Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).
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viernes, 29 de abril de 2016

Esfuerzo evangelizador en la "Iglesia doméstica"

“La salvaguardia, promoción, santificación y proyección apostólica de la vida familiar deben contar a los laicos católicos entre sus agentes más decididos y coherentes. Célula básica del tejido social, considerada por el Concilio Vaticano II como “Iglesia doméstica”, exige un esfuerzo evangelizador, para potenciar sus factores de crecimiento humano y cristiano y superar los obstáculos que atentan contra su integridad y finalidades.”

VIAJE A LA REPÚBLICA DOMINICANA,MÉXICO Y BAHAMAS (del discurso del Santo Padre Juan Pablo II a las organizaciones católicas nacionales de México - Ciudad de México Lunes 29 de enero de 1979)

La dignidad del trabajador de campo



“El mundo deprimido del campo, el trabajador que con su sudor riega también su desconsuelo, no puede esperar más a que se reconozca plena y eficazmente su dignidad no inferior a la de cualquier otro sector social. Tiene derecho a que se le respete, a que no se le prive –con maniobras que a veces equivalen a verdaderos despojos– de lo poco que tiene; a que no se impida su aspiración a ser parte en su propia elevación. Tiene derecho a que se le quiten las barreras de explotación, hechas frecuentemente de egoísmos intolerables y contra los que se estrellan sus mejores esfuerzos de promoción. Tiene derecho a la ayuda eficaz –que no es limosna ni migajas de justicia– para que tenga acceso al desarrollo que su dignidad de hombre y de hijo de Dios merece.”


sábado, 5 de marzo de 2016

Profesar públicamente la fe

“…todos los fieles, en virtud del propio bautismo y del sacramento de la confirmación, tienen que profesar públicamente la fe recibida de Dios por medio de la Iglesia, difundirla y defenderla como verdaderos testigos de Cristo (cf. Lumen gentium, 11). O sea, están llamados a la evangelización, que es un deber fundamental de todos los miembros del Pueblo de Dios (cf. Ad gentes, 35), tengan o no tengan particulares funciones vinculadas más íntimamente con los deberes de los Pastores (Apostolicam Actuositatem, 24)”


Ser maestros de la verdad

“Como Pastores tenéis la viva conciencia de que vuestro deber principal es el de ser maestros de la verdad. No de una verdad humana y racional, sino de la Verdad que viene de Dios; que trae consigo el principio de la auténtica liberación del hombre: “conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8, 32); esa verdad que es la única en ofrecer una base sólida para una “praxis” adecuada.”

[…]

De vosotros, Pastores, los fieles de vuestros países esperan y reclaman ante todo una cuidadosa y celosa transmisión de la verdad sobre Jesucristo. Esta se encuentra en el centro de la evangelización y constituye su contenido esencial: “No hay evangelización verdadera mientras no se anuncie el nombre, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios” (ib., 22).

[…]

Maestros de la verdad, se espera de vosotros que proclaméis sin cesar, y con especial vigor en esta circunstancia, la verdad sobre la misión de la Iglesia, objeto del Credo que profesamos, y campo imprescindible y fundamental de nuestra fidelidad. El Señor la instituyó como comunidad de vida, de caridad, de verdad (cf. Lumen gentium, 9) y como cuerpo, pléroma y sacramento de Cristo en quien habita toda la plenitud de la divinidad (cf. ib., 7).

VIAJE A LA REPÚBLICA DOMINICANA, MÉXICO Y BAHAMAS (del Discurso del Santo Padre Juan Pablo II en la inauguración de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano - Puebla, MéxicoDomingo 28 de enero de 1979)


1979, Mexico, Bahamas, verdad, Republica Dominicana

Fidelidad en la unidad

“Pidamos, hermanos, al Señor Jesús que El nos dé la fidelidad a El, la fidelidad en la unidad que ha querido para nosotros, para que el mundo crea.”

(del discurso del Papa Juan Pablo II a los participantes en un encuentro ecuménico – Puebla, México Domingo 28 de enero de 1979)



jueves, 7 de enero de 2016

Desde México a todas las familias de Latinoamérica

“Para cada familia en particular el Papa quisiera poder decir una palabra de aliento y de esperanza. Vosotras, familias que podéis disfrutar del bienestar, no os cerréis dentro de vuestra felicidad; abríos a los otros para repartir lo que os sobra y a otros les falta. Familias oprimidas por la pobreza, no os desaniméis y, sin tener el lujo por ideal, ni la riqueza como principio de felicidad, buscad con la ayuda de todos superar los pesos difíciles en la espera de días mejores. Familias visitadas y angustiadas por el dolor físico o moral, probadas por la enfermedad o la miseria, no acrecentéis a tales sufrimientos la amargura o la desesperación, sino sabed amortiguar el dolor con la esperanza.

El ser humano no se agota en la sola dimensión terrestre

“Habéis elegido como método de vida el seguimiento de unos valores que no son los meramente humanos, aunque también éstos debéis estimar en su justa medida. Habéis optado por el servicio a los demás por amor de Dios. No olvidéis nunca que el ser humano no se agota en la sola dimensión terrestre. Vosotras, como profesionales de la fe y expertas en el sublime conocimiento de Cristo (cf. Flp 3, 8), abridles a la llamada y dimensión de eternidad en la que vosotras mismas debéis vivir.”

lunes, 19 de mayo de 2014

Primera “peregrinación de fe” de Juan Pablo II


(este es el primer post que re-publico de mi blog Beato Juan Pablo II,  ahora interrumpido. Lo haré con todos los posts alli publicados como “Recordatorio y agradecimiento por sus viajes apostólicos a países de habla hispana”. Una vez completado (son 178 posts), cancelaré el otro blog)

25 de enero de 1979. Era su primera “peregrinación de fe” El Papa iba “a postrarse ante la imagen prodigiosa de la Virgen de Guadalupe de México, a invocar su ayuda maternal y su protección sobre el propio ministerio pontificio; a repetirle con fuerza acrecida por las nuevas e inmensas obligaciones: «¡Soy todo tuyo!»; y a poner en sus manos el futuro ce la evangelización en América Latina.”
Venía a “algunas zonas del Nuevo Mundo como mensajero del Evangelio ante millones de hermanos y hermanas que creen en Cristo; quiere conocerlos, abrazarlos, decir a todos —niños, jóvenes, hombres, mujeres, obreros, campesinos, profesionales— que Dios los ama, que la Iglesia los ama, que el Papa los ama; y también para recibir de ellos el estímulo y el ejemplo de su bondad, de su fe. Por lo tanto, el Papa sigue en espíritu las huellas de misioneros, sacerdotes y de todos los que, desde el descubrimiento del Nuevo Mundo, han difundido con sacrificio, abnegación y generosidad, en aquellas inmensas tierras, el mensaje de Jesús predicando amor y paz entre los hombres.”
Venia también “para participar, con sus hermanos obispos, en la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que se celebrará en Puebla”, reunión en la cual se tratarían “problemas importantes referentes a la acción pastoral del Pueblo de Dios, acción que debe tener presentes, a la luz del Concilio Vaticano II, las complejas situaciones socio-políticas locales para penetrarlas del fecundo fermento del anuncio evangélico.” Iría a Puebla “para ayudar y «confirmar» (cf. Lc 22, 32) a sus hermanos obispos.”