Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 5 de octubre de 2018

La imagen de Cristo Misericordioso Salvador (1 de 3)



En el culto de la Divina Misericordia, la imagen de Jesus según la visión de Sor Faustina no tardo en ocupar un puesto muy importante. El Señor le pidió como su primer deseo que fuera pintada Su imagen. La insistencia revelada en las experiencias interiores que Faustina le transmite al Padre Sopoćko, llevaron al nacimiento del cuadro de Jesus Misericordioso hacia fines de 1934 en Vilna. No obstante el concepto que el cuadro hubiese sido inspirado en las visiones, el padre Sopoćko se esmero en buscar sustento para su contenido en la ciencia bíblica y teológica. Esta búsqueda habría hecho creíble la visión de Jesus tal como fuera sugerida a Sor Faustina, y lo que es más importante, habría abierto el camino para la aprobación del cuadro por parte de las autoridades eclesiásticas con motivo del culto. Por lo tanto ya en 1937 en el trabajo Idea de la Divina Misericordia en la liturgia se indicaba que el símbolo de la Divina Misericordia revelada en su máximo grado en la Redención, parecía ser el agua y la sangre que brotan del costado de Cristo atravesado por la lanza. Sugirió que el cuadro que simbolizara esta idea, seria la imagen de la Divina Misericordia podría ser representada por aquel que muestra a Cristo como si estuviese caminando. Jesus con la mano derecha bendice y con la izquierda sostiene la túnica a la altura del corazón desde donde emergen dos rayos uno blanco y uno rosa. Estos representan el agua y la sangre,  símbolos de la misericordia que se expresa en los sacramentos del bautismo y de la penitencia.
El cuadro pintado en Vilna por Kazimirowski,  en presencia de Sor Faustina, es el primer cuadro de Jesus Misericordioso que fue instalado en la Iglesia de San Miguel donde gozaba de particular veneración sobre todo durante el periodo de la guerra. Se distribuyeron miles de copias de imágenes y fotografías en muchos países. El mismo cuadro fue venerado en la Iglesia de San Miguel también después de algunos años después de la guerra hasta que las autoridades de la Republica Soviética de Lituania  cerraran la iglesia.  Por fortuna pudo recuperarse el cuadro que después de una larga y atormentada historia fue encontrado en la iglesia del Espíritu Santo en Vilna donde es venerado hasta hoy. Hacia fines de su vida el Padre Sopoćko se intereso en el destino del cuadro. Probablemente intentaba organizar un traslado secreto a Polonia,  cosa que nunca tuvo lugar.
El padre Sopoćko enseguida después de llegado a Bialystock en 1947 vio el cuadro pintado por Adolf Hyla, venerado desde 1943 en el convento de las hermanas de la Congregación de la Beata Virgen de la Misericordia en Cracovia-Lagiewniki. Al verlo se opuso a aquel modo de representar la imagen de Jesus. El cuadro de Hyla, en su percepción no correspondía fielmente a la visión de Sor Faustina. Había sido pintado tan solo en base a la descripción recogida del Diario,  sin considerar las indicaciones que la hermana transmitiera mientras se estaba pintando el primer cuadro en Vilna algo que había sido notado solamente por el padre.  La figura de Jesus estaba – según él – exageradamente expuesta, revelando un cierto “feminismo”. La mano derecha estaba demasiado elevada, indicando acción y no calma. Los rasgos demasiado evidentes, expresaban en modo excesivo la materialidad. El rostro de Jesus fue definido por el como “penetrante”.
Basándose en las indicaciones de Sor Faustina el padre Sopoćko sostenía que el cuadro debería haber tenido un fondo  oscuro. La figura de Jesus con la túnica blanca debería ser sencilla, en el acto de caminar pero como si se detuviese por un momento, con el pie algo más adelante. La mano no debería estar elevada tan alto,  el rostro debería estar algo inclinado expresando la Misericordia, en cambio los rayos, que emergen de la túnica ligeramente sostenida a la altura del corazón, debían ser como transparentes pero iluminando adecuadamente la figura de Jesus y el espacio delante de Él, no dirigidos hacia el y tampoco hacia la tierra.
Después del cuadro de Hyla, siempre en los años 40 se pintaron otras imágenes de Jesus, tanto en el país como en el extranjero. El padre Sopoćko también expreso sus reservas en cuanto a éstos..  Por este motivo, hacia fines de los años 40 se ordeno a los dos pintores de los cuadros que respetaran la justa idea de la Divina Misericordia retrotrayéndose a las indicaciones fieles de sor Faustina.

(traducido de EL CAMINO DE SANTIDAD del padre Michele Sopoćko de Henryk Ciereszko – Librería Editrice Vaticana, 2008



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