Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 16 de octubre de 2015

Juan Pablo II octubre 1978 “Debitor factus sum....me he convertido en deudor”


“El 13 de octubre de 1978 mi querido amigo, el obispo Andrzej Deskur, sufrió inesperadamente un ictus que le causó una parálisis parcial. A pesar del tratamiento en el Policlínico Gemelli y más tarde en Suiza, la parálisis no retrocedió.

El 14 de octubre visité a Andrzej en el hospital, yendo hacia el cónclave que debía elegir un sucesor tras la muerte de Juan Pablo I.

No me es difícil relacionar el hecho de que el 16 de octubre fui elegido para ser ese sucesor con el acontecimiento que precedió tres días a esa elección. El sacrificio de Andrzej, mi hermano en el episcopado, me parece como una preparación para este hecho. Todo quedó inscrito pro medio de ese sufrimiento suyo en el misterio de la Cruz y de la Redención realizado por Cristo.

Encuentro una cierta analogía en un acontecimiento de hace once años, cuando estaba en Roma durante el consistorio en el que fui llamado al colegio cardenalicio y mi amigo Marian Jaworski perdió un brazo en una catástrofe ferroviaria cerca de Nidzica.

Andrzej, que llevaba trabajando desde los años cincuenta en la Comisión de Medios de Comunicación (últimamente como presidente de esta), me introdujo en muchas cuestiones de importancia en la Santa Sede. Su última palabra en esta iniciación mía ha sido su cruz.”

Debitor factus sum…..(me he convertido en deudor)…..


(Karol Wojtyla/Juan Pablo II ESTOY EN TUS MANOS, Planeta 2014, 643 pag)

martes, 13 de octubre de 2015

“¡Miren el sol!” 13 de octubre una fecha llena de contenido y significado


El 13 de octubre es una fecha mariana muy especial, muy significativa para las apariciones de la Virgen María: Últimas Apariciones de Fátima y Akita el Mismo Día del Año (13 de octubre)
En 1917 se produce la última aparición de Fátima donde los presentes pueden ver la danza del sol.
Y en 1973 se produce la última aparición en Akita, Japón, en que María habla de la hermana Agnes de los castigos sobre la humanidad y la infiltración del maligno en la Iglesia.
El 13 de octubre es una fecha clave en la aparición de la Virgen, que en Cova da Iría, Portugal, se les había aparecido a 3 niños pastorcitos, analfabetos, en mayo de 1917 por primera vez.
El 13 de octubre de 1917 se les aparece la Virgen por última vez y los 70.000 concurrentes ven la “danza del sol”.
El 13 de octubre de 1921 se permite por primera vez celebrar la Santa Misa en el lugar. Y el 13 de octubre de 1930 el obispo de Leira declara dignas de fe las apariciones y autoriza el culto de Nuestra Señora de Fátima.
– Quiero que vengáis aquí el día 13 de octubre y que continuéis rezando el rosario todos los días para alcanzar el fin de la guerra. El último día vendrá también San José con el Niño Jesús para dar la paz al mundo y Nuestro Señor para bendecir al pueblo.
Lucía le transmite los pedidos de curación de algunos enfermos, que Ella recibe satisfactoriamente. Y prosigue la conversación:
– ¡Haga un milagro para que toda la gente crea que Ud. se nos aparece!.
– Sí, en octubre haré un milagro para que todos crean.
Y la Virgen añadió:
– Dios está contento con vuestros sacrificios, pero no quiere que durmáis con la cuerda; llevadla sólo durante el día.
Durante la noche del 12 al 13 de octubre había llovido toda la noche, empapando el suelo y a los miles de peregrinos que viajaban a Fátima de todas partes. A pie, por carro y carrozas venían, entrando a la zona de Cova por el camino de Fátima – Leiria, que hoy en día todavía pasa frente a la gran plaza de la Basílica. De ahí bajaban hacia el lugar de las apariciones.
Hoy en día en el sitio está la capillita moderna de vidrio, encerrando la primera que se construyó y la estatua de Nuestra Señora del Rosario de Fátima donde estaba el encino.
En cuanto a los niños, lograron llegar a Cova entre las adulaciones y el escepticismo que los había perseguido desde mayo. Cuando llegaron encontraron críticos que los cuestionaban su veracidad y la puntualidad de la Señora, quien había prometido llegar al medio día. Ya habían pasado las doce según la hora oficial del país. Sin embargo cuando el sol había llegado a su apogeo la Señora se apareció como había dicho.
– ¿Qué quieres de mi?
– Quiero que se construya una capilla aquí en mi honor. Quiero que continúen diciendo el Rosario todos los días. La guerra pronto terminará, y los soldados regresarán a sus hogares.
– Si, Si
– ¿Me dirás tu nombre?
– Yo soy la Señora del Rosario
– Tengo muchas peticiones de muchas personas. ¿Se las concederás?
– Algunas serán concedidas, y otras las debo negar. Las personas deben rehacer sus vidas y pedir perdón por sus pecados. ¡No deben de ofender más a nuestro Señor, ya es ofendido demasiado!
– ¿Y eso es todo lo que tienes que pedir?
– No hay nada más
Mientras la Señora del Rosario se eleva hacia el este ella tornó las palmas de sus manos hacia el cielo oscuro. Aunque la lluvia había cedido, nubes oscuras continuaban a oscurecer el sol, que de repente se escapa entre ellos y se ve como un suave disco de plata.
“¡Miren el sol!”
En este momento dos distintas apariciones pudieron ser vistas, el fenómeno del sol presenciado por los 70,000 espectadores y aquella que fue vista sólo por los niños. Lucía describe esta aparición en su diario.

