Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

sábado, 30 de enero de 2021

Juan Pablo II Papa Mariano (2 de 3) Mariano de Corazon - Francisco de P. Falla V., Pbro

 


El templo parroquial de Wadowice está dedicado a la Virgen María. Allí fue bautizado y confirmado y allí recibió su primera comunión eucarística; allí también celebró su primera misa. Como Papa volvería a su templo parroquial para besar la pila bautismal en la que fue hecho hijo de Dios por intercesión de María. De joven fundó con uno de sus profesores una asociación juvenil mariana, y desde entonces impresionaba por la profundidad de su fe. Su ministerio sacerdotal y episcopal están marcados con el carácter mariano con que impregnó su predicación y orientación moral al pueblo, las peregrinaciones a los grandes santuarios marianos, la dirección de las vocaciones a la vida religiosa y al sacerdocio, la intrepidez ante el régimen marxista, la presencia en la pastoral nacional polaca. El escudo episcopal y pontificio de Juan Pablo 11 es una síntesis a la vez que un homenaje al Misterio Pascual que le lleva a centrar toda su existencia y atención en Cristo Jesús y en el amor a la Virgen. La majestuosa "M" al lado de la Cruz del Señor refiere a María la total consagración propia de un discípulo amado; "todo tuyo", como se lee en la inscripción del escudo.

Al regresar al Santuario de Czestochowa como Papa peregrino en su propia patria, así se expresó ante el pueblo polaco que por tantos siglos ha alimentado y fortalecido su fe en este santuario nacional:

 "María, Reina de 'Polonia, estoy a tu lado, te recuerdo, vigilo. Estas palabras han de convertirse para todos en el llamado de Jasna Góra y de la Iglesia en Polonia. Las repartiré hoy con vosotros como Papa peregrino en su tierra patria. Qué bien corresponden a la invitación del evangelio: vigilad! Respondiendo a esta invitación del mismo Cristo, deseamos hoy, como cada tarde a la hora de la llamada de Jasna Góra, decir a nuestra Madre: Estoy a tu lado, te recuerdo, vigilo. Estas palabras expresan de modo sencillo y fuerte lo que significa ser cristiano en tierra polaca. Ser cristiano quiere decir vigilar, como vigila el soldado durante la guardia, la madre a su hijo, el médico al enfermo. Vigilar significa custodiar un gran bien. Significa percibir agudamente los valores que existen en la vida de cada hombre por el simple hecho de serlo, de haber sido creado a imagen y semejanza de Dios y haber sido redimido con la sangre de Cristo. Vigilar quiere decir todo esto para recordarlo a nosotros mismos y muchas veces a los demás. Es la gran tarea que nos corresponde a cada uno de nosotros. Me encuentro aquí para vigilar en esta hora y mostraros cuán profundamente me afecta cualquier amenaza contra el hombre, contra la familia, contra la nacion. Amenazas que tienen siempre su origen en nuestra debilidad humana, en la voluntad frágil, en la forma superficial de considerar la vida. En esta hora de particular sinceridad, en el momento de abrir el corazón ante Nuestra Señora de Jasna Góra, os digo esto y esto es lo que os confío: no sucumbáis en la debilidad. Si ves que tu hermano cae, levántalo, no lo dejes expuesto al peligro, es el mismo Cristo quien nos confía a cada uno de nuestros hermanos. "Cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a Mí me lo hicisteis". Estad atentos a no haceros responsables de los pecados de los demás! Mira a ver por tanto querido hermano y hermana, en esta hora de sinceridad ante la Madre y ante su Corazón lleno de amor, si escandalizas, si arrastras a otros al mal, si echas con ligereza sobre tu conciencia los vicios que los otros contraen por causa tuya. Vigilar y recordar este modo, quiere decir estar Junto. a Mana. No puedo sentirme cerca de Ella, si no es vigilando y recordando estas cosas. Y puesto que Ella ha invadido tan profundamente nuestros corazones, es más fácil para nosotros vigilar y -recordarnos de lo que es nuestra herencia y nuestro deber, estando junto a María. Estoy a tu lado!  (La "llamada de Jasna Góra" en la noche del 5 de· junio/79).

Este magnífico párrafo pone de presente, sin necesidad de mucho comentario, el gran espíritu mariano del Papa y la maestría pastoral para llegar corazón de sus hijos. Explica la abundancia del corazón que  ha vivido a fondo la experiencia mariana que es rico patrimonio espiritual de su pueblo.

El episcopado polaco en la declaración que publicó con motivo de la elección del cardenal Wojtyla para Vicario de Cristo, se expresó así: 

 "El siervo de la Iglesia de Cracovia y de toda Polonia, ha sido llamado a ser Siervo de los siervos de Dios. Creemos que ello ha sido obra no solo del Espíritu Santo, sino también de María, Madre de la Iglesia y Señora de Jasna Góra a quien el nuevo Papa ama muy ardientemente; creemos asimismo que es fruto de la oración de toda la nación polaca, que recibe así recompensa a su fidelidad y a su fuerte religiosidad. Con nuestras oraciones fervientes queremos ayudarle en la guía intrépida de la barca de la Santa Iglesia durante el difícil período del crepúsculo del siglo XX".

La actitud cristiana de vivir en profundidad sus convicciones no tiene que ver en Juan Pablo II con un sentimentalismo devocional que fácilmente desaparece ante la prueba, semejante al terreno pedregoso que acoge la semilla pero no favorece su radicación y crecimiento. Todas las expresiones doctrinales que escuchamos y leemos en el Santo Padre son de vitalidad y exigencia grave para el cristiano. En las actas de sus visitas pastorales a las parroquias de su diócesis, el Arzobispo de Cracovia dejó siempre constancia de su profundo amor a la Madre de Dios mediante una jaculatoria mariana: "Todo tuyo, María, Madre de gracia. Muéstrame tu Corazón, oh María!".


 

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