Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 24 de diciembre de 2015

«Paz a los hombres que ama el Señor»



“¡Qué insondable es la profundidad del misterio de la Encarnación! Muy rica es, por ello, la liturgia de la Navidad del Señor: en las misas de medianoche, de la aurora y del día los diversos textos litúrgicos iluminan sucesivamente este gran acontecimiento que el Señor quiere dar a conocer a los que lo esperan y lo buscan (cf. Lc 2, 15).
En el misterio de la Navidad se manifiesta en plenitud la verdad de su designio de salvación sobre el hombre y sobre el mundo. No sólo el hombre es salvado, sino toda la creación, a la que se invita a cantar al Señor un cántico nuevo y a alegrarse con todas las naciones de la tierra (cf. Sal 96).
Precisamente este cántico de alabanza ha resonado con solemne grandeza sobre el pobre establo de Belén. Leemos en san Lucas que las milicias celestiales alababan a Dios diciendo: «Gloria Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres que ama el Señor» (Lc 2, 14).
En Dios está la plenitud de la gloria. En esta noche la gloria de Dios se convierte en patrimonio de toda la creación y, de un modo particular, del hombre. Sí, el Hijo eterno, Aquel que es la eterna complacencia del Padre se ha hecho hombre, y su nacimiento terreno, en la noche de Belén, testimonia de una vez para siempre que en él cada hombre está comprendido en el misterio de la predilección divina, que es la fuente de la paz definitiva.
«Paz a los hombres que ama el Señor ». Sí, paz para toda la humanidad. Esta es mi felicitación navideña. Queridos hermanos y hermanas, durante esta noche y a lo largo de toda la octava de Navidad imploremos del Señor esta gracia tan necesaria. Pidamos para que toda la humanidad sepa reconocer en el Hijo de María, nacido en Belén, al Redentor del mundo, que trae como don el amor y la paz.”



El nacimiento del Mesías

 “ ¡El nacimiento del Mesías! Es el acontecimiento central de la historia de la humanidad. Lo esperaba con oscuro presentimiento todo el género humano; lo esperaba con conciencia explícita el pueblo elegido.
Testigo privilegiado de esa espera, durante el tiempo litúrgico del Adviento y también en esta solemne vigilia, es el profeta Isaías, que, desde la lejanía de los siglos, fija la mirada inspirada en esta única, futura, noche de Belén. Él, que vivió muchos siglos antes, habla de este acontecimiento y de su misterio como si fuese testigo ocular: «Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado»; «Puer natus est nobis, Filius datus est nobis» (Is 9, 5).
Este es el acontecimiento histórico cargado de misterio: nace un tierno niño, plenamente humano, pero que es al mismo tiempo el Hijo unigénito del Padre. Es el Hijo no creado, sino engendrado eternamente. Hijo de la misma naturaleza que el Padre, «Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero ». Es la Palabra, «por medio de la cual fueron creadas todas las cosas».
Proclamaremos estas verdades dentro de poco en el Credo y añadiremos: «Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo y, por obra del Espíritu Santo, se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre». Profesando con toda la Iglesia nuestra fe, también en esta noche reconoceremos la gracia sorprendente que nos concede la misericordia del Señor.
Israel, el pueblo de Dios de la antigua Alianza, fue elegido para traer al mundo, como «renuevo de la estirpe de David », al Mesías, al Salvador y Redentor de toda la humanidad. Junto con un miembro insigne de ese pueblo, el profeta Isaías, dirijámonos, pues, hacia Belén con la mirada de la espera mesiánica. A la luz divina podemos entrever cómo se está cumpliendo la antigua Alianza y cómo, con el nacimiento de Cristo, se revela una Alianza nueva y eterna.”

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Adviento tiempo de invitación

(imagen de Wikipedia Sandro Botticelli Nativita)

“Todo el Adviento es un período de espera y preparación a la venida del Salvador. La última semana de Adviento podría llamarse el tiempo de la invitación. En estos días que preceden inmediatamente a Navidad, la Iglesia invita. Invita a través de toda su liturgia en la que ocupan puesto particular a lo largo de estos días, las llamadas "Antífonas mayores", unidas al canto del Magníficat durante las Vísperas. Son preciosas y, al mismo tiempo sencillas y profundas de contenido. La Antífona de hoy, última de este ciclo (en efecto mañana es la Vigilia), se dirige con estas palabras a Aquel que debe venir:
"O Emmanuel, rex et Legifer noster, exspectatio gentium et salvator earum: veni ad salvandum nos, Domine Deus noster".
"¡Oh Emmanuel, / nuestro Rey, Salvador de las naciones, / esperanza de los pueblos, / ven a libertarnos, Señor; no tardes ya! / Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!".
¡Emmanuel! Es la última invocación; la última palabra de estas Antífonas invitantes. Parece testimoniar que la invitación ha sido correspondida porque "Emmanuel" habla de que Dios está con nosotros. De modo que la última de estas grandes Antífonas de Adviento expresa la certeza de la venida del Señor. Habla ya de su presencia en medio de nosotros.

Si caemos en cuenta de las circunstancias del nacimiento de Dios, si recordamos que "no había sitio para ellos en el mesón" (Lc 2, 7), comprenderemos todavía mejor la invitación de la liturgia de Adviento y la expresaremos con paz interior muy profunda. Y con amor muy grande a Aquel que está a punto de llegar.”

sábado, 19 de diciembre de 2015

El profeta Isaias el “quinto” evangelista (2 de 2)

(imagen de Wikimedia)

“Otra colección del libro de Isaías (Deutero-Isaías) contiene vaticinios dirigidos a los exiliados de Babilonia y les anuncia el retorno por obra del poder de Dios, que es el único Señor de la historia y el Creador a quien están sometidos todos los seres animados e inanimados. Se le llama "liber consolationis", libro de la consolación, claramente vinculado al libro del Emmanuel. Si allí dominaba la figura del Emmanuel, aquí destaca la figura misteriosa del "Siervo de Yavé".
En los cuatro poemas siguientes se describe gradualmente el rostro misterioso de este operador de salvación suscitado por Dios, que restablecerá la alianza y hará justicia con métodos pacíficos. Nos es familiar su descripción: "Mirad a mi siervo, a mi elegido... Sobre él he puesto mi espíritu para que traiga el derecho a las naciones... No gritará, no levantará la voz... no vacilará ni se quebrará hasta implantar el derecho en la tierra" (Is 42, 1-4).
En el segundo poema (Is 49, 1-6) la misión del siervo aparece ya proyectada más allá de las fronteras de su gente; anuncia la salvación para todos los pueblos "hasta el confín de la tierra". En el tercer canto (Is 50, 4-9) le acomete una marea creciente de hostilidad mientras él cumple dócilmente la misión recibida de Dios. En el cuarto canto (Is 52, 13-53, 12) la cuestión se resuelve en victoria aparente de la oposición y de las fuerzas hostiles al siervo, desenlace que desconcierta y desilusiona a los contemporáneos, y éstos lo juzgan "castigado, herido por Dios y humillado" (Is 53, 4).
Preparado por su paciencia y humildad, ofreció realmente la vida por los otros, se entregó en sacrificio de expiación por las culpas de los hombres, hermanos suyos, haciendo así realidad el designio de Dios de salvar al mundo. "Fue traspasado por nuestros pecados... en sus llagas hemos sido curados... Yavé cargó sobre él la, iniquidad de todos nosotros" (Is 53, 5-6). Por esto dice el Señor: "El Justo, mi Siervo, justificará a muchos, y cargará con las iniquidades de ellos" (Is 53, 11).”
Según la fe de la Iglesia, la figura radiante del Emmanuel y la del Siervo de Yavé doliente y victorioso a la vez, son dos imágenes complementarias de la misma persona y llegan a cumplimiento en Jesús, cuya faz había sido delineada proféticamente antes de que apareciera en la historia….estos días  nos estamos preparando con fervor particular a acoger a su Persona en nuestra vida. No debemos tener miedo de abrirle las puertas de par en par.
Vino en la debilidad de nuestra carne "para rescatarnos de toda impiedad y prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras" (Tit 2, 14). "Siendo rico —sigue diciéndonos San Pablo—, por vosotros se hizo pobre, para que vosotros os hagáis ricos con su pobreza. (2 Cor 8, 9).”


