“Cuando se acercaba una gran tormenta, me puse a rezar la coronilla. De repente oí la voz de un ángel: No puedo acercarme con (137) la tempestad, porque el resplandor que sale de su boca me rechaza a mí y a la tormenta. Se quejaba el ángel con Dios. De súbito conocí lo mucho que había de devastar con esa tempestad, pero conocí también que esa oración era agradable a Dios y lo potente que es la coronilla.”(1788)
(de la Hoja Dominical eslovena “Oznanilo” (Anuncio) texto en español del Diario de Santa Faustina de Corazón católico)
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