Mucho antes que nuestra patria soñara con ser libre ya nuestra Madre y Patrona la Virgen de Lujan había decidido quedarse con nosotros.
Mons. Antonio Presas llegó a Morón en 1942 y allí ejerció el ministerio durante 47 años. Fue nombrado Párroco de la Inmaculada Concepción del Buen Viaje el 7 de noviembre de 1951, pero tomó posesión canónica en la festividad de Nuestra Señora de Luján del año siguiente. Escribiò extensamente sobre el pueblo y la Iglesia de Morón, dedicó gran parte de su tiempo a los temas marianos y fue un estudioso de referencia en temas lujanenses.
Mons. Antonio Presas llegó a Morón en 1942 y allí ejerció el ministerio durante 47 años. Fue nombrado Párroco de la Inmaculada Concepción del Buen Viaje el 7 de noviembre de 1951, pero tomó posesión canónica en la festividad de Nuestra Señora de Luján del año siguiente. Escribiò extensamente sobre el pueblo y la Iglesia de Morón, dedicó gran parte de su tiempo a los temas marianos y fue un estudioso de referencia en temas lujanenses.
En uno de sus libros “Historial del Luján-Mariano” escribe sobre el Papa Juan Pablo II y Luján. Transcribo sus palabras:
“Muchísimas veces el Papa Juan Pablo II ha recordado y mencionado a Nuestra Señora de Luján. La primera vez que tenemos noticia fue en Mèxico el 27 de enero de 1979, en el Santuario de Guadalupe.
Después, son numerosas las referencias a Nuestra Señora de Luján, sobre todo en las visitas de nuestros Obispos a Roma; y conocemos ya las citas a nuestras peregrinaciones juveniles. Pero, imposible callar aquí un párrafo pronunciado en Zaragoza, que en su brevedad canta elocuentemente nuestra historia mariana hispanoamericana. “Decir España – afirma el Papa es decir María. Es decir: el Pilar, Covadonga, Aranzazu, Montserrat, Valvanera… Y decir Ibero América, es decir también María. Es decir: Guadalupe, Altagracia, Lujàn, la Aparecida, Copacabana, el Carmen…”
Realmente Luján es el gran Santuario de Maria en la Argentina, la casa de nuestra Madre del Cielo. Por eso, cuando el Santo Padre busca en 1982 un lugar centro para transmitir su palabra al país, palabras de paz y bien, elije Lujan, como punto base de acogida.
Los motivos que indujeron al Papa a venir a la Argentina tan inesperadamente son bien conocidos. En guerra la Argentina con Inglaterra por las Islas Malvinas la visita del Santo Padre a la Gran Bretaña, país oficialmente no católico, era mal interpretada por algunos. El santo Padre quiso corregir tal error y con su presencia mostrarnos su gran amistad. Llegó a nuestra tierra como mensajero de la paz.
En un gesto de cariño Juan Pablo II ofrendó a nuestra Señora la Rosa de Oro, y ante un público inmenso que en aquel día de invierno, 11 de junio de 1982, había aguantado mil incomodidades por el frío y el agua, entre otras ideas que omitimos, dijo particularmente sobre Nuestra Señora y su Santuario:
“Ante la hermosa Basílica “de la Pura y Limpia Concepción” de Luján nos consagramos para orar junto al altar del Señor. A la Madre de Cristo y de cada uno de nosotros. Ella que, desde los años 1630, acompaña aquí a cuantos se le acercan para implorar su protección, queremos suplicar hoy aliento, esperanza, fraternidad. Ante esta bendita Imagen de María, a la que mostraron su devoción mis predecesores Urbano VIII, Clemente XI, León XIII, Pío XI, Pío XII, viene también a postrarse en comunión de amor filial con vosotros, el Sucesor de San Pedro en la cátedra de Roma. En este instante el Obispo de Roma quiere estar entre vosotros como peregrino, a los pies de la Madre de Dios, en Luján, Santuario de la Nación Argentina Desde este lugar, en que mi predecesor Pío XII creyó llegar “al fondo del alma del gran pueblo argentino”, seguid trabajando en la fe y en el amor”.
2 comentarios:
Todavía recuerdo ese día con tanta emoción...
Fué tan importante para todos en Luján...
Cuanto me alegro! Muchas gracias por la visita!
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