Wadowice una pequeña ciudad casi aldea con una
vida cultural intensa, donde todos las fiestas nacionales y religiosas, al
igual que aniversarios y jubileos se festejaban como un acontecimiento, tuvo el
privilegio de ver nacer el 18 de mayo de 1920 a Karol Jozef Wojtyla.
Wadowice
con sus cafés y lugares de encuentro y reuniones. En la parroquia local el
joven vicario Figlewicz, un artista Mieczislaw Kotlarczyk es profesor de
polaco, tanto uno como otro marcarían la vida de Karol Jozef Wojtyla,
continuando su amistad en Cracovia
Habia
nacido junto con el milagro polaco, la cercana Cracovia recibía como vencedor
al mariscal Jozef Pilsudski, que regresaba de la campaña militar en Ucrania.
Después de un siglo de esclavitud, Polonia acababa de reconquistar su libertad.
Hijo
de Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska, un niño como todos los demás, debió
enfrentar el dolor de perder a su madre de pequeño, después a su hermano y a su
padre y ser testigo de las injusticias de la persecución en su pueblo natal, un
niño que más tarde se convertiría en estudiante aplicado, amigo fiel,
apasionado actor y estudioso de la lengua - hasta descubrir su verdadera
vacación el sacerdocio - filosofo, escritor, poeta...
"Quien quiera comprender a un
poeta, debería ir a su pueblo". Del mismo modo, para comprender la
vida y el ministerio de Juan Pablo II, era necesario venir a su ciudad natal.
Él mismo confesó que aquí, en Wadowice, "comenzó todo: comenzó la vida,
comenzó la escuela, los estudios, comenzó el teatro... y el sacerdocio"
(Wadowice, 16 de junio de 1999) decía el Santo Padre Benedicto en su encuentro con la población de Wadowice el 27 de mayo de
2006 en el marco de
su viaje a Polonia
Recomiendo leer esa preciosa homilía de Juan Pablo II al visitar su pueblo natal
Wadowice el 16 de junio de 1999, donde vuelca sus entrañables
afectos y sus conmovedores recuerdos.
(Este es un post ya publicado el 18 de
mayo de 2010)
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