Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

miércoles, 31 de octubre de 2018

Juan Pablo II y el Santuario de Mariapocs en Hungria



Ya hacia el final del año mariano 1987 1988 el Papa Juan Pablo II visitaba espiritualmente el Santuario húngaro de Mariapocs brindándonos detalles del Santuario y una breve explicación de su historia.
“En la serie de peregrinaciones ideales que estoy realizando con vosotros en este Año Mariano, mi mirada se dirige hoy a Europa Oriental, y concretamente a Hungría, saludada por la tradición como "regnum marianum".
Los católicos húngaros celebran precisamente en estos días el 950 aniversario de la muerte de San Esteban, Rey de Hungría, fundador de esa nación (el Papa San Silvestre le envió la corona real); fue el Rey que realizó la cristianización del pueblo, dejándole, como herencia espiritual, la devoción a la Virgen, invocada como "magna Domina" de aquella tierra.
Al Episcopado y a los católicos húngaros les he enviado un mensaje especial para recordar esta fecha, que pone de relieve el singular vínculo espiritual mediante el cual la historia de Hungría se une a la historia de la fe cristiana en Europa.
El Rey San Esteban puso a su pueblo bajo la protección de María, en cuyo nombre supieron encontrar los húngaros unidad y pacificación. Por ello, en la oración, queremos encomendar a nuestros hermanos cristianos de Hungría a la Virgen, venerada de un modo especial en el famoso santuario mariano de Mariapocs, en la diócesis de Hajdudorog, diócesis de rito bizantino para los católicos de toda la nación.
2. La fama adquirida por el pequeño pueblo húngaro de Mariapocs, sede del santuario, se debe precisamente a una imagen mariana. En 1696, según la tradición, en la iglesia greco-católica de esa aldea, se realizó un prodigio: los ojos luminosos de la Virgen, representada en la sagrada imagen, comenzaron a derramar lágrimas durante una celebración eucarística, hecho que estimuló la fe y la devoción de los húngaros, que desde entonces comenzaron a acudir en gran número a aquel santuario desde todos los rincones del país.
Admirado por el prodigioso fenómeno, el Emperador Leopoldo quiso que la imagen fuera trasladada a Viena, donde, acogida con gran veneración, se convirtió rápidamente en la "Potscher Maria" de la catedral de la capital austríaca. La amada imagen no fue devuelta nunca más a su aldea húngara de origen, a la que se le entregó, a cambio, una copia del original.
El dolor de los húngaros por esta pérdida se vio compensado por otro signo: en 1715, los ojos de la Virgen, representada en la copia de la imagen original, volvieron a derramar lágrimas, fenómeno que se repitió otra vez en 1905. Ya el siglo pasado, la notable afluencia de peregrinos hizo necesaria la construcción de la espléndida iglesia actual, que, entre los otros santuarios húngaros, también famosos, como los de Mariagyûd  y Matraverebély, se convirtió en el lugar de peregrinaciones más visitado del país. En la imagen Odigitria del santuario, María indica con la mano el camino hacia su Hijo.
3. Mariapocs es un lugar de unidad, en el que los fieles de distintas naciones, e incluso de distintas religiones, veneran el amor materno de María afligida por los pecados de los hijos, y que intercede por ellos diligentemente ante su divino Hijo Jesús. Se diría que van allí para unir sus lágrimas a las de la Virgen, para purificarlas y fundirlas en un sacrificio único con el sacrificio salvador de Jesús redentor.
Animados por la esperanza y el amor, imploramos ahora, por la intercesión del Rey San Esteban y de la Virgen, la ayuda permanente de Dios para aquella noble nación, para la Iglesia y para el mundo entero.