(continuar leyendo en Evangelio del dia)

domingo, 11 de octubre de 2015

San Juan XXIII


Hoy celebramos la memoria litúrgica de San Juan XXIII, recordando con especial cariño y profunda gratitud la ceremonia de canonización,junto a mi querido Juan Pablo II. El mismo momento en la historia, mismo lugar, mismo día, gente de todos los rincones del mundo en la bella Roma, una inundación de polacos, patria de Karol Wojtyla, obviamente también de italianos, de su terruño de Sotto il Monte, de sus amigos y conocidos. Preciosa experiencia personal que nunca olvidaré, hace año y medio……

Como preparación a la canonización de Juan XXIII el 25 de abril de 2014 Papa Francisco envió una carta a los coterráneos de Angelo Giuseppe Roncalli:

Queridos amigos bergamascos:
Acercándose el día de la canonización del beato Juan XXIII, sentí el deseo de enviar este saludo a vuestro obispo Francesco, a los sacerdotes, religiosos y religiosas, a los fieles laicos de la diócesis de Bérgamo, pero también a todos aquellos que no pertenecen a la Iglesia y a toda la comunidad civil bergamasca.
Sé cuánto queréis al Papa Juan XXIII, y cuánto él quería a su tierra. Desde el día de su elección al pontificado, el nombre de Bérgamo y de Sotto il Monte se hicieron familiares en todo el mundo, y aún hoy, a más de cincuenta años de distancia, estos son asociados a su rostro sonriente y a su ternura de padre.
Os invito a dar gracias al Señor por el gran don que fue su santidad para la Iglesia universal, y os aliento a custodiar la memoria del terreno en el cual ella germinó: un terreno hecho de profunda fe vivida en lo cotidiano, de familias pobres pero unidas por el amor del Señor, de comunidades capaces de compartir en la sencillez.
Cierto, a partir de entonces el mundo ha cambiado, y son nuevos también los desafíos para la misión de la comunidad cristiana. Sin embargo, esa heredad puede inspirar aún hoy una Iglesia llamada a vivir la dulce y consoladora alegría de evangelizar, a ser compañera de camino de cada hombre, «fuente del poblado» de la que todos pueden sacar el agua fresca del Evangelio. La renovación querida por el Concilio ecuménico Vaticano II abrió el camino, y es un gozo especial que la canonización del Papa Roncalli se realice junto a la del beato Juan Pablo II, que llevó adelante tal renovación durante su largo pontificado.
Estoy seguro que también la sociedad civil podrá encontrar siempre inspiración en la vida del Papa bergamasco y en el ambiente que lo generó, buscando modalidades nuevas y acordes a los tiempos para edificar una convivencia basada en los valores perennes de la fraternidad y la solidaridad.
Queridos hermanos y hermanas, confío mi mensaje al «Eco di Bergamo», donde el joven sacerdote don Angelo Roncalli fue un apreciado colaborador. Cuando más tarde el ministerio le llevó lejos, él recibía siempre las páginas del «Eco», voz y referencia de su tierra. Os pido que recéis por mí, mientras os aseguro mi recuerdo y oración por todos vosotros, especialmente por los que sufren y los enfermos —recordando el hospital de la ciudad que han querido dedicar al Papa Juan XXIII— y por el seminario diocesano, tan querido por él. En la inminencia de las fiestas pascuales os envío a todos la bendición apostólica. (fuente: Osservatore Romano)

