Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

lunes, 29 de mayo de 2023

María "Madre de la Iglesia" en la Plaza San Pedro


 (foto del articulo de Osservatore Romano, utilizado tambien como fuente parcial)

Al acercarnos a la Basílica de San Pedro vemos al costado derecho sobre el Palacio Apostólico un mosaico de Nuestra Señora Mater Ecclesiae Madre de la Iglesia y debajo de la imagen el escudo de Juan Pablo II con su lema Totus Tuus, imagen muy querida por quienes la asociamos tan directamente con Juan Pablo II.

La historia de la imagen va mas allá en el tiempo pues se trata de una imagen histórica, “rebautizada” por el Papa Pablo VI y anunciado su nombre en la catequesis del 18 de noviembre de 1964 . “Maria, - decia el Papa Pablo VI – como sabemos, ocupa una posición singularísima; Ella también es miembro de la Iglesia, ha sido redimida por Cristo, es hermana nuestra; y precisamente en virtud de haber sido elegida Madre del Redentor de la humanidad, y en razón de su perfecta y eminente representación del genero humano, puede considerarse con todo derecho moral y típicamente Madre de todos los hombres, y especialmente nuestra como creyentes y redimidos, Madre de la Iglesia, Madre de todos los Fieles. Por ello, queridos Hijos e Hijas, nos complacemos en anunciarles que concluiremos esta sesión del Concilio Ecuménico, que ha delineado la doctrina de la Iglesia, con el gozo de otorgarle a Maria el titulo que tan bien le corresponde de Madre de la Iglesia «Mater Ecclesiae».

San Juan Pablo II recordaba este nombramiento durante su visita a Brescia en 1982 en su encuentro con el pueblo de Concesio (pueblo natal de Giovanni Battista Montini, el Papa Pablo VI)

Y también lo recordó el Santo Padre Benedicto XVI en el rezo del Ángelus desde la Plaza Pablo VI de Brescia en su visita apostólica a Brescia y Concesio en el 2009.

Por otro lado Juan Pablo II Juan Pablo II explica exhaustivamente el origen y las razones del nombramiento de María como “Madre de la Iglesia” en su Audiencia del 17 de septiembre de 1997.

La imagen (mosaico) de la Plaza San Pedro mide unos 2,5 mts de altura y fue colocada allí entre noviembre y diciembre del año 1981. Después del atentado que sufriera el Papa las autoridades del Vaticano quisieron dejar un signo visible y así se decidió dejar marcado el lugar del atentado, donde ahora, entre el adoquinado del costado derecho (Porta di Bronzo) fue colocada una placa de mármol con el escudo de Juan Pablo II y la fecha del atentado.




Pero el Papa convencido que debía su vida a la intervención de la Virgen María quiso tener en la plaza una imagen de María recordando además que ya alguien le había expresado que en la plaza “faltaba” algo porque entre las estatuas de Cristo, los apóstoles y los santos no estaba presente la Virgen María. Fue así que se decidió encontrar un lugar y el Papa expreso su deseo que fuese una imagen de María como Madre de la Iglesia. La imagen elegida fue el fresco histórico que había sido salvado y transferido a la nueva Basílica después de completada la cúpula de Miguel Angel. Esta imagen original se encuentra en la Capilla de la Columna situada en el costado izquierdo de la Basílica, imagen que llamada asi porque había sido pintada sobre una columna de la vieja basílica, colocada en este altar recién en 1607.

 


En esta imagen se inspira la reproducción en mosaico que ahora vemos en la Plaza San Pedro sobre un remate esquinero que sobresale del complejo mayor del Palacio Apostólico. (segun la foto al comienzo de este post).

 San Juan Pablo II bendijo la imagen de su protectora el 8 de diciembre de 1981 durante  Ángelus  

“Hoy, solemnidad de la Inmaculada Concepción, rezamos nuestra plegaria del Ángelus, por primera vez, ante la Virgen Santísima, Madre de la Iglesia, que mira a la Plaza de San Pedro desde el mosaico, colocado en un ángulo de este Palacio Apostólico. En el marco de esta plaza estupenda faltaba una imagen, que evocase también visiblemente la presencia de Aquella a quien "la Iglesia católica, instruida por el Espíritu Santo, venera como Madre amantísima con afecto de piedad filial" (Lumen gentium, 53). Estoy contento de inaugurar, en la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, este testimonio de nuestro amor y devoción, y confío que Ella, con solicitud constante, quiera continuar "cuidándose de los hermanos de su Hijo, que todavía peregrinan y se hallan en peligros y ansiedad" (cf. ib., 62) permitiendo también a nuestra generación experimentar la invencible potencia de su protección materna. Ahora bendeciré la imagen de la Virgen "Madre de la Iglesia", manifestando el deseo de que todos los que vengan a esta plaza de San Pedro eleven hacia Ella la mirada, para dirigirle, con sentimiento de filial confianza, el propio saludo y la propia oración.”





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