la Oficina Legal del Vicariato de Roma, canciller del Tribunal de Apelaciones del Vicariato de Roma, vicario judicial del Tribunal Ordinario del Vicariato de Roma  y rector de la Iglesia de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen Maria y en 2001 recibió el título de prelado papal. 

Mons Oder  es conocido  por el público universal por haber sido el postulador en el proceso de beatificación y canonización de San Juan Pablo II.   

«El momento más importante y más fuerte fue precisamente cuando se me concedió la confianza del encargo, totalmente inesperado.  Las palabras de afecto del Cardenal Ruini el promotor oficial del proceso, tan unido a Juan Pablo II de solicitar al Santo Padre la dispensa de 5 años para seguir la evolución del proceso.  Pero quedará grabado para siempre en mi memoria el día de la Beatificación: el gozo de la plaza y el agradecimiento de Benedicto XVI transmitido en sus palabras que atesoraré para siempre en mi corazón»   

De la entrevista realizada por Giuseppe Tetto, publicada en la pagina oficial de la Postulacion.  

Invito visitar los varios posts y  entrevistas en este blog (incluida una que me fue concedida en exclusiva para este blog durante la época de mi colaboración con la revista Totus Tuus de la Postulacion ).

Detrás de la serena y enigmática sonrisa de Mons Oder  se puede apreciar su riqueza de espíritu, su humanidad y su profunda sabiduría espiritual y humana.

A partir de 2020 Mons. Oder es postulador también en la causa de los padres de San Juan Pablo II Karol y Emilia Wojtyla.

Desde aquí nuestros mejores augurios en su nueva responsabilidad Mons Oder. Que Dios lo  bendiga, guie e ilumine en todo momento.