Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).
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lunes, 19 de septiembre de 2022

Benedicto XVI: ataques a la vida

 


 (…) El cristiano está continuamente llamado a movilizarse para afrontar los múltiples ataques a que está expuesto el derecho a la vida. Sabe que en eso puede contar con motivaciones que tienen raíces profundas en la ley natural y que por consiguiente pueden ser compartidas por todas las personas de recta conciencia.

Desde esta perspectiva, sobre todo después de la publicación de la encíclica Evangelium vitae, se ha hecho mucho para que los contenidos de esas motivaciones pudieran ser mejor conocidos en la comunidad cristiana y en la sociedad civil, pero hay que admitir que los ataques contra el derecho a la vida en todo el mundo se han extendido y multiplicado, asumiendo nuevas formas.

Son cada vez más fuertes las presiones para la legalización del aborto en los países de América Latina y en los países en vías de desarrollo, también recurriendo a la liberalización de las nuevas formas de aborto químico bajo el pretexto de la salud reproductiva:  se incrementan las políticas del control demográfico, a pesar de que ya se las reconoce como perniciosas incluso en el ámbito económico y social.

Al mismo tiempo, en los países más desarrollados aumenta el interés por la investigación biotecnológica más refinada, para instaurar métodos sutiles y extendidos de eugenesia hasta la búsqueda obsesiva del "hijo perfecto", con la difusión de la procreación artificial y de diversas formas de diagnóstico encaminadas a garantizar su selección. Una nueva ola de eugenesia discriminatoria consigue consensos en nombre del presunto bienestar de los individuos y, especialmente en los países de mayor bienestar económico, se promueven leyes para legalizar la eutanasia.

Todo esto acontece mientras, en otra vertiente, se multiplican los impulsos para legalizar convivencias alternativas al matrimonio y cerradas a la procreación natural. En estas situaciones la conciencia, a veces arrollada por los medios de presión colectiva, no demuestra suficiente vigilancia sobre la gravedad de los problemas que están en juego, y el poder de los más fuertes debilita y parece paralizar incluso a las personas de buena voluntad.

Por esto, resulta aún más necesario apelar a la conciencia y, en particular, a la conciencia cristiana. Como dice el Catecismo de la Iglesia católica, "la conciencia moral es un juicio de la razón por el que la persona humana reconoce la calidad moral de un acto concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho. En todo lo que dice y hace, el hombre está obligado a seguir fielmente lo que sabe que es justo y recto" (n. 1778).

Esta definición pone de manifiesto que la conciencia moral, para poder guiar rectamente la conducta humana, ante todo debe basarse en el sólido fundamento de la verdad, es decir, debe estar iluminada para reconocer el verdadero valor de las acciones y la consistencia de los criterios de valoración, de forma que sepa distinguir el bien del mal, incluso donde el ambiente social, el pluralismo cultural y los intereses superpuestos no ayuden a ello.

 

(del Discurso del Santo Padre Benedicto XVI a los participantes en la asamblea general de la Academia Pontificia parala Vida, 24 de febrero de 2007)

miércoles, 25 de julio de 2018

50 años de la Encíclica Humanae Vitae de Pablo VI (3 de 3)





6. Frente a las dificultades y a los recursos de la familia de hoy, la Iglesia se siente llamada a renovar la conciencia del encargo que ha recibido de Cristo en relación al precioso bien del matrimonio y de la familia: la tarea de anunciarlo en su verdad, de celebrarlo en su misterio y de vivirlo en la existencia cotidiana de los que han sido "llamados por Dios a servirle en el matrimonio" (Humanae vitae, 25).
Pero, ¿cómo desarrollar esta tarea en las presentes condiciones de vida de la Iglesia y de la sociedad?
La comunión de ideas y de experiencias durante este encuentro vuestro permitirá ciertamente encontrar algunas respuestas significativas.

De todas maneras puede ser oportuno, al principio de vuestros trabajos, ofrecer algunas sugerencias y formular algunas propuestas.

Es especialmente urgente reavivar la conciencia del amor conyugal como don: ese don que, mediante el sacramento del matrimonio, el Espíritu Santo, que es la Persona-don en el inefable misterio de la Trinidad (cf. Dominum et Vivificantem, 10), derrama en el corazón de los esposos cristianos. Este mismo don es la "ley nueva" de su existencia, la raíz y la fuerza de la vida moral de la pareja y de la familia. Y en realidad su ethos consiste en vivir todas las dimensiones del don:
— la dimensión conyugal, que exige a los esposos llegar a ser cada vez más un solo corazón y una sola alma, revelando así en la historia el misterio de la misma comunión de Dios uno y trino;
— la dimensión familiar, que exige a los esposos estar dispuestos a "cooperar... con el amor del Creador y del Salvador, quien por medio de ellos aumenta y enriquece diariamente a su propia familia" (Gaudium et spes, 50), acogiendo del Señor el don del hijo (cf. Gén 4, 1);
— la dimensión eclesial y social, por la cual los cónyuges y los padres cristianos, en virtud del sacramento, "poseen su propio don, dentro del Pueblo de Dios, en su estado y forma de vida" (Lumen gentium, 11). Y al mismo tiempo asumen y desarrollan —como "célula primera y vital de la sociedad". (Apostolicam actuositatem, 11)— su responsabilidad en el ámbito social y político;
— la dimensión religiosa, por la cual la pareja y la familia responden al don de Dios y en la fe, en la esperanza y en la caridad hacen de toda su vida "sacrificios espirituales, aceptos a Dios por mediación de Jesucristo" (l Pe 2, 5).

Sin descuidar enseñanzas que tienen también su importancia, como son aquellas que se refieren a los aspectos antropológicos y sicológicos de la sexualidad y del matrimonio, el esfuerzo pastoral de la Iglesia debe poner decididamente en primer lugar la difusión y la profundización de la conciencia de que el amor conyugal es don de Dios confiado a la responsabilidad del hombre y de la mujer: en esta línea deben moverse la catequesis, la reflexión teológica, la educación moral y espiritual.
Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: "...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia" (n. 70).

