“Pero, ¿de dónde nace toda esta alegría tan pura, tan dulce, tan misteriosa? Nace del hecho de que Jesús ha venido a esta tierra, de que Dios mismo se ha hecho hombre y ha querido inserirse en nuestra pobre y grande historia humana. Jesús es el don más grande y precioso que ha hecho el Padre a los hombres, y por ello nuestros corazones exultan de gozo.
Bien sabemos que también durante las fiestas navideñas ha habido, y sigue habiendo, lágrimas y amarguras; quizá muchos niños las han pasado con frío, hambre, llanto y soledad... Y sin embargo, a pesar del dolor que a veces penetra en nuestra vida, Navidad es un rayo de luz para todos porque nos revela el amor de Dios y nos hace sentir la presencia de Jesús entre todos, sobre todo entre los que sufren. Precisamente por este motivo Jesús ha querido nacer en la pobreza y el abandono de una gruta, y ser colocado en un pesebre.”
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