Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).
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viernes, 7 de abril de 2023

Ultimo Mensaje de Juan Pablo II para el Viernes Santo (2005

 



Amadísimos hermanos y hermanas:

Estoy espiritualmente con vosotros en el Coliseo, un lugar que evoca en mí tantos recuerdos y emociones, para realizar el sugestivo rito del vía crucis en esta tarde del Viernes santo.

Me uno a vosotros en la invocación tan densa de significado: "Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi, quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum". Sí, adoramos y bendecimos el misterio de la cruz del Hijo de Dios, porque es precisamente de esa muerte de donde ha brotado una nueva esperanza para la humanidad.

La adoración de la cruz nos recuerda un compromiso que no podemos eludir: la misión que san Pablo expresaba con las palabras: "Completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia" (Col 1, 24). Yo también ofrezco mis sufrimientos para que el designio de Dios se cumpla y su palabra camine entre las gentes. Asimismo, me siento cerca de los que, en este momento, se encuentran probados por el sufrimiento. Pido por cada uno de ellos.

 En este día, memorial de Cristo crucificado, contemplo y adoro con vosotros la cruz y repito las palabras de la liturgia: "O crux, ave spes unica!". ¡Salve, oh cruz, única esperanza, danos paciencia y valentía, y obtén la paz para el mundo!

 Con estos sentimientos, os bendigo a vosotros y a todos los que participan en este vía crucis a través de la radio o la televisión.


Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II a todos los fieles que participaban en el Via Crucis en torno al Coliseo el Viernes Santo 25 de marzo 2005

La Cruz que abrazaba Juan Pablo II aquel Viernes Santo de 2005

 


Fue el último Viernes Santo que lo tuvimos entre nosotros.


(He tomado los datos de un precioso libro comprado en Polonia (en inglés;) titulado He liked Tuesdays best - una conversación entre Mieczyslaw Mokrzycki (*) y Brygida Grysiak, Wydawnictwo M, Krakow 2011).

 

El padre Mokrzycki le pregunto en una oportunidad a Arturo Mari cual de las tantas fotografías suyas elegiría como símbolo del pontificado de Juan Pablo II y el “fotógrafo de seis papas” le respondió que escogería su última foto del Santo Padre en vida.
Se trata de la fotografía tomada durante el Vía Crucis del 2005: Juan Pablo II en su capilla privada abrazado a la Cruz, unido a Cristo y a los fieles congregados en el Coliseo. El Papa ya no podría hacer el camino de la Cruz de estación en estación, así que lo hizo unido a los fieles en sus pensamientos y en su oración desde su capilla privada.


Sin embargo, sabíamos - dice Mokrzycki - cuán importante era para él el Vía Crucis, por eso surgió la idea de instalar una pantalla delante suyo para que pudiera participar de la ceremonia en el Coliseo. La TV Vaticana transmitía imágenes desde la capilla en simultáneo, de modo que todos podían ver al Santo Padre rezando junto a ellos. Momentos muy emocionantes.


Y en algún momento el Papa pidió una Cruz…. Y el padre Stanislaw – dice Mokrzycki - sugiere alcanzarle la cruz liviana de madera que tenía yo en mi habitación. “Así que salí corriendo para traer la cruz al Santo Padre y hoy esa cruz es un recuerdo muy especial para mí, una reliquia.”


Esa Cruz, que recorrió todo un camino hasta que se convirtió en reliquia, tiene una preciosa historia.


Una mujer se accidento en las Montañas Bieszczady y ya no pudo volver a caminar, entonces le pidió a su esposo que le tallara una Cruz para que pudiera rezar con ella. Tres años más tarde le dio esa Cruz a un grupo de peregrinos que iban a Roma para las celebraciones del Jubileo del año 2000 y los peregrinos se la regalaron a Juan Pablo II. La Cruz fue luego puesta en la habitación del padre Mokrzycki. Despues de la muerte del Santo Padre el padre Mokrzycki le dio la reliquia a su madre Bronislawa y ella se la regalo a la parroquia en Kraczakowa, cerca de Rzeszow.


Mas tarde esa  Cruz-reliquia siguió peregrinando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo en la patria deSan Juan Pablo II, recordándoles a sus compatriotas el Via Crucis que ese Viernes Santo siguió “el Papa polaco” desde su capilla privada abrazando la Cruz y siguiendo las meditaciones y oraciones de su amigo el Cardenal Joseph Ratzinger.

