Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 26 de junio de 2009

Jan Pietraszko (2) Karol Wojtyla, Jerzy Ciesielsky


Karol Wojtyla regresa a Cracovia en 1949 al ser nombrado vicario de la Iglesia de San Florián donde atenderá primero a los monaguillos y más tarde a los estudiantes.
Fue entonces que nació el grupo Srodowisko anclado en la experiencia personal y la ayuda del sacerdote Pietraszko, que un año antes había sido nombrado capellán universitario (con sede en la colegiata Santa Ana. ) por el cardenal Sapieha,
Algunos de los miembros de Srodowisko, entre ellos el Siervo de Dios Jerzy Ciesielski, participaban de los encuentros y las excursiones con el sacerdote Wojtyla, pero seguían confesándose con Pietraszko. Los demás asistían a sus Misas, escuchaban sus sermones y hacían los ejercicios espirituales con el. Wojtyla centraba su pastoral en el sentido de la vida y de la verdad, camino que seguiría transitando junto a sus amigos. Planteaba preguntas de manera filosófica, sin ser académica, buscando respuestas y acompañando al grupo en su maduración al amor responsable vivido en el matrimonio y en la familia. Por su parte, el mismo en su compañía, iría profundizando en la verdad del amor y por consiguiente del matrimonio y de la familia. A nadie proponía sus convicciones, todo su esfuerzo pastoral apuntaba a despertar en los demás el deseo de los dones de Dios, como la fe, la esperanza y el amor mismo. El respeto por la dignidad de la persona humana, que siempre lo caracterizara estimulaba a los jóvenes a la esperanza que iba encendiendo en ellos el amor a la verdad y al bien. Y nunca le decepcionaron!

Jan Pietraszko y Karol Wojyla no enseñaban a los jóvenes a hacer política sino a vivir de modo evangélico en un país gobernado por comunistas. Nunca se trataron temas políticos desde el altar. Solo se predicaba el Evangelio. Sin embargo sus homilías preocupaban cada vez más a la policía secreta y al partido comunista, porque constituían un arma potente contra sus esfuerzos por imponer el ateismo. Mientras el régimen cantaba victoria, estos dos sacerdotes inspirados por una esperanza sobrenatural repetían con certeza propia de profetas que el cristianismo no moriría jamás. Su presencia y sus enseñanzas constituían una luz invisible que iluminaba la noche del comunismo..
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Entre ambos, Pietraszko y Wojtyla fueron llevando la pastoral hacia una amistad fuerte e intensa con los jóvenes, enseñaban y al mismo tiempo iban aprendiendo a ser Iglesia, a recibir y a donarse a si mismos. Una pastoral que no era teoría sino intercambio de dones, una comunión vivida entre gozos y dificultades cotidianas que iba cambiando la vida de sacerdotes y laicos dirigiéndolos hacia la santidad. Hoy, cuando ya estos sacerdotes y muchos laicos no están con nosotros es claramente visible como una communio amicorum puede transformarse en una communio sanctorum, evidenciada con el proceso de beatificación de Wojtyla, Pietraszko y Ciesielsky.
Estamos convencidos que muchos de los laicos que han vivido en el ambiente pastoral de Pietraszko y Wojtyla son santos y como tales viven en la memoria de nuestros amigos que aun están camino hacia la Casa del Padre. De modo particular esta presente entre nosotros el Siervo de Dios Jerzy Ciesielski, profesor del Politécnico de Cracovia, líder indiscutido del grupo Srodowisko de Wojtyla. El cautivaba a sus amigos no tanto por sus capacidades organizativas y talentos deportivos como por el continuo esfuerzo conjunto de voluntad e intelecto para escoger el proyecto de Dios como propio, primero como novio y después como marido y padre. Con gozo y constancia ponía en practica todo lo que intuía y comprendía como camino trazado por Dios para el. Cada mañana se preguntaba: “Como debo servir a Dios hoy”? El veía claramente que dedicarse totalmente al servicio de Dios y de los hombres era realizar la vocación de la santidad. Conocer la figura de Jerzy Ciesielski nos ayuda a encontrar nuestro propio camino de santidad. La vida y el trabajo de estos tres Siervos de Dios sirve como ejemplo de una armoniosa relación entre sacerdotes y laicos en la Iglesia, armonía que en la práctica nos prepara para requerir y recibir de Dios el don de la santidad.
Referencias:L¨Amore e la sua regola – la spiritualitá coniugale secondo Karol Wojtyla – Cátedra Karol Wojtyla.Belleza e spiritualitá dell´amore coniugale – recopilado por Ludmila Grygiel, Stanislaw Grygiel y Przemyslaw Kwiatkowski.- Edizioni Cantagalli, Siena, abril 2009

2 comentarios:

Marta Salazar dijo...

estupendo artículo Ljudmila, mil gracias!

Ludmila Hribar dijo...

Gracias Marta. Fue muy emocionante descubrir a Jan Pietraszko y escuchar de boca de la viuda de Jerzy Ciesielsky que su propio esposo era Siervo de Dios!