(tomado del capìtulo i Un Papa que llega de lejos del libro de Andrea Ricvardi *JUAN PABLO II: UN PAPA CRISMATICO recientemente publicado por EDUCA y presentado por el cardenal Stanislaw Dziwisz durante su visita a Buenos Aires)
El compañero de los judíos
En las conversaciones con Andrè Frossard, en ocasión de su primer libro-entrevista, Juan Pablo II explica cómo los totalitarismos crean los mártires. En un cierto momento Frossard pregunta con relación a los judíos asesinados: “Entonces, Santo Padre, ¿habría al menos seis millones mas de santos”? La respuesta, sin lugar a dudas, es “Si”. Aquí se expresa el sentido sagrado de la memoria de la Shoa. El Papa, de hecho, ha sido un testigo de la cohabitación entre polacos y judíos primero y luego de la matanza de los mismos judíos durante la ocupación alemana de Polonia. A diferencia de Pablo VI, que tenía un conocimiento no inmediato del judaísmo, para Wojtyla los judíos han sido los compañeros de la escuela – en cuanto de su clase – y los amigos de la juventud. La historia narrada por Gian Franco Svidercoschi, del amigo judío del Papa, Jerzy Kluger, sobreviviente de la matanza y reencontrado en Roma mas tarde, es un acontecimiento emblemático de esta convivencia. Justamente a él, escribe el Papa Wojtyla: “tengo aun en los ojos las filas de los fieles, que le día festivo se dirigían a la sinagoga a rezar”. El Papa recuerda la fe de los judíos, el antisemitismo, su gran sufrimiento.
En las conversaciones con Andrè Frossard, en ocasión de su primer libro-entrevista, Juan Pablo II explica cómo los totalitarismos crean los mártires. En un cierto momento Frossard pregunta con relación a los judíos asesinados: “Entonces, Santo Padre, ¿habría al menos seis millones mas de santos”? La respuesta, sin lugar a dudas, es “Si”. Aquí se expresa el sentido sagrado de la memoria de la Shoa. El Papa, de hecho, ha sido un testigo de la cohabitación entre polacos y judíos primero y luego de la matanza de los mismos judíos durante la ocupación alemana de Polonia. A diferencia de Pablo VI, que tenía un conocimiento no inmediato del judaísmo, para Wojtyla los judíos han sido los compañeros de la escuela – en cuanto de su clase – y los amigos de la juventud. La historia narrada por Gian Franco Svidercoschi, del amigo judío del Papa, Jerzy Kluger, sobreviviente de la matanza y reencontrado en Roma mas tarde, es un acontecimiento emblemático de esta convivencia. Justamente a él, escribe el Papa Wojtyla: “tengo aun en los ojos las filas de los fieles, que le día festivo se dirigían a la sinagoga a rezar”. El Papa recuerda la fe de los judíos, el antisemitismo, su gran sufrimiento.
* iniciador de la Comunidad Sant Egidio
No hay comentarios:
Publicar un comentario