Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

sábado, 29 de marzo de 2014

La Divina Misericordia en Argentina



1. La historia del culto
En Argentina, hubo tres hechos sobresalientes que dieron nacimiento a la devoción:
1. La creación de la Obra de Jesús Misericordioso en Mendoza, de manos de Mons. Rubiolo, su arzobispo, y de Amelia Bertolini, quien, formada por las hermanas en Polonia y en Roma, iniciaron este centro de difusión que realizó la primera traducción al español que se hizo en el mundo del Diario de Santa Faustina Kowalska. Esta Obra imprimió además la Encíclica Dives in Misericordia del Beato Juan Pablo II, como así los escritos del P. Ignacy Różycki, poemas y biografías de Santa Faustina, ediciones todas que llegaron a muchos países latinoamericanos e incluso a España.
Amelia Bertolini, recibió, bendecida por el Card. Józef Glemp, un ícono de Jesús Misericordioso, donado por el beato Juan Pablo II a la arquidiócesis de Mendoza. Icono que perteneció a mons. Stanislao Kotowski (1914- 1984) del secretariado del primado de Polonia, el Card. Stefan Wyszyński.
2. Otra gran obra apostólica y que llevó a Santa Faustina a todo el país fue la labor de un grupo de devotos que recorrieron varias diócesis de Argentina para tramitar la solicitud de 90 reliquias de la santa para todo el país.
3. La Providencia hizo que, tras la gran inmigración de polacos en el siglo pasado, vinieran a Argentina muchos sacerdotes y religiosos de Polonia como misioneros y para atender a las comunidades de polacos esparcidos por toda la Argentina. Esta presencia de sacerdotes y religiosos polacos ha sido fermento de la devoción, pues en todos los lugares donde estuvieron y
están presentes, han establecido el culto a la Divina Misericordia e instruido a miles de devotos. Actualmente en Argentina hay alrededor de 100 sacerdotes polacos y otras tantas religiosas polacas trabajando.

2. Últimos acontecimientos
En Argentina, providencialmente se ha acrecentado de manera constante el culto a la Divina Misericordia. Además de las asociaciones diocesanas y regionales presentes y trabajando en muchos países, hemos contado con la realización del II Congreso Latinoamericano de la Divina Misericordia en 2009 con la participación de más de 1300 personas.
Este congreso fue presidido por Mons. Jan Machniak, representante del Card. Estanislao Dziwisz, y Sor Salwatricze Musiał, entonces presidenta de Faustinum, quienes pudieron constatar el fervor del pueblo latinoamericano en los distintos
lugares donde fueron predicando la Divina Misericordia. En este primer desembarco que hicieron en países latinoamericanos sintieron el afecto y devoción de los fieles sencillos que, literalmente, se le abalanzaron para recibir su bendición y su afecto. Todos palparon, a través de ellos, la presencia de los grandes apóstoles de la Divina Misericordia, Santa Faustina y el Beato Juan Pablo II.

