Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

lunes, 9 de febrero de 2009

El Papa Vicario de Cristo



La primera pregunta que le plantea Vittorio Messori a Juan Pablo II en el primer capitulo de Testigo de Esperanza se refiere a dudas y miedos y dedica buena parte del capitulo a aquellas palabras que quedaron tan impresas en nuestras mentes y que se remontan a las palabras del Ángel a Maria “No tengas miedo” y que repitió a José; y fueron dichas por Cristo a los apóstoles y a Pedro en varias ocasiones. Juan Pablo II mismo no se canso de repetirlas, citarlas y volver sobre ellas en innumerables oportunidades.
Allí mismo, en ese primer capítulo de la entrevista, Juan Pablo II explica porque el Papa es llamado Vicario de Cristo, (Latín: Vicarius Christi). “titulo que debe ser visto dentro del contexto total del Evangelio” y agrega: “Más que una dignidad, se refiere a un servicio: pretende señalar las tareas del Papa en la Iglesia, su ministerio petrino, que tiene como fin el bien de la Iglesia y de los fieles […] Más adelante expresa : “Por otra parte, no solamente el Papa ostenta este título: todo obispo es Vicarius Christi para la Iglesia que le ha sido confiada. El Papa lo es para la Iglesia de Roma y, por medio de ésta, para toda la Iglesia en comunión con ella, comunión en la fe y comunión institucional, canónica”.

Y en el Catecismo de la Iglesia Católica (Compendio) leemos
"El Papa, Obispo de Roma y sucesor de san Pedro, es el perpetuo y visible principio y fundamento de la unidad de la Iglesia. Es el Vicario de Cristo, cabeza del colegio de los obispos y pastor de toda la Iglesia, sobre la que tiene, por institución divina, la potestad plena, suprema, inmediata y universal". (182).

Refiriéndose a los obispos:
"El obispo, a quien se confía una Iglesia particular, es el principio visible y el fundamento de la unidad de esa Iglesia, en la cual desempeña, como vicario de Cristo, el oficio pastoral, ayudado por sus presbíteros y diáconos". (327).

1 comentario:

Ludmila Hribar dijo...

Gracias Luisa. Claro que hay que rezar y mucho por el, ahora por nuestro santo Padre Benedicto XVI. Vaya peso que tiene sobre si al haber asumido "este cometido inaudito, que supera realmente toda capacidad humana" como dijo el mismo en el solemne inicio de su pontificado. Pero el sabe que no esta solo!