Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 20 de octubre de 2022

Jerzy Popieluszko 35 años de su asesinato por parte del régimen comunista

 


«Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 5, 10).

 Se cumplió ayer un nuevo aniversario de la muerte del sacerdote Jerzy Popieluszko, beato, mártir de la fe y la libertad, capellán del movimiento Solidarnosc, asesinado hace 35 años, el 19 de octubre de 1984, cerca de Górsk, por agentes del gobierno de la entonces República Popular de Polonia, dirigido por el General Wojciech Jaruzelski.  Era su viaje de regreso a Varsovia desde Bydgoszcz, adonde había sido invitado para una velada de oración. 



Es significativo – decia Juan Pablo II en su homilía durante su visita en 1999,  el hecho de que don Jerzy Popieluszko haya partido precisamente de este templo para realizar su último viaje donde había tenido su ultima homilía ese mismo dia de su secuestro.  Durante los últimos decenios de este siglo, Bydgoszcz se distinguió por el signo particular de la «persecución por causa de la justicia». En efecto, aquí, durante los primeros días de la segunda guerra mundial, los nazis llevaron a cabo las primeras ejecuciones públicas de los defensores de la ciudad. El mercado viejo de Bydgoszcz es su símbolo. Otro lugar trágico es el así llamado «Valle de la muerte», en Fordon. ¡Cómo no recordar en esta ocasión al obispo Michal Kozal, quien, antes de ser obispo auxiliar de Wloclawek, fue pastor celoso de Bydgoszcz. Murió mártir en Dachau, testimoniando su inquebrantable fidelidad a Cristo. Muchas personas vinculadas a esta ciudad y a esta tierra también murieron así en los campos de concentración. Sólo Dios conoce con precisión los lugares de su suplicio y sufrimiento. En todo caso, mi generación recuerda el así llamado domingo de Bydgoszcz del año 1939. El Primado del milenio, el siervo de Dios cardenal Stefan Wyszynski, supo leer con perspicacia la elocuencia de aquellos acontecimientos. Habiendo obtenido en 1973, tras muchas tentativas, que las autoridades comunistas de entonces le dieran el permiso para construir en Bydgoszcz la primera iglesia después de la segunda guerra mundial, le confirió un extraño título: «Santos mártires hermanos polacos». El Primado del milenio quería expresar de esta manera su convicción de que la tierra de Bydgoszcz, probada por la «persecución por causa de la justicia», es un lugar adecuado para dicho templo. Conmemora a todos los polacos anónimos que, a lo largo de la historia ultramilenaria del cristianismo polaco, han dado su vida por el evangelio de Cristo y por su patria, comenzando por san Adalberto. En esta historia se inscriben las palabras pronunciadas durante el rezo del rosario: «A vosotros se os ha concedido la gracia no sólo de creer en Cristo, sino también de padecer por él» (Flp 1, 29).

 

Jerzy Popieluszko habia nacido en el pequeño  pueblo de Okopya, Polonia del este, el 13 de septiembre de 1937 en una familia profundamente católica. Fue ordenado sacerdote por el cardenal primado Stefan Wyszynski el 28 de mayo de 1972. Trabajó en varias parroquias y finalmente fue designado a la parroquia de San Estanislao Kostka en Varsovia. Desde allí presto valiosísimos servicios al movimiento Solidarnosc. Cuando nacía el movimiento en 1980 los trabajadores le pidieron al cardenal Wyszynski un sacerdote para que celebrara la Misa y el Primado les envió a su “hijo predilecto” Popieluszko. De salud frágil supo luchar entusiastamente junto a los obreros por la verdad y la libertad y la vocación de cada hombre y mujer. Durante la difícil época de las huelgas en Gdansk, que pronto se extendieron a toda Polonia, la ley marcial, y el arresto de los lideres de Solidarnosc Popieluszko jugo un papel importantísimo con sus Misas por la patria,  por todos los presos y sus familias. Sus homilías en defensa de la verdad y los derechos humanos y sus fuertes criticas crisparon los nervios del règimen y originaron hostigamientos y persecuciones. No obstante Popieluszko apoyo a Solidarnosc con todas sus fuerzas. Atendía todos los juicios ganándose amigos y cada vez mayor confianza entre ellos pero acumulando enemigos en el régimen. El cardenal Glemp sostiene en una entrevista que concediera a 30 Giorni que sus homilías tenían “cierta resonancia”, pero que Popieluszko no utilizaba términos más duros o agresivos que otros sacerdotes. Era su capacidad para ganarse la confianza de los jóvenes lo que mas le preocupaba al régimen y asi fue generando antipatías y odios personales. Declarado enemigo del estado, registrado en la lista del Servicio Secreto, fue atacada su casa, y èl acusado de desviar su lucha por la libertad para sus propios intereses políticos. Constantemente amenazado, después de dos años de hostigamientos por parte del Servicio Secreto en otoño de 1984 su situación se había vuelto muy difícil y surgió la idea de enviarlo a estudiar a Roma, pero la decisión estaba en sus manos. Y el prefirió quedarse en Varsovia. Ocurrió un primer atentando el 13 de octubre (accidente provocado en la carretera – una táctica muy común aquellos tiempos - ) al que pudo escapar. Sin embargo en el segundo a los pocos dias el 19 de octubre de 1984 fue secuestrado, golpeado, asesinado y tirado a un gran dique cerca de Włocławek y su cuerpo recuperado el 30 de octubre de 1984.

Su funeral se realizo el 4 de noviembre de 1984 y fue la mayor concentración de gente después de la visita del Siervo de Dios Juan Pablo II a su patria en 1983.

La causa para su beatificación fue iniciada en 1997 y fue beatificado el 6 dejunio de 2010 en Varsovia. 


Invito visitar el sitio del  Museo enhonor al Beato Popieluszko 

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