El profeta Isaias el “quinto” evangelista (1 de 2)

(imagen de Wikimedia)

“A un conjunto de vaticinios y profecías de Isaías se le llama comúnmente "libro del Emmanuel" (caps. 6-12), porque destaca en él la figura de un niño maravilloso, cuyo nombre "Emmanuel" está lleno de misterio pues significa "Dios-con-nosotros". Este Niño es anunciado como signo por el Profeta Isaías al rey Acaz en un momento de gran peligro para la casa reinante y para el pueblo, cuando el rey y la nación están a punto de ser avasallados por los enemigos.
El rey se siente desanimado y no piensa dirigirse a Dios; tiene planes humanos que desea llevar a efecto. "No la pido (la señal), no quiero tentar al Señor". Entonces Dios anuncia a Acaz el castigo, pero al mismo tiempo reafirma su fidelidad a las promesas sobre la descendencia de David: "El Señor, por su cuenta, os dará una señal. Mirad, la Virgen está encinta y da a luz un hijo y le pone por nombre Emmanuel" (Is 7, 12-14).
Es un signo de salvación y prenda de liberación para los creyentes; pues se lee en el libro de Isaías: "El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierras de sombra y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo" (Is 9, 1-2).
"Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva al hombro el principado y es su nombre Maravilla de Consejero, Dios potente, Padre perpetuo, Príncipe de la paz" (Is 9, 5-6).
Y la profecía prosigue como en un crescendo. Brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su raíz. Sobre él posará el Espíritu del Señor, espíritu de ciencia y discernimiento, espíritu de consejo y valor, espíritu de piedad y temor del Señor" (Is 11, 1-2). Se trata del Espíritu del Mesías que manará de Él como de fuente inagotable sobre cuantos creen en Él (cf. Jn 7, 38). Gracias a este Espíritu, el conocimiento del Señor henchirá toda la tierra "como las aguas colman el mar" (Is 11, 9). Por esto puede captar el Profeta: "Sacaré aguas con gozo de las fuentes de la salvación" (Is, 12, 3; cf. Jn 4, 13-14).”



sábado, 12 de diciembre de 2015

Santa Maria de Guadalupe






“Hoy celebramos que Dios ha venido en medio de nosotros por medio de nuestra madre, Santa María de Guadalupe, y ha querido transformar esta tierra muerta del Tepeyac, en el vergel de la vida de Dios, tierra bendita y sagrada.

Hoy celebramos que Santa María de Guadalupe ha venido para manifestar su voluntad, su deseo, el de construir su “casita sagrada” para ofrecer aquí a su Amor-Persona, Jesucristo, centro y fundamento de este lugar, hogar del Dios Omnipotente.

Hoy celebramos que Ella realizara, en aquel frío invierno de 1531, una verdadera y profunda inculturación del Evangelio que continúa moviendo los corazones más allá de espacios y tiempos.

Hoy celebramos que Dios se ha apiadado de nosotros y ha manifestado su amor misericordioso por medio de la mirada compasiva de su propia Madre y, así, el Dueño del cielo y de la tierra ha venido a nuestro encuentro para darnos la gracia de la salvación.

Hoy celebramos que por medio de Santa María de Guadalupe, nuestro Señor, el vencedor del pecado y de la muerte, ha venido a quedarse a vivir en medio de nosotros, en nuestro corazón.

Hoy estamos celebrando que Santa María de Guadalupe es la Estrella de la primera y de la nueva Evangelización, discípula y misionera del amor de Dios, gracias a su valiente y humilde “sí” al Señor, el Reino de Dios sigue tocando los corazones; y fue san Juan Diego, el elegido por Ella, quien recibió su consuelo y su protección, su gozo y su alegría. El humilde macehual fue elegido como su mensajero digno y amado, lleno de toda su confianza, para pedir al obispo la construcción de este hogar, de esta “casita sagrada”, “hogar del Dios omnipotente” en donde ahora nos encontramos todos, disponiendo nuestros corazones para construir juntos la Civilización del Amor de Dios, centrada en la Eucaristía

(de la homilía pronunciada por el Cardenal NorbertoRivera Carrera, Arzobispo Primado de México)

La Insigne y Nacional Basílica de Santa Maria de Guadalupe – el Santuario del Tepeyac – donde la sagrada imagen de la Virgen María de Guadalupe es el corazón, ya desde el siglo XVI ha sido meta continua de peregrinos, procedentes no sólo de la Nación Mexicana sino también de todo el Continente Americano.La Basílica de Santa María de Guadalupe fue reconocida como Santuario Nacional por la Conferencia del Episcopado Mexicano, el 17 de noviembre de 1983.
Invito visitar su página oficial.

Hoy, el mismo día que México celebra su fiesta tan querida la Conferencia del Episcopado Mexicano ha dado a conocer un comunicado de prensa confirmando la visita del Papa Francisco en febrero del próximo año.

 

sábado, 5 de diciembre de 2015

Jubileo de la Misericordia Misa y apertura de la Puerta Santa




En el sitio web de la Santa Sede se podrá seguir la ceremonia (9.30 hora de Roma) que se realizara en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen Maria el próximo 8 de diciembre en la Plaza San Pedro.

En esta misma pagina web se encuentran los enlaces a la Bula de Convocación y otros. 

El Papa Francisco explica los motivos y expectativas del Jubileo de la Misericordia

