“El antiguo adagio de San
Próspero de Aquitaia (aprox 456) Legem credendi lex statuat supplicadi (Que la
ley de la oración determine la ley de la fe; conocida como lex orandi – lex credendi)
expresa con exactitud el vinculo esencial entre el objeto de la fe cristiana
con la forma de la oración. Esto también se aplica a la Devoción de la Divina Misericordia
cuyas formas aprobadas surgen del mensaje de Sor Faustina acerca de la Divina
Misericordia y expresan la verdad.
Entre ellas están:
la imagen de la Divina
Misericordia,
la fiesta de la Divina Misericordia,
La Coronilla de la Divina
Misericordia,
la divulgación del culto a la Divina Misericordia y
la Hora
(canónica) de la Divina Misericordia.”
(de la ponencia del
Arzobispo Władysław Ziółek (Lødz, Polonia) en el II Congreso Mundial de la Divina Misericordia,
celebrado en Cracovia en octubre de 2011)
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