La exigencia insustituible de que la fe se haga cultura, debe encontrar su primer y fundamental lugar de realización en la pareja y en la familia. El fin de la pastoral familiar consiste no sólo en hacer la comunidad eclesial más solícita hacia el bien cristiano y humano de las parejas y de las familias, en particular de las más pobres y en dificultad, sino también y sobre todo en estimular el "protagonismo" propio e insustituible de las parejas y de las familias mismas en la Iglesia y en la sociedad.

Para una pastoral familiar eficaz e incisiva es necesario orientar hacia la formación de los agentes, suscitando también vocaciones al apostolado en este campo vital para la Iglesia y para el mundo. Las palabras de Jesucristo: "La mies es mucha, y los obreros pocos" (Lc 10, 2), valen también para el campo de la pastoral familiar. Son necesarios "obreros" que no teman las dificultades y las incomprensiones al presentar el proyecto de Dios sobre el matrimonio, dispuestos a "sembrar con lágrimas", pero con la seguridad de "cosechar entre cantares" (cf. Sal 125/126, 5).

7. Dios quiere que toda familia sea en Cristo Jesús una "Iglesia doméstica" (cf. Lumen gentium, 11): de esta "iglesia en miniatura", como gusta llamar frecuentemente a la familia San Juan Crisóstomo (cf. por ejemplo In Genesim, Serm. VI, 2; VII, 1), depende en su mayor parte el futuro de la Iglesia y de su misión evangelizadora.
También el porvenir de una sociedad más humana, inspirada y sostenida por la civilización del amor y de la vida, depende en gran medida de la "calidad" moral y espiritual del matrimonio y de la familia, de su "santidad".

Esta es la finalidad suprema de la acción pastoral de la Iglesia, de la que nosotros obispos somos los primeros responsables. El XX aniversario de la Humanae vitae vuelve a plantearnos a todos esta finalidad con la misma urgencia apostólica de Pablo VI, que concluía su Encíclica dirigiéndose a los hermanos en el episcopado con estas palabras: "Trabajad al frente de los sacerdotes, vuestros colaboradores, y de vuestros fieles con ardor y sin descanso, por la salvaguardia y la santidad del matrimonio para que sea vivido en toda su plenitud humana y cristiana. Considerad esta misión como una de vuestras responsabilidades más urgentes en el tiempo actual" (Humanae vitae, 30).

50 años de la Encíclica Humanae Vitae de Pablo VI (2 de 3)



(del discurso de Juan Pablo II a un encuentroorganizado por el Pontificio Consejo para la familia con ocasión del XXaniversario de la Humanae Vitae)



3. En realidad, los años sucesivos a la Encíclica, no obstante la insistencia de críticas injustificadas y de silencios inaceptables, han podido demostrar con creciente claridad cómo el documento de Pablo VI era no sólo siempre de viva actualidad, sino investido hasta de un significado profético.
Un testimonio de particular valor lo ofrecieron los obispos en el Sínodo de 1980, cuando escribieron así en la Propositio 22: "Este Sagrado Sínodo, reunido en la unidad de la fe con el Sucesor de Pedro, mantiene firmemente lo que ha sido propuesto en el Concilio Vaticano II (cf. Gaudium et spes, 50) y después en la Encíclica Humanae vitae, y en concreto, que el amor conyugal debe ser plenamente humano, exclusivo y abierto a una nueva vida" (Humanae vitae, 11 y cf. 9 y 12)

Yo mismo después, en la Exhortación post-sinodal Familiaris consortio, propuse de nuevo, en el más amplio contexto de la vocación y de la misión de la familia, la perspectiva antropológica y moral de la Humanae vitae sobre la transmisión de la vida humana (cf. nn. 28-35). Asimismo, durante las audiencias de los miércoles, dediqué las últimas catequesis "sobre el amor humano en el plano divino" a confirmar y a iluminar el principio ético fundamental de la Encíclica de Pablo VI acerca de la conexión inseparable de los significados unitivo y procreativo del acto conyugal, interpretado a la luz del significado esponsal del cuerpo humano.
Entre los frutos del Sínodo de los Obispos sobre las tareas de la familia en el mundo de hoy se debe recordar la constitución de dos importantes organismos eclesiales, destinados el uno a estimular la actividad pastoral sobre el matrimonio y la familia, y el otro a promover la reflexión científica.
El primer organismo es el Pontificio Consejo para la Familia, con el cual venía profundamente renovado al precedente Comité Pontificio para la Familia querido por Pablo VI. En la Exhortación Familiaris consortio indicaba el sentido y la finalidad del nuevo organismo: ser "un signo de la importancia que yo atribuyo a la pastoral de la familia en el mundo, para que al mismo tiempo sea un instrumento eficaz a fin de ayudar a promoverla a todos los niveles" (n. 73).

El segundo organismo es el Instituto Juan Pablo II para estudios sobre matrimonio y familia, querido "para que la verdad acerca del matrimonio y la familia pueda ser cada vez mejor investigada científicamente, de modo que laicos, religiosos y sacerdotes puedan recibir formación, ya sea filosófico-teológica, ya en ciencias humanas, en esta materia, a fin de que su ministerio pastoral y eclesial se pueda desarrollar de manera más eficaz en favor del Pueblo de Dios" (Cons. Apost. Magnum matrimonii, 7 de octubre, 1982, n. 3).
Ya fundado y operante desde algunos años en la Pontificia Universidad Lateranense, recibió el reconocimiento jurídico en 1982 y ha continuado su laudable tarea alargando su actividad a otros países. En estos mismos días el Instituto ha programado el II Congreso internacional de teología moral sobre el tema "Humanae vitae: 20 años después", con reflexiones y análisis que se mueven en la línea de las preocupaciones pastorales propias también de esta reunión vuestra.