 Biografia muy completa en el sitio de Franciscanos.org


viernes, 9 de octubre de 2015

DIOS Y EL HOMBRE EN LA POESIA DE KAROL WOJTYLA – Jan Machniak (6)


Capítulo I, 4b cont. La oración del poeta

La Colección Sonety – zarysy / Sonetos – Bosquejos que forma parte del volumen Renessansowy psalterz / Salterios del Renacimiento / comienza con tres cartas dirigidas a un amigo;  los poemas aparecen en la primavera de 1939. Su autor escribe desde una perspectiva distante. Se dirige a su amigo y saluda a su tierra patria que continua estando tan cerca suyo: “saluda los encuentros del solsticio de parte mía….saluda la Madochora y sus rústicos pinos / es tan hermoso allí donde estás hoy, en las montañas!”   Después se presenta como “poeta de los Piast (legendario primer monarca de Polonia) con una misión especial a cumplir;  misión que consiste en construir puentes. Sobre todo, debe construir un puente de “esfuerzos ascendentes” que significan la unión del hombre con Dios, y luego debe construir un puente de unión de un hombre con otros hombres.

El punto de partida de esta canción-oración es la experiencia de sufrimiento común a toda la naturaleza y a todas las creaturas. Toda la naturaleza se esfuerza en unirse a Dios, y es por eso que debemos escuchar su canción “acaso no suspira con nosotros en el anhelo de la tierra, de las montañas y los álamos/ de torres góticas que brotan de cimientos dolorosos (RP,IV,p.31). Del corazón de la tierra, de las montañas, de árboles y plantas, brota una profunda oración de la naturaleza que adora a Dios, el Creador. En la oración, se encuentra la primerísima y natural experiencia de Dios que es el Señor del universo y expresa su bondad ofreciendo a las criaturas el sol que abriga la tierra.
En el amplio contexto de la naturaleza dirigida a Dios-el-Creador, emerge la experiencia de los Piast que habían abierto su corazón a Dios: “En camino hacia amanecer, no pasare por el arco iris de la melodía, tan amplio como el corazón de los Piast cuando abrió su hogar / tan libre como un vitral, que oraría durante toda la noche / tan silencioso….. – Escuche estos amanecer muchas veces” (RP,V,p.32). Un profundo suspiro en el corazón de los Piast fue la primera oración íntimamente ligada a la canción de la naturaleza cantada en honor a Dios, antes aun que sus descendientes fueran purificados en las aguas del bautismo.
Según el autor de los Sonety/Sonetos/ fue la “polonesa”, canción nacida en el comienzo mismo de la historia de la nación, de la experiencia primigenia del Creador, que constituyo la primera oración de los Piast. La canción expresa los anhelos más profundos del alma que llevan de la “polonesa” – la canción de la naturaleza, al himno que  se une con el misterio de Dios. “Deja que el alma fluya de la polonesa al himno / de la polonesa como símbolo de la encarnación del  Renacimiento / golpea mi alma con el himno / golpéala con cientos de sacrificios de humo / con el estigma de los retiros góticos! El Omnipotente Eli!” (RP VI, p.32-33) Durante el tiempo de las catedrales góticas, el canto de la naturaleza de los Piast, que llegaba a sacrificios primitivos, llegó a entrelazarse con la oración a Dios revelada en la Historia de la Salvación. Esta oración primera aun sigue presente en las oraciones que se cantan en la iglesia, en la música del órgano y en el humo del incienso. También está presente en los salmos que se cantan en la iglesia y se dirigen hacia la cruz.

