Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

domingo, 18 de octubre de 2020

Novena a San Juan Pablo II – 17/10 - Dia 5

 


"`Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón´. Estas palabras del Apocalipsis nos hacen pensar en la gran lucha que se libra entre el bien y el mal, pudiendo constatar cómo el hombre, al alejarse de Dios, no puede hallar la felicidad, sino que acaba por destruirse a sí mismo.

 

El mensaje de Fátima es una llamada a la conversión, alertando a la humanidad para que no siga el juego del `dragón´, que con su `cola´ arrastró un tercio de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. La meta última del hombre es el Cielo, su verdadera casa, donde el Padre celestial, con su amor misericordioso, espera a todos. Dios quiere que nadie se pierda; por eso, hace dos mil años, envió a la tierra a su Hijo, `a buscar y salvar lo que estaba perdido´. Él nos ha salvado con su muerte en la cruz; ¡que nadie haga vana esa cruz!...

Con su solicitud materna, la santísima Virgen vino aquí, a Fátima, a pedir a los hombres que "no ofendieran más a Dios, nuestro Señor, que ya ha sido muy ofendido". Su dolor de madre la impulsa a hablar; está en juego el destino de sus hijos. Por eso pedía a los pastorcitos: "Recen, recen mucho y hagan sacrificios por los pecadores, pues muchas almas van al infierno porque no hay quien se sacrifique y pida por ellas". La pequeña Jacinta sintió y vivió como suya esta aflicción de la Virgen, ofreciéndose heroicamente como víctima por los pecadores...

 

Mis últimas palabras son para los niños: La Virgen tiene mucha necesidad de todos ustedes para consolar a Jesús, triste por los pecados que se cometen; tiene necesidad de sus oraciones y sacrificios por los pecadores. Pidan a sus padres y educadores que los inscriban a la `escuela´ de Nuestra Señora, para que les enseñe a ser como los pastorcitos, que procuraban hacer todo lo que ella les pedía. Les digo que `se avanza más en poco tiempo de sumisión y dependencia de María, que en años enteros de iniciativas personales, apoyándose sólo en sí mismos´. Fue así como los pastorcitos rápidamente alcanzaron la santidad..."

(San Juan Pablo II)

 Dios, rico en misericordia, que has querido que san Juan Pablo II, Papa, guiara toda tu Iglesia, te pedimos que, instruidos por sus enseñanzas, nos concedas abrir confiadamente nuestros corazones a la gracia salvadora de Cristo, único redentor del hombre. Por Cristo nuestro Señor. Amen

 Soy todo tuyo, Maria, y todo lo mio estuyo. Te recibo como mi todo. ¿Dame tu corazón, oh Maria!

 San Juan Pablo II, Ruega por nosotros!

  (Gracias al padre Sebastian Zagari – tomado de su FB)

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