La gravedad de los problemas hoy planteados en el ámbito del matrimonio y de la familia hace cada vez más necesario que dentro de las Conferencias Episcopales nacionales o regionales, y a veces también en diócesis singulares, se constituyan y se hagan operantes organismos análogos a los ahora recordados: sólo así los problemas pueden encontrar, con la debida profundización doctrinal, válidas respuestas pastorales oportunamente coordinadas con las iniciativas de los otros organismos eclesiales.
4. La presente reunión reviste ya una particular importancia por el mismo hecho de desarrollarse entre obispos aquí congregados como representantes de las Conferencias Episcopales de los respectivos países, en los que les han sido confiados específicos encargos en este sector de la pastoral. Venerados hermanos: La problemática teológica y pastoral suscitada por la Encíclica Humanae vitae y por la Exhortación Familiaris consortio, representa sin duda un capítulo fundamental de vuestra solicitud de maestros y de Pastores de la verdad evangélica y humana acerca del matrimonio y la familia.

Este encuentro puede ser para vosotros una preciosa ocasión para que, mediante la comunicación de experiencias, se pueda describir y analizar mejor la actual situación de la Iglesia, sea refiriendo los desarrollos vinculados a la temática de la Humanae vitae, sea informando acerca de la respuesta que, en las diversas situaciones sociales y culturales, se ha dado al respecto.

El método de estos trabajos y los resultados que se obtendrán pueden quizá sugerir la oportunidad de volver a convocar en el futuro semejantes encuentros. Ellos de hecho se mueven en el contexto de una colaboración ya presente entre el Pontificio Consejo para la Familia y los Episcopados de los diferentes países, sobre todo con ocasión de las visitas ad limina. Las múltiples dificultades a las que debe hacer frente la familia en el mundo contemporáneo inducen a desear la consolidación ulterior de tal colaboración a fin de ofrecer a los esposos toda ayuda posible para corresponder mejor a su propia vocación.
5. Desde muchas partes la referencia a la Encíclica Humanae vitae se une, casi automáticamente, a la idea de la "crisis" que ha afectado, y continúa afectando, a la moral conyugal.

Sin duda se deben reconocer las múltiples y a veces graves dificultades que en este campo encuentran los sacerdotes y las parejas, los unos en anunciar la verdad entera sobre el amor conyugal, y las otras en vivirla. Por otra parte, las dificultades a nivel moral son el fruto y el signo de otras dificultades más graves que tocan los valores esenciales del matrimonio como "íntima comunidad de vida y de amor conyugal" (Gaudium et spes, 48). La pérdida de estima en relación al hijo como "preciosísimo don del matrimonio" (Gaudium et spes, 50) y hasta el rechazo categórico de transmitir la vida, a veces por una errónea concepción de la procreación responsable, y la interpretación totalmente subjetiva y relativa del amor conyugal, tan abundantemente difundidas en nuestra sociedad y en nuestra cultura, son el signo evidente de la actual crisis matrimonial y familiar.

Como raíz de la "crisis", la Exhortación Familiaris consortio ha señalado una corrupción de la idea y de la práctica de la libertad, que es "concebida no como la capacidad de realizar la verdad del proyecto de Dios sobre el matrimonio y la familia, sino como una fuerza autónoma de autoafirmación no raramente contra los demás, en orden al propio bienestar egoísta" (n. 6). Más radicalmente todavía hay que indicar una visión inmanentista y secularizante del matrimonio, de sus valores y de sus exigencias: el rechazo a reconocer el manantial divino del que derivan el amor y la fecundidad de los esposos, expone el matrimonio y la familia a desintegrarse también como experiencia humana.
Al mismo tiempo la situación actual presenta también aspectos positivos, entre los cuales sobresale el descubrimiento de los "recursos" de que el hombre y la mujer disponen para vivir la verdad plena del amor conyugal.

El primero y fundamental recurso es el sacramento del matrimonio, o sea, Jesucristo mismo que se hace presente y operante por medio de su Espíritu y hace a los esposos cristianos partícipes de su amor a la humanidad redimida. Este "sacramento" manifiesta plenamente y lleva a total cumplimiento aquel "sacramento primordial de la creación" por el cual desde el "principio" el hombre y la mujer han sido creados por Dios a su imagen y semejanza y llamados al amor y a la comunión. Así el hombre y la mujer, mientras realizan su "humanidad" según la vocación matrimonial, se ponen al servicio no sólo de los hijos, sino también de la Iglesia y de la sociedad.

El período post-conciliar ha favorecido un progresivo crecimiento en el conocimiento del significado eclesial y social del matrimonio y de la familia: es éste el lugar más común y, al mismo tiempo, fundamental en el que se expresa la misión de los laicos en la Iglesia. La "Carta de los Derechos de la Familia", publicada por la Santa Sede en 1983 a petición del Sínodo de los Obispos, constituye un momento de particular importancia para la conciencia del significado social y político de la vida de pareja y de familia: éstas no son meras destinatarias, sino verdaderas y propias "protagonistas" de una "política" al servicio del bien común familiar.

50 años de la Encíclica Humanae Vitae de Pablo VI (1 de 3)




“El motivo del encuentro es el XX aniversario de la Encíclica Humanae vitae que Pablo VI publicó el 25 de julio de 1968 sobre el grave problema de la recta regulación de la natalidad. En la alocución del miércoles siguiente a la publicación de la Encíclica, el mismo Pablo VI confió a los fieles los sentimientos que lo habían guiado en el cumplimiento de su mandato apostólico. Decía: "El primer sentimiento ha sido el de una gravísima responsabilidad nuestra. Ese sentimiento nos ha introducido y sostenido en lo vivo del problema durante los cuatro años requeridos para el estudio y la elaboración de esta Encíclica. Os confesamos que este sentimiento nos ha hecho incluso sufrir no poco espiritualmente. Jamás habíamos sentido como en esta coyuntura el peso de nuestro cargo. Hemos estudiado, leído, discutido cuanto podíamos, y también hemos rezado mucho... Invocando las luces del Espíritu Santo, hemos puesto nuestra conciencia en la plena y libre disponibilidad a la voz de la verdad, tratando de interpretar la norma divina que vemos surgir de la intrínseca exigencia del auténtico amor humano, de las estructuras esenciales de la institución matrimonial, de la dignidad personal de los esposos, de su misión al servicio de la vida, así como de la santidad del matrimonio cristiano; hemos reflexionado sobre los elementos estables de la doctrina tradicional y vigente de la Iglesia, y especialmente sobre las enseñanzas del reciente Concilio; hemos ponderado las consecuencias de una y otra decisión, y no hemos tenido duda alguna sobre nuestro deber de pronunciar nuestra sentencia en los términos expresados por la presente Encíclica" (cf. Insegnamenti di Paolo VI, vol. VI, 1968, págs. 870-871).

