Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 15 de octubre de 2021

Novena mariana para pedir la intercesión de San Juan Pablo II – Dia 3

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

 

Te confío a Ti, ¡oh Inmaculada Madre de Dios!, mi pueblo, mi patria tan fiel a Cristo y a la Iglesia, y tan devota de Ti.

Otros problemas quedan en el secreto de los corazones humanos y de las conciencias. Cada uno de nosotros trae aquí muchas de estas preocupaciones y muchos problemas que atañen a sí mismo, a su familia, al propio ambiente, a la comunidad con la que está vinculado o de la que se siente responsable.

Aunque no lo manifestemos en voz alta, Tú, oh Madre, lo sabes mejor, porque la Madre sabe siempre...

Tú, oh Madre, sabes mejor cuáles son los problemas de la Iglesia y del mundo contemporáneo con los que viene hoy a Ti el Obispo de Roma, y cada uno de los presentes.

Así que ¡acógelos!, dígnate acoger y atender esta oración nuestra sin palabras.

Y, sobre todo, acepta las expresiones de nuestra gratitud ferviente por estar con nosotros, por salir a nuestro encuentro todos los días y, particularmente, el día solemne de hoy.

Y ¡quédate!

Permanece con nosotros cada vez más. Sal a nuestro encuentro cada vez más frecuentemente, porque tenemos mucha necesidad de Ti. Háblanos con tu maternidad, tu sencillez y tu santidad. Háblanos con tu Inmaculada Concepción.

¡Háblanos continuamente!

Y obtennos la gracia —incluso si estamos muy lejos— de no perder la sensibilidad a tu presencia en medio de nosotros.

Amén.

JUAN PABLO II, Plegaria a Nuestra Señora
Solemnidad de la Inmaculada Concepción

Plaza de España, Roma
Lunes 8 de diciembre de 1980

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 ¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!

 Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús.

 Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra.

 Bendice las familias, ¡bendice cada familia!

Tú advertiste el asalto de satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.

 Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.

 Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.

 Cardenal Angelo Comastri

 

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