Ciudad del Vaticano, 2 de diciembre de 2015 (Vis).-La revista italiana ''Credere'' publica hoy una entrevista con el Papa Francisco poco antes del inicio del Jubileo de la Misericordia, en la que explica los motivos y las expectativas de esa convocatoria, así como su experiencia personal de la misericordia divina. Siguen amplios extractos de la entrevista.
''El tema de la misericordia – dice Francisco - se acentúa fuertemente en la Iglesia a partir de Pablo VI. Juan Pablo II lo subrayó con la Dives in Misericordia, la canonización de Santa Faustina Kowalska y la institución de la fiesta de la Divina Misericordia en la Octava de Pascua. En esta línea,he sentido que hay como un deseo del Señor de mostrar a los hombres su misericordia. Por tanto, no se me ocurrió a mí, he seguido una tradición renovada recientemente, aunque siempre existida.... Es obvio que el mundo de hoy necesita la misericordia, necesita la compasión, es decir, ''padecer con'' . Estamos acostumbrados a las malas noticias, a las noticias crueles y a las mayores atrocidadades que ofenden el nombre y la vida de Dios. Al mundo le hace falta descubrir que Dios es Padre, que hay misericordia, que la crueldad no es el camino, que la condena no es el camino, porque la misma Iglesia a veces sigue una línea dura, cae en la tentación de seguir una línea dura, en la tentación de subrayar sólo las normas morales, pero mucha gente se queda fuera. Me vino a la mente la imagen de la Iglesia como un hospital de campaña después de la batalla: ¡cuánta gente herida y destruida! ... Creo que este es el tiempo de la misericordia. Todos somos pecadores, todos llevamos pesos dentro. Sentí que Jesús quiere abrir la puerta de su corazón, que el Padre quiere mostrar sus entrañas de misericordia, y por esto nos envía al Espíritu.... Es el año del perdón, el año de la reconciliación. Por un lado vemos el comercio de armas... el asesinato de inocentes en las formas más crueles posibles, la explotación de las personas... de los niños.. Está en curso un sacrilegio contra la humanidad, porque el hombre es sagrado, es la imagen del Dios viviente. Y el Padre dice: "Deteneosy venid a mí."
A la segunda pregunta sobre la importancia que ha tenido en la vida de Francisco- que ha afirmado varias veces que como todos los creyentes se siente pecador - la misericordia de Dios, el Papa contesta: ''Yo soy un pecador... estoy seguro de ello. Yo soy un pecador a quien el Señor ha mirado con misericordia. Como dije a los presos en Bolivia, soy un hombre perdonado. Dios me miró con compasión y me perdonó. Incluso ahora cometo errores y pecados, y me confieso cada quince o veinte días. Y si me confieso es porque necesito sentir que la misericordia de Dios todavía está en mí''.
Francisco recuerda que tuvo esa sensación de forma especial el 21 de septiembre de 1953, cuando sintió la necesidad de entrar en una iglesia y confesarse con un sacerdote que no conocía y a partir de entonces su vida fue diferente; decidió hacerse sacerdote y aquel confesor, enfermo de leucemia, lo acompañó durante un año. ''Murió al año siguiente -dice el Papa- Después del funeral lloré amargamente, me sentí totalmente perdido, como con miedo de que Dios me hubiera abandonado. Ese fue el momento en que me topé con la misericordia de Dios y está muy vinculado con mi lema episcopal. El 21 de septiembre es San Mateo, y el Venerable Beda, hablando de la conversión de Mateo dice que Jesús miró Matteo " atqve eligendo miserabs "... La traducción literal sería "misericordiando y eligiendo", casi como un trabajo de artesanía. "Lo misericordió: sería la traducción literal del texto''.
''¿El Jubileo de la misericordia puede ser una oportunidad para redescubrir la "maternidad" de Dios? ¿Hay un aspecto más "femenino" de la Iglesia que debe valorarse?'' es la tercera pregunta.
''Sí -responde el Santo Padre- Dios mismo dice en el Libro Isaías que si incluso una madre puede olvidarse de su hijo, ''Yo, en cambio nunca me olvidaré de ti." Aquí se ve la dimensión materna de Dios No todo el mundo entiende cuando se habla de la "maternidad de Dios", no es un lenguaje popular - en el buen sentido de la palabra – parece una palabra para elegidos, así que prefiero usar la ternura, propia de una madre, la ternura de Dios, la ternura nace de las entrañas paternas. Dios es padre y madre''.
A la pregunta de si el descubrimiento de un Dios misericordioso, por tanto más ''emotivo'' que se enternece y se conmueve por el ser humano puede repercutir en un cambio de actitud hacia los demás, Francisco dice: ''Descubrirlo nos llevará a tener una actitud más tolerante, más paciente, más tierna...En 1994, durante el Sínodo, en una reunión del grupo, dije que había que establecer la revolución de la ternura... y hoy sigo diciendo que la revolución es la de la ternura, porque de ella se deriva la justicia y todo lo demás....Si te pones en el lugar de la otra persona, en lugar de pensar en tus propios bolsillos... las cosas cambian. La revolución de la ternura es lo que tenemos que cultivar como fruto de este año de la misericordia: la ternura de Dios para cada uno de nosotros. Cada uno de nosotros tiene que decir: "Yo soy un desventurado, pero Dios me ama; entonces también tengo que amar a los demás de la misma manera ".
El periodista recuerda el famoso "discurso de la luna" de san Juan XXIII, cuando, una noche saludó a los fieles, diciendo: "Llevad una caricia a vuestros hijos'', que se ha convertido en un icono de la Iglesia de la ternura y pregunta si la misericordia ayudará a las comunidades cristianas a convertirse y renovarse.
''Cuando veo a los enfermos, a los ancianos, me sale una caricia espontánea -observa el Pontífice- Es el primer gesto que hacen la mamá y el papá con el bebé recién nacido, el gesto del "te quiero "… ''quiero que te vaya bien ".
Por último ¿el Papa tendrá algún gesto especial durante el Jubileo para testimoniar la misericordia de Dios? :''Habrá muchos gestos pero un viernes de cada mes, haré un gesto diferente'', concluye Francisco.

Fuente: Vat News