De todos son conocidas las reacciones, a veces ásperas y hasta despreciativas, que también en algunos ambientes de la misma comunidad eclesial ha recibido la Encíclica Humanae vitae. Mi venerado predecesor las había previsto claramente. De hecho, escribía en la Encíclica: «Se puede prever que estas enseñanzas no serán quizá fácilmente aceptadas por todos: son demasiadas las voces —ampliadas por los modernos medios de propaganda— que están en contraste con la de la Iglesia. A decir verdad, ésta no se extraña de ser, a semejanza de su Divino Fundador, "signo de contradicción" (cf. Lc 2, 34); pero no deja por esto de proclamar con humilde firmeza toda la ley moral, tanto natural como evangélica" (n. 18).

Por otra parte, Pablo VI mantuvo siempre una profunda confianza en la capacidad de los hombres de hoy de acoger y de comprender la doctrina de la Iglesia sobre el principio de la "inseparable conexión, que Dios ha querido y que el hombre no puede romper por propia iniciativa, entre los dos significados del acto conyugal: el significado unitivo y el significado procreador". (n. 12). "Nos pensamos —escribía él— que los hombres, en particular los de nuestro tiempo, se encuentran en situación de comprender el carácter profundamente razonable y humano de este principio fundamental" (n. 12).”


viernes, 6 de julio de 2018

Bioética del Vaticano II a Juan Pablo II – Prof. Gonzalo Miranda (5 de 5)



La defensa firme y apasionada de la vida humana

Finalmente podemos afirmar que la enciclica tantas veces citada, Evangelium Vitae - una enciclica toda enteramente dedicada a la promoción de la cultura de la vida contra el avance de la cultura de la muerte - ha sido y seguirá siéndolo en el futuro un verdadero mapa y un fuerte aliento para todos aquellos que quieren comprender, amar y defender la vida humana y la dignidad de cada ser humano, sin discriminación alguna.

Solo deseo subrayar aqui como, entre los argumentos tan ricos articulados a favor de la vida humana en toda circunstancia, hay tres momentos en los cuales Juan Pablo II se pronunció en tono solemne, muy similar a  tratos propios de la definición ex catedra.

"con la autoridad que Cristo confirió a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con todos los Obispos —que en varias ocasiones han condenado el aborto y que en la consulta citada anteriormente, aunque dispersos por el mundo, han concordado unánimemente sobre esta doctrina—, declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal. 73
con la autoridad que Cristo confirió a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con todos los Obispos —que en varias ocasiones han condenado el aborto y que en la consulta citada anteriormente, aunque dispersos por el mundo, han concordado unánimemente sobre esta doctrina—, declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal. 73
de acuerdo con el Magisterio de mis Predecesores 81 y en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, confirmo que la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal. 82"

miércoles, 4 de julio de 2018

Bioética del Vaticano II a Juan Pablo II – Prof. Gonzalo Miranda (4 de 5)


La recuperación de la dignidad ontológica de la persona humana

La visión antropológica presentada por Juan Pablo II, a partir de la tradición  milenaria del Occidente cristiano,  y renovada con su singular capacidad intuitiva y con el vigor que nacía de su profundo amor al hombre, ofrece una plataforma solida para la construcción de una bioetica que no discrimina a los mas débiles, sino que promueve,  en cambio,  el respeto de cada individuo humano.

Me parece muy significativo que su primer Encíclica fuera dedicada a Cristo en cuanto a Redentor del hombre, Redemptor Hominis.  En ese texto afirmo con fuerza que "el hombre (...) es el primor y fundamental camino de la Iglesia".  El hombre debería ser - debe ser - también el primer y fundamental camino  de la bioética.

Juan Pablo II subrayaba también que todo hombre goza de una dignidad sublime; tanto desde el punto de vita de la comprensión racional pero ante todo a la luz de la revelación cristiana, tal como se lee en el texto de Gaudium et Spes, por el citado:

"El que es imagen de Dios invisible (Col 1,15) es también el hombre perfecto, que ha devuelto a la descendencia de Adán la semejanza divina, deformada por el primer pecado. En él, la naturaleza humana asumida, no absorbida, ha sido elevada también en nosotros a dignidad sin igual. El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejantes en todo a nosotros, excepto en el pecado."

En sus escritos y discursos plasma a menudo una bellisima y profunda afirmación de la misma Gaudium et Spes, cuando habla del hombre como "la única criatura que Dios ha amado por si misma."   El Papa la menciono al menos en diecisiete veces. 

En la antropología cristiana desarrollada y vuelva a proponer por Juan Pablo II no hay lugar para una visión dualista que degrada la corporeidad a un mero instrumento y a la persona humana en mero fenómeno de conciencia. Para el Papa Wojtyla  la corporeidad no es un aspecto marginal, ni un peso del cual desconectarse lo mas pronto posible. El Evangelio de la vida afirma la unidad indivisible de persona, vida y corporeidad. De esta manera no puede justificarse atentado alguno contra la vida o contra la integridad física de un ser humano.

