Mis amigos del Opus Dei están otra vez de fiesta, de gran fiesta, recordando con emoción nada menos que el aniversario de la canonización de su fundador san Josemaría Escrivá de Balaguer, el “santo de lo ordinario”, “el santo de la vida cotidiana”, canonizado por el Siervo de Dios Juan Pablo II el 6 de octubre de 2002, a 10 años de la beatificación, y en el centenario de su nacimiento.
El Santo Padre Juan Pablo II expresaba en la homilía de la Misa de canonización conceptos valederos para todos los cristianos sin excepción:
El Santo Padre Juan Pablo II expresaba en la homilía de la Misa de canonización conceptos valederos para todos los cristianos sin excepción:
“La vida habitual de un cristiano que tiene fe -solía afirmar Josemaría Escrivá-, cuando trabaja o descansa, cuando reza o cuando duerme, en todo momento, es una vida en la que Dios siempre está presente" (Meditaciones, 3 de marzo de 1954). Esta visión sobrenatural de la existencia abre un horizonte extraordinariamente rico de perspectivas salvíficas, porque, también en el contexto sólo aparentemente monótono del normal acontecer terreno, Dios se hace cercano a nosotros y nosotros podemos cooperar a su plan de salvación. Por tanto, se comprende más fácilmente lo que afirma el concilio Vaticano II, esto es, que "el mensaje cristiano no aparta a los hombres de la construcción del mundo (...), sino que les obliga más a llevar a cabo esto como un deber" (Gaudium et spes, 34).
Elevar el mundo hacia Dios y transformarlo desde dentro: he aquí el ideal que el santo fundador os indica… Él continúa recordándoos la necesidad de no dejaros atemorizar ante una cultura materialista, que amenaza con disolver la identidad más genuina de los discípulos de Cristo (…).
Siguiendo sus huellas, difundid en la sociedad, sin distinción de raza, clase, cultura o edad, la conciencia de que todos estamos llamados a la santidad. Esforzaos por ser santos vosotros mismos en primer lugar, cultivando un estilo evangélico de humildad y servicio, de abandono en la Providencia y de escucha constante de la voz del Espíritu. De este modo, seréis "sal de la tierra" (cf. Mt 5, 13) y brillará "vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mt 5, 16).
Ciertamente, no faltan incomprensiones y dificultades para quien intenta servir con fidelidad a la causa del Evangelio. El Señor purifica y modela con la fuerza misteriosa de la cruz a cuantos llama a seguirlo; pero en la cruz -repetía el nuevo santo- encontramos luz, paz y gozo: lux in cruce, requies in cruce, gaudium in cruce!
Elevar el mundo hacia Dios y transformarlo desde dentro: he aquí el ideal que el santo fundador os indica… Él continúa recordándoos la necesidad de no dejaros atemorizar ante una cultura materialista, que amenaza con disolver la identidad más genuina de los discípulos de Cristo (…).
Siguiendo sus huellas, difundid en la sociedad, sin distinción de raza, clase, cultura o edad, la conciencia de que todos estamos llamados a la santidad. Esforzaos por ser santos vosotros mismos en primer lugar, cultivando un estilo evangélico de humildad y servicio, de abandono en la Providencia y de escucha constante de la voz del Espíritu. De este modo, seréis "sal de la tierra" (cf. Mt 5, 13) y brillará "vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mt 5, 16).
Ciertamente, no faltan incomprensiones y dificultades para quien intenta servir con fidelidad a la causa del Evangelio. El Señor purifica y modela con la fuerza misteriosa de la cruz a cuantos llama a seguirlo; pero en la cruz -repetía el nuevo santo- encontramos luz, paz y gozo: lux in cruce, requies in cruce, gaudium in cruce!
Invito visitar mi post del año pasado: Ser santos – canonización de Josemaría Escrivá
3 comentarios:
Te voy a decir una cosa Ljudmila. Los del Opus Dei tenemos una cara impresionante porque tenemos muchas, muchas fiestas:)
Claro que las celebramos como Dios manda:en la oración y en la mesa.
Un bs
Luisa
Gracias Luisa y participo de vuestra alegria!
Tambien recuerdo que has estado en esa ceremonia;) (melo habias comentado el año pasado!) Que emocion no?
Pues sí que fue muy emocionante, pero más que nada porque se palpaba la universalidad de la Obra y por supuesto de la Iglesia Santa.
Eramos familia. Todos:)
Luisa
Publicar un comentario