sábado, 27 de octubre de 2018

La Iglesia ante el mundo





“Ante un mundo fragmentado y con frecuencia contrapuesto, es necesario que la Iglesia dé testimonio de fidelidad a sí misma, a su Fundador; que ayude a sanar distancias y divisiones; que sepa unir los corazones, salvando las rupturas insolidarias que anidan en el corazón de la sociedad y del hombre mismo, empezando por la fractura entre fe y vida.”
(Papa Juan Pablo II en el encuentro con los miembros del Episcopado del Peru 2 de febrero de 1985)


viernes, 26 de octubre de 2018

La imagen de Cristo Misericordioso Salvador (3 de 3)



En octubre de 1956 el Primado Stefan Wyszyński regreso del confinamiento.  Al poco tiempo el padre Michał Sopoćko le hace llegar una fotografía del cuadro de Śleńdziński. (1) El objetivo era obtener de él o de otros ordinarios la aprobación de aquella imagen de Jesus Misericordioso y al mismo tiempo inspirar a las personas dedicadas al culto, entre ellos las hermanas, párrocos y fieles para que ellos intercedieran ante su obispo sugiriendo el permiso por el culto al cuadro.  También mando copias del cuadro según aquel modelo de la Divina Misericordia a los centros de difusión del culto que entonces existían en el exterior. En tal ocasión subrayaba que el fundamento para esa imagen era la escena evangélica de la aparición de Dios resucitado ante sus discípulos y por lo tanto representaba una imagen basada en una fuente bíblica,  libre de ser difundida independientemente de las visiones privadas de Sor Faustina.  Sus expectativas, tal como el mismo puso en evidencia, no se ralizaron sin embargo. La imagen más difundida fue realizada por  A. Hyla, la cual según su percepción no expresaba el desarrollo apropiado del culto, que además comprendía otras varias irregularidades y por eso mantuvo sus reservas al culto mismo. 
En consecuencia el empeño de de introducir y hacer popular la imagen propuesta y querida de Śleńdziński no logro los resultados esperados.   Es difícil establecer cuales fueron en realidad los motivos más importantes. Quizás la falta de respuesta por parte de las personas entregadas a difundir el culto?  El padre Sopoćko sugirió que podría ser una causa.  Otro motivo que el indicaba fue el anuncio de la notificación de la Congregación del Santo Oficio en 1959. En realidad no se prohibía de modo categórico eliminar los cuadros de la Divina Misericordia de las Iglesias y se dejaba la decisión a la discreción de los obispos.  Sin embargo parecía que esto también contribuyo a la demora en la difusión de los cuadros, sobre todo el nuevo cuadro de Śleńdziński.

En 1966 el padre Sopocko volvió a insistir sobre el tema del cuadro.  Por medio del Primado S. Wyszyński escribió una petición a la Conferencia Episcopal refiriéndose a la decisión de 1954, que había aprobado la obra de Śleńdzińnski,  y a los dos cuadros que el enviara solicitando que enviaran una copia al papa y la otra quedara en el país como modelo para pintar los cuadros de la Divina Misericordia.  Pero su solicitud tampoco fue escuchada esta vez. Quizas no hubiese llegado aun el momento para hacerlo. En la Santa Sede continuaba la proscripción y  los obispos estaban ocupados con la celebración del jubileo del cristianismo en Polonia.  Gradualmente, sin embargo, fue cambiando el clima aerca de la causa del culto y del cuadro. Finalmente los cuadros quedaron colocados en las iglesias y sucesivamente fueron apareciendo otros.

Mediante una celebración solemne fue instalado en la procatedral de Białystok un cuadro pintado por el Prof. Ludomir Śleńdziński ya en 1955, que por muchos años había estado instalado en la iglesia de los franciscanos en Cracovia. En 1973 fue entregado al padre Sopoćko. El administrador apostólico de la Arquidiócesis de Byałystok,  obispo Henryk Gulbinowicz,  permitió ponerlo en laprocatedral y venerar la Divina Misericordia en modo privado. El 3 de septiembre de 1973 el mismo obispo bendijo el cuadro y mediante una ceremonia solemne permitió colocarlo en el templo.  Para quienes veneraban la Divina Misericordia y en especial para el padre Sopoćko fue un acontecimiento extremadamente emocionante.   El cuadro fue venerado allí a partir de entonces con rezos privados a la Divina Misericordia: rosario, letanías y otras oraciones. El esfuerzo del padre Sopoćko comenzaba a rendir sus frutos. Su perseverancia y dedicación a la idea del culto de la Divina Misericordia mediante el cuadro dedicado a Jesus Misericordioso Salvador  llevaron a cabo aquello que siempre había buscado y era su fiel deseo: la difusión de la imagen en todo el mundo.  Y se ralizo el deseo de Sor Faustina: “Deseo que este cuadro sea venerado primera en nuestra capilla y después en todo el mundo.”

