Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 7 de abril de 2011

Novena pre-beatificación del Venerable Juan Pablo II (1b) 1er dia



1er día Tema “Amor”


No os dejéis arrebatar la riqueza del amor…. (…) El mensaje sobre la pureza de corazón es sumamente actual. La civilización de la muerte quiere destruir la pureza de corazón. Uno de sus métodos de acción consiste en poner intencionalmente en duda el valor de la actitud del hombre que definimos como virtud de la castidad. Es un fenómeno particularmente peligroso cuando el objetivo del ataque es la conciencia sensible de los niños y los jóvenes. Una civilización que, al obrar así, hiere e incluso destruye una correcta relación entre dos personas, es una civilización de la muerte, porque el hombre no puede vivir sin el verdadero amor. [...] Anunciad al mundo la «buena nueva» sobre la pureza de corazón y, con el ejemplo de vuestra vida, transmitid el mensaje de la civilización del amor. Sé cuán sensibles sois a la verdad y a la belleza. Hoy la civilización de la muerte os propone, entre otras cosas, el así llamado «amor libre». Con este género de deformación del amor se llega a la profanación de uno de los valores más queridos y sagrados, porque el libertinaje no es ni amor ni libertad. [...] No tengáis miedo de vivir contra las opiniones de moda y las propuestas que se oponen a la ley de Dios. La valentía de la fe cuesta mucho, pero no podéis perder el amor. A nadie permitáis que os haga esclavos. No os dejéis seducir por los espejismos de felicidad, por los cuales deberíais pagar un precio demasiado alto: el precio de heridas a menudo incurables o incluso de una vida rota! (Juan Pablo II, Homilía Sandomierz 12/06/1999)


Oración : Dios, Padre misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador, te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre. Inclínate hacia nosotros, pecadores; sana nuestra debilidad; derrota todo mal; haz que todos los habitantes de la tierra experimenten tu misericordia, para que en ti, Dios uno y trino, encuentren siempre la fuente de la esperanza. Padre eterno, por la dolorosa pasión y resurrección de tu Hijo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén. (Juan Pablo II – Santuario de la Misericordia Divina, Cracovia 17/08/2002)


Padre nuestro, Ave Maria, Gloria Letanías a Jesús Misericordioso

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