Para el cristiano, asi lo recordaba el Papa, la vida humana es siempre un "ien". Y afirma que el valor de la vida humana es intrínseco.






martes, 3 de julio de 2018

Bioética del Vaticano II a Juan Pablo II – Prof. Gonzalo Miranda (3 de 5)


El coraje en la búsqueda de la verdad

Quizás una de las contribuciones mas importantes del Pontífice en relación a la bioetica fue la de haber invitado a todos a recuperar la confianza en la razón humana y el coraje de buscar la verdad.  Y fue absolutamente claro para los bioeticistas la invitación que les dirigiera Juan Pablo II a los filósofos en su Enciclica Fides et Ratio,  "tener la valentía de recuperar, siguiendo la tradición filosófica perennemente válida, las dimensiones de autentica sabiduría y de verdad, incluso metafísica, del pensamiento filosófico. 

En su discurso dirigido a los jóvenes reunidos en el estadio de Denver (1993) el Papa subrayo aquella recuperación de la confianza en la capacidad de reconocer la verdad como uno de los problemas mas agudos de la cultura moderna y de la juventud actual.

Otra contribución importante del Papa Juan Pablo  II fueron, sin dudas,  las profundas reflexiones articuladas en la Enciclica Veritatis Splendor.  La única manera de evitar que la bioetica no se reduzca solamente a una oficina de permisos denunciado por Newhaus, es recuperar el coraje de buscar la verdad moral de nuestras acciones, también en el campo biomedico,  también cuando están en juego nuestros deseos e intereses personales, económicos o políticos. 



viernes, 29 de junio de 2018

Bioética del Vaticano II a Juan Pablo II – Prof. Gonzalo Miranda (2 de 5)



La importancia de la bioética

 

Durante los largos años de su pontificado el Papa Juan Pablo II no ha sido nada indiferente al desarrollo de la bioética.

La primera vez que utilizo expresamente el término “bioética” fue en 1986 en un discurso dirigido al cuerpo académico de la Universidad católica de Lyon y utilizo ese término en 23 documentos de su pontificado. Pero, naturalmente son muchísimas las referencias hechas a esta temática sin recurrir explícitamente al vocablo.

En la encíclica EvangeliumVitae   Señalo el nacimiento y el desarrollo de la bioética entre los “signos positivos” de la cultural actual, e invito a centros y comités de bioética a brindar la contribución apropiada para la difusión de una verdadera cultura de la vida.
En la Exhortación Apostólica Christifidelis Laici Exhortaba a los fieles laicos, dedicados por diferentes motivos y en los diversos niveles en el campo de la ciencia y de la técnica, como así también en el ámbito medico, social legislativo y económico, a aceptar valientemente los “desafíos” presentados por los nuevos problemas de la bioética.

En la Exhortación Vita Consacrata  señalo, entre los deberes de las personas consagradas el de “dedicarse a la humanización de la medicina y a la profundización de la bioética, al servicio del Evangelio de la vida.”

 

La institución, en 1994, de la Pontificia Academia por la vida, fue una señal clara de su preocupación en este campo.  En el Motu Proprio Vitae Mysterium   , con el cual instituyo la Academia escribió que “todos los agentes sanitarios deben formarse adecuadametne en el campo de la moral y en el de la bioética”.

En un discurso dirigido a los participantes del IIICongreso Mundial de movimientos en favor de la vida subrayo que “es necesaria(…) la formación en el importante campo de la bioética, destinada, sobre todo a los agentes sanitarios, pero también a todos los ciudadanos.” 

Bioética del Vaticano II a Juan Pablo II – Prof. Gonzalo Miranda (1 de 5 - Introducción)


Cuando Juan Pablo fue electo al pontificado,  la bioética tenía tan solo ocho años de vida. La reflexión ética acerca de comportamientos médicos, sin embargo, era ya antigua -  dos mil quinientos años- ; y la Iglesia católica venía desarrollando sus reflexiones desde hacía dos mil años.

En los años de su largo pontificado, el Papa Wojtyla debió afrontar un humus cultural complejo y efímero; acepto el desafío de las nuevas posibilidades y de los nuevos problemas que surgían en el campo de la biomedicina y estudiados por la bioética y ofreció contribuciones especificas; sobre todo para los creyentes, pero no tan solo para ellos.

En este aspecto, como en todos los sectores de su magisterio,  extraía la savia de su pensamiento de las antiguas raíces de la tradición de la Iglesia. Sus enseñanzas se vieron inspiradas, sobre todo, en el  tesoro del Concilio Ecuménico Vaticano II.

De hecho, ya en el primer discurso a los cardenales, el día siguiente de su elección al pontificado, subrayo fuertemente, programáticamente, sus vínculos con el Concilio: «Antes que nada deseamos insistir sobre la permanente importancia del Concilio Ecuménico Vaticano II, que es para nosotros un compromiso formal de cumplir con la debida ejecución».


Apenas un mes más tarde, menciono por primera vez un rema relativo a la bioética, felicitando a la Unión de Juristas CatólicosItalianos porque no habían cedido a las «lisonjas y tentaciones de una mal entendida autonomía, al proponer y defender los principios de la ética natural y cristiana, que rigen la institución matrimonial, y al afirmar asimismo, en la práctica y en la ley, la inviolabilidad y la sacralidad de la vida humana desde la concepción.» y es además significativo que, en el mismo discurso, hiciera referencia explícita a dos textos del Concilio para proponer una de las consideraciones centrales de su reflexión. Decía: « al servicio del hombre; la Iglesia está fundada por Cristo para la salvación del hombre (cf. Lumen gentium, 48: Gaudium et spes. 45).»

De aquella primera breve consideración, hasta el fin de su pontificado las intervenciones específicas de Juan Pablo II acerca de las temáticas relativas a la bioética y al respeto de la vida en general fueron innumerables, articulándose en temáticas varias y complejas, guiando sus reflexiones y enseñanzas el patrimonio del Concilio Vaticano II. Son pocas, sin embargo,  las referencias directas al texto conciliar, porque no abundan las temáticas de bioética (las hallamos sobre todo en Gaudium et Spes, números 27 a 50-53. Las líneas de fondo, sin embargo, sobre todo sobre el fundamento de la dignidad del ser humano, se hallan radicadas profundamente en la doctrina conciliar.


No es posible, y menos aun plausible, pretender recopilar aquí sus enseñanzas sobre las temáticas especificas afrontadas por él. Me parece muy interesante,  sin embargo,  intentar trazar algunas líneas de fondo acerca de la riqueza de sus enseñanzas en la materia.


sábado, 29 de junio de 2013

La humanidad a la deriva?

"Dicen que el mundo ha envejecido, que el género humano va a la deriva y que Europa se acerca a su fin. Pues bien, es verdad, si abandonamos la humanidad a su camino natural, a su orientación fatal. Pero no lo es, si la fuerza procedente de lo alto, que se conserva en la religión de Jesús, en su Iglesia, se derrama nuevamente en todos los miembros del género humano y les vuelve a dar la vida" palabras del beato Anton Martin Slomsek - citadas por Juan Pablo II en su homilia de la beatificación el 19 de septiembre de 1999 en Maribor, Eslovenia.


(El beato Anton Martin Slomsek nació el 26 de noviembre de 1800 y murió el 24 de septiembre de 1862)


Desde entonces la humanidad ha vivido tiempos de horror y sobrevivido, también la Iglesia ha sido golpeada por diferentes avatares y sin embargo la Providencia nos sigue guiando imperturbablemente en nuestro camino. Aunque haya quienes piensan diferente, como dudar que la mano del Creador teje maravillosamente la trama a pesar de tantas tempestades y hecatombes?


En Memoria e Identidad decía el Beato Juan Pablo II: "El siglo xx ha sido, en cierto sentido, el «teatro» en el que han entrado en escena determinados procesos históricos e ideológicos que han llevado hacia la gran «erupción» del mal, pero también ha sido espectador de su declive. En consecuencia, ¿sería justa una visión de Europa basada únicamente en la perspectiva del mal surgido en su historia reciente? ¿No habría más bien en este enfoque una cierta unilateralidad? La historia moderna de Europa, marcada —sobre todo en Occidente— por la influencia de la Ilustración, ha dado también muchos frutos buenos. En esto refleja la naturaleza del mal, tal como la entiende santo Tomás, siguiendo las huellas de san Agustín. El mal es siempre la ausencia de un bien que un determinado ser debería tener, es una carencia. Pero nunca es ausencia absoluta del bien. Cómo nazca y se desarrolle el mal en el terreno sano del bien, es un misterio. También es una incógnita esa parte de bien que el mal no ha conseguido destruir y que se difunde a pesar del mal, creciendo incluso en el mismo suelo.”


Hoy seguimos siendo testigo de otros “holocaustos”, quizás mas “silenciados” porque los que los sufren son los más débiles, los más indefensos:



El hambre: Juan Pablo II decía en Redemptor Hominis  « No se avanzará en este camino difícil de las indispensables transformaciones de las estructuras de la vida económica, si no se realiza una verdadera conversión de las mentalidades y de los corazones. La tarea requiere el compromiso decidido de hombres y de pueblos libres y solidarios». El hambre dice el Programa Mundial de alimentos  mata más personas que el SIDA, la malaria y la tuberculosis juntos y agrega que una de cada 8 personas hoy se irán a dormir con hambre.



Aborto: Se estima que más de 1720 millones bebés no nacidos han sido asesinados por medio del aborto desde hace 40 años, según señala el Presidente de la organización provida y profamilia más grande del mundo, Human Life International, el Padre Shenan J. Boquet. (Aciprensa/EWTN)



Eutanasia o “suicidio asistido” : difrazada de “muerte digna”,  institutos especializados en el “turismo de la muerte” en los paises más avanzados


Trata de personas y prostitucion: turismo sexual no solo con adultos sino con niños. "Según estadísticas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Drogas y el Crimen [Onudc], en la Argentina hay medio millón de mujeres atrapadas en redes de trata, y existen 8000 prostíbulos, entre ellos los mil verificados en la ciudad de Buenos Aires por la ONG La Alameda.” (La Nación con motivo de la presentación del libro de Lydia Cacho: Esclavas del poder. “vender un ser humano es mucho más redituable que vender droga” No conozco ningún otro país donde sea tan efectivo el trabajo de la sociedad civil como en la Argentina, aunque nunca encontré un país con tanta resistencia de un Estado a ir contra la trata como el argentino." "La Argentina tiene una cultura de la prostitución aparentemente normalizada no sólo por la sociedad sino también por el sistema político. Esa cultura prostibularia no se puede desarrollar sin protección y apoyo político"


Cuanta necesidad de evangelización, cuanta responsabilidad recae sobre los cristianos! “Vivir con audacia” nos invita el Papa Francisco y a reflexionar sobre la necesidad de orar con valentía para obtener la gracia de la difusión de la fe en el mundo y dejar una huella en el corazón y en la memoria de quien nos escucha” (Meditaciones viernes 3 de mayo 2013)

viernes, 21 de junio de 2013

El sacrílego “descarte” de vidas en una nueva ley argentina


“Con las nuevas perspectivas abiertas por el progreso científico y tecnológico surgen nuevas formas de agresión contra la dignidad del ser humano, a la vez que se va delineando y consolidando una nueva situación cultural, que confiere a los atentados contra la vida un aspecto inédito y —podría decirse— aún más inicuo ocasionando ulteriores y graves preocupaciones: amplios sectores de la opinión pública justifican algunos atentados contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual, y sobre este presupuesto pretenden no sólo la impunidad, sino incluso la autorización por parte del Estado, con el fin de practicarlos con absoluta libertad y además con la intervención gratuita de las estructuras sanitarias.”





“Cada uno de nosotros comienza a existir en un momento preciso en el que toda la información genética necesaria y suficiente es recogida por una sola célula, el óvulo fecundado, y este es el momento de la fecundación. No hay la menor duda de ello, y sabemos que esta información está inscrita en un tipo de registro que llamamos ADN.”