(*) Mons. Mokrzycki fue llamado por el Cardenal Stanislaw Dziwisz para colaborar con el Santo Padre Juan Pablo II en el Año 18 de su pontificado en las tareas y movimientos cotidianos. El comenta muy humildemente en el libro que “no estaba preparado para esto; no tenía ningún tipo de estudios diplomáticos, tan solo un doctorado en teología…”

 

 


miércoles, 2 de abril de 2014

2 de abril de 2005 y mis recuerdos de Juan Pablo II

Hoy hace nueve años desde aquel día en que millones de ojos de todo el mundo no se despegaban de la pantalla para no perderse un minuto de la partida de un Pastor que había dado la vuelta al mundo en su carrera por evangelizarlo….. Cuántos santuarios marianos visitados, cuantos lugares de sufrimiento y de dolor, cuantos llamados a la paz y a la concordia…
Hoy hace nueve años en que jóvenes y ancianos absortos lo veían partir…con lágrimas en sus rostros…pero él partía hacia su merecido descanso agradeciendo todo y a todos, perdonando y pidiendo perdón …cuantos recuerdos en tantas mentes…también en la mía….

Una historia que quizás comenzó aquel 16 de octubre de 1978….sin que yo tomara conciencia y que luego continuó con cierto interés por la mediación papal del diferendo argentino-chileno.   

  En un viaje a Europa en 1980 participamos de la Audiencia papal. Debo reconocer mi leve decepción por verlo tan cansado habiendo escuchado de su energía y vitalidad. Años más tarde me comentaron que aquel viaje a Alemania, de donde acababa de volver,  había sido muy cansador y difícil.  



Fue recién en su viaje de 1982 a la Argentina cuando evidentemente creció mi interés,  quizá por  la influencia y el entusiasmo de mi madre o las circunstancias que se fueron dando.  De aquel fugaz paso de Juan Pablo II por la Avda Rivadavia donde lo esperábamos vestidos con trajes regionales eslovenos guardé el pañuelo blanco con puntillas amarillas que agité a su paso por Ramos Mejia en su camino a la Basílica de Luján.  Y durante aquella visita apostólica de Juan Pablo II ocurrió algo extraño… fue como un llamado por lo inexplicable, pero aún no me daba por enterada. Recién años después recordando mi historia le encontré sentido.  La colectividad eslovena había invitado que fuéramos vestidos con trajes regionales. Pero el caos del tránsito era tal que cuando llegamos con mi hermana a la Avenida Libertador no había hueco por donde “colarse” para ingresar. Entonces un oficial de policía viéndonos vestidas con trajes regionales nos indicó que la entrada era por Av. Sarmiento. Allá fuimos corriendo las cuadras que nos faltaban…pasamos los controles corriendo sofocadas, sin que nadie nos detuviera. Unas polacas que llegan tarde habrán pensado…en realidad nuestro traje regional no se parece en nada al polaco;)   Bueno allí fuimos primero caminando lentamente entre la gente para luego sentirnos empujadas hacia la Avda del Libertador….la marea de gente era como una barrera movediza que empujaba hacia delante,  no se veía hacia ningún lado pero evidentemente todos sabían (menos nosotras) hacia donde empujaban.  De repente nos encontramos detrás de una enorme estructura que ni siquiera sabíamos que era el altar por la parte de atrás y como la marea seguía no nos detuvimos hasta que no nos encontramos delante mismo del altar, adelante de todo!!! Impresionante me dije, de aquí no nos mueve nadie. Llamativamente estábamos todos parados. Evidentemente no había siquiera asientos para los invitados (no lo recuerdo bien, pero asi se ve también en la foto, donde hasta pude identificarme allí debajo  mismo del altar!)  Estábamos entre los privilegiados que lograron “entrar” al espacio reservado, pues atrás se ve una separación de rejas que yo ni recordaba.  Participamos de la Misa, sin poder verlo a Juan Pablo II hasta que no se acercó para saludar (como se ve en la foto) por estar tan debajo del altar. 


