Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 20 de mayo de 2010

Polonia cuna de los Movimientos “Luz y Vida" y "Oasis" creados por el sacerdote Franciszek Blachnicki (1 de 2)


En su libro Testigo de Esperanza George Weigel comenta la increíble facilidad de contacto de Karol Wojtyla como arzobispo de Cracovia, con algunas personalidades carismáticas no siempre aceptadas por todos los cuadros de las estructuras eclesiales.

Una de esas personalidades fue el sacerdote Franciszek Blachnicki (1921-1987), figura central en el movimiento “Luz y Vida” desarrollado de su otro movimiento “Oasis”, organización de campamentos de verano para familias y gente joven. Wojtyla conoció a Blachnicki en la Universidad Católica de Lublin a mediados de los '50 cuando Blachniki estaba empeñado en introducir renovaciones litúrgicas en la capellanía universitaria.

Como Arzobispo de Cracovia, Wojtyla tendió sobre el su manto protector en abierto desafío hacia los intentos del régimen de separar a los jóvenes de sus familias.
Comenta Weigel que Wojtyla admiraba su trabajo, compartía su análisis acerca de la situación de Polonia y su estrategia pastoral de resistencia educando a los jóvenes para que se decidieran a vivir “un compromiso cristiano integral”, postura que Wojtyla mas tarde declaro “había salvado la juventud polaca”.

Las autoridades seguían de cerca los campamentos de verano “Oasis” de Blachniki acosándolos constantemente sorprendiéndolos en pleno campamento argumentando que los permisos no eran validos o habían expirado, además de castigar con fuertes multas a los dueños de los campos prestados o alquilados. Para contrarrestar la situación, - una autoridad por otra - Wojtyla visitaba los campamentos con frecuencia, celebraba Misa y daba charlas, sugiriendo sutilmente a las autoridades del régimen que no molestasen a la gente de Blachniki argumentando que podrían causar algun incidente desagradable si invadían el campo en momentos que el Arzobispo se encontraba presente. Tácticas de supervivencia diríamos, imprescindibles en esos momentos en Polonia y en otros países bajo el comunismo, que eran sabiamente analizadas y tenazmente defendidas para no dejarse vencer.

Los campamentos “Oasis” y el Movimiento “Luz y Vida” fueron dos agrupaciones informales de jóvenes que Wojtyla y sus colegas adoptaron y desarrollaron ante la prohibición del régimen de cualquier “organización católica”.

Juan Pablo II en su libro ¡Levantaos1 ¡Vamos! nos cuenta sus propios recuerdos:
“Los comunistas habían suprimido todas las asociaciones católicas para la juventud. Hacia falta, pues, encontrar el modo de superar aquella pérdida. Y aquí entro en escena don Franciszek Blachnicki, hoy siervo de Dios. Él fue el iniciador del llamado “Movimiento de los Oasis”. Me relacione mucho con aquel movimiento, al que procure ayudar de diversos modos, defendiendo los “oasis” contra las autoridades comunistas. Los sostuve materialmente y también tome parte en sus reuniones. En las vacaciones me trasladaba a menudo a los “oasis”, - campos de verano para los jóvenes - .. Predicaba, hablaba con ellos, me unía a sus cantos junto al fuego, participaba en sus excursiones de montaña. Con cierta frecuencia celebraba la Santa Misa para ellos al aire libre. Todo eso constituía la realización de un programa pastoral bastante intenso.

Allí mismo Juan Pablo II recuerda con nostalgia:
“Durante la peregrinación de 2002 a mi Cracovia, los miembros de los oasis cantaron:
Tú has venido a la orilla,
No has buscado ni a sabios ni a ricos
Tan solo quieres que yo te siga
Señor, me has mirado a los ojos,
Sonriendo has dicho mi nombre,
En la arena he dejado mi barca,
Junto a ti surcaré otro mar.

Les dije que en cierto sentido, aquel canto de los “Oasis” me había llevado fuera de la patria, a Roma. Su mensaje profundo me había sostenido también cuando me encontré ante la decisión tomada en el Conclave. Después, a lo largo de todo mi pontificado no me he separado de ese canto. Por otra parte, me lo recordaban continuamente, tanto en Polonia como en otros países del mundo. Escuchar eso me hacia pensar siempre en mis encuentros como obispo con los jóvenes. Valoro muy positivamente esta experiencia. La he traído conmigo a Roma. También aquí he procurado sacar fruto multiplicando las ocasiones de reunirme con los jóvenes. Las Jornadas Mundiales de la Juventud, en cierto sentido, han nacido de esta experiencia”.

2 comentarios:

Julio de la Torre dijo...

Yo estuve en Roma con Oasis un verano, tal vez del año 1979 o 1980.Tengo una foto con Juan Pablo II que inmortaliza el momento. Soy de Peñaranda de Bracamonte donde existía un grupo del Movimiento Oasis y recuerdo muchas convivencias en Plasencia y Navalmoral de la Mata. JULIO DE LA TORRE.

Ludmila Hribar dijo...

Hola Julio. Gracias por la visita. Juan Pablo II se sentia muy unido a los movimientos Oasis! Quizas tambien un poco porque lo "transportaban" a su patria, a la cual se sentia incondicionalmente unido. Si quieres puedes enviarme la fotografia y la incluyo en este post.