Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

lunes, 28 de abril de 2014

Canonización de Juan Pablo II y de Juan XXXIII 27 de abril Domingo de la Divina Misericordia (5 de 9)

Tuve serios problemas para acceder a mi cuenta del blog y tiempo para reflexionar...quizás por eso este post sea totalmente diferente a lo que hubiera escrito ayer.
Una ceremonia de canonización indudablemente histórica, presidida por el Papa Francisco y con la presencia del Papa emérito, Benedicto XVI! Y el millón de personas distribuidos en varios puntos de la ciudad ante pantallas gigantes en diferentes idiomas. La plaza "reservada" para los polacos que ya habian comenzado a "acampar"  en los lugares que suponían podrían quedarse, el sábado a las 14.00!

A la muerte de Juan Pablo II  nos parecía tan lejano aquel Santo Súbito.... Y ahora  es casi difícil creer que nuestro Papa contemporáneo, que vivió entre nosotros,  nos visito, nos alentó....ya sea declarado santo, un santo entre otros santos.....mientras en nuestros oídos todavía resuena aquel Abrid las puertas a Cristo!! entre sus primeras palabras oficiales.

Esta vez no tuve el privilegio de lugar que habíamos tenido para la ceremonia de beatificación. Nada más apropiado que las palabras de Jesús ante la duda de Tomás en el Evangelio del domingo: "porque me has visto has creído, dichosos los que creen y no me han visto." Desde una terraza una excelente vista de la plaza, pero mala acústica y no buena vista del altar. La organización fue muy diferente a la ceremonia de beatificación, seguramente porque se esperaba mucha más gente, al menos eso decían los medios.  Se hablaba de millones .....   La austeridad de la ceremonia molesto a algunos, austeridad que se notó en el adorno del altar y también en las imágenes: utilizada la misma de Juan Pablo II que para la beatificación (de Gregory Galacka) adaptando al estilo la de Juan XXIII.  Austeridad también en la ciudad, sin tantos posters como para la beatificación.
Para la ceremonia se pidió bajar  carteles y no flamear banderas, pero algunos polacos se hicieron los distraídos. Como podrían no festejar aunque se tratase de una ceremonia tan solemne! (Estos días por Roma no hace falta preguntar a alguien si es polaco, se le ve en el rostro!)
Entre la diversa actividad en torno a la canonización, también un discurso de Lech Walesa que
tratare de traducir a mi regreso; muchas de estas actividades exclusivas para gente de prensa e invitados especiales (blog Joan's Rome EWTN - en inglés).

Hay pocas cosas que me estremecen tanto como el escuchar Aprite le porte a Cristo, el himno al Beato Juan Pablo II cantado antes de comenzar la ceremonia, precedido por la coronilla de la Divina Misericordia. muy solemne también las letanías a todos los santos, santos a los cuales se agregan los dos nuevos santos:  el Papa de la docilidad al Espíritu santo - como llamo el Papa Francisco al Papa Juan XXIII en su homilìa - y  "Juan Pablo II  el Papa de la familia."  San Juan XXIII y san Juan Pablo II  - decia el Papa Francisco -  - "tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado. No se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano (cf. Is 58,7), porque en cada persona que sufría veían a Jesús. Fueron dos hombres valerosos, llenos de la parresia del Espíritu Santo, y dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia. Fueron sacerdotes y obispos y papas del siglo XX. Conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron. En ellos, Dios fue más fuerte; fue más fuerte la fe en Jesucristo Redentor del hombre y Señor de la historia; en ellos fue más fuerte la misericordia de Dios que se manifiesta en estas cinco llagas; más fuerte, la cercanía materna de María."

Por la tarde los polacos tuvieron su propia Misa de acción de gracias, anticipándose a la Misa oficial de hoy, en el Santuario de la Divina Misericordia. Accidentalmente (si es que existen las casualidades) estuve tan adelante que pude observar los rostros radiantes de los sacerdotes polacos concelebrantes. No los conté pero serían cerca de 15.  Durante esta Misa pasó algo muy extraño: al fondo de la Iglesia (no lo vi, sólo lo escuche) de repente  se escucho un grito desgarrador, al menos tres o cuatro veces, un grito furioso que me recordó lo que había leído del padre Amorth. Fue una experiencia muy fuerte, algo que nunca había escuchado. A los sacerdotes concelebrantes no les fue indiferente,  se les notaba en el rostro.  Y yo pensé, para mi, nada extraño, justo durante la misa polaca.....

Ayer fue el día de las tres Misas....porque más tarde estuvimos con mi colega y amiga española, en la Misa presidida por el cardenal Vallini, allí mismo en el Santuario de la Divina Misericordia, donde también estuvo presente la señora costarricense Floribeth, la señora del milagro por intercesión de Juan Pablo II

La misa oficial de agradecimiento por las canonizaciones fue hoy en la Plaza San Pedro,  presidida por el cardenal Angelo Comastri y breves palabras del cardenal Stanislaw Dziwisz. Note muchísima más gente que en  la Misa de agradecimiento por la beatificación y me atrevería a decir que más de la mitad eran polacos, se escuchaba hablar español, pero muy poco italiano.

Terminada la Misa el significativo ejemplo de los polacos para los presentes, para Italia y para el mundo:
grupos de rodillas rezando el Rosario...en la plaza adoquinada, sin moverse, sin inmutarse. Impresionante! Era cómo sentir la presencia de Karol Wojtyla/Juan Pablo II entre ellos, entre nosotros. La fuerza de una nación agradecida,  unida en oración juntó a su nuevo Santo!









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