Esa emoción fue fuerte…era un “aviso”.
No guardo  muchos recuerdos de su extensa visita a la Argentina en 1987 (todo lo publicado en el blog fue recopilado de diferentes fuentes) pero si recuerdo que algo me llamaba a participar de la JMJ en la Avenida 9 de julio y no logré convencer a nadie que me acompañara.   Evidentemente aún no había encendido la chispa…. 


Fue durante mi viaje a Eslovenia en 1999 con ocasión de la beatificación el Obispo Anton Martin Slomsek 
 (era la 2da visita del Papa Juan Pablo II a Eslovenia) que ocurrió aquel hecho inesperado … algo que la Divina Providencia me tenía reservado para lanzarme a esta aventura de discípula de Juan Pablo II.  Definitivamente un antes y un después…..

A mi padre le gustaba mucho verlo en televisión y lo llamaba “amigo”. Mi padre murió un año antes que Juan Pablo II de la misma enfermedad: Parkinson. Esa chispa oculta que ya había asomado aunque aún algo tibia en 1999,    finalmente prendió con fuerza un año más tarde, aquellos días de abril en que no despegue mis ojos de la pantalla….apenas si dormía no me quería perder nada, el llamado fue fulminante. Como para tantos otros aquellos funerales fueron el impacto final.  Mi viaje del 2005, fue publicado en unapagina web; luego nuevamente en este blog 

Siguieron otros viajes….para venerar la tumba en Roma y luego visitar sus amados lugares en Polonia.  Hay mucho de esto en este blog en su honor. No quiero ser repetitiva solo debo agregar que a la muerte del Beato Juan Pablo II sentí la urgencia de ir a visitarlo a su tumba….arreglé todo en pocos días y pude estar en la Plaza San Pedro para el inicio del ministerio petrino del Papa Benedicto XVI. Una gracia trás  otra….No puedo ni quiero hacer comparaciones pero me pasó algo  parecido a Eliseo que recogió el manto de su maestro Elias para luego comenzar otra vida….las experiencias se fueron sumando y podría escribir páginas pero estaría repitiendo un poco lo publicado en este blog que comencé en el 2007 en agradecimiento y sigo aprendiendo dia a dia.

Este 2 de abril, ya casi Vigilia de la fiesta de la canonización del Beato Juan Pablo II por un papa argentino! doy gracias a Dios por los innumerables regalos obtenidos y las riquísimas experiencias vividas durante estos últimos años.

viernes, 1 de abril de 2011

1 de abril 2005 El Papa ya ve y ya toca al Señor


En la homilía de la Misa que celebraba el Cardenal Camilo Ruini, Vicario del Papa para la diócesis de Roma , en la Basílica de San Juan de Letrán el 1ro de abril de 2005, vigilia de la muerte del Papa Juan Pablo II, decía a los fieles presentes que “Juan Pablo II esta afrontando la prueba mas difícil de su larga y extraordinaria vida, y – agregaba - la afronta, la vive con la misma serenidad intima y abandono confiado en las manos de Dios con los cuales siempre ha vivido, trabajado, sufrido, gozado. A estas horas el es mas que nunca nuestro Papa, el Vicario de aquel Cristo que nos ha redimido con su pasión, el siervo de los siervos de Dios, su título pontificio preferido.


Y después reflexionaba:

De donde proviene aquella increíble fortaleza de animo que tanto nos asombra, de donde aquella inagotable capacidad de amar y de donarse, su coraje y su inquebrantable confianza? Todo ello se origina en la relación concreta y viva que une a nuestro Papa a Jesucristo y a Dios Padre. La liturgia de hoy, como la de los demás días de la semana de Pascua, nos habla de la resurrección, de Cristo resucitado de los muertos que se ha hecho ver y tocar por sus discípulos y así los condujo a la fe. Y bien, esta es también la fe de nuestro Papa, una fe tan fuerte y tan plena, una experiencia de Dios tan intensamente vivida, que él en estos momentos de sufrimiento, tal como lo hiciera antes durante todo su infatigable ministerio, ya ve y ya toca al Señor, ya esta unido a nuestro único Salvador.”


