“¿Qué significa ser sacerdote?
Según San Pablo significa ante todo ser
administrador de los misterios de Dios: "servidores de Cristo y
administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que en fin de cuentas
se exige de los administradores es que sean fieles'' (1 Co 4, 1-2). La
palabra "administrador" no puede ser sustituida por ninguna otra.
Está basada profundamente en el Evangelio: recuérdese la parábola del
administrador fiel y del infiel (cf. Lc 12, 41-48). El administrador no
es el propietario, sino aquel a quien el propietario confía sus bienes para que
los gestione con justicia y responsabilidad.
Precisamente por eso el
sacerdote recibe de Cristo los bienes de la salvación para distribuirlos
debidamente entre las personas a las cuales es enviado. Se trata de los bienes
de la fe. El sacerdote, por tanto, es el hombre de la palabra de Dios, el
hombre del sacramento, el hombre del "misterio de la fe''. Por medio de la
fe accede a los bienes invisibles que constituyen la herencia de la Redención
del mundo llevada a cabo por el Hijo de Dios. Nadie puede considerarse
"propietario'' de estos bienes. Todos somos sus destinatarios. El
sacerdote, sin embargo, tiene la tarea de administrarlos en virtud de lo que
Cristo ha establecido. “
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