Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 17 de mayo de 2019

She Shan Basilica mariana en China y los católicos chinos ( 2 de 4)


La primera iglesia sobre la colina de Sheshan fue construida en 1863. Durante la rebelión Taiping los misioneros jesuitas compraron un terreno en la ladera sur del cerro,  donde antes existía un monasterio budista que había sido abandonado.   Fueron demolidas las paredes que aún quedaban,  y allí se construyo una vivienda para los  misioneros y una pequeña capilla. En la cima del cerro se construyo un pequeño pabellón y allí se coloco la estatua de Nuestra Señora. 

En junio de 1870 durante las rebeliones en Tianjin se quemaron las Iglesias existentes.    Los jesuitas de Shanghai oraron ante la estatua de Nuestra Señora y prometieron construir una iglesia en su honor en agradecimiento a su protección.   La construcción de la iglesia diseñada por el jesuita francés hermano Léon Mariot (历耀 Ma Liyao, 1830-1902) fue comenzada en 1871.    La madera fue traída de Shanghai y la piedra  comprada de Fujian.    Sin contar con medios de transporte todo el material debió ser trasladado hasta la cima a hombro.   La iglesia quedó terminada dos años más tarde. A la primera iglesia en forma de cruz  se había incorporado características tanto chinas como de la arquitectura occidental.   Al frente se construyo una galería con diez columnas y se colocaron allí ocho leones de piedra. En 1894 fueron agregadas otras construcciones que incluían una iglesia media, un santuario dedicado al Sagrado Corazón, la Virgen Maria y San José. Se colocaron también las 14 estaciones del Vía Crucis a los costados de la iglesia. En 1899-1901 los jesuitas franceses construyeron allí un observatorio astronómico en la cima de la colina que incluía un telescopio comprado por el padre Stanislas  Chevalier (蔡尚質 Cai Shangzhi, 1852-1930) en Francia.
Ya en 1920 la iglesia existente fue considerada inadecuada pues era  más pequeña y modesta  en tamaño y ornamentación que las demás iglesias en Shanghai. Los jesuitas de Shanghai le pidieron al misionero-arquitecto belga hermano Alphonse De Moerloose (和羹柏 He Gengbo, 1858-1932)  que diseñara planos para una nueva basílica. Después de la demolición de la antigua construcción en 1923,  comenzó a tomar forma la nueva basílica que fue construida entre 1924 y 1935, bajo la supervisión diaria del misionero arquitecto portugués  Hermano François-Xavier Diniz (葉肇昌 Ye Zhaochang, 1869-1943).

El 14 de junio de 1924, en el contexto del Sínodo Católico de Shanghai, el arzobispo Celso Constantini y 25 miembros del sínodo llegaron hasta la colina de Sheshan para la solemne consagración de China a la Virgen Maria.   En 1942 el Papa Pio XII elevo la iglesia de Sheshan al rango de Basílica menor y en 1945 la Santa Sede corono la estatua de Nuestra Señora.
Durante la revolución cultural la Basílica de Sheshan fue dañada severamente.  Fueron destruidos los vitrales de la iglesia, las esculturas de la Vía Dolorosa, la estatua en la cima del cerro  y varias otras obras de iconografía.

En los años 1950 fue arrestado y apresado por  más de 30 años el Obispo católico de Shanghai Ignatius Kung Pin-Mei. Fue creado Cardenal in pectore el 30 de junio de 1979 por el Papa Juan Pablo II. (La noticia fue recién revelada el 28 de junio de 1991).

El gobierno  chino tomo la basílica bajo su mando y control con la nueva denominación de Asociación Patriótica católica china y los obispos chinos no fueron reconocidos por el Vaticano. El 19 de junio de 1958 el Papa Pio XII publico una extensa encíclica papal muy comprensiva hacia los fieles católicos pero reflexionando sobre la injusta situación creada por el gobierno.  
Finalizada la revolución cultural en 1976, los daños fueron gradualmente reparados.  La estatua fue inicialmente reemplazada por una sencilla cruz de hierro y una estatua en reemplazo fue instalada en 2000.
El 8 de diciembre de 1999 en vísperas del Gran Jubileo el Papa Juan Pablo II dirigió un Mensaje doloroso acompañando a los católicos de China.  
 “El jubileo del año 2000 – decia Juan Pablo II, será una gran plegaria de alabanza y acción de gracias, sobre todo por el don de la encarnación del Hijo de Dios y de la redención que realizó. Será alabanza y acción de gracias por el don de la Iglesia, fundada por Cristo como "sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano" (Lumen gentium, 1). "Su agradecimiento se extenderá, finalmente, a los frutos de santidad producidos en la vida de tantos hombres y mujeres -también en vuestro pueblo- que en cada generación y en cada época histórica han sabido acoger sin reservas el don de la redención" (Tertio millennio adveniente, 32).

Tambien el Papa Benedicto envio una carta a los Obispos, Presbiteros y personas consagradas y fieles laicos de la Iglesia católica en China.  Y seguidamente también una nota explicativa con reflexiones y comentarios a la difícil situación en la cual continuaba viviendo la Iglesia católica en China.
 y seguidamente una Nota explicativa   con reflexiones y comentarios a la difícil situacxion de la Iglesia católica en China.    El papa Benedicto también compuso una oración especial a Nuestra Señora de Sheshan. 

En su continuo afán de acompañar a los fieles chinos y a la Iglesia china toda el Papa Francisco también envió un Mensaje citando palabras de su predecesor:  “que exhortaba en la Carta del 27 de mayo de 2007: «Iglesia católica en China, pequeña grey presente y operante en la vastedad de un inmenso Pueblo que camina en la historia, ¡cómo resuenan alentadoras y provocadoras para ti las palabras de Jesús: “No temas, pequeño rebaño; porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino” (Lc 12,32)! Por tanto, “alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro a Padre que está en el cielo” (Mt 5,16)» (Benedicto XVI, Carta a los católicos chinos, 27 mayo 2007, 5).” Se avanzo lentamente en las relaciones firmándose un importante  Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular China aclarando a su vez que  este “Acuerdo Provisional,  es fruto de un largo y complejo diálogo institucional entre la Santa Sede y las Autoridades chinas, iniciado ya por san Juan Pablo II y seguido por el Papa Benedicto XVI. A lo largo de dicho recorrido, la Santa Sede no tenía —ni tiene— otro objetivo, sino el de llevar a cabo los fines espirituales y pastorales que le son propios; es decir, sostener y promover el anuncio del Evangelio, así como el de alcanzar y mantener la plena y visible unidad de la comunidad católica en China.” Un pequeño paso más en un largo camino lleno de optimismo pero consciente que   “El Acuerdo Provisional firmado con las Autoridades chinas, aun cuando está circunscrito a algunos aspectos de la vida de la Iglesia y está llamado necesariamente a ser mejorado, puede contribuir —por su parte— a escribir esta nueva página de la Iglesia católica en China. Por primera vez, se contemplan elementos estables de colaboración entre las Autoridades del Estado y la Sede Apostólica, con la esperanza de asegurar buenos pastores a la comunidad católica.” La carta del  Papa Francisco termina con una breve oración..

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