Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 13 de junio de 2024

Historia del Santuario Juan Pablo II, Cracovia, Polonia (1 de 4) Introducción

  

No estaría encarando la historia completa de ese espacio sagrado que es el Santuario San Juan Pablo II en Cracovia – planeado, creado y construido para perpetuar la memoria del santo polaco más conocido en todo el mundo -  si no le prestara atención al  fuerte simbolismo y la conexión histórica del predio seleccionado y obtenido (junto a todo  el complejo del  Centro Juan Pablo II lindante, del cual el Santuario forma parte), y que además se encuentra cercano - como formando parte de un pequeño y privilegiado mundo religioso para todos -,  patriótico además para el pueblo polaco,   al Convento de la Congregación de las Hermanas de La Divina Misericordia Lagiewniki que en 1968 cumplieron su centenario; 



al pequeño Santuario original donde se encuentran las reliquias de Santa Sor Faustina Kowalska 



y al nuevo Santuario de la Divina Misericordia consagrado por el Papa Juan Pablo II el 17 de agosto 2002, en el último viaje su patria  


(Y desde aquí agradezco al Profesor Esteban Fernandez-Cobian, Universidade da Coruña, por haberme planteado el desafío de escribir esta historia, que reconozco me la debía y también la debía a los lectores de este blog - muchas gracias Profesor!)

En la segunda mitad de 1939  Karol Wojtyla, que entonces tenia 19 años,  debió interrumpir su 2do año  de filología en la Universidad Jaguelonica cuando el 6 de noviembre las fuerzas de ocupación alemanas nazis arrestaron  a todos los  profesores y procedieron al cierre de la universidad. A partir de marzo de 1940 Karol trabajo como auxiliar en la firma de J. Kuczmierczyk, dueños de un restaurant,  y después,  tal como el mismo comenta en Don y Misterio,   “para evitar la deportación a trabajos forzados en Alemania; en el otoño de 1940 empecé a trabajar como obrero en una cantera de piedra vinculada a la fábrica química Solvay. 



Estaba situada en Borek Fałęcki, a casi media hora de mi casa de Debniki, e iba andando hasta allí cada día. Los responsables de la cantera, que eran polacos, trataban de evitarnos a los estudiantes los trabajos más pesados. A mí, por ejemplo, me asignaron el encargo de ayudante del llamado barrenero, de nombre Franciszek Labus. Lo recuerdo porque, algunas veces, se dirigía a mí con palabras de este tipo: "Karol, tu deberías ser sacerdote. Cantarás bien, porque tienes una voz bonita y estarás bien..." Lo decía con toda sencillez, expresando de ese modo un convencimiento muy difundido en la sociedad sobre la condición del sacerdote. Las palabras del viejo obrero se me han quedado grabadas en la memoria…. En el otoño de 1942 tomé la decisión definitiva de entrar en el seminario de Cracovia, que funcionaba clandestinamente. Me recibió el Rector, P. Jan Piwowarczyk. El hecho debía quedar en la más absoluta reserva, incluso para las personas más allegadas. Comencé los estudios en la Facultad teológica de la Universidad Jaguellonica, también clandestina, mientras continuaba trabajando como obrero en la Solvay…. pasados los años de la primera juventud, la cantera de piedra y el depurador del agua en la fábrica de bicarbonato en Borek Falecki se convirtieron para mí en seminario. No se trataba ya únicamente del pre-seminario, como en Wadowice. La fábrica fue para mí, en aquella etapa de mi vida, un verdadero seminario, aunque clandestino. Había comenzado a trabajar en la cantera en septiembre de 1940; un año después pasé al depurador de agua en la fábrica. Fue en aquellos años cuando maduró mi decisión definitiva. En otoño de 1942 comencé los estudios en el seminario clandestino como ex alumno de filología polaca, siendo obrero en la Solvay.  No me daba cuenta de la importancia que todo ello tendría para mí.”  

