“Cada uno de nosotros conserva quizá en el propio corazón el recuerdo y el vínculo con un santuario mariano, donde nuestra vida ha estado marcada por una llamada, por una invitación de la Virgen, que con dulzura y decisión ha dicho: "Haz lo que te diga mi Hijo" (cf. Jn 2, 5).” decia el Siervo de Dios Juan Pablo II en el Angelus del 5 de julio de 1987 y continuaba su “visita” a los santuarios marianos comenzada en la Puerta de la Aurora.
Esta “visita” se dirigia a “un santuario ligado a la memoria del Nacimiento de la Virgen Santísima” . Explicaba el Santo Padre que “ Una antigua tradición, a la cual se hace referencia en un apócrifo del siglo II, el Protoevangelio de Santiago, sitúa en Jerusalén, junto al templo, la casa en que nació la Virgen. Los cristianos, desde el siglo V en adelante, han celebrado la memoria de la Natividad de María en la gran iglesia construida frente al templo, sobre la Piscina Probática, donde Jesús curó al paralítico (cf. Jn 5, 1-9). En el siglo VII - , San Sofronio, Patriarca de Jerusalén, exaltaba así ese santuario: "Al entrar en la santa iglesia probática, donde la ilustre Ana dio a luz a María, pondré el pie en el templo, en ese templo de la purísima Madre de Dios, besaré y abrazaré esos muros tan queridos para mí. No atravesaré con indiferencia ese lugar en el que nació la Virgen Reina en casa de sus padres. Veré también ese lugar en el que el paralítico, curado por orden del Verbo, se levantó de tierra llevándose consigo la camilla" (Anacr., XX: PG 87/3, 3821-3824).
Los Cruzados encontraron sólo ruinas de esa antigua iglesia; pero construyeron una a su lado, dedicada a "Santa María en el lugar de su nacimiento", hoy denominada iglesia de Santa Ana. Sea cual fuere la verdad histórica, permanece el hecho de que en ese lugar, desde sus orígenes, se venera la memoria del nacimiento de la Madre del Redentor”.
Los Cruzados encontraron sólo ruinas de esa antigua iglesia; pero construyeron una a su lado, dedicada a "Santa María en el lugar de su nacimiento", hoy denominada iglesia de Santa Ana. Sea cual fuere la verdad histórica, permanece el hecho de que en ese lugar, desde sus orígenes, se venera la memoria del nacimiento de la Madre del Redentor”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario