Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 7 de octubre de 2022

Se cumplen 40 años de la canonización del padre Maximiliano Maria Kolbe «mártir del amor» (10 de octubre de 1982)

 


Se cumplen 40 años de la canonización del padre Maximiliano Maria Kolbe  «mártir del amor» (10 de octubre de 1982)

 

Hacia finales de julio de 1941, después que los prisioneros, destinados a morir de hambre, habían sido puestos en fila por orden del jefe del campo, este hombre, Maximiliano María Kolbe, se presentó espontáneamente, declarándose dispuesto a ir a la muerte en sustitución de uno de ellos. Esta disponibilidad fue aceptada, y al padre Maximiliano, después de dos semanas de tormentos a causa del hambre, le fue quitada la vida con una inyección mortal, el 14 de agosto de 1941.

Todo esto sucedía en el campo de concentración de Auschwitz (Oswiecim), , entre ellas la Sierva de Dios Edith Stein (la carmelita sor Teresa Benedicta de la Cruz), [fue canonizada por Juan Pablo II el 11 de octubre de 1998]. La desobediencia al mandamiento de Dios creador de la vida: «No matarás», causó en ese lugar la inmensa hecatombe de tantos inocentes. En nuestros días, pues, nuestra época ha quedado así horriblemente marcada por el exterminio del hombre inocente.

 

El padre Maximiliano Kolbe, prisionero del campo de concentración, reivindicó, en el lugar de la muerte, el derecho a la vida de un hombre inocente Franciszek Gajowniczek [presente en la ceremonia de canonizacion] El padre Kolbe reivindicó su derecho a la vida, declarando la disponibilidad de ir él mismo a la muerte en su lugar, ya que ese hombre era un padre de familia y su vida era necesaria para sus seres queridos. De este modo, el padre Maximiliano María Kolbe reafirmó así el derecho exclusivo del Creador sobre la vida del hombre inocente y dio testimonio de Cristo y del amor. Así, escribe, en efecto, el Apóstol Juan: «En esto hemos conocido la caridad: en que Él dio su vida por nosotros; y nosotros debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos» (1 Jn 3,16).

 

El padre Maximiliano, al que la Iglesia venera ya como «Beato» desde 1971, al dar su vida por un hermano, se asemeja a Cristo de manera particular.

 

(…)

 

La inspiración de toda su vida fue la Inmaculada, a la que confiaba su amor por Cristo y su deseo del martirio. En el misterio de la Inmaculada Concepción se desvelaba a los ojos de su alma aquel mundo maravilloso y sobrenatural de la gracia de Dios ofrecida al hombre. La fe y las obras de toda la vida del padre Maximiliano indican que entendía su colaboración con la gracia como una milicia bajo el signo de la Inmaculada Concepción. La característica mariana es particularmente expresiva en la vida y en la santidad del padre Kolbe. Con esta señal quedó marcado todo su apostolado, tanto en su patria como en las misiones. En Polonia y en Japón fueron centro de este apostolado las especiales ciudades de la Inmaculada («Niepokalonów», polaco, «Mugenzai no Sono», japonés)

 

(..)

Los hombres miraban lo que sucedía en el campo de «Auschwitz» (Oswiecim). Y, aunque a sus ojos les parecía que «moría» un compañero de su tormento, aunque humanamente podían considerar su «partida de este mundo» como «una desgracia», sin embargo, en su conciencia ésta no era simplemente «la muerte».

Maximiliano no murió, «dio la vida... por el hermano».


(de la Homilía de Juan Pablo II el día de la canonización) 

 

 

Invito visitar posts etiquetados Kolbe

 

No hay comentarios: