(continuación de mis posts 1-6 etiquetados Solidarność
Y fue la fina rendija por la cual el conglomerado de mitos y pretensiones del mundo comunista se disiparía rápidamente.
En su primer periodo de libre actuación que duro entre el 31 de agosto y el 12 de diciembre de 1981 Solidarność crecía con fuerza y vigor. Ya debidamente registrada no podría ser desplazada hasta que el gobierno comunista no se ingeniase en pasar una contra ley. Cautivó a millones de personas de todos los órdenes de la vida superando rápidamente su objetivo primario de organización sindical. Se convirtió en un movimiento social, una sociedad de ayuda mutua nacional para aquellos que buscaban un resguardo ante las ordenes del Partido. Y por añadidura obtuvo el fuerte apoyo del Primado polaco cuyo mensaje de fortaleza en paz era respetado universalmente.
En un primer momento Walesa habia rechazado el concepto de una organización centralizada. No le gustaba la idea de un ejecutivo poderoso repartiendo directivas a subordinados regionales. El era partidario de la independencia de los comités de huelga regionales, cuyos delegados fuesen libres para adoptar o ignorar las recomendaciones de la Comisión Coordinadora Nacional. Un sistema así se enfrentaría a obvios escollos para formular políticas comunes. Pero estaba bien diseñado para resistir y sobrevivir a cualquier ataque exterior a sus órganos centrales o sus líderes. Además se asemejaba notablemente a la relación entre Sejm (1) y Sejmiki (2) en la antigua republica polaco-lituana. Walesa comprendió instintivamente que la amenaza principal a la existencia de Solidarnosc provendría de las pretensiones absolutistas del aparato del estado y del partido. Visto asì la clase trabajadora polaca volveria a vivir la perdida de aquella democracia de los nobles perdida hacia tanto tiempo y caída en el olvido durante doscientos años. No obstante se presentaba una similutd histórica fascinante.
Era obvio e inevitable que el crecimiento de Solidarnosc causaba notable daño al aparato comunista. La victima principal fue Edgard Gierek, el desacreditado Primer Secretario, reemplazado el 6 de septiembre de 1980 por una figura de compromiso e ideas opacas: Stanislaw Kania. Otro problema serio era que entre los camaradas de las “estructuras horizontales” iban apareciendo algunos que comenzaban a unirse a Solidarnosc sin abandonar el partido. Como ejercito político la Unión de trabajadores polacos sencillamente no podría funcionar si en vez de acatar ordenes superiores sus soldados discutiesen las ordenes entre ellos. Habia algo más inquietante aún: los camaradas polacos estaban perdiendo confianza en sus maestros soviéticos. Fue una época en la cual la “Doctrina Brezhnev” aun era aceptada como buena, si bien Brezhnev ya se encontraba en la fase terminal de su larga enfermedad degenerativa. Desde la invasión a Checoslovaquia en 1968 los partidos hermanos habían recibido la venia para seguir sus propios “caminos al socialismo” siempre y cuando no abandonasen su compromiso al marxismo-leninismo. Y una unión libre de trabajadores apoyada por millones de trabajadores era algo que Lenin nunca hubiese permitido. De manera que reconocida y registrada Solidarnosc el Centro de Moscù ya se estaba preparando para intervenir.
En su primer periodo de libre actuación que duro entre el 31 de agosto y el 12 de diciembre de 1981 Solidarność crecía con fuerza y vigor. Ya debidamente registrada no podría ser desplazada hasta que el gobierno comunista no se ingeniase en pasar una contra ley. Cautivó a millones de personas de todos los órdenes de la vida superando rápidamente su objetivo primario de organización sindical. Se convirtió en un movimiento social, una sociedad de ayuda mutua nacional para aquellos que buscaban un resguardo ante las ordenes del Partido. Y por añadidura obtuvo el fuerte apoyo del Primado polaco cuyo mensaje de fortaleza en paz era respetado universalmente.
En un primer momento Walesa habia rechazado el concepto de una organización centralizada. No le gustaba la idea de un ejecutivo poderoso repartiendo directivas a subordinados regionales. El era partidario de la independencia de los comités de huelga regionales, cuyos delegados fuesen libres para adoptar o ignorar las recomendaciones de la Comisión Coordinadora Nacional. Un sistema así se enfrentaría a obvios escollos para formular políticas comunes. Pero estaba bien diseñado para resistir y sobrevivir a cualquier ataque exterior a sus órganos centrales o sus líderes. Además se asemejaba notablemente a la relación entre Sejm (1) y Sejmiki (2) en la antigua republica polaco-lituana. Walesa comprendió instintivamente que la amenaza principal a la existencia de Solidarnosc provendría de las pretensiones absolutistas del aparato del estado y del partido. Visto asì la clase trabajadora polaca volveria a vivir la perdida de aquella democracia de los nobles perdida hacia tanto tiempo y caída en el olvido durante doscientos años. No obstante se presentaba una similutd histórica fascinante.
Era obvio e inevitable que el crecimiento de Solidarnosc causaba notable daño al aparato comunista. La victima principal fue Edgard Gierek, el desacreditado Primer Secretario, reemplazado el 6 de septiembre de 1980 por una figura de compromiso e ideas opacas: Stanislaw Kania. Otro problema serio era que entre los camaradas de las “estructuras horizontales” iban apareciendo algunos que comenzaban a unirse a Solidarnosc sin abandonar el partido. Como ejercito político la Unión de trabajadores polacos sencillamente no podría funcionar si en vez de acatar ordenes superiores sus soldados discutiesen las ordenes entre ellos. Habia algo más inquietante aún: los camaradas polacos estaban perdiendo confianza en sus maestros soviéticos. Fue una época en la cual la “Doctrina Brezhnev” aun era aceptada como buena, si bien Brezhnev ya se encontraba en la fase terminal de su larga enfermedad degenerativa. Desde la invasión a Checoslovaquia en 1968 los partidos hermanos habían recibido la venia para seguir sus propios “caminos al socialismo” siempre y cuando no abandonasen su compromiso al marxismo-leninismo. Y una unión libre de trabajadores apoyada por millones de trabajadores era algo que Lenin nunca hubiese permitido. De manera que reconocida y registrada Solidarnosc el Centro de Moscù ya se estaba preparando para intervenir.
traducido del cap. “Solidarnosc” del libro de Norman Davies God`s Playground (A History of Poland, Vol II) Columbia University Press 2005-
Para mas información acerca de Soidarnosc ademas de mis posts anteriores etiquetados Solidarnosc, invito visitar:
El fenómeno de Solidaridad
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Y ”Solidaridad” y las transformaciones políticas
en la Europa Central y del Este
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