(traducido de EL CAMINO DE SANTIDAD del padre Michele Sopocko de Henryk Ciereszko, Librería Editrice Vaticana, 2008)


viernes, 19 de octubre de 2018

40 años de aquel 22 de octubre de 1978



“¡Hermanos y hermanas! 
¡No tengáis miedo de acoger a Cristo y de aceptar su potestad!
¡Ayudad al Papa y a todos los que quieren servir a Cristo y, con la potestad de Cristo, servir al hombre y a la humanidad entera!

¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!
Abrid a su potestad salvadora los confines de los Estados, los sistemas económicos y los políticos, los extensos campos de la cultura. de la civilización y del desarrollo. ¡No tengáis miedo! Cristo conoce «lo que hay dentro del hombre». ¡Sólo El lo conoce!

Con frecuencia el hombre actual no sabe lo que lleva dentro, en lo profundo de su ánimo, de su corazón. Muchas veces se siente inseguro sobre el sentido de su vida en este mundo. Se siente invadido por la duda que se transforma en desesperación. Permitid, pues, —os lo ruego, os lo imploro con humildad y con confianza— permitid que Cristo hable al hombre. 

¡Sólo El tiene pala­bras de vida, sí, de vida eterna!”

La imagen de Cristo Misericordioso Salvador (2 de 3)


(Jesus Misericordioso del artista Ludomir Śleńdziński)

Desde principios de los años ’50 cada vez había más cuadros en las iglesias.  Al mismo tiempo también aparecieron los cuadros por el culto a la Divina Misericordia pero en este caso acompañados de críticas por cuanto no se correspondían exactamente con las visiones confirmadas de Faustina. Probablemente debido a ello en el año 1953 el Episcopado Polaco llega a la decisión que estos cuadros deberían ser gradualmente sustituidos por otros. Esta decisión confirmo las preocupaciones del padre Sopoćko que opinaba que las irregularidades en las imágenes del cuadro de Jesus podrían ser obstáculo para la introducción de los cuadros del culto.  Y la acusación más fuerte procedía del hecho de querer instalar esos cuadros como basados directamente en las visiones de sor Faustina. En este contexto y para salvar el cuadro para el culto a la Divina Misericordia el padre Sopoćko escribió en 1953 una carta al Primado Stefan Wyszyński tratando de convencerlo de introducir imágenes y no eliminarlas.  Demostró que el cuadro representaba a Cristo al momento de la aparición a los Apóstoles el día de la Resurrección y de la institución del sacramento de la Penitencia. Considerando que las otras escenas de la vida de Jesus están efectivamente representadas por cuadros porque asombrarse con estas imágenes. Sucesivamente indico la convergencia del contenido del cuadro con el Evangelio del Domingo de Pascua y entonces comenzó a verse por lo menos ese domingo.    Ya en su confinamiento el Primado escribió cartas similares a los ordinarios de la diócesis en las cuales les solicitaba ordenar los cuadros y supervisar su regularidad a medida que se iban pintando.

