Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

martes, 11 de diciembre de 2018

Los últimos días de Juan Pablo II - 1 de 3





(traducción de The last days – charla de la periodista polaca Brygida Grysiak con el segundo secretario de Juan Pablo II Mieczysław Mokrzycki, en el libro He liked Tuesdays best, publicado por Wydawnictzo W. Publishisng House, Cracovia, 2011)

Cuando comenzó a morir?
Durante la Santa Misa el Jueves por la mañana. Decidió celebrarla igual a pesar de su debilidad. Comenzó a temblar durante la Misa. Después del Pésame, el Padre Dziwisz sugirió que fuéramos al dormitorio, pero el Santo Padre no quiso. Decidió celebrar la Misa hasta el final y recién después volver al dormitorio.  Se lo veía muy debilitado. Alrededor de las 11.00 a.m. le subió la temperatura a 40ºC y su presión comenzaba a bajar. Le costaba respirar. Estábamos aterrorizados. Llamamos al doctor y su diagnostico fue que todo el cuerpo era una sola infección.

Sabían ustedes que era el comienzo del final?
No pensábamos eso pero hoy me doy cuenta que era asi. Estábamos muy preocupados porque algo había cambiado drásticamente y no sabíamos porque. Sufrimos con el durante mucho tiempo, pero su estado era estable.  Y de repente ayudándole a sacarse su sotana,  nos dimos cuenta que estaba perdiendo fuerzas.    No podía mantenerse parado y temblaba. Debimos sostenerlo con más fuerza, sacarle la ropa y acostarlo.

La infección apareció de repente?
Si, inicialmente teníamos esperanza, pero luego los doctores nos dijeron que ya no había esperanza.
Cuando estaba a su lado se daba cuenta  que el Papa ya no tenia fuerzas ni salud.  Estuvo hospitalizado seis veces y la enfermedad de Parkinson cada vez lo golpeaba mas.  Se le hacía muy difícil controlar el temblor de las manos y caminar por sí solo. Usaba el bastón más a menudo y la silla de ruedas durante los últimos meses.  Además, ya en 1996, durante el primer año de servicio del Padre Mokrzycki, Juan Pablo II debió ser hospitalizado por una operación de apéndice.

Como fue eso?   Se quejaba el Santo Padre?

Si. Dijo. “Siento dolor. Debemos hacer algo con esto.  Fuimos a la clínica en Albano y los doctores confirmaron que era una inflamación de apéndice. El 8 de Octubre, se opero en la Clinica Gemelli.  El Santo Padre sufrió todo esto con gran humildad. Obedecía a los doctores y se confiaba en Nuestra Señora.

Ya tenia experiencia en sufrimiento y en su internación en la Clinica Gemelli.

Sin mencionar las primeras veces, después del intento de asesinato, que no le quito su vida pero arruino su salud…. Años después la cirugía de apéndice, el Santo Padre debió ser operado de un tumor en su intestino. Recuerdo escucharle durante el Ángelus. “Quiero decirles algo. Debo ir a la clínica. Recen por mi”. No quería esconder nada. Humildemente pedía oraciones.

Tenia miedo?
No creo. Tenia una profunda fe y esperanza en la voluntad de Dios y se le encomendaba totalmente. Rezaba durante mucho tiempo antes de la operación en la capilla del hospital. Después concelebro Misa y una vez terminada, estaba listo.

Se recuperaba después de cada cirugía?
Quitarle la apéndice fue una cirugía de rutina. Además el Santo Padre todavía estaba muy saludable y fuerte en ese tiempo.

Lamentablemente no estaba tan fuerte como su secretario deseaba y como todos hubiéramos deseado. Ese año, el dia de Navidad, debió interrumpir la bendición del Urbi et Orbi por un momento.   No se sentía bien. El mundo comenzaba a acostumbrarse a la edad y fragilidad del Papa.  También el Papa se iba acostumbrando, aunque para el no era fácil. Su mano izquierda temblaba cada vez más,  por más que quisiera controlarla.  Cuando no podía golpeaba con su brazo en la silla como en un desesperado signo de protesta.
A veces cuando estábamos a la mesa, podíamos observar que le molestaba mucho. El trataba de controlar su mano, pero ya no podía. Se molestaba y golpeaba la silla como si quisiera decir. “Porque tiene que ser asi? Porque no puedo detenerla?”  a veces podíamos ver  ese gesto durante las audiencias.    Pero eran situaciones esporádicas.  Esos momentos lo miraba y pensaba como tiene que sufrir.  Siempre fue fuerte; tenía tanta energía y vivía una vida muy activa.  Y ahora debía acostumbrarse a ser diferente, más débil.

Pero en el día a día nada realmente cambiaba, no?
A pesar de nuestras insistencias que debía dormir mas, leer menos y dedicar algo menos de tiempo a la oración, no funciono.  El no nos escuchaba. Quizás durante el último año o dos,  se levantaba una media hora más tarde. Pero no quería cambiar el programa diario. Y rezaba aun más que de costumbre.

El tiempo más difícil fue a comienzos de Febrero….

Fue el1 de febrero. Por la tarde el Santo Padre comenzó a quejarse de un dolor en su garganta cuando tragaba.  Al anochecer el dolor iba en aumento y el Santo Padre tenía dificultades para respirar.

Fueron al hospital?
Alrededor de las 10 pm tomamos la decisión de ir a la Clinica Gemelli. Los resultados médicos indicaron que se trataba de una infección de la laringe y la traquea. El Santo Padre tenía problemas para respirar.

Pasa cuatro días en el hospital. El domingo el Papa quiere ir al encuentro de los fieles en la bendición del Ángelus. Aparece en la ventana y da su bendición. Toma un profundo respiro y quiere decir algo. Pero solo puede proferir algunas palabras que pudieron ser oídas por la multitud que se había congregado  delante de la Clinica Gemelli. El Arzobispo Mokrzycki recuerda que Juan Pablo II estaba pálido y su rostro hinchado. Estaba sufriendo. Tenía una infección severa de la laringe que debía ser muy dolorosa.  Para el fue doblemente dolorosa porque ni siquiera pudo decir Gracias!

El Papa vuelve al Vaticano el 10 de Febrero.
Dejo el hospital a su pedido.  Se estaba sintiendo mejor. Pero no organizamos audiencias privadas y se redujeron otras reuniones.  El Santo Padre se acerco a la ventana y saludo a los fieles el Domingo 13 de Febrero. Pero la oración fue presidida por el Arzobispo Sandri. El Santo Padre no podía hablar sin sufrir. Prácticamente no estaba en condiciones de hablar.

Pero una semana mas tarde estuvo mucho mejor….

Si, y podríamos decir que fue una buena semana. El Santo Padre descansó, tomó las medicaciones, y se estaba recuperando.  Esta vez el mismo presidio la oración del Ángelus.  Todos estábamos muy satisfechos porque la situación de crisis parecía haber quedado en el pasado. El Santo Padre realmente estaba mucho mejor.

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