Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 7 de octubre de 2011

Segundo Congreso de la Divina Misericordia 2011, Cracovia (4)

El lunes 3 de octubre despues del programa matinal y almuerzo partimos en tren (dos grupos) y parte en omnibus hacia ese lugar tan especial, el "Golgota" del mundo contemporaneo como lo llamo Juan Pablo II, que es Auschwitz-Birkenau. A partir de la estacion una interminable fila de peregrinos participantes del Congreso nos dirigimos en silencio y oracion hacia ese lugar donde "a nadie le es lícito pasar de largo". Yo ya conocia Birkenau/Auschwitz, aquel lugar donde debemos volver, no para recordar "heridas dolorosas, ni para suscitar sentimientos de odio y deseos de venganza, sino para rendir homenaje a aquellas personas, para mostrar la verdad histórica y, sobre todo, para que todos se den cuenta de que aquellos hechos tenebrosos deben ser para los hombres de hoy una llamada a la responsabilidad en la construcción de nuestra historia" y para "¡Que jamás se repita, en ningún rincón de la tierra....". Alli guardamos silencio y oramos por la paz y la misericordia para el mundo y escuchamos atentamente las melodias solemnes de Grieg, Bach, Mendelssohn y Mozart.

Al dia siguiente despues del programa usual de la maniana hicimos otra infaltable visita en un marco de peregrinacion, esta vez al lugar natal de Karol Wojtyla : Wadowice, donde frente a la Iglesia parroquial nos reunimos en oracion ecumenica por la intercesion del Beato Juan Pablo II para rogar por misericordia para nuestro mundo. Participaron el Cardenal Angelo Comastri, el Arz. Ortodoxo de Lodz y Poznan (Polonia) y Tadeusz Szurman,obispo de la Iglesia Evangelica de Augsburgo (Katowice, Polonia) y acompanio la Schola Cantorum Misericordis Christi de jovenes realzando el encuentro, en otro dia brillante de sol.
En ese entorno frente a la Iglesia parroquial y a la casa de Karol Wojtyla, no pude dejar de recordar la emocion de mi primer visita aquellos dias de abril de 2005, despues de la partida de Juan Pablo II solo unas semanas antes.
Senti pena por aquellos que venian por primera vez y no tuvieron oportunidad de "saborear" la atmosfera de la pequenia ciudad; casi sin tiempo siquiera para entrar en la Iglesia, aunque algunos admitieron luego que se "escaparon" del grupo y luego apuraron el paso de regreso hacia la estacion.
Personalmente no me preocupe pues volveria en cuanto terminaba el Congreso.

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