"Oh María, Reina de los montes y de los mares: Patrona del Líbano, dirige una mirada materna a todos tus hijos, extiende hacia ellos tus manos puras y bendícelos"
Me resulta muy emotivo tratar de recopilar algo sobre la
visita del Papa Leon al Libano recordando a nuestro amigo Abdallah del Foro Juan Pablo II. Nunca más supimos de él. Que habrá pasado? Que habrá
sido de Abdallah? Entre tantos enfrentamientos, bombardeos y sufrimientos de
esa bendita tierra que en algún momento
fuera el Eden de Oriente? Que intereses ambiguos han tratado, y siguen
haciéndolo, de borrar de la faz de la tierra esa pequeña porción de
cristianos que aun habitan esa región? Cual será su futuro?
De alguna manera es providencial para el Papa Leon XIV haber heredado la celebración de los 1700 años del Concilio de Nicea y poder aprovechar asi el viaje para visitar el Libano, en continuidad con el anhelo de sus predecesores en todo momento, en pos de paz y unidad, viaje que anuncia oficialmente en el Ángelus del 23 de noviembre. “Ya está cerca mi viaje apostólico a Turquía y Líbano. En Turquía se celebrará el 1700 aniversario del Concilio de Nicea. Por ello, hoy se publica la Carta apostólica In unitate fidei, que conmemora este histórico acontecimiento”.
Quizas, por lo simbolico, otra parte fuerte de su viaje haya sido precisamente su visita a la tumba de San Charbel y el encuentro con los jóvenes.
En su visita y oración en la tumba de San Charbel Maklüf en
el Monasterio de San Maroun (Annaya) expresó en sencillas palabras alma y espíritu
del santo:
“¿qué nos enseña hoy san Chárbel? ¿Cuál es el legado de este hombre que no escribió nada, que vivió oculto y silente, pero cuya fama se extendió por todo el mundo?
Me gustaría resumirlo así: el Espíritu Santo lo moldeó para que
enseñara la oración a quienes viven sin Dios, el silencio a quienes habitan en
medio del bullicio, la modestia a quienes viven para aparentar y la pobreza a
quienes buscan las riquezas. Son todos comportamientos a contracorriente, pero
precisamente por eso nos atraen, como el agua fresca y pura atrae a quien
camina por el desierto. En particular, a
nosotros, obispos y ministros ordenados, san Chárbel nos recuerda las
exigencias evangélicas de nuestra vocación. Sin embargo, su coherencia, tan
radical como humilde, es un mensaje para todos los cristianos.”
La visita y la oraciónen el Monasterio de San Maroun (Annaya) culminaba con estas palabras:
“Hermanas y hermanos, hoy queremos confiar a la intercesión de san Chárbel las necesidades de la Iglesia, del Líbano y del mundo. Para la Iglesia pedimos comunión, unidad; empezando por las familias, pequeñas iglesias domésticas, y luego en las comunidades parroquiales y diocesanas; y también para la Iglesia universal. Comunión, unidad. Y para el mundo pedimos paz. Especialmente la imploramos para el Líbano y para todo Oriente Próximo. Pero sabemos bien —y los santos nos lo recuerdan— que no hay paz sin conversión de los corazones. Por eso, que san Chárbel nos ayude a orientarnos hacia Dios y a pedir el don de la conversión para todos nosotros.
Queridos
hermanos, como símbolo de la luz que Dios ha encendido aquí por medio de san
Chárbel, he traído como regalo una lámpara. Al ofrecerla, encomiendo a la
protección de san Chárbel al Líbano y a su pueblo, para que caminen siempre en
la luz de Cristo. Gracias a Dios por el don de san Chárbel. Gracias a ustedes
que conservan su memoria. ¡Caminen en la luz del Señor!”
Sucara a cara con los alrededor de 15.000jovenes entusiastas – una mini JMJ – en la Plaza frente al Patriarcado de Antioquia de los maronitas en Bkerké, fue un poco el broche de oro y un ensayo para las próximas JMJ 2027 en Seúl, a quienes en el encuentro saludaba deseándoles la paz “Assalamu lakum!” y agradecía la calidez del encuentro, alentándolos a ser ¡la savia de esperanza que el país espera!
