Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

lunes, 24 de mayo de 2010

Maria Auxiliadora y los jóvenes


Mi parroquia hoy esta de fiesta. Cumplida la novena preparatoria hoy celebramos el día central de los preparativos :
la fiesta de nuestra patrona Maria Auxiliadora que concluye con la procesión, la celebración de la Eucaristía y un encuentro en los salones de la paroquia.
La parroquia antiguamente a cargo de sacerdotes salesianos ahora depende de la Diócesis de San Justo pero conserva el carisma y su cariño por su amable Patrona y su fiel servidor Don Bosco, gran educador de los jóvenes.

“¿qué significa ser un gran educador?” preguntaba el Venerable Juan Pablo II en su encuentro con la juventud de Turín en la Plaza de Maria Auxiliadora el 13 de abril de 1980:
Significa, ante todo, ser un hombre que "comprende" a los jóvenes. Y, en efecto, sabemos que Don Bosco tenía una especial intuición del alma juvenil; siempre se hallaba dispuesto y atento para escuchar y comprender a los numerosos jóvenes que acudían a él en el centro juvenil de Valdocco y en el santuario de María Auxiliadora. Pero hay que añadir enseguida que el motivo de esta peculiar profundidad en "comprender" a los jóvenes fue que los "amaba" no menos profundamente. Comprender y amar: he aquí la insuperable fórmula pedagógica de Don Bosco, el cual —creo yo—, si hoy estuviera en medio de vosotros, sabría, con su madura experiencia de educador y con su buen sentido de auténtico piamontés, descubrir y distinguir eficazmente en vosotros el eco, no extinguido, de la palabra que Cristo dirige a quien quiere ser su discípulo: "Ven, sígueme" (Mt 19, 21; Lc 18, 22). ¡Sígueme con fidelidad y constancia; sígueme, desde este momento; sígueme, a través de los diversos y posibles caminos de tu vida! Yo creo que toda la obra de San Juan Bosco se resume y define en este su logrado y magistral "encaminamiento" de los jóvenes a Cristo.
El segundo nombre es el de Pier Giorgio Frassati, que es figura más cercana a nuestro tiempo (murió, en efecto, el año 1925) y nos muestra al vivo lo que realmente significa, para un joven laico, dar una respuesta concreta al "Ven y sígueme". Basta echar una ojeada, aunque sea rápida, sobre su vida, que se consumó en el arco de apenas 24 años, para entender cuál fue la respuesta que Pier Giorgio supo dar a Jesucristo: fue la de un joven "moderno", abierto a los problemas de la cultura, del deporte (un gran alpinista), a las cuestiones sociales, a los auténticos valores de la vida; y al mismo tiempo, la de un hombre profundamente creyente, compenetrado con el mensaje evangélico, solidísimo en su carácter, coherente, apasionado en el servicio a los hermanos y consumado en un ardor de caridad que lo llevaba a acercarse, en orden de, preferencia absoluta, a los pobres y a los enfermos.
2. ¿Por qué, al dirigirme a vosotros, he querido tomar el ejemplo de estas dos figuras? Porque valen para demostrar, desde dos distintos puntos de vista, en cierto sentido, lo que es esencial para la visión cristiana del hombre moderno. Uno y otro —Don Bosco como verdadero educador cristiano y Pier Giorgio como verdadero joven cristiano— nos indican que lo que más cuenta en tal visión es la persona y su vocación, tal y como fue establecida por Dios. Bien sabéis que es ya muy frecuente por mi parte esta referencia a la persona, porque se trata realmente de un dato fundamental, del que no se podrá jamás prescindir; y al decir persona no pretendo hablar de un humanismo autónomo y circunscrito a la realidad de este mundo. El hombre —conviene recordarlo— tiene en sí mismo un inmenso valor, pero no lo tiene por sí mismo, ya que lo ha recibido de Dios, que lo creó "a su imagen y semejanza" (Gén 1, 26-27). ¡Y no hay una definición del hombre adecuada, fuera de ésta! Este valor es como un "talento" y, según la enseñanza de la conocida parábola (Mt 25, 14-30), debe ser administrado bien: es decir, este valor de ser hombre, una persona, debe ser administrado bien, esto es, utilizado de modo que fructifique abundantemente. He ahí, jóvenes, la visión cristiana del hombre, la cual, partiendo de Dios Creador y Padre, hace descubrir la persona en lo que es y en lo que debe ser.”

No hay comentarios: