Foto del blog Un sacerdote en Tierra Santa, que invito visitar (discontinuado en 2018, pero que contiene valiosa informacion)
Desde antes de su pontificado
Juan Pablo II se sintió invadido por la mística de aquel lugar real, ubicable
en el mapa y en la historia, Belén, tesoro compartido entre pueblos
de diferentes culturas y religiones. Ya en Roma nos invitó a sumergirnos
en la “atmosfera prodigiosa” (1) de Aquel que nos indico el camino
con su sencillo «Sígueme» (Mateo 8,22). Fruto de su primer viaje a
los Santos Lugares durante el Concilio Vaticano II fue la carta que
quiso compartir con los sacerdotes de su diócesis.
“Oh tierra del encuentro,
única! Tierra en la que se ha hecho todo lo que debe existencia a Aquel que Es”.
“Siglos ha que elegiste este
lugar. En él te das a mí, en él me aceptas”.
En el Ángelus
del 10 de diciembre de 1978 recordaba “ el gozo inmenso con que
los obispos, reunidos en la II sesión del Concilio Vaticano II, acogieron las
palabras del Papa Pablo VI que en el discurso de clausura de aquella sesión les
había anunciado que iría —por vez primera— como peregrino a Tierra
Santa.”
Hubiese querido iniciar su
pontificado en Belén pero no pudo ser y en su primera Navidad como Pontífice invitaba
a todos a estar más presentes allí que aquí (en Roma)
(2) Poesías “Peregrinación a los Santos Lugares”
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