3. Labor permanente
Actualmente estamos trabajando en una mayor profundización del culto a la Divina Misericordia para ayudar a que los fieles no tengan un conocimiento pobre y reductito de esta devoción que, mal comprendida, peligra de transformarse en devoción popular privado de fe sólida, de visión teológica y de vida espiritual transformante.
Por ello iniciamos una revista mensual, “La Hora de la Misericordia”, que nació en abril de 2005 con la partida del Beato Juan Pablo II al Cielo. Edición que hace ya 7 años llega a 25.000 ejemplares cada mes, y se difunde en Argentina, Paraguay, Chile y Costa Rica. Edición que, mes a mes, acerca de un modo ameno los contenidos del Diario de Santa Faustina y ofrece reflexiones diarias sobre la Pasión de Cristo y para la reunión semanal de centenares de grupos de oración. Imprimimos y difundimos centenares de miles de estampas, láminas y folletos sobre el culto a la Misericordia de Dios.
Nacieron asimismo los retiros espirituales sobre la Divina Misericordia con la participación de fieles de toda Argentina, de Paraguay y Uruguay. Retiros en los que, desde 2005, ya participaron más de 2200 personas. Cada año realizamos cuatro o cinco jornadas y retiros en varias diócesis con la presencia de los obispos y sacerdotes, como también conferencias en seminarios diocesanos.
En 2008, celebrando los 70 años del fallecimiento de santa Faustina, iniciamos el Centro de Espiritualidad Santa Faustina Kowalska a través del cual tratamos de acercar los tesoros de la mística kowalskiana a sacerdotes y fieles, de un modo sencillo pero profundo a la vez. El Centro de Espiritualidad imparte cursos de formación y retiros en los que participan sacerdotes, religiosos y religiosas, y laicos de todo el país; edita folletos y libros sobre la espiritualidad. Lleva el nombre de Santa Faustina porque ella fue la elegida para marcarnos el camino y modelo de cómo y cuánto confiar en Dios.
Desde este Centro de Espiritualidad se forman fieles que visitan los hospitales, cárceles y en todas las ciudades van casa por casa a llevar el anuncio de la Divina Misericordia. Allí muchos laicos se forman para ayudar a que las almas se renueven el día de la Fiesta de la Misericordia. Así, año tras año, estos fieles realizan un apostolado cada vez más cualificado en orden a la reconciliación de las almas y al encuentro con Jesús Misericordioso.
4. Crecimiento de la devoción en las últimas décadas
A pesar de que cesaron las prohibiciones que pesaban sobre el Diario, en 1978, aún hasta la década de los noventa había un generalizado rechazo a la devoción por tener su origen en una revelación privada y, sobre todo, por un gran desconocimiento.
Ya en el año 2000 con la canonización de Santa Faustina y la institución de la Fiesta de la Misericordia, los fieles se vieron más respaldados y el clero más tranquilo para la aceptación de la devoción. Fue un gran auge para la Iglesia, ya que los sacerdotes prestaban mayor atención a la Fiesta y se comenzaba a celebrar en muchos lugares y en otros a nombrar con respeto, aunque con mucho desconocimiento aún.
Finalmente, la partida del beato Juan Pablo II a la Casa del Padre Misericordioso, el día de la Fiesta y su beatificación también en este día, fue para muchos una señal del Cielo para indicarnos más fuertemente el camino de este nuevo milenio:
la Misericordia de Dios. Ahora es notable el ansia de los sacerdotes por aprender más y por alimentar a las multitudes de almas que acuden a la Fiesta, sin poder explicarse aún quién y cómo son convocados. Esta participación creciente, año tras año, en la Fiesta de la Misericordia, sigue sorprendiendo a sacerdotes y obispos que constatan la obra del Señor, que convoca a sus fieles.
Ha crecido notablemente la construcción de santuarios en honor a Jesús Misericordioso, la dedicación de parroquias que caminan a ser santuarios, y la de capillas y grutas en todo el país. Es sorprendente recorrer lugares aislados, en pueblos lejanos, donde uno llega y encuentra una devoción muy arraigada sin que nadie conozca cómo llegó.
Por eso, desde este rincón del planeta queremos contagiarnos y contagiar a todos ustedes el grito y anhelo del Beato Juan Pablo II: “No tengáis miedo, abrid de par en par las puertas a Cristo”. Jesús es nuestra esperanza y nos está buscando para
donarse, para llenarnos de Sí mismo, que es el Amor y la Misericordia misma.”

Pbro. Germán SARKONOFF, C.O.
Director de La Hora de la Misericordia
Centro de Espiritualidad Santa Faustina Kowalska
Mercedes, Buenos Aires, ARGENTINA

Miembro de la Academia Internacional de la Divina Misericordia
en Cracovia, Polonia


(el artículo fue publicado en la pagina oficial del Santuario de la Divina Misericordia, Cracovia-Lagiewniki  y coincide en gran parte con la presentación del padre Sarkonoff en el Congreso de la Divina Misericordia celebrado en Cracovia en 2011)

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