Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

sábado, 7 de septiembre de 2019

Pontificio Instituto Juan Pablo II, Roma – Sus comienzos por D. Juan de Dios Larrú (4 de 5)




Los inicios del tercer decenio

El 3 de marzo de 2001, Juan Pablo II nombra secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos a Marc Ouellet, profesor estable de teología dogmática del Instituto, asignándole la sede episcopal de Agropoli. Posteriormente, el 15 de noviembre de 2002 es nombrado Arzobispo de Québec, primado de Canadá. Por último, el 28 de septiembre de 2003, es elegido cardenal. De este modo, culminaba el trabajo científico del profesor Ouellet en el Instituto, desde que llegó al mismo en 1996.

El 10 de mayo del 2001 pronunció su lección de despedida en el Instituto el profesor G. Zuanazzi. Nacido en 1930, profesor de psiquiatría en la universidad de Milán, es autor de numerosas obras en el campo de la psicología y de la psiquiatría.

El 31 de mayo del 2001, el Papa recibe nuevamente en la Sala Clementina a los profesores y estudiantes del Instituto con motivo del vigésimo aniversario del mismo. Tras las palabras de saludo del Presidente Mons. Scola, tomó la palabra el profesor Grygiel que leyó al Papa una poesía escrita por Karol Wojtyla y dedicada a S. Estanislao, evangelizador de Polonia. En ella se expresaba de modo maravilloso cómo la sangre de su martirio había sido más fecunda para la difusión de la fe que toda su predicación en tierras polacas. Con un claro paralelismo, el profesor Grygiel quería transmitir al Papa que también su sangre había sido muy fecunda para la extensión y difusión del Instituto. Stanislaw Grygiel es el único de los profesores que ha conocido la vida del Instituto desde su inicio y es, por ello, un testigo privilegiado del mismo, pues además ha sido amigo personal de K. Wojtyla y un discípulo singularmente cualificado en el desarrollo de la relación entre filosofía y poesía. Está casado y es padre de dos hijos. Su pensamiento, siempre original, brota de su permanente contacto con las fuentes clásicas, con una inclinación preferencial por la filosofía de inspiración platónica. Su reflexión filosófica en el Instituto ha girado en torno a la categoría clave de “communio personarum”. Actualmente, el profesor Grygiel es el director de la “Cátedra Wojtyla” inaugurada en el Instituto el 14 de octubre de 2003 para profundizar en el pensamiento filosófico, teológico y poético de K. Wojtyla.

Retornando a la audiencia del 31 de mayo de 2001, Juan Pablo II retomó en su alocución, algunos textos claves de intervenciones precedentes como la necesidad de no olvidar el “principio” de la creación del hombre como varón y mujer para no oscurecer la singular dignidad de la persona humana. Este oscurecimiento propicia una “cultura de la muerte”. Para superarla, es preciso promover una cultura de la familia que contribuya a desarrollar la “cultura de la vida”. Ya en su importante discurso a la Unesco el año 1980, Juan Pablo II afirmaba que “cultura es aquello por lo que el hombre llega a ser más hombre, «es» más, accede más al ser”. Como ya hemos señalado, en FC 86 apuntaba también en esta misma dirección: “el futuro de la humanidad pasa a través de la familia”. Esta alusión a la necesidad de promover una cultura de la familia ha sido recibida en el Instituto a través de la organización de seminarios y de algunas publicaciones.

En el mes de Julio del 2001 se instituye la sede australiana del Instituto en laciudad de Melbourne.  Como Vicepresidente al frente de la misma se nombra al Profesor P. Anthony Fisher, OP que pocos años después será nombrado Obispo Auxiliar de Sydney. Actualmente, el Director de tal centro es S.E. Mons. Peter J. Elliott, recientemente nombrado Obispo Auxiliar de Melbourne.

En el año 2001 se erigen tres nuevas secciones del Instituto que durante los años precedentes funcionaban como centros asociados. La Sección Brasileña está en Salvador de Bahía e imparte el programa del Máster en Ciencias del matrimonio y la familia. La Sección India del Instituto se encuentra en Thuruty, en la Archidiócesis de Changanacherry (Kerala, India). La Sección para África francófona tiene su sede en Cotonou, en la República de Benín. En estas dos últimas secciones se imparten actualmente los programas de Licencia en Sagrada Teología del matrimonio y de la familia y del Máster en Ciencias del matrimonio y la familia.

