En la homilía de la celebración eucarística con motivo de la canonización de la beata Maria Faustina Kowalska el domingo 30 de abril del año 2000 el Santo Padre Juan Pablo II expresaba: “Es importante que acojamos íntegramente el mensaje que nos transmite la palabra de Dios en este segundo domingo de Pascua, - y declaraba – “que a partir de ahora en toda la Iglesia se designará con el nombre de "domingo de la Misericordia divina".
El 17 de agosto de 2002 el Santo Padre Juan Pablo II consagraba solemnemente el mundo a la Misericordia divina. Lo hacia en el Santuario de la Divina Misericordia en Lagiewniki – Cracovia, en su ultimo viaje terrenal a su querida patria Polonia “con el deseo ardiente de que el mensaje del amor misericordioso de Dios, proclamado aquí a través de santa Faustina, llegue a todos los habitantes de la tierra y llene su corazón de esperanza.” Para que se “difunda desde este lugar a toda nuestra amada patria y al mundo”. Y agregaba “Ojala se cumpla la firme promesa del Señor Jesús: de aquí debe salir "la chispa que preparará al mundo para su última venida" (cf. Diario, 1732, ed. it., p. 568). Es preciso encender esta chispa de la gracia de Dios. Es preciso transmitir al mundo este fuego de la misericordia. En la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre, la felicidad. Os encomiendo esta tarea a vosotros, amadísimos hermanos y hermanas, a la Iglesia que está en Cracovia y en Polonia, y a todos los devotos de la Misericordia divina que vengan de Polonia y del mundo entero. ¡Sed testigos de la misericordia! “
Y terminaba su homilía de la Consagración del Santuario de la Divina Misericordia con esta breve oración:
Dios, Padre misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador, te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre.
Inclínate hacia nosotros, pecadores; sana nuestra debilidad; derrota todo mal; haz que todos los habitantes de la tierra experimenten tu misericordia, para que en ti, Dios uno y trino, encuentren siempre la fuente de la esperanza.
Padre eterno, por la dolorosa pasión y resurrección de tu Hijo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.
Aprovecho esta entrada para recordar que en el sitio oficial del Primer Congreso Mundial de la Misericordia Divina han sido publicadas casi todas las Actas del Primer Congreso Mundial de la Misericordia Divina (2008)
y que el próximo (segundo) Congreso Mundial de la Divina Misericordia tendrá lugar en Cracovia (Polonia) del uno al 5 de octubre de 2011. El programa no esta disponible todavía, pero en el sitio oficial hay textos preparatorios para el encuentro.
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