Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 5 de mayo de 2022

Karol Wojtyla entre su primera parroquia de Niegowic y su querida parroquia San Florián de Cracovia (1 de 2)

 

(parroquia de Niegowic hoy)

La parroquia de San Florian en Cracovia festejo ayer a su santo protector. Esa querida parroquia de Karol Wojtyla donde,  a pesar de haber permanecido allí tan solo dos años,   las relaciones entabladas con niños monaguillos y jóvenes, y  diera comienzo la formación del grupo de Srodowisko continuaron siendo parte integrante de su vida pastoral y humana hasta su muerte.

Tan solo un año le fue dado al joven sacerdote Karol Wojtyla permanecer en su primer parroquia de Niegowic,  su primer destino pastoral y su experiencia campesina como la llamara Lecomte. 

El mismo  comenta la experiencia (recién venia de Roma) en su libro Don y Misterio

Apenas llegado a Cracovia, encontré en la Curia Metropolitana el primer "destino'', la llamada «aplikata». El arzobispo estaba entonces en Roma, pero me había dejado por escrito su decisión. Acepté el cargo con alegría. Me informé enseguida de cómo llegar a Niegowic y me preocupé por estar allí el día señalado. Fui desde Cracovia a Gdow en autobús, desde allí un campesino me llevó en carreta a la campiña de Marszowice y después me aconsejó caminar a pie por un atajo a través de los campos. Divisaba a lo lejos la iglesia de Niegowic. Era el tiempo de la cosecha. Caminaba entre los campos de trigo con las mieses en parte ya cosechadas, en parte aún ondeando al viento. Cuando llegué finalmente al territorio de la parroquia de Niegowic, me arrodillé y besé la tierra. Había aprendido este gesto de San Juan María Viarmey. En la iglesia me detuve ante el Santísimo Sacramento; después me presenté al párroco, Mons. Kazimierz Buzala, arcipreste de Niepolomice y párroco de Niegowic, quien me acogió muy cordialmente y después de un breve coloquio me mostró la habitación del vicario.

Así empezó el trabajo pastoral en mi primera parroquia. Duró un año y consistía en las funciones típicas de un vicario y profesor de religión. Se me confiaron cinco escuelas elementales en las campiñas pertenecientes a la parroquia de Niegowic. Allí me llevaban en un pequeño carro o en la calesa. Recuerdo la cordialidad de los maestros y de los feligreses. Los grupos eran muy diversos entre sí: algunos bien educados y tranquilos, otros muy vivaces. Aún hoy me sucede que vuelvo con el pensamiento al recogido silencio que reinaba en las clases, cuando, durante la cuaresma, hablaba de la pasión del Señor.

En ese tiempo la parroquia de Niegowic se preparaba para la celebración del quincuagésimo aniversario de la Ordenación sacerdotal del párroco. Como la vieja iglesia era ya inadecuada para las necesidades pastorales, los feligreses decidieron que el regalo más hermoso para el homenajeado sería la construcción de un nuevo templo. Pero yo fui trasladado pronto de aquella agradable comunidad.”

Se había encariñado con esa gente sencilla que le confiaba alegrías y tribulaciones, había comenzado a construir la nueva iglesia, era su primera misión pastoral, pero recibió la orden de partir y abandonar aquella pequeña iglesia y regresar a Cracovia para proseguir su misión en San Florian, una iglesia barroca ubicada en Plac Matejki, que en su forma original era una de las iglesias románicas mas antiguas de Cracovia.  Fundada por el príncipe Kazimierz II recibió las reliquias de San Florian, mártir cristiano del siglo IV y santo patrón contra los incendios. La Iglesia (ahora Basílica) esta situada al comienzo de la ruta histórica conocida como la “Ruta Real (Via Regia) que atraviesa la ciudad hasta la colina del Wawel,  punto de partida de procesiones estatales, nacionales y religiosas.

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