El 5 de enero de 2002, S.E. Mons. Angelo Scola es nombrado patriarca de Venecia y posteriormente, el 28 de septiembre de 2003, junto a M. Ouellet, es creado Cardenal. Junto a su incansable capacidad propositiva y organizativa, la permanente atención al diálogo con la cultura contemporánea, la gran contribución científica del Cardenal Scola para el Instituto ha sido la elaboración de una propuesta antropológica sistemática, centrada en el misterio nupcial. Bajo esta categoría se entrelazan la diferencia sexual, el don de sí y la fecundidad del amor, como una tríada de elementos inseparables de este misterio nupcial, que tiene una referencia cristocéntrica fundamental. Inspirándose en la obra teológica de Von Balthasar, y teniendo presentes sus tres binomios: espíritu-cuerpo, hombre-mujer e individuo-colectividad, como determinantes de la estructura fundamental del hombre como identidad y diferencia, la reflexión de Scola se enriquece con nuevas intuiciones a la luz del magisterio de Juan Pablo II, sobre todo en lo que respecta al valor antropológico de la experiencia elemental. El modo como el hombre interpreta sus experiencias básicas, originarias resulta decisivo para elaborar una antropología adecuada. En su última lección de despedida en el Instituto, el 10 de diciembre de 2002, se nos ofrece de manera sintética su intelección del misterio nupcial.

Para conocer la rica contribución científica del cardenal Scola puede consultarse la valiosa y completísima bibliografía de sus publicaciones, actualizada hasta el 15 de septiembre de 2001, que ha sido posteriormente ampliado hasta el año 2003 en el libro de homenaje sobre el misterio nupcial, ofrecido al cardenal Scola por distintos profesores del Instituto.

Como sucesor suyo, Juan Pablo II nombra Rector de la Pontificia Universidad Lateranense y Presidente del Instituto a S.E. Mons. Rino Fisichella. Nacido en 1951, realizó sus estudios en la Universidad Gregoriana de Roma, especializándose en Teología Fundamental, siguiendo la teología de Hans Urs von Balthasar. Desde su campo específico, Mons. Fisichella continuará con la línea de sus predecesores, insistiendo en la importancia de un verdadero diálogo con el mundo contemporáneo a través de una profundización de la dimensión natural del matrimonio y la familia. Con su iniciativa se inició un trabajo interno de los profesores de la Sección Central enriquecido posteriormente por los profesores de todas las otras secciones del Instituto, para sintetizar las perspectivas de investigación y de enseñanza que ofrece el Instituto. Este trabajo ha permitido una conciencia mucho mayor de la unidad de la enseñanza del Instituto y permite ofrecer una visión clara y abierta de la conexión de las ciencias que se ocupan del matrimonio y la familia. Por otra parte, la Sección Central se enriquece con una nueva biblioteca en sus locales. En estos años tienen inicio nuevos contactos con conferencias episcopales para la apertura de nuevas secciones entre las cuales están Zambia y Líbano.
El 2 de abril de 2005, tras una larga y penosa enfermedad, en las Vísperas de la Fiesta de la Misericordia en la Octava de Pascua moría el fundador del Instituto, Su Santidad Juan Pablo II. El impresionante testimonio de entrega hasta el final, asumiendo plenamente consciente el sufrimiento y la realidad de su muerte, fueron para el mundo entero un hecho extraordinario, una lección de fidelidad y entrega. Durante aquellos días se manifestó, quizás más que nunca, la impresionante paternidad de Juan Pablo II para la Iglesia y para el mundo. Mientras miles de personas rezaban aquella noche el Rosario en la Plaza de S. Pedro, bajo el mosaico de la Mater Ecclesiae que él mandó colocar en lugar destacado del palacio vaticano, y que hacía patente a todos los presentes que se estaba consumando el Totus tuus como lema de su Pontificado, un grupo de profesores y estudiantes tuvimos la enorme gracia de poder vivir juntos la muerte de Juan Pablo II, a pocos metros del lugar donde había nacido el Instituto el 13 de mayo de 1981.

Como afirmó L. Melina en la homilía al Instituto a los pocos días de la muerte del Papa: “...con Juan Pablo II Dios nos ha sorprendido, realizando aquello que sólo Dios puede hacer. Como para el pueblo de Israel en camino por el desierto, ha transformado la peña en fuentes de agua. Sin dejar de ser roca, garantía de estabilidad en la fe, columna cierta del vínculo con la Tradición, al mismo tiempo Pedro, en la persona del primer Papa polaco, se ha convertido en fuente de novedad espiritual, fuente del carisma que alimenta y renueva la vida de la Iglesia. Nuestro Instituto para estudios sobre matrimonio y familia, que lleva su nombre, porque por Él fue fundado y querido, nace de esta extraordinaria combinación de dos factores aparentemente opuestos: no solamente de la fidelidad cordial al Magisterio y de la convencida adhesión a la Tradición, sino de la experiencia que la enseñanza de este Papa, de Juan Pablo II, es verdaderamente una fuente viva de inspiración: es una visión nueva, rica de perspectivas, capaz de encontrar el corazón del hombre y de fascinarlo, porque radicada en lo antiguo, es decir en la verdad originaria del «principio» y no en las modas efímeras de superficiales puestas al día. La roca es al mismo tiempo fuente: es tradición y es futuro, es memoria y es profecía”.

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