(traducción de The last days – charla de la periodista polaca Brygida Grysiak con
el segundo secretario de Juan Pablo II Mieczysław Mokrzycki, en el libro He liked Tuesdays best, publicado por
Wydawnictzo W. Publishisng House, Cracovia, 2011)
Cuando comenzó a morir?
Durante la Santa Misa el Jueves por la mañana. Decidió
celebrarla igual a pesar de su debilidad. Comenzó a temblar durante la Misa. Después
del Pésame, el Padre Dziwisz sugirió que fuéramos al dormitorio, pero el Santo
Padre no quiso. Decidió celebrar la Misa hasta el final y recién después volver
al dormitorio. Se lo veía muy
debilitado. Alrededor de las 11.00 a.m. le subió la temperatura a 40ºC y su
presión comenzaba a bajar. Le costaba respirar. Estábamos aterrorizados.
Llamamos al doctor y su diagnostico fue que todo el cuerpo era una sola
infección.
Sabían ustedes que era el comienzo del final?
No pensábamos eso pero hoy me doy cuenta que era asi. Estábamos
muy preocupados porque algo había cambiado drásticamente y no sabíamos porque.
Sufrimos con el durante mucho tiempo, pero su estado era estable. Y de repente ayudándole a sacarse su
sotana, nos dimos cuenta que estaba perdiendo
fuerzas. No podía mantenerse parado y
temblaba. Debimos sostenerlo con más fuerza, sacarle la ropa y acostarlo.
La infección apareció de repente?
Si, inicialmente teníamos esperanza, pero luego los
doctores nos dijeron que ya no había esperanza.
Cuando estaba a su lado se daba cuenta que el Papa ya no tenia fuerzas ni salud. Estuvo hospitalizado seis veces y la
enfermedad de Parkinson cada vez lo golpeaba mas. Se le hacía muy difícil controlar el temblor
de las manos y caminar por sí solo. Usaba el bastón más a menudo y la silla de
ruedas durante los últimos meses. Además,
ya en 1996, durante el primer año de servicio del Padre Mokrzycki, Juan Pablo
II debió ser hospitalizado por una operación de apéndice.
Como fue eso? Se quejaba el Santo Padre?
Si. Dijo. “Siento dolor. Debemos hacer algo con
esto. Fuimos a la clínica en Albano y
los doctores confirmaron que era una inflamación de apéndice. El 8 de Octubre,
se opero en la Clinica Gemelli. El Santo
Padre sufrió todo esto con gran humildad. Obedecía a los doctores y se confiaba
en Nuestra Señora.
Ya tenia experiencia en sufrimiento y en su
internación en la Clinica Gemelli.
Sin mencionar las primeras veces, después del intento de asesinato,
que no le quito su vida pero arruino su salud…. Años después la cirugía de
apéndice, el Santo Padre debió ser operado de un tumor en su intestino.
Recuerdo escucharle durante el Ángelus. “Quiero decirles algo. Debo ir a la
clínica. Recen por mi”. No quería esconder nada. Humildemente pedía oraciones.
Tenia miedo?
No creo. Tenia una profunda fe y esperanza en la voluntad
de Dios y se le encomendaba totalmente. Rezaba durante mucho tiempo antes de la
operación en la capilla del hospital. Después concelebro Misa y una vez
terminada, estaba listo.
Se recuperaba después de cada cirugía?
Quitarle la apéndice fue una cirugía de rutina. Además el
Santo Padre todavía estaba muy saludable y fuerte en ese tiempo.
Lamentablemente no estaba tan fuerte como su
secretario deseaba y como todos hubiéramos deseado. Ese año, el dia de Navidad,
debió interrumpir la bendición del Urbi et Orbi por un momento. No se sentía bien. El mundo comenzaba a
acostumbrarse a la edad y fragilidad del Papa.
También el Papa se iba acostumbrando, aunque para el no era fácil. Su
mano izquierda temblaba cada vez más, por más que quisiera controlarla. Cuando no podía golpeaba con su brazo en la
silla como en un desesperado signo de protesta.
A veces cuando estábamos a la mesa, podíamos observar que
le molestaba mucho. El trataba de controlar su mano, pero ya no podía. Se
molestaba y golpeaba la silla como si quisiera decir. “Porque tiene que ser
asi? Porque no puedo detenerla?” a veces
podíamos ver ese gesto durante las audiencias. Pero eran situaciones esporádicas. Esos momentos lo miraba y pensaba como tiene
que sufrir. Siempre fue fuerte; tenía
tanta energía y vivía una vida muy activa.
Y ahora debía acostumbrarse a ser diferente, más débil.
Pero en el día a día nada realmente cambiaba,
no?
A pesar de nuestras insistencias que debía dormir mas,
leer menos y dedicar algo menos de tiempo a la oración, no funciono. El no nos escuchaba. Quizás durante el último
año o dos, se levantaba una media hora más
tarde. Pero no quería cambiar el programa diario. Y rezaba aun más que de costumbre.
El tiempo más difícil fue a comienzos de
Febrero….
Fue el1 de febrero. Por la tarde el Santo Padre comenzó a
quejarse de un dolor en su garganta cuando tragaba. Al anochecer el dolor iba en aumento y el
Santo Padre tenía dificultades para respirar.
Fueron al hospital?
Alrededor de las 10 pm tomamos la decisión de ir a la
Clinica Gemelli. Los resultados médicos indicaron que se trataba de una
infección de la laringe y la traquea. El Santo Padre tenía problemas para
respirar.
Pasa cuatro días en el hospital. El domingo
el Papa quiere ir al encuentro de los fieles en la bendición del Ángelus.
Aparece en la ventana y da su bendición. Toma un profundo respiro y quiere
decir algo. Pero solo puede proferir algunas palabras que pudieron ser oídas
por la multitud que se había congregado
delante de la Clinica Gemelli. El Arzobispo Mokrzycki recuerda que Juan
Pablo II estaba pálido y su rostro hinchado. Estaba sufriendo. Tenía una
infección severa de la laringe que debía ser muy dolorosa. Para el fue doblemente dolorosa porque ni
siquiera pudo decir Gracias!
El Papa vuelve al Vaticano el 10 de Febrero.
Dejo el hospital a su pedido. Se estaba sintiendo mejor. Pero no organizamos
audiencias privadas y se redujeron otras reuniones. El Santo Padre se acerco a la ventana y saludo
a los fieles el Domingo 13 de Febrero. Pero la oración fue presidida por el
Arzobispo Sandri. El Santo Padre no podía hablar sin sufrir. Prácticamente no
estaba en condiciones de hablar.
Pero una semana mas tarde estuvo mucho
mejor….
Si, y podríamos decir que fue una buena semana. El Santo
Padre descansó, tomó las medicaciones, y se estaba recuperando. Esta vez el mismo presidio la oración del Ángelus. Todos estábamos muy satisfechos porque la
situación de crisis parecía haber quedado en el pasado. El Santo Padre
realmente estaba mucho mejor.
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