Independientemente de aquella petición que probablemente no surtiera efecto, se llevo a cabo una acción concreta, de hecho en mayo de 1954 con el permiso del obispo F. Bard, quien ante el Foro del Episcopado había criticado la parte litúrgica y artística de los cuadros de entonces, se organizo un concurso para la realización de un nuevo cuadro que respondiera a las exigencias teológicas y artísticas que sirvieran como modelo para expresar la idea de la Divina Misericordia.  Se convoco a los pintores y organizo un jurado. El concurso fue ganado por Ludomir Śleńdziński cuyo cuadro fue seleccionado por la comisión artística y luego aprobado por la Comisión General del Episcopado;  el 4 de octubre de 1954 se emitió el veredicto de aprobación reconociendo que el cuadro podría ser admitido al culto con el permiso de un ordinario local.
La aprobación de la Comisión Episcopal le infundió coraje al padre Sopocko estimulándolo a dirigirse directamente a los obispos ordinarios para que concedieran el permiso de exponer los cuadros en las iglesias y que fueran objeto de culto los pintados por el artista Śleńdziński.  La mayoría de los obispos expreso su aprobación y el obispo de Włocławek,  A. Pawlowski reconoció la perseverancia y la dedicación apostólica del padre Sopoćko que tanto se había esforzado por vencer reservas y dificultades para llegar a obtener el cuadro de la Divina Misericordia.

(traducido de EL CAMINO DE SANTIDAD del padre Michele Sopocko de Henryk Ciereszko, Librería Editrice Vaticana, 2008)

martes, 16 de octubre de 2018

40 años de la eleccion de Karol Jozef Wojtyla



Hoy recordamos los 40 años de la elección al pontificado del querido cardenal polaco Karol Wojtyla. Con emoción recordamos aquella fumatablanca que pocos supieron interpretar de inmediato. No era un papa italiano, pero que nacionalidad? Polaco!! Y toda Polonia brinco al unísono.
Ya nada sería lo mismo a partir de entonces, aunque faltarían muchos años de sufrimientos y  luchas, diplomacia y contra ataques para pacificar y poner nuevamente de pie su amada Polonia.

Todo 1978  habia sido especial a partir del fallecimiento de Pablo VI, gran amigo de Polonia.   El nuevo Papa Albino Luciani , que se llamaría Juan Pablo I fue elegido  Sumo Pontifice el 26 de agosto cuando toda Polonia celebraba la fiesta litúrgica de su Santa Patrona y Reina: Nuestra Señora de Jasna Gora (Czestochowa) y su pontificado duro tan solo 33 días.

El nuevo Papa seria elegido el 16 de octubre dia que Polonia celebra la santa reina Eduvigis. Toda la breve historia fue una increíble serie de extrañas coincidencias. Su partida de Cracovia, su viaje a Mentorella y su premonitoria homilía.    

Aquel joven Papa polaco no tardaría en visitar su país al año siguiente, no obstante el régimen. Y  Aquellos nueve días de Intrigas y despertares marcaron a fuego el destino de su querido país. Ya nada sería igual.

Todo había comenzado como comienzan los planes de la Divina Providencia con aquel chiquillo normal,  pero especial,  nacido en Wadowice, un pequeño pueblo entonces. 
Y hoy celebramos los 40 años de su elección.

En este blog he volcado experiencias propias y ajenas y cada vez que recuerdo los últimos años a partir de su muerte no me canso de agradecer por lo mucho que me fue donado. 
Y sigo estando en deuda con la Providencia y con mi maestro Juan Pablo II.  

viernes, 5 de octubre de 2018

La imagen de Cristo Misericordioso Salvador (1 de 3)