El autor de Sonety/Sonetos también percibe la oración de la naturaleza en algunas costumbres eslavas, en danzas y en canciones folclóricas,   en profundos anhelos y esfuerzos “”Veo esta canción cordial, rítmica y pia / veo los mares de los ojos: las olas chispeantes a la luz de la luna / siguen las huellas en procesión, caminan por campos rústicos / con sacrificios de corazones y ojos – ofrendas ardientes” (RP, VII, p33). Esta sencilla experiencia lleva al autor de los salmos al misterio de la Resurrección. Su “Alma eslava” está abierta a Dios por naturaleza, a través de la experiencia de la belleza y el anhelo de una felicidad eterna en el paraíso, así como también a través del anhelo por la paz a la cual el autor refiere como el “Sacramento eslavo”  que guarda la custodia.

Oración,  unida naturalmente con el anhelo por la libertad, inscripto en el alma eslava “Hay libertad en ti y travesura en los abetos – luchadores del bosque / hay techos artesonados de nubes/  verdes laderas de arboles / y por sobre ello esta libertad eterna, hay pías blancuras  de picos nevados / y está el noble ensueño en la armonía de tonalidades de esbeltos arcos. El  alma soñadora del eslavo naturalmente se esfuerza por alcanzar a Dios a quien percibe como belleza celestial. Su característica distintiva es su amor por la canción que se expresa en “la melancolía de oración cordial” que se puede escuchar ante cualquier gruta, particularmente en el mes de mayo. El alma inmersa en la oración encuentra su expresión perfecta en la arquitectura de arcos de las capillas del palacio real de Wawel, sus arcos parecen apuntar al cielo como una melodía.  

El castillo de Wawel cuya forma, con sus numerosas ermitas y capillas recuerda al autor del Rensansowy psalterz / Salterio renacentista /  la acrópolis griega, está coronada por cruces que embelesa el alma eslava dirigiéndola al cielo : “después de centurias de cruces bizantinas sobre la Acrópolis /  La encarnación de Cristo en las formas dóricas y jónicas / Alma mía nacida de la libertad, forja el poder mesiánico / y transfórmalo en salmos de Amor – en un salterio renacentista” (RP,XI, p.35-36) El alma cristiana del poeta eslavo se alimenta de “la delicia del roble”, siguiendo las huellas de Cristo y sus Evangelios.  En el alma del poeta, la experiencia evangélica se une íntimamente con la naturaleza eslava, creando una nueva cualidad.


La experiencia descripta por el poeta tiene lugar la noche de Kupala (San Juan Bautista) a la que se refiere como la “noche de Kupala”, que es el tiempo en que los eslavos prenden fogatas y adoran a sus dioses. En esa noche, la experiencia primera se une con la experiencia del misterio del Espíritu simbolizado por la Paloma: “Después arrodíllate entre las orquídeas – y tranquilízate, mi amigo / en el fuego del solsticio – por el radiante brillo de lenguas / el órgano de los bosques – oyes?  Sobre y arriba el brillo de la luz / sobre el cenáculo del mundo ha descendido – la Paloma (RP, XIII, p.37) La fogata del solsticio se convierte en lenguas ardientes que emiten la luz del Espíritu Santo y nos posibilita llegar a Dios, mientras la experiencia primera se convierte en lo que conocemos como la experiencia del   descenso del Espíritu Santo sobre el “cenáculo del mundo”.

lunes, 5 de octubre de 2015

Santa Faustina y la Divina Misericordia

Confitemini Domino quoniam bonus, quoniam in saeculum misericordia eius"
 "Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia" (Sal 118, 1)

Hoy (aniversario de su muerte)  celebramos la memoria litúrgica de santa Faustina Kowalska, canonizada por el Papa Juan PabloII el 30 de abril de 2000, año jubilar.