“Queridos jóvenes, ¡vivan a la luz del Evangelio y serán bienaventurados a los ojos del Señor! Su patria, el Líbano, florecerá hermosa y vigorosa como el cedro, símbolo de la unidad y fecundidad del pueblo. Ustedes saben bien que la fuerza del cedro está en las raíces, que normalmente tienen la misma extensión que las ramas. El número y la fuerza de las ramas corresponde al número y la fuerza de las raíces. Así también, el gran bien que hoy vemos en la sociedad libanesa es el resultado del trabajo humilde, oculto y honesto de tantos hacedores del bien, de tantas raíces buenas que no quieren hacer crecer sólo una rama del cedro libanés, sino todo el árbol, en toda su belleza. Recurran a las raíces buenas del compromiso de quienes sirven a la sociedad y no se sirven de ella para interés propio. Con un compromiso generoso por la justicia, proyecten juntos un futuro de paz y desarrollo.”
Recordamos también las emotivas palabras del Papa Juan Pablo II en su discurso del Encuentro con los jóvenes en el Santuario de Harisa en 1997: “En realidad, a vosotros corresponde hacer que caigan los muros que hayan podido surgir durante los dolorosos períodos de la historia de vuestra nación; no levantéis nuevos muros en vuestro país. Al contrario, debéis construir puentes entre las personas, entre las familias y entre las diversas comunidades. Espero que en la vida diaria realicéis gestos de reconciliación, para pasar de la desconfianza a la confianza.”
En su Encuentro ecuménico e interreligioso enla Plaza de los Mártires de Beirut El Papa Leon XIV comenzaba su discurso diciendo: “Me siento profundamente conmovido e inmensamente agradecido de estar hoy entre ustedes, en esta tierra bendita, una tierra exaltada por los profetas del Antiguo Testamento, que en sus imponentes cedros vieron emblemas del alma justa que florece bajo la mirada vigilante del cielo; una tierra donde el eco del Logos nunca ha enmudecido, sino que continúa llamando, de siglo en siglo, a aquellos que desean abrir sus corazones al Dios vivo… y llamaba a “elevar una sincera oración por el don divino de la paz.”
Recordaba también la Exhortación apostólica postsinodal Ecclesia in Medio Oriente, firmada en Beirut en 2012, por el Papa Benedicto XVI y la Declaración Nostra aetate del Concilio Vaticano II que abria “un nuevo horizonte para el encuentro y el respeto mutuo entre católicos y personas de diferentes religiones, enfatizando que el verdadero diálogo y la colaboración están enraizados en el amor, único fundamento para la paz, la justicia y la reconciliación.”
En su discurso en el Santuario de Nuestra Señoradel Libano (Harissa) el Santo Padre Leon XIV recordó al Papa Juan Pablo II en sus palabras iniciales: “Con gran alegría me encuentro con ustedes durante este viaje, cuyo lema es «Bienaventurados los que trabajan por la paz» (Mt 5,9). La Iglesia en Líbano, unida en sus múltiples rostros, es un ícono de estas palabras, como afirmaba san Juan Pablo II, tan afectuoso con su pueblo: «En el Líbano de hoy —decía— ustedes son responsables de la esperanza» (Mensaje a los ciudadanos del Líbano, 1 mayo 1984); y añadía: «Creen, allí donde viven y trabajan, un clima fraterno. Sin ingenuidad, sepan confiar en los demás y sean creativos para que triunfe la fuerza regeneradora del perdón y de la misericordia» (ibíd.).”
Recordemos aquí también palabras de la Carta Apostólica del Papa Juan Pablo II sobre la situación en Líbano “Desde el año 1975, el Papa Pablo VI, el Papa Juan Pablo I y yo mismo, desde el comienzo de mi pontificado, no hemos escatimado esfuerzo alguno para alertar a la opinión pública sobre el valor único del Líbano y de su patrimonio humano y espiritual, para aliviar y animar a sus habitantes sometidos a toda clase de violencias, para favorecer una solución negociada a las divergencias existentes entre las partes en conflicto y para implorar del Señor la gracia de una paz pacientemente edificada y duradera. A lo largo de estos últimos meses, profundamente impresionado por la degradación de la situación.”
Este primer viaje de León XIV, que concluye hoy, martes 2 de diciembre, con su regreso a Roma, ofrece una perspectiva del significado de las palabras pronunciadas al día siguiente de su elección, cuando el nuevo Obispo de Roma declaró que quien ejerce un ministerio de autoridad en la Iglesia debe «desaparecer para que Cristo permanezca». Andrea Tornielli News
Invito visitor posts etiquetados Libano
Y el sitio de Vatican News con una gran
cantidad de comentarios de diferentes vaticanistas y periodistas sobre esta
visita del Papa Leon XIV

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