Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

martes, 20 de enero de 2009

La quema del obispo Vovk.


El 20 de enero de 1952 ocurrió el salvaje intento de quemar vivo al Obispo de Ljubljana, Anton Vovk, quien logró salvarse del atentado sufriendo importantísimas quemaduras agregando penurias a su ya delicado estado de salud. Ya había sido blanco de varios atentados, intentos de asesinato y agresiones físicas. Aquel 20 de enero de 1952 salvo milagrosamente.
Había partido en tren desde la capital Ljubljana hacia la ciudad de Novo Mesto para bendecir allí un órgano restaurado en la parroquia Stopice. Al pasar el tren por un túnel, en la oscuridad fue rociado con alquitrán y al llegar a la estación ferroviaria de Novo Mesto lo recibió una multitud enardecida, insultando y agrediéndolo físicamente. Empujado, acorralado a los gritos de “matemos al demonio” lo rociaron con nafta y le prendieron fuego. Comenzó a arder su abrigo, le quemó parte de la cara pero la multitud seguía gritando. El obispo consiguió sacarse el abrigo y logró apagar el fuego del cuello blanco de celuloide que ya le había causado fuertes quemaduras. Todo el incidente duro unas cuatro horas, sin que nadie hiciera nada para calmar a la multitud, mientras la policía hacia lo imposible para impedir que el obispo fuese llevado a un hospital. Finalmente debió volver a Ljubljana en tren; recién allí fue atendido en el hospital donde prontamente se hizo presente la policía secreta para interrogarlo, como solía hacer puntual e insistentemente (a menudo durante noches enteras, según confirmara su secretario), siendo su víctima preferida los sacerdotes.
Los autores materiales del hecho nunca fueron enjuiciados y el obispado fue objeto durante meses de insultos y amenazas telefónicas.
Quien fuera entonces su secretario Mons. Ivan Merlak recuerda que el primer medio extranjero que entrevistara entonces al obispo Vovk fue el Neuer Zuricher Zeitung en persona de su corresponsal en Beograd, hecho que evidentemente enfureció al Servicio de Inteligencia UDBA pues inmediatamente se hico presente una delegación de seis miembros para las acostumbradas interrogaciones.
Los medios extranjeros quedaron muy pendientes de este episodio y llovieron telegramas y mensajes de apoyo al Obispado.

El 26 de noviembre de 1959 el obispo Vovk fue nombrado obispo residente de Ljubljana. Conmemorando el 500 aniversario el 22 de diciembre d 1961 el papa Juan XXIII elevo la diócesis de Ljubljana a arquidiócesis y al obispo Anton Vovk a la dignidad de Arzobispo. Entre fuertes presiones, constantes interrogatorios y criticas de todas partes, uno de los mayores dolores espirituales del obispo Vovk fue la creación por parte del régimen (tal como solía hacerlo en los países dominados por el comunismo) de la Asociación de sacerdotes San Cirilo y San Metodio, creada y vigilada por el Estado con la intención de dividir y separar a la Iglesia. La sabia conducción del obispo Vovk, conciente de los objetivos evitó que llegara a mayores consecuencias, no obstante extenderse quebraduras y sombras. El Arzbispo Vovk trato de comprender a aquellos sacerdotes que cedían ante tamaña presión con la consecuencia de convertirse el mismo en blanco de criticas por parte de unos y otros.

No obstante su estado de salud el Arzobispo Vovk viajo a Roma para participar , débil de salud, pero entusiastamente de las primeras reuniones y comisiones del Concilio Vaticano II. Falleció el 7 de julio de 1963.

El 24 de abril de 1999 el entonces arzobispo de Ljubljana Franc Rode emitio el Edicto para la apertura de la Investigación Diocesana sobre la vida, las virtudes y la reputación de santidad del Siervo de Dios Anton Vovk nombrando postulador a Mons. Ivan Merlak (su antiguo secretario) El proceso diocesano finalizo el 12 de octubre de 2007 y la documentación fue entregada el 26 de octubre de 2007 a la Congregación para las Causas de los Santos en Roma.

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