Esta memoria la estamos celebrando con aires de privilegio; poco ya falta para el inicio del Año Santo de la Divina Misericordia, convocado por el Papa Francisco mediante la  Bula "Misericordiae vultus" de convocación del jubileo extraordinario de la Misericordia, dada a conocer el 11 de abril del presente año, Vigilia del 2do domingo de Pascua o de la Divina Misericordia. La apertura del año santo el 8 de diciembre fiesta de la Inmaculada Concepción de Maria lleva además un gran significado pues la Puerta Santa se abrirá en el quincuagésimo aniversario de la conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II. El Año jubilar se concluirá en la solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo, el 20 de noviembre de 2016.
Gracia, misericordia y paz anunciaba la dedicatoria de la Bula “a cuantos lean esta carta”. Quizás le hemos prestado poca atención a esta dedicatoria tan especial.
En el primer párrafo de la Bula el Papa Francisco nos introduce de manera directa y clara al misterio y significado de la misericordia.
Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, « rico en misericordia » (Ef 2,4), después de haber revelado su nombre a Moisés como « Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad » (Ex34,6) no ha cesado de dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina. En la « plenitud del tiempo » (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cfr Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona[1] revela la misericordia de Dios.”
Y más adelante explica:
Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado.




“No podemos olvidar – recuerda -  la gran enseñanza que san Juan Pablo II ofreció en su segunda encíclica Dives in misericordia, que en su momento llegó sin ser esperada y tomó a muchos por sorpresa en razón del tema que afrontaba. Dos pasajes en particular quiero recordar. Ante todo, el santo Papa hacía notar el olvido del tema de la misericordia en la cultura presente: « La mentalidad contemporánea, quizás en mayor medida que la del hombre del pasado, parece oponerse al Dios de la misericordia y tiende además a orillar de la vida y arrancar del corazón humano la idea misma de la misericordia. La palabra y el concepto de misericordia parecen producir una cierta desazón en el hombre, quien, gracias a los adelantos tan enormes de la ciencia y de la técnica, como nunca fueron conocidos antes en la historia, se ha hecho dueño y ha dominado la tierra mucho más que en el pasado (cfr Gn 1,28). Tal dominio sobre la tierra, entendido tal vez unilateral y superficialmente, parece no dejar espacio a la misericordia … Debido a esto, en la situación actual de la Iglesia y del mundo, muchos hombres y muchos ambientes guiados por un vivo sentido de fe se dirigen, yo diría casi espontáneamente, a la misericordia de Dios ».[9] Además, san Juan Pablo II motivaba con estas palabras la urgencia de anunciar y testimoniar la misericordia en el mundo contemporáneo: « Ella está dictada por el amor al hombre, a todo lo que es humano y que, según la intuición de gran parte de los contemporáneos, está amenazado por un peligro inmenso. El misterio de Cristo ... me obliga al mismo tiempo a proclamar la misericordia como amor compasivo de Dios, revelado en el mismo misterio de Cristo. Ello me obliga también a recurrir a tal misericordia y a implorarla en esta difícil, crítica fase de la historia de la Iglesia y del mundo ».[10] Esta enseñanza es hoy más que nunca actual y merece ser retomada en este Año Santo. Acojamos nuevamente sus palabras: « La Iglesia vive una vida auténtica, cuando profesa y proclama la misericordia – el atributo más estupendo del Creador y del Redentor – y cuando acerca a los hombres a las fuentes de la misericordia del Salvador, de las que es depositaria y dispensadora ».[11] Nuestra plegaria se extienda también a tantos Santos y Beatos que hicieron de la misericordia su misión de vida. En particular el pensamiento se dirige a la grande apóstol de la misericordia, santa Faustina Kowalska. Ella que fue llamada a entrar en las profundidades de la divina misericordia, interceda por nosotros y nos obtenga vivir y caminar siempre en el perdón de Dios y en la inquebrantable confianza en su amor.

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