 “Por ahora soy operario en una cantera, pero no rompo rocas . Hago trabajo físico relacionado con los rieles del ferrocarril que comunica la cantera (Zakrkowek) - bastante cerca de mi casa -  hasta la planta de Solvay en Borek Falecki.” le decia en una carta a su amigo Kotlarczyk el 7 de octubre de 1940.  

De su época de trabajo en la cantera Karol Wojtyla escribió En memoria de un compañero de trabajo (IV parte del poema La Cantera)  

Según  testimonios de sus compañeros sabían que estudiaba y le dejaban tiempo para leer y también para rezar, muy ensimismado en sus pensamientos pero siempre  pronto y dispuesto a ayudar. Se ayudaban entre todos en un trabajo que no era fácil  y además tedioso. Todos sabían que era muy pobre y que comía poco…a veces en la cocina le daban doble ración de pan.  (Boniecki)

“El caminaba – muy pensativo - con su cabeza gacha llevando los baldes de cal. No lo considerábamos un obrero común.. lo llamábamos el muchacho piadoso.. sabíamos que escribía poesía y que estaba escribiendo sobre Santa Teresa” (Stefania Koscielniak)

“Yo trabajaba como ingeniero asistente. Karol  trabajo con los rieles durante unos 5/6  meses….una vez lo encontré en la planta. Eran las 12 del mediodía. Sonaba el Ángelus. En cuanto escucho la campana, bajo los baldes, se persigno y rezo y después siguió su camino. No se avergonzaba de su proceder frente a los demás. (Jozef Pachacz)

“Se contrataron varios estudiantes para trabajar en la planta. El Sr. Wojciechowski (un ingeniero) y Krauze los pusieron a trabajar en los rieles. Cuando fueron puestos bajo mi control Krauze me dijo que podrían ser útiles que no les sobrecargara con trabajos pesados. Entonces los puse a trabajar con los rieles. Karol cumplía bien sus obligaciones  y lo hacía con gusto; en cuanto encontraba tiempo libre leia libros y hablábamos sobre la guerra, que todos queríamos que terminara, que queríamos sobrevivir y como querían aplastarnos.  Trabajo con nosotros durante  unos seis meses, después fue a la cantera.  (Jan Zyla)

“Yo trabaje con Karol en la cantera de Zakrzowek. Karol trabajo con nosotros en 1940. Las condiciones de trabajo eran duras. El era tranquilo, calmo, trabajador, y amigable; con gusto ayudaba a todos.” (Klemen Witkowski)

El 29 de febrero de 1944, volvia caminando de su trabajo de doble turno y se lo llevo por delante un camión alemán, cerca de la ruta del tranvía 3 entre Borek Falecki y Mateczny. Fue testigo la señora Jozefa Florek. Lo vio inconsciente, pensó que se había caído del camión y se habría muerto; le alcanzaron agua y lo llevaron al Hospital sobre la calle Kopernikova. Alli fue registrado como “Wojtyla Karol nacido en 1920, residente de Cracovia (calle Tyniecka) Vulnersa lacer capitais  Commotio cerebri”. Salio del hospital el dia 12 de marzo de 1944 y paso su convalecencia en casa de sus amigos los Szkockis. Jozefa Florek guardo las cartas que le dirigiera diciéndole que ella salvo su vida.

El 6 de mayo de 1968 en una visita a la Iglesia de la Visitación de la Virgen Maria en Borek Falecki decia en su homilia: Aquí enBorek Falecki he aprendido a ser devoto de Maria

Y el 26 de ocubre de 1975 Karol Wojtyla ya cardenal con motivo del 50 aniversario de la parroquia Nuestra Señora de las Victorias  en Borek Falecki y la consagración de la Iglesia,  el Cardenal Wojtyla volvía a recordar con palabras firmes y fuertes aquellos años de trabajo allí:

