“Tú eres Pedro y sobre esta piedra...”
En esos días de dolor de 2005 que nunca olvidaré el mundo todo fue testigo de aquella “acción de Cristo resucitado, que se ha manifestado durante muchos días en la multitudinaria oleada de fe, de amor y de solidaridad espiritual que culminó en sus exequias solemnes”.
No pude estar presente para los funerales de Juan Pablo II, pero a la emoción de poder rezar ante su tumba algunos días después, se agregó mi gozo al poder presenciar su solemne inicio del ministerio petrino -la Santa misa con la imposición del palio y la entrega del anillo del pescador - y escuchar sus preciosas palabras de aprecio por un Papa amigo, que “había cruzado el umbral hacia la otra vida, entrando en el misterio de Dios” un Papa que ahora – sin duda - le acompaña. Usted seguramente lo siente muy cerca, quizás mas cerca aun en los momentos más difíciles - y que es cuando èl mas fervientemente intercede por usted ante su Madre, la suya y la nuestra porque si estos días hemos escuchado que Juan Pablo II hablaba con la Virgen, - secreto que presumo habría compartido también con usted - como no habría de interceder el ante Ella ahora allá en la gloria de Dios por un amigo a quien le ha tocado suceder y dirigir la barca de Pedro y “apacentar” sus ovejas.
Nosotros desde aquí le prometemos nuestras oraciones cotidianas
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