«Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco”» (Mc 1, 9-11 y par.)
«Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 19).
«Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 19).
La Iglesia celebra hoy la fiesta del Bautismo de Cristo en el Jordán .
Como de costumbre el 12 de enero de 1997, Dia del Bautismo del Señor, primer domingo despues de Epifania, SS Juan Pablo II administraba en la Capilla Sixtina el sacramento del bautismo a algunos recién nacidos: diez niñas y nueve niños, de los cuales catorce son italianos, dos polacos, uno español, uno mexicano y uno indio…. Y en su homilia explicaba los pasos de la ceremonia y su significado.
“estos niños dentro de poco recibirán ese mismo bautismo y se convertirán en miembros vivos de la Iglesia. Ante todo, serán ungidos con el óleo de los catecúmenos, signo de la suave fortaleza de Cristo, que se les da para luchar contra el mal. Luego, se derramará sobre ellos el agua bendita, signo de la purificación interior mediante el don del Espíritu Santo, que Jesús nos hizo al morir en la cruz. Inmediatamente después recibirán una segunda y más importante unción con el «crisma», para indicar que son consagrados a imagen de Jesús, el ungido del Padre. Por último, al papá de cada uno se le entregará una vela para encenderla en el cirio pascual, símbolo de la luz de la fe que los padres los padrinos y las madrinas deberán custodiar y alimentar continuamente, con la gracia vivificante del Espíritu”
Y recordaba que “cuando Jesús sale del agua, el Espíritu Santo desciende sobre él como una paloma y, tras abrirse el cielo, desde lo alto se oye la voz del Padre: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco» (Mc 1, 11). Por tanto, el acontecimiento del bautismo de Cristo no es sólo revelación de su filiación divina sino también, al mismo tiempo revelación de toda la santísima Trinidad: el Padre --la voz de lo alto-- revela en Jesús al Hijo unigénito consustancial con él, y todo esto se realiza en virtud del Espíritu Santo que bajo la forma de paloma desciende sobre Cristo, el consagrado del Señor”
No dejen de visitar este precioso comentario Lugar del Bautismo del Señor del blog Sacerdote en Tierra Santa.
Invito visitar mi entrada del año pasado Bautismo en la Capilla Sixtina
1 comentario:
Verdad! Impresionante! Que ejemplo de Humildad y cuanto nos falta por alcanzarla !!! bueno... intentamos, no siempre resulta :)
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