(tomado de Camillo Ruini: Alla Sequela di Cristo Giovanni Paolo II il Servo dei Servi di Dio, Edizioni Cantagalli, Siena, Feb 2007)

jueves, 31 de marzo de 2011

Juan Pablo II 31 de marzo de 2005


El miércoles 30 de marzo, cuando unos 5000 jóvenes de Milano se acercaron a la Plaza, Juan Pablo II - ya con el tubo nasal incorporado - quiso saludarles, aunque su secretario trataba de convencerle que simplemente les diera la bendición. Pero el insistía que quería decir algo…. pidió que le acercaran el micrófono, pero una vez mas no pudo pronunciar palabra…..


Al día siguiente 31 de Marzo comenzaba su Estación Nro 12 del Calvario. Durante los preparativos para concelebrar la Misa en la capilla papal “su cuerpo sufrió una sacudida como si algo hubiese explotado en el” según expresara el Arzobispo Dziwisz mas tarde. Un schock séptico, causado por una infección urinaria…con temperatura y un sistema cardiovascular que colapsaba…. Dziwisz le recordó al Dr. Buzzonetti el deseo del Papa de morir en el Vaticano, así que Juan Pablo II fue llevado a su habitación donde tendría cerca las imágenes de Cristo sufriente y la Virgen Negra, Nuestra Señora de Czestochowa; a su lado dos pequeñas fotografías de sus padres que tenia allí desde hacia tiempo.


Al anochecer fue oficiada la Misa al pie de su cama y el Papa logró elevar su brazo durante las palabras de la consagración del pan y el vino y golpear levemente su pecho al Agnus Dei. Recibió la Comunión a las 7.17 pm y nuevamente el sacramento de los enfermos administrado por el Cardenal Marian Jaworski.


Las religiosas de la casa, los secretarios del Papa, los doctores y las enfermeras se acercaron a la cama para besar la mano del Papa; Juan Pablo II balbuceo uno a uno sus nombres y a su pedido aquel dia tan particular terminaba con una hora de reflexiones y oración, concluyendo finalmente con el canto de las religiosas.


(traducido y adaptado de The end and the beginning – George Weigel, p. 384/385, Doubleday)


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miércoles, 9 de septiembre de 2009

Amar hasta el extremo


El Siervo de Dios Juan Pablo II concluía su Audiencia del 12 de enero de 2005 con esta emotiva suplica-oración atribuida a “Simeòn, Catholicós de Seleucia-Ctesifonte, en Persia que él dirigìa a Cristo antes de morir mártir, juntamente con muchos compañeros, el 17 de abril del año 341, durante la persecución del rey Sapor II”
"Señor, dame esta corona: tú sabes cuánto la he deseado, porque te he amado con toda mi alma y con toda mi vida. Seré feliz al verte y tú me darás el descanso. (...) Quiero perseverar heroicamente en mi vocación, cumplir con fortaleza la misión que me ha sido encomendada y ser un ejemplo para todo el pueblo de Oriente. (...) Recibiré la vida donde ya no habrá penas, ni preocupaciones ni angustias, ni perseguidores ni perseguidos, ni opresores ni oprimidos, ni tiranos ni víctimas; allá ya no sufriré amenazas de reyes, ni terrores de prefectos; nadie me llevará a los tribunales ni me infundirá temor; nadie me arrastrará ni me asustará. Las heridas de mis pies cicatrizarán gracias a ti, oh camino de todos los peregrinos; el cansancio de mis miembros hallarán descanso en ti, Cristo, crisma de nuestra unción. En ti, cáliz de nuestra salvación, desaparecerá la tristeza de mi corazón; en ti, nuestra consolación y nuestra alegría, se enjugarán las lágrimas de mis ojos" (A. Hamman, Preghiere dei primi cristiani, Milán 1955, pp. 80-81).
Despues de esta Audiencia seguiría la Audiencia del 19 de enero introduciendo la Semana de oración por la unidad de los cristianos que había comenzado el día anterior

y la Audiencia del 26 de enero de 2005 acerca del salmo 114 “Acción de gracias” "Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante; porque inclina su oído hacia mí el día que lo invoco" (vv. 1-2). su ultima Audiencia General, pues la siguiente del 23 de febrero fue una breve exhortación sobre el sentido del itinerario cuaresmal y lo hizo en conexión televisiva desde su biblioteca privada.

Y finalmente la Audiencia especial en la Plaza San Pedro del 30 de marzo de 2005, durante la cual se leyeron saludos del Santo Padre y luego se rezo un padrenuestro concluyendo el encuentro con la bendición apostólica. Fue su despedida.