“Yo considero esta historia como parte de la mía propia. Aunque no fui lo que se considera un verdadero parroquiano de aquí, estuve en contacto con Borek Falecki, con esta gran fuente de trabajo y con esta parroquia durante el peor periodo de la ocupación alemana. Y soy muy consciente cuanto le debo a esta “barraca” que fue el templo del Pueblo de Dios de vuestra comunidad.  Fue aquí donde nos encontrábamos durante la ocupación para que después pudiéramos mirarnos a los ojos con la conciencia tranquila cuando nos encontrábamos en nuestro trabajo, en los pasillos de la fábrica, en  los hornos, en la cantera, y alrededor de la maquinaria que producía soda castica y otros productos de Solvay.  Estas son muestras memorias comunes…y es por ello que hoy realizo esta visita con profunda emoción para consagrar este altar y esta iglesia. ..Después de todo la iglesia también es una fuente de trabajo, una fuente donde nos moldeamos. Y no hay duda alguna que ello también favorece y enriquece a nuestras fuentes industriales de trabajo. Guiado por esta toma de conciencia en el periodo entre guerras,  coincidiendo con el periodo de crecimiento aquí, se extremó el esfuerzo  en formar aquí una parroquia y construir una iglesia.   Lo que observamos aquí, lo que vivenciamos aquí y lo que logramos juntos fue la expresión de una justicia social fundamental. Se creó fuentes de trabajo, un complejo de viviendas y simultáneamente una parroquia y una iglesia.  Porque el pueblo de fe, los ciudadanos, los trabajadores asi lo pedían. Y no encontraron obstáculo alguno…. Lamentablemente, lo que podemos decir acerca de Borek Falecki durante los años de la preguerra, no podemos decirlo de muchos otros distritos… de la Cracovia contemporánea y la realidad de hoy.  Es esto que les recuerdo en mi comunicado, leído en todas las iglesias de Cracovia y en toda la diócesis hoy…. Es por ello que hablo aquí a quienes son agentes de justicia social; en nombre de la justicia social, en nombre de esa justicia ejemplificada en Borek Falecki apelo a aquellos que están y quieren ser agentes de justicia social para que aquellos que permanecieron durante años a cielo abierto logren conseguir  permiso por al menos una barraca, para tener un techo sobre sus cabezas. Si fue posible darles a esta gente en aquellos tiempos, que a menudo son criticados como injustos, porque no pueden recibir lo mismo hoy cuando se pregona la justicia social… Yo trabaje físicamente en este lugar y se muy bien cuanto valor posee el trabajo y  cuan necesario es. En nombre del duro trabajo  de los católicos, ciudadanos de la ciudad de Cracovia y de la arquidiócesis, clamo a quienes dirigen este trabajo, a quienes administran este trabajo, quienes construyen nuestra sociedad contemporánea en base a este trabajo, que  - tal como lo fueron en el pasado - sean consideradas y honradas las necesidades de la sociedad católica y  la necesidad de una iglesia.  (Boniecki)  

El 8 de junio de 1979 durante su primera peregrinación a Polonia como Sumo Pontifice, en aquella preciosa y emocionante homilíaen el Santuario de la Santa Cruz de Mogila,   volcaba toda su nostalgia por su querida patria mencionando también sus recuerdos de trabajador, tan cerca de allí;   

“El cristianismo y la Iglesia no tienen miedo del mundo del trabajo. No tienen miedo del sistema basado sobre el trabajo. El Papa no tiene miedo a los hombres del trabajo. Los ha sentido siempre muy cerca de él. Ha salido de su ambiente. Ha salido de las canteras de piedra de Zakrowek, de las calderas de Solvay en Borek Falecki, después de Nowa Huta. A través de todos estos ambientes, a través de las experiencias personales de trabajo —me permito decir—, el Papa ha aprendido nuevamente el Evangelio. Se ha dado cuenta y se ha convencido de cuán profundamente está grabada en el Evangelio la problemática contemporánea del trabajo humano. De cómo sea imposible resolverla a fondo sin el Evangelio.”

Excepto lo marcado la fuente es : Adam Boniecki, MIC: The makingof the Pope of the Millenium - Kalendarium of the Life of Karol Wojtyla, Marian Press, Marians of the Immaculate Conception and Associaton of Marian Helpers, Stockbhridge, Massachusetts, 2000

 

 

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