Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

sábado, 10 de agosto de 2019

Santa Faustina Kowalska, el puente al tercer milenio (2 de 2)



De esta manera la visión de la Hermana Faustina se transformo en el ”puente” al tercer milenio: un “un don de iluminación especial, que nos ayuda a revivir más intensamente el evangelio de la Pascua, para ofrecerlo como un rayo de luz a los hombres y mujeres de nuestro tiempo.” Nadie sabía que traerían los aires del tercer milenio, pero sin dudas  los nuevos progresos no estarían exentos de experiencias penosas. Tanta mas entonces la necesidad de una “ luz de la misericordia divina, que el Señor quiso volver a entregar al mundo mediante el carisma de sor Faustina, iluminará el camino de los hombres del tercer milenio.”. Por lo tanto el Papa explico que el Segundo Domingo de Pascua seria a partir de entonces conocido como el Domingo de la Divina Misericordia, porque quiso donar al tercer milenio el mensaje que le había sido confiado a la Hermana Faustina, ahora Santa Faustina.

Juan Pablo II recalco entonces en su homilía dos temas que ya eran característicos de su pontificado. Había hablado frecuentemente de la Ley del Don – la ley del donarse -  que lleva en si la persona humana; los enunciados de esta ley del Concilio Vaticano II que “el hombre puede descubrir su ser mas intimo tan solo dándose sinceramente” había sido una de los textos del Vaticano II mas mencionados en su magisterio.  La Ley del Don no era, sin embargo, fácil de llevar. Porque “no es fácil amar con un amor profundo, constituido por una entrega auténtica de sí. Este amor se aprende sólo en la escuela de Dios, al calor de su caridad. Fijando nuestra mirada en él, sintonizándonos con su corazón de Padre, llegamos a ser capaces de mirar a nuestros hermanos con ojos nuevos, con una actitud de gratuidad y comunión, de generosidad y perdón. ¡Todo esto es misericordia!”  Abrazar esa misericordia se hacia esencial si pretendíamos que al tercer milenio le fueran perdonadas las penurias del segundo.

“En este amor debe inspirarse la humanidad hoy para afrontar la crisis de sentido, los desafíos de las necesidades más diversas y, sobre todo, la exigencia de salvaguardar la dignidad de toda persona humana. Así, el mensaje de la misericordia divina es, implícitamente, también un mensaje sobre el valor de todo hombre. Toda persona es valiosa a los ojos de Dios, Cristo dio su vida por cada uno, y a todos el Padre concede su Espíritu y ofrece el acceso a su intimidad.
Este mensaje consolador se dirige sobre todo a quienes, afligidos por una prueba particularmente dura o abrumados por el peso de los pecados cometidos, han perdido la confianza en la vida y han sentido la tentación de caer en la desesperación. A ellos se presenta el rostro dulce de Cristo y hasta ellos llegan los haces de luz que parten de su corazón e iluminan, calientan, señalan el camino e infunden esperanza.” (homilía de la canonización de Santa Faustina) 

No hay comentarios: