Un pueblo es débil si acepta su derrota,
Y si olvida el mandato de estar despierto
Hasta que llegue su hora.
En la gran esfera del reloj de la Historia
Las horas se repiten eternamente.
Esta es la liturgia de la Historia: hay que estar en vela,
Conforme dijo el Señor y dice
El Pueblo. Y su palabra la hemos de aceptar
De nuevo en toda ocasión, como si fuera
La ocasión primera. Las horas se funden
En el salmo de las conversiones permanentes.
Caminamos a participar de la Eucaristía
De los mundos.
Karol Wojtyla: Cuando pienso en la Patria – IV “Al Pensar en mi Patria regreso al Árbol…” nr. 4, Cracovia en 1974
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