En el culto de la Divina Misericordia, la imagen de Jesus según la visión de Sor Faustina no tardo en ocupar un puesto muy importante. El Señor le pidió como su primer deseo que fuera pintada Su imagen. La insistencia revelada en las experiencias interiores que Faustina le transmite al Padre Sopoćko, llevaron al nacimiento del cuadro de Jesus Misericordioso hacia fines de 1934 en Vilna. No obstante el concepto que el cuadro hubiese sido inspirado en las visiones, el padre Sopoćko se esmero en buscar sustento para su contenido en la ciencia bíblica y teológica. Esta búsqueda habría hecho creíble la visión de Jesus tal como fuera sugerida a Sor Faustina, y lo que es más importante, habría abierto el camino para la aprobación del cuadro por parte de las autoridades eclesiásticas con motivo del culto. Por lo tanto ya en 1937 en el trabajo Idea de la Divina Misericordia en la liturgia se indicaba que el símbolo de la Divina Misericordia revelada en su máximo grado en la Redención, parecía ser el agua y la sangre que brotan del costado de Cristo atravesado por la lanza. Sugirió que el cuadro que simbolizara esta idea, seria la imagen de la Divina Misericordia podría ser representada por aquel que muestra a Cristo como si estuviese caminando. Jesus con la mano derecha bendice y con la izquierda sostiene la túnica a la altura del corazón desde donde emergen dos rayos uno blanco y uno rosa. Estos representan el agua y la sangre,  símbolos de la misericordia que se expresa en los sacramentos del bautismo y de la penitencia.
El cuadro pintado en Vilna por Kazimirowski,  en presencia de Sor Faustina, es el primer cuadro de Jesus Misericordioso que fue instalado en la Iglesia de San Miguel donde gozaba de particular veneración sobre todo durante el periodo de la guerra. Se distribuyeron miles de copias de imágenes y fotografías en muchos países. El mismo cuadro fue venerado en la Iglesia de San Miguel también después de algunos años después de la guerra hasta que las autoridades de la Republica Soviética de Lituania  cerraran la iglesia.  Por fortuna pudo recuperarse el cuadro que después de una larga y atormentada historia fue encontrado en la iglesia del Espíritu Santo en Vilna donde es venerado hasta hoy. Hacia fines de su vida el Padre Sopoćko se intereso en el destino del cuadro. Probablemente intentaba organizar un traslado secreto a Polonia,  cosa que nunca tuvo lugar.
El padre Sopoćko enseguida después de llegado a Bialystock en 1947 vio el cuadro pintado por Adolf Hyla, venerado desde 1943 en el convento de las hermanas de la Congregación de la Beata Virgen de la Misericordia en Cracovia-Lagiewniki. Al verlo se opuso a aquel modo de representar la imagen de Jesus. El cuadro de Hyla, en su percepción no correspondía fielmente a la visión de Sor Faustina. Había sido pintado tan solo en base a la descripción recogida del Diario,  sin considerar las indicaciones que la hermana transmitiera mientras se estaba pintando el primer cuadro en Vilna algo que había sido notado solamente por el padre.  La figura de Jesus estaba – según él – exageradamente expuesta, revelando un cierto “feminismo”. La mano derecha estaba demasiado elevada, indicando acción y no calma. Los rasgos demasiado evidentes, expresaban en modo excesivo la materialidad. El rostro de Jesus fue definido por el como “penetrante”.
Basándose en las indicaciones de Sor Faustina el padre Sopoćko sostenía que el cuadro debería haber tenido un fondo  oscuro. La figura de Jesus con la túnica blanca debería ser sencilla, en el acto de caminar pero como si se detuviese por un momento, con el pie algo más adelante. La mano no debería estar elevada tan alto,  el rostro debería estar algo inclinado expresando la Misericordia, en cambio los rayos, que emergen de la túnica ligeramente sostenida a la altura del corazón, debían ser como transparentes pero iluminando adecuadamente la figura de Jesus y el espacio delante de Él, no dirigidos hacia el y tampoco hacia la tierra.
Después del cuadro de Hyla, siempre en los años 40 se pintaron otras imágenes de Jesus, tanto en el país como en el extranjero. El padre Sopoćko también expreso sus reservas en cuanto a éstos..  Por este motivo, hacia fines de los años 40 se ordeno a los dos pintores de los cuadros que respetaran la justa idea de la Divina Misericordia retrotrayéndose a las indicaciones fieles de sor Faustina.

(traducido de EL CAMINO DE SANTIDAD del padre Michele Sopoćko de Henryk Ciereszko – Librería Editrice Vaticana, 2008