Dr. Jérome Lejeune


 
La Academia del Plata, fundada el 20 de abril de 1879, por iniciativa de algunos ex alumnos del Colegio del Salvador de Buenos Aires, perteneciente a la Compañía de Jesús, dedicada en sus inicios a temas literarios con el tiempo “ha ido ampliando el espectro de especialización de sus miembros de modo tal de cubrir las realidades sociales, políticas, económicas, científicas y tecnológicas incluyendo los problemas derivados del desarrollo y respeto de las personas y del derecho a la vida”

Con motivo del centenario de la Academia del Plata decía Carlos M. Gelly y Obes: “No son naturalmente las academias organizaciones de lucha en el campo político y social, pero son laboratorios fecundos que, en el plano de las ideas, dan orientación y apoyo a la acción de los que actúan en la línea de combate”.

La Academia del Plata acaba de emitir una declaración referente a la reciente sanción de la ley sobre fertilización asistida en términos claros y valientes, declaración que aún no ha sido publicada en su página web pero que AICA ofrece completa, donde además se nos aclara como introducción que la Academia del Plata advierte que “la recientemente sancionada ley que “garantiza el acceso a los procedimientos y técnicas de reproducción médicamente asistida” es “una más de las tantas normas del Estado que avasallan la dignidad y la vida humana, con el añadido de que ostenta la triste calidad de inscribirse entre las más laxas y permisivas, en comparación con las vigentes en el derecho comparado internacional. En un comunicado con la firma de su presidente, Eduardo Martín Quintana, y su secretaria, María Lukac de Stier, la entidad realiza una severa crítica y expresa con argumentos su rechazo a la norma sancionada el 5 de junio pasado. Entre otros puntos, cuestionó que “sofísticamente la ley menciona la ‘guarda’ de embriones, soslayando el uso semántico de crioconservación, cuando no es otra cosa más que su congelamiento a 190° bajo cero, lo que significa que el cincuenta por ciento de ellos morirá o sufrirá graves lesiones a la hora de su descongelamiento que tornan ‘inconveniente’ su implante, lo que significa su consiguiente descarte”.

(en AICA la declaración completa)

jueves, 20 de junio de 2013

Celebración del Evangelio de la Vida en el Año de la Fe.

(me disculpo por la ausencia, tuve problemas con la CPU)




(este post lo publico aqui y tambien en mi otro blog Francisco nuestro Papa)

El pasado fin de semana 15 y 16 de junio tuvo lugar la celebración del Evangelio de la Vida, una de las jornadas centrales del Año de la Fe.

El sábado Mons. Carlos Simón Vásquez, Subsecretario del Pontificio Consejo para la Familia ofreció una catequesis en español en la Basilica de San Antonio de Padua en Via Merulana. Luego se celebro la Santa Misa presidida por Mons. Josè Rodriguez Carballo, Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Por la tarde tuvo lugar una peregrinación desde el Castel Sant’Angelo hasta la Plaza San Pedro, que concluyo con la recitación del Credo en varias lenguas.

El Domingo 16 de junio el Santo Padre Francisco celebro la Santa Misa en la Plaza San Pedro. En su homilía nos recordaba que:

“Esta celebración tiene un nombre muy bello : el Evangelio de la Vida. Con esta Eucaristía, en el Año de la fe, queremos dar gracias al Señor por el don de la vida en todas sus diversas manifestaciones, y queremos al mismo tiempo anunciar el Evangelio de la Vida. A partir de la Palabra de Dios que hemos escuchado, quisiera proponeros tres puntos sencillos de meditación para nuestra fe: en primer lugar, la Biblia nos revela al Dios vivo, al Dios que es Vida y fuente de la vida; en segundo lugar, Jesucristo da vida, y el Espíritu Santo nos mantiene en la vida; tercero, seguir el camino de Dios lleva a la vida, mientras que seguir a los ídolos conduce a la muerte.”

“El Evangelio de la vida está en el centro del mensaje de Jesús. Acogido con amor cada día por la Iglesia, es anunciado con intrépida fidelidad como buena noticia a los hombres de todas las épocas y culturas.” comenzaba la Encíclica Evangelium Vitae del Beato Juan Pablo II firmada el 25 de marzo de 1995, que se haría pública unos días más tarde, según el mismo anunciaba en el Ángelus del Domingo 26 de marzo expresando “Esta encíclica, fruto de una amplia consulta al Episcopado, es una meditación sobre la vida, considerada en la plenitud de sus dimensiones naturales y sobrenaturales; una meditación rebosante de gratitud al Señor, Dios de la vida, y que va acompañada por un fuerte llamamiento a los cristianos y a todos los hombres de buena voluntad, para que juntos nos pongamos generosamente al servicio de este bien fundamental, proclamando ante el mundo el evangelio de la vida.”

jueves, 13 de junio de 2013

La Argentina lista para “fabricar” hijos

“Con 204! votos positivos y 10 abstenciones la Cámara de los Diputados en Argentina dio vía libre esta semana al proyecto de ley que legaliza la fecundación asistida que el Senado había aprobado con modificaciones el pasado 24 abril de este año.



Toda persona mayor de cualquier edad, orientación sexual y estado civil tendrá acceso gratuito a técnicas de alta complejidad como donación de gametos y/o embriones tantas veces como lo solicite. No se admitirá la objeción de conciencia de médicos y sanitarios “. (InfoCatólica)

Hay en juego un tremendo negocio que suena terrible y nos retrotrae de alguna manera a los peores momentos de la historia mientras nuestra Presidente escribe en su twitter: «La fertilización asistida es ley desde hoy. Más derechos, más inclusión, mejor país. Como les dije, la Década Ganada» (que muchos consideramos década perdida)

El senador por el Frente para la Victoria Daniel Filmus calificó como “un hecho de trascendencia histórica” la sanción de la Ley de Fertilización Asistida, que hoy fue aprobada por amplia mayoría en la Cámara de Diputados…. Luego de evaluar que “con esta norma de avanzada estamos dando un paso más en la ampliación de derechos que se viene llevando adelante desde el año 2003”.

Pregunto derechos para quién? Evidentemente no para los niños de vientres alquilados…

El mismo Senador Filmus responde en su pagina web en un articulo titulado "Que haria usted para que no suceda un Aischwitz en la Argentina, a  un articulo de La Nación que debo reconocer no leí, pero el dice asi: “El editorial del diario La Nación del pasado 27 de mayo, en el cual se pretende trazar “paralelismos” entre el surgimiento del Tercer Reich y la actual situación nacional, no hace otra cosa que mostrar la desesperación de los sectores que durante décadas monopolizaron todas las fuentes de poder en la Argentina y hoy ven amenazados sus privilegios…. También, al banalizar el horror, ofenden profundamente a la memoria de los muertos en la Segunda Guerra Mundial, las víctimas y sobrevivientes del Holocausto y las comunidades que, como la judía, fueron exterminadas en los campos de concentración nazis” (como no era que el gobierno había denostado al pueblo judío firmando un pacto con Irán?)

Igual pregunto al señor Filmus: usted es conciente de los experimentos que se hacían en los campos de concentración nazi? No encuentra cierta similitud con estas prácticas de “lucrar” y manipular al ser humano (entonces el objetivo era mejorar la raza) Esta “técnica del descarte” sigue siendo un “negocio para fabricar hijos” que ahora nosotros ponemos en práctica para asemejarnos más a ese mundo que nuestro gobierno parece odiar?

En declaraciones a ACI Prensa el 6 de junio. Martin Patrito de Argentinos Alerta  advirtió que la norma aprobada ayer permitirá "una manipulación del embrión sin ningún tipo de limitaciones", en el que este "es considerado como un verdadero objeto que será sometido a criterios de productividad industrial debiendo pasar por todo un proceso de ‘control de calidad’ y señaló que "nacerán niños sin identidad genética que consecuentemente no poseerán una historia clínica de enfermedades familiares, por ejemplo"."Como la ley abarca a todo mayor de edad sin distinción de estado civil violentará el derecho del niño a poseer un padre o una madre" pues se permitirá casos "de parejas gays". Patrito defendió el derecho del niño a tener un padre y una madre "en el caso de personas solteras que quieran tener un hijo". Además, remarcó, se "abre las puertas al alquiler de vientres".

Que país buscamos un pais poblado de seres errantes (fácilmente manejables) sin saber exactamente quienes son, de donde provienen?



Por otra parte el Instituto de la Familia y la Vida “Juan Pablo II” de la Universidad Católica de Salta (UCASAL) con el título “Todo hijo es un don y merece ser respetado” difundió una reflexión y aporte sobre aspectos personales, familiares, culturales y sociales implicados en la nueva normativa, que invito leer.

Es ley fertilización asistida: manipulación, congelamiento y destrucción de embriones

Toda persona mayor de cualquier edad, orientación sexual y estado civil tendrá acceso gratuito a técnicas de alta complejidad como donación de gametos y/o embriones tantas veces como lo solicite.

• Lo pagamos todos. Cuando el fin no justifica los medios. El lobby gay festeja.

• El lucrativo negocio multinacional de fabricar hijos

• El hijo como producto de laboratorio (si pasa control de calidad)

• Problemas éticos de la fecundación artificial

• Fertilización asistida sirve al lucrativo negocio de "fabricar" hijos

• Fertilización asistida: "se somete la vida humana a criterios de producción"

El papa Juan Pablo II decía en su Encìclica Evangelium Vitae “ También las distintas técnicas de reproducción artificial, que parecerían puestas al servicio de la vida y que son practicadas no pocas veces con esta intención, en realidad dan pie a nuevos atentados contra la vida. Más allá del hecho de que son moralmente inaceptables desde el momento en que separan la procreación del contexto integralmente humano del acto conyugal, 14 estas técnicas registran altos porcentajes de fracaso. Este afecta no tanto a la fecundación como al desarrollo posterior del embrión, expuesto al riesgo de muerte por lo general en brevísimo tiempo. Además, se producen con frecuencia embriones en número superior al necesario para su implantación en el seno de la mujer, y estos así llamados « embriones supernumerarios » son posteriormente suprimidos o utilizados para investigaciones que, bajo el pretexto del progreso científico o médico, reducen en realidad la vida humana a simple « material biológico » del que se puede disponer libremente.


La Conferencia Episcopal Argentina (CEA), al concluir su 103 Asamblea Plenaria en abril de 2012, advirtió que de aprobarse la legislación de fecundación asistida "algunos seres humanos en gestación no tendrán derecho a ser llamados personas".

Con esta norma se desfigura la maternidad y la paternidad con la "voluntad procreacional", dijeron los Obispos argentinos, al mismo tiempo que advirtieron que se "legitimará" la promoción de alquiler de vientres, cosa que "cosificará a la mujer".

La CEA alertó que la fertilización asistida implica congelar embriones humanos por tiempo indefinido, "pudiendo ser éstos descartados o utilizados con fines comerciales y de investigación", y que se vulnera el derecho a la identidad para quienes sean concebidos por esta práctica, pues "no podrán conocer quién es su madre o su padre biológico".

Esta ley, señalaron entonces los Obispos, privilegia un falso "derecho al hijo" por sobre los derecho a la vida y el respeto de su intrínseca dignidad.

La CEA advirtió también que "las técnicas de fecundación artificial suponen con frecuencia mecanismos de selección de los embriones más aptos, con descarte de los demás".

Quien desee hacer una profunda investigación sobre Bioética invito visitar el Centro de Bioética de la Universidad de Navarra.

 
Había encontrado un enlace completísimo a toda la documentación de Juan Pablo II respecto al tema de la vida y la familia, que lamentablemente